veinticinco
Los acontecimientos que comenzaron después de colgar el teléfono son algo así como un barrido. Mis padres están preguntándome qué está pasando, pero lo único que puedo manejar a pensar es que tengo que encontrar a Harry. No hay ninguna duda en mi mente de que es su cuerpo. Cometer un error me puede hacer parecer desequilibrada mental y neurótica, pero no estoy cometiendo un error. Lo sé.
—Jane, ¿estás escuchándome? ¿Qué está pasando?—mi madre pregunta—. ¿Qué no nos estás diciendo?
No le respondo, sin saber cómo en mi inmenso estado de shock.
Pronto, coches de policía empiezan a llegar a nuestra puerta, y salgo para encontrar a la Detective Whitmore cerrando la puerta de un Cruiser detrás de ella. Lleva pantalones oscuros y una blusa blanca, con su cabello oscuro cayendo sobre sus hombros. Su rostro expresa irritación.
—Hubiéramos estado aquí antes si Lyle no fuera un pésimo conductor. Estoy tentada de despedirlo por idiotez—dice, dirigiéndole una mirada al Oficial Lyle mientras él se baja del coche. Ella me mira de vuelta—. Muéstranos dónde está el cuerpo.
Asiento con la cabeza y la guío por la casa, con mis padres mirando estupefactos desde el patio trasero.
Whitmore se las arregla para seguir mi ritmo acelerado a medida que caminamos por el sendero, con un grupo de oficiales detrás de nosotros.
—Ahí—le digo—. Mira, la hierba no crece como el resto. Parece lo bastante larga como para que alguien pueda estar allí debajo.
Whitmore me mira con una expresión difícil de leer.
—¿Cómo sabes que es Harry Styles quien está ahí abajo?
No sé cómo explicárselo; No sé cómo verbalizar el poderoso instinto que tengo.
—Confía en mí—le digo—. Sólo confía en mí.
Ella me mira por otro momento, con el ceño fruncido.
Finalmente, ella mira por encima de su hombro hacia el grupo de oficiales.
—Bueno, ¿qué están esperando? Comiencen a excavar.
Mi corazón está latiendo fuera de mi pecho mientras observo al Oficial Lyle y otros cuatro oficiales más caminar hacia el parche y comenzar a cavar, sacando tierra y tirándola de lado.
Whitmore se aleja un poco, hablando hacia su radio. Ella termina de hablar y me mira.
—El capitán de policía ya está en camino. Tal vez consigamos un poco de prensa por esto.
Nadie presta atención a nada más que la excavación en el claro, pero mientras mis ojos se postran en las copas de los árboles, se bloquean en un par que coinciden con el verde oscuro de las hojas.
Harry se sienta entre las ramas de un roble alto, parcialmente ocultado de ser visto. Si no estuviera tan acostumbrada a verlo sentado en medio de los árboles en este claro, nunca lo habría notado.
Frunce el ceño hacia mí, y sus ojos no son de su habitual color verde pálido. No, son de un verde más oscuro; mucho más oscuro que el que he visto en él.
Nunca lo he visto tan enfadado.
Volteó la mirada a medida que más oficiales caminan hacia el claro, con más equipo en su manos. Mis padres vienen con ellos, corriendo a mi lado. Mi padre pone una mano sobre mi hombro y mi madre me besa en la frente y las mejillas, todavía confundidos por la situación, pero puedo decir que ellos entienden que no puedo reaccionar en estos momentos. Hay demasiado caos alrededor de nosotros como para una explicación.
Un alto oficial de cabello gris y ojos marrones camina por el claro y la detective lo saluda de manera cortante.
—Ella es Jane Marx—me presenta—. Fue ella quien llamó.
—Encantado de conocerte—dice, asintiendo hacia mí—. Soy el Oficial Rice, capitán de policía.
Asiento con la cabeza en señal de saludo. Él y Whitmore comienzan a conversar y yo miro hacia el suelo. Mis nervios están muy ensartados en este nuevo descubrimiento. ¿Qué va a pasar de ahora en adelante si es el cuerpo de Harry?
Le toma a los oficiales cerca de una hora en encontrar lo que están buscando.
—¡Tenemos algo!
Whitmore coloca su teléfono en el bolsillo y se acerca al agujero que han cavado, alumbrando con una linterna en la fosa. Se ha vuelto oscuro el cielo desde que comenzaron a cavar, y el aire de otoño es frío sobre mi piel. No me atrevo a caminar hacia el agujero con miedo de lo que pueda ver.
Hay una breve pausa en el claro cuando Whitmore mira de reojo hacia abajo en el agujero.
Reuniendo todo el coraje que puedo, me acerco al lado de Whitmore, mirando también.
El agujero es quizá de seis o siete pies de profundidad, y oscuro, con la excepción de la linterna de Whitmore. Mis ojos se deslizan por alguna señal de lo que han encontrado, y lo encuentro.
Una mano, blanca y descompuesta, sobresale desde el fondo del agujero, como si quisiera alcanzar el mundo de arriba.
Ahogo un jadeo en mi garganta mientras lo observo. El cuerpo debió haber sido tirado de lado para que el brazo estuviera de esa manera, es un espectáculo espeluznante y horrible de ver.
—Sigan cavando—dice la detective Whitmore, manteniendo su voz.
Me alejo del agujero, sin confiar en mi voz para hablar.
Cuando miro hacia atrás en el roble, Harry sigue ahí, observando, esperando.
Miro a los oficiales trabajar alrededor del hoyo, la imagen de la mano es la única cosa que veo cuando cierro mis ojos brevemente en un vano intento de despejar mi mente. Esa mano, esa muerta y blanca mano, mirando hacia el cielo, tratando de aferrarse a cualquier último intento de vida. Esa mano, que una vez fue cálida, suave y gentil es ahora nada más que un marco vacío de lo que antes vivió.
—Harry Styles fue asesinado hace tres meses—murmura Whitmore—. Si es él, no estará demasiado descompuesto todavía. Aún podemos ejecutar una autopsia. Por supuesto, tendremos que llamar antes a sus padres para identificarlo...
Sus palabras comienzan a ser silenciadas cuando veo a los oficiales jalar algo fuera de la fosa.
Me aparto cuando el cuerpo es sacado del agujero.
No me las arreglo para obtener una vista del cuerpo durante el resto del tiempo que sigo en el claro, hay demasiados oficiales e incluso algunos periodistas que han comenzado a llegar, bloqueando mi visión.
Cojo fragmentos de conversaciones a medida que más y más personas llenan el claro previamente privado. Me paro a un lado de mi madre y mi padre, viendo como Castle Hill comienza a recordar a Harry de a poco.
—Es él, bien—oigo a un reportero de cabello castaño rojizo decir—. Nadie puede confundirlo.
—Qué pena—otro periodista con una cámara concuerda—. ¡Qué historia va a hacer esta, sin embargo!
Hay una pizca de tristeza en su voz, pero sólo un poco.
—Jane, debes volver a la estación—la Detective Whitmore dice a mi lado, y desvío mi atención de la multitud que se ha acumulado. Asiento con la cabeza hacia ella, para seguirla fuera del claro.
Una hora y media más tarde estoy sentada en el mismo asiento en la oficina de Whitmore, sintiendo ganas de llorar, pero sin encontrar las lágrimas para hacerlo. Whitmore se sienta detrás de su escritorio, fumando un cigarrillo y contestando llamadas, un ceño permanece grabado en su rostro.
Ella cuelga el teléfono y me mira, dando una calada de su cigarrillo.
—Habrá una conferencia de prensa fuera de la estación una vez que los Styles identifiquen el cuerpo—dice ella—. Reabriremos el caso.
Asiento con la cabeza.
—Me lo imaginé—levanto la mirada hacia ella—. Si sólo me dijeras por qué se cerró en primer lugar.
Ella se inclina hacia adelante en su escritorio, tirando ceniza de su cigarrillo. Exhala el humo lentamente.
—¿Por qué te preocupas tanto?
—Me mudé a su antigua casa, y conozco a sus viejos amigos—le digo—. Me preocupo lo suficiente.
Ella abre su boca para hablar al momento en que el teléfono suena de repente. Lo arrebata de su posición, respondiendo pronto.
La oficina parece ahumarse más y volverse calurosa con cada momento que pasa. Enrollo las mangas de mi suéter, tratando de calmarme.
Los padres de Harry vienen aquí para identificar el cuerpo. Es el cuerpo de Harry. Harry está realmente muerto. Él murió. Ha estado muerto todo este tiempo.
Antes de esta noche, sin un cuerpo, todo este asesinato parecía casi como un sueño, un mero producto del surrealismo. Pero ahora, parece que la realidad ha lanzado una gran jarra de agua sobre la situación, despertándola y trayéndola al presente.
La puerta de la oficina se abre de repente, y entran dos personas que reconozco al instante.
—Jennifer, me alegro de verte—el padre de Harry le dice a la detective mientras ella se levanta de su asiento para darle la mano a él y a su esposa. Me mantengo en silencio en mi asiento, observándolos.
—Lamento verte bajo tales... circunstancias desafortunadas—dice Whitmore—. Sé que querías dejar todo esto detrás tanto como fuera posible.
—Lo hicimos—el padre de Harry asiente—. Pero aquí estamos.
Todos los ojos se vuelven hacia mí.
—Esta es Jane Marx—Whitmore dice y mis manos comienzan a temblar—. Ella hizo la llamada acerca de encontrar el cuerpo.
—Hola—digo, tratando de controlar mi voz aún cuando la madre de Harry me estrecha la mano, sus labios formando una sonrisa tensa. Mi corazón late con fuerza contra mi caja torácica.
—Marx, reconozco ese nombre—el padre de Harry dice, poniendo una mano sobre su barbilla—. ¿Por casualidad vives en...
—La Mansión Cadence, sí—le digo, asintiendo con la cabeza. Me doy cuenta de que sólo le interrumpí y mentalmente arranco mi cabello en señal de frustración. Soy una idiota.
Ambos asienten lentamente, con expresiones sombrías.
—Bueno, terminemos con esto—dice la madre de Harry, mirando de vuelta a Whitmore.
La detective asiente y me dice que puedo quedarme aquí hasta que vuelvan de identificar el cadáver.
Poco a poco me siento devuelta en la silla, mirando el humo arremolinarse del remanente cigarrillo que Whitmore aplastó en el cenicero. Acabo de conocer a los padres de Harry. Los padres de Harry, quienes anteriormente cerraron su caso.
Oigo un ruido golpeando y miro la pequeña ventana al lado del escritorio. Harry atraviesa la pared, con la misma expresión solemne de antes en su rostro.
Me levanto de la silla y camino hacia él, prácticamente cayendo en sus brazos. Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y descanso mi mejilla contra su pecho en un abrazo egoísta por mi propio reconforte.
Él responde, y a pesar de que no pueda sentir, devuelve mi abrazo porque sabe que me consuela.
—Acabo de conocer a tus padres—le digo en su suéter.
Se endurece con ligereza.
—¿Están aquí ya?
Asiento.
—Ellos van a identificar tu cuerpo—me alejo un poco para poder mirarlo—. ¿Sabías que estabas allí debajo del árbol todo este tiempo?
Niega con la cabeza.
—Te lo habría dicho—dice—. Es tan impactante para mí como lo es para todos.
—Van a realizarte una autopsia—le digo—. No estás demasiado descompuesto todavía—mi pecho se tensa por el sentimiento—. Van a saber cómo fuiste asesinado.
Él tira de mí hacia él cuando mi labio inferior comienza a temblar, pasando su fría mano por mi cabello.
—No estés triste—dice en voz baja—. La muerte no es el final, ¿recuerdas?
Lo miro de vuelta, a punto de responder cuando voces se oyen ligeramente fuera de la oficina.
Harry rápidamente se aleja de mí, con las manos apoyadas sobre mis hombros.
—Obtén la mayor cantidad de información posible—dice, en voz baja y apresurada—. Cuando salgas de aquí, ve a casa y duerme. Nos vemos en el cementerio mañana temprano antes de la escuela, si puedes. El claro es demasiado público ahora—presiona un helado beso sobre mi frente—. Gracias por ayudarme—susurra en voz baja antes de retroceder y desaparecer a través de la pared y fuera de la oficina.
Tan pronto como me siento en la silla, la puerta se abre y Whitmore entra, con los padres de Harry detrás de ella.
Ofrezco mi asiento a la madre de Harry y ella lo toma, sonriendo forzadamente hacia mí en tanto su marido se sienta a su lado.
—Muy bien—Whitmore suspira, revolviendo papeles sobre su escritorio—. El cadáver se confirma como el cuerpo de Harry Styles. La autopsia se llevará a cabo de inmediato para determinar la causa de muerte. La conferencia de prensa será mañana a las 10 a.m. fuera de la estación, y el caso por asesinato será reabierto inmediatamente—ella mira a los padres de Harry—. Les aconsejo a ustedes dos quedarse en un hotel para pasar la noche—dice—. Estoy segura de que querrán estar en la ciudad los próximos días.
—Por supuesto—dice el padre de Harry—. Haré una reservación de inmediato. Gracias, Jennifer.
La Detective Whitmore asiente hacia él.
—Mis condolencias por su hijo, una vez más—ella dice a los dos.
—Gracias—dice la madre de Harry.
—Nos vemos mañana por la mañana—dice su padre, de pie.
Whitmore asiente a ellos cuando salen de la oficina.
Las puerta se cierra detrás suyo en voz baja.
—¿Realmente cerraron el caso la primera vez?
Whitmore me mira con cansancio. Ella suspira.
La miro con paciencia.
—Eso es información clasificada.
—Acabo de encontrar el cuerpo de su hijo, será mejor que divulgues esa información conmigo—le digo, cruzando los brazos sobre mi pecho.
Whitmore se queda en silencio.
—¿Cómo supiste que era el cuerpo de Harry Styles?
—Te he hecho una pregunta.
—Yo soy el adulto aquí, Marx.
—¿Qué quieres, una medalla?
Whitmore se inclina hacia atrás en su asiento, una pequeña sonrisa cruza su rostro como respuesta a mi réplica sarcástica. Ella mira el reloj de la pared.
—Son casi las diez—dice—. Deberías irte a casa—abre el cajón de su escritorio y saca una menta del pequeño envase, metiéndola en su boca.
—Mira, yo podría ser útil para este caso—le digo, bajando mi voz—. Tal vez quieras pensarlo—camino hacia la puerta, apoyando mi mano sobre el pomo—. Yo soy la que abrió este caso de nuevo ¿recuerdas?
—¿Estás insinuando que tienes más información?
—No—le digo—. Estoy dando a entender que no debes tratarme como una inferior y quizá yo podría ser de ayuda.
Whitmore muerde su menta, haciendo un crujido.
—Muy bien—dice ella. Busca un nuevo cigarrillo y el encendedor, poniendo el cigarrillo entre sus labios. Ella chasquea para avivar el fuego y lo enciende, dejando salir el humo por el aire—. Buenas noches, Jane—dice—. Y es posible que desees venir a la conferencia de prensa mañana. O, al menos, verla en las noticias.
—Lo haré—digo. Giro la manija de la puerta, abriéndola y empezando a salir.
—Ah, y Jane.
Me vuelvo para mirarla.
Ella toma el cigarrillo entre sus dedos, mirando directamente hacia mí.
—Gracias por tu ayuda hoy.
Asiento con la cabeza.
—Todo el mundo merece justicia.
La detective da una calada a su cigarrillo.
—Estoy de acuerdo.
»»»
Pues Harry sí está muerto chiquis, sólo falta saber quien lo asesinó. ¿Ustedes quién piensan que lo hizo? Hmmm
Saquen su lado detectivesco (:
Liv.
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