Una noche más había nacido para pintar el vasto cielo en sus mágicos colores, las estrellas que se formaron en el manto azul fueron muchas a comparación de noches anteriores, y brillaban con tanta fuerza que eran capaces de llegar hasta el rincón más remoto del bosque.

En la casa del líder de la manada estaba un balcón en la parte interior que daba una vista preciosa al jardín, desde ese punto Jimin estuvo contemplando en silencio el infinito firmamento, temiendo que una señal apareciese para indicarle que ya había llegado el momento de regresar al lugar donde pertenecía.

Cerró los ojos por algunos segundos que quiso profundizar lo máximo posible. La inquietud de la noche fácilmente hacía competencia con el palpitar rápido de su corazón, siendo un remolino completo de sensaciones que aún no terminaba de entender.

Y en medio de esa tormenta desatada, una única verdad brillaba con fuerza en sus ojos, porque había nacido desde lo profundo de su alma.

Estaba completamente enamorado de un lobezno encantador que sería el próximo líder de aquella manada.

—No quiero irme —susurró en voz baja, admirando cada constelación que sus hermanos pintaban en el manto nocturno con el fin de llamarle.

Sin embargo, sabía que tarde o temprano debía hacerlo. Aquel era su destino y su responsabilidad como guardián lunar.

El sonido de pasos lentos y un aroma familiar le provocó una ligera sonrisa. Jimin miró a su izquierda, donde un joven de cabellos negros se había sentado para admirar el cielo en un reconfortante silencio.

—¿Por qué? —inquirió Yoongi en voz tan baja, que solamente pudo escucharse por el silencio de la noche.

—¿Qué cosa? —dijo el guardián, esta vez mirando atentamente a su acompañante.

—¿Por qué te convertiste en guardián lunar?

—No fue una decisión que haya tomado —confesó en un susurro—. A diferencia de mis hermanos, conservo la mayoría de mis recuerdos mortales, pero si soy sincero preferiría no hacerlo.

Finalmente, el alfa le miró. —¿Qué ocurrió?

—Fui vendido —confesó con amargura—. No decidí ser esto, pero al ser vendido al templo no tuve escapatoria. Mi familia fue masacrada por un clan de lobos cuando era un niño, y no sé qué les detuvo de asesinarme también —rió un poco—; realmente lo hubiera preferido en ese entonces, morir al igual que mis padres y hermanos, pero terminé sirviendo en el santuario, y cuando cumplí con la edad requerida ascendí al palacio lunar para convertirme en guardián.

Aquella declaración impactó al joven lobezno, y sólo entonces su mente pudo entender el desprecio que aquellos ojos preciosos habían demostrado durante los primeros días que estuvo conviviendo con su gente.

—Ahora comprendo —respondió con calma, animándose a tomar una de las manos del contrario.

Jimin negó. —No, fui yo el que comprendí.

—Fuiste lastimado por personas como yo, ahora comprendo tu comportamiento inicial —continuó el alfa.

—Yoongi, nada podría justificar todo lo que he pensado durante estos años, y sólo cuando tuve la oportunidad de conocer este lugar fue que pude comprender —el guardián le sonrió de forma suave—. No todas las manadas son iguales, la bondad que descubrí en este rincón del bosque me ha hecho intensamente feliz... tú me has hecho feliz —susurró lo último con un sonrojo que podía apreciarse con claridad—. Es por ello y tantas cosas más que me duele la sola idea de tener que irme.

La expresión de temor y angustia que rápidamente se plasmó en la expresión de Yoongi, quedó grabada para siempre en el corazón del guardián.

—¿Irte? —cuestionó con un nudo agonizante en la garganta—. ¿Vas a irte?

Jimin le tomó ambas manos y las apretó con fuerza, mientras sus labios dibujaban una sonrisa triste, melancólica y resignada que fue capaz de dar una respuesta.

—Soy un guardián lunar, no hay magia existente en el mundo que pueda cambiarlo —respondió—. Mi lugar está en el palacio. Si continúo aquí ocurriría una tragedia, y jamás podría perdonarme destruir este mundo que te ha acobijado durante todos estos años, viéndote crecer y esperando a que te conviertas en un grandioso líder.

En ese momento las lágrimas se formaron en los pequeños ojos del alfa. Yoongi sabía que algo así ocurría, y aún sabiéndolo no detuvo a sus sentimientos; permitió que siguieran creciendo, alimentándose de ilusiones hasta quedar profundamente enamorado de aquel joven que, al igual que él, le estaba viendo con lágrimas brillantes cubriéndole el rostro.

—No estábamos destinados a encontrarnos —mencionó el alfa, segundos después y con el corazón doliendo.

—Y aún así lo hicimos —dijo Jimin, para luego recostar la cabeza en el hombro del alfa.

Permanecieron en un silencio cómodo donde las palabras estaban de más. El aroma del alfa fue capaz de extenderse hasta lograr cubrir por completo al inquieto guardián que incesantemente buscaba una forma para permanecer en aquel lugar, pero que cada vez que lo intentaba, descubría con dolor que no existía y que debía marcharse pronto.

—Estuvimos destinados para amarnos —dijo Yoongi de repente, captando la atención de su acompañante.

—Eso explica el amor que siento por ti, lobezno —articuló Jimin, sintiendo como los latidos de su corazón aumentaban en velocidad.

Ambos se movieron hasta quedar frente a frente. Los ojos gatunos del alfa miraron aquellos mágicos que brillaban como nunca antes lo habían hecho, haciéndole conocer un encanto sin igual que lo hizo caer más profundo en sus sentimientos, pero quitando todo el miedo que estuvo teniendo desde el momento que descubrió su verdadero sentir.

—Me enamoré de la porción más brillante de la deidad lunar —confesó Yoongi, luego se acercó un poco más para susurrar—: te amo, y siempre lo haré; tómalo como un acto de entrega y amor de este torpe lobezno para su hermosa luna nueva visible.

—Te amo para la eternidad —confesó Jimin con un leve temblor en sus labios—. Toma mi amor como una promesa que mi magia ha creado para acompañarte siempre.

Y segundos después sucedió.

El lobezno se entregó por completo a aquel beso tímido que inició el guardián. Ambos acariciaron los labios del otro, dejando sus huellas impresas en sus almas que desde ese momento quedaron entrelazadas, sin importar el tiempo o la distancia.

Porque si de algo estaban seguros es que ninguna magia existente sería lo suficiente poderosa como para destruir el amor que nació entre ellos, y que ni siquiera estaban buscando.

Pero ahora que lo tenían, lucharían por cuidarlo.

Mañana vuelvo con más actualizaciones para ver si la puedo terminar pronto. 😳

Muchas gracias por leer.

Yoon.🌙