veinte
Resulta que mi madre vino a interrumpir en mi habitación porque uno de sus niños de primer grado trató de comerse una rana. Ella continúa diciéndome como el ser maestra es agotador y frustrante a veces, y que siempre debería apreciar a mis maestros porque ellos trabajan muy duro por mí.
Estoy más preocupada por el hecho de que casi beso a un chico fantasma de nuevo. Un chico fantasma al cual debería estar ayudando a encontrar a su asesino. Un chico fantasma que pudo haber sido asesinado por alguien que podría ir al colegio conmigo, o alguien en este mismo maldito pueblo.
Asiento hacia mi madre mientras ella continúa hablando sobre Peter, el niño que trató de comerse a la mascota de la clase. Aparentemente él no la ingirió, sólo la sostuvo en su boca por unos segundos antes de decidir que la rana no tenía buen sabor.
—Así que brincó hacia el suelo y ocasionó que cerca de diez niñas gritaran—dice—. Me sorprende que la rana haya sobrevivido a todo eso. Ese pequeño anfibio fue un verdadero reto.
—Me imagino—observo la ventana por sobre mi hombro.
—¿Ocurre algo? pareces un poco distraída.
¡Un chico fantasma me besó hace dos noches!
—No—digo, rápidamente girándome a verla—. Estoy bien.
Ella frunce el ceño, levantándose y caminando hacia mí. Presiona una de sus palmas contra mi frente.
—Estás muy fría—musita, frunciendo una ceja.
¡Casi me besa el mismo chico fantasma antes de que tu llegaras!
—Estuve delante del refrigerador decidiendo que comer—miento fácilmente. Ella sabe que es algo que usualmente hago cuando no me decido por la comida.
—Oh—remueve su mano—. Instinto maternal, eso es todo—besa mi mejilla—. Comenzaré a preparar la cena.
Asiento y ella camina fuera de mi habitación, convenientemente olvidando cerrar la puerta detrás de ella.
Bufo y me dirijo a cerrarla.
Comienzo a pensar acerca de lo que escuché en la biblioteca esta mañana. ¿A quién estaba amenazando Max? ¿Qué hace su padre? ¿Por qué sonaba tan malévolo?
Hago una mueca, dándome cuenta que no conozco el apellido de Max, así que no puedo buscarlo en Google. No sé el nombre de su padre tampoco, así que esto es un fracaso.
Como sea, conozco el apellido de Harry.
Tomo mi laptop del escritorio y la coloco sobre mi cama, encendiéndola y esperando a que arranque.
Rápidamente entro a Google cuando está lista.
Escribo en la barra de búsqueda.
Los resultados de la búsqueda aparecen enseguida.
El primer link parece ser su vieja cuenta de Facebook. Sin saber exactamente que esperar, doy clic en ella.
Su foto de perfil es una fotografía de él con su brazo alrededor de Ava, una sonrisa de satisfacción está plantada sobre los rojos labios de ella. El rostro de él está relajado, con una simple sonrisa, mostrando los hoyuelos. Lucen como si estuvieran vestidos como para algún evento, Harry con una camisa negra y pantalones; y Ava en un corto vestido rojo.
Su último estado fue actualizado el 7 de Junio del 2013. Un día antes de su muerte.
El mensaje fue respondido por otra persona el mismo día.
Max Williams: ¡¡Estoy emocionado por la fiesta hermano!!
Harry Styles: No puedo esperar. ¡Va a ser una locura!
Así que hubo una fiesta el siete de Junio. ¿Pudo haber ocurrido algo allí que tenga que ver con la muerte de Harry el día ocho?
Doy clic en el perfil de Max.
Tiene como perfil una foto de él, sonriendo ampliamente. Williams, ese es su apellido. Hago una nota mental de buscarlo en Google después y trato de encontrar respuestas acerca de su padre.
Si hay algo en lo que soy buena, es en el acecho en internet.
Busco entre los mensajes recientes de Max, los cuales son la mayoría acerca de la escuela o fotos con Nate, Adam, Jenna y el resto del grupo. Su perfil luce como el de un típico chico de preparatoria.
Me deslizo un poco más abajo, hacia los mensajes de Junio.
Su último estado del mes de Junio fue el que le dejó a Harry. Después de eso, el no volvió a escribir nada hasta mediados de Agosto.
Peculiar.
Regreso al perfil de Harry.
Hay un montón de mensajes en su muro, justo después de su muerte.
Todos son iguales.
"Te extrañamos Harry. Descansa en paz"
"Te amamos y te extrañamos Harry"
"Nuestros pensamientos y oraciones están contigo"
"Te extraño y te quiero"
"RIP"
"Te amamos demasiado Harry"
Me enferma. Apuesto a que la mayoría de estas personas ni siquiera lo conocían. Él sólo era el chico popular para ellos, el chico con dinero junto con la encantadora sonrisa.
Muchos dicen que a nadie le importas, a no ser que seas bien parecido o estés muerto.
Resulta que Harry es ambos.
Enardecida de cólera, doy clic en las fotos de Harry.
La mayoría de ellas está con sus padres o con Max. Hay algunas con Ava también. Él está siempre sonriendo, luce feliz. El triste brillo que almacena en sus ojos ahora no está presente en estas viejas fotos. Mientras más observo, más pesado se vuelve mi corazón. Estoy mirando directamente como era la vida de Harry. Se veía tan feliz y alegre, padres amorosos, amigos, una linda novia. ¿Qué fue lo que salió mal?
Esas sonrisas esconden secretos, dice mi mente. Ninguno de ellos es inocente.
Mientras más fotos veo y más mensajes leo, más furiosa me pongo. Si la gente se preocupa tanto, ¿por qué su caso no está resuelto? ¿por qué está estancado en el intermedio?
Mis ojos capturan un cierto mensaje en el muro de Harry.
"Te extrañamos mucho, pero estás en un mejor lugar ahora. RIP"
¿Mejor lugar? De ninguna manera. Él no ha cruzado todavía. ¿Cómo es que alguien puede decir eso?
Ellos no saben, me lo recuerda mi subconsciente. Ellos no tienen a Harry para que les explique los reinos en los que se divide el mundo.
Aún así, es injusto. Todo esto es injusto.
La vida es injusta, eso es cierto. Pero también lo es la muerte.
Cierro mi laptop y coloco la cabeza entre mis manos. Mi pecho se encoge y la habitación arde. No sé por qué el mirar a través de la vida de Harry me hace sentir de esta manera.
Hago a un lado mi computadora, mi cabeza duele. Terminaré de acechar a la gente en la vida pasada de Harry otro día.
(...)
Escaneo el cementerio buscando el reconocible suéter color blanco de Harry junto con sus pantalones negros.
Él no estaba en el claro y no parece estar aquí tampoco. Otros fantasmas se encuentran aquí, sentados sobre el pasto o sobre las lápidas, conversando tranquilamente.
—¿Eres Jane, cierto?
Instantáneamente me sorprendo por la voz y me giro para ver a Em. Su lacio y pálido cabello rubio cae en forma de cascada por encima de sus hombros. Usa un vestido color verde agua y está descalza. Sonríe dulcemente hacia mí.
—Sí—digo, asintiendo—. ¿Harry está aquí?
Niega con su cabeza.
—Él no ha venido aquí en todo el día. Pensé que estaba contigo.
Siento el rubor incrementarse en mis mejillas mientras niego con mi cabeza.
—Bueno, ya que estás aquí, ¿por qué no vienes con nosotros?
Me encojo de hombros.
—No lo sé, puedo regresar otro día cuando Harry..
—De ninguna manera. Cualquiera que esté ayudando a Harry es amigo nuestro.
Ella enlaza sus delgados dedos alrededor de mi muñeca, y siento el helado toque familiar colarse dentro de mi piel.
Me lleva a través de cementerio hacia un pequeño grupo de fantasmas sentados sobre el suelo, formando un círculo. Em se sienta al lado de un pequeño niño el cual luce como de seis años, y tira de mí para que me siente a su lado.
Todas las personas en el pequeño círculos son jóvenes, ninguno más grande que yo. Sostienen margaritas entre sus dedos, las cuales recogen del suelo. Todos los ojos se dirigen hacia donde estamos sentadas Em y yo.
—Ella es Jane—dice Em—. Es quien está ayudando a Harry.
Todos asienten, al parecer reconocen mi nombre.
¿Existe algún tipo de línea de chismes en este cementerio?
—¿Jane, la bonita?—el pequeño niño junto a Em pregunta.
Amplío mis ojos y me sonrojo, todos comienzan a reírse.
—Sí, Wesley, la bonita—Em le sonríe.
Wesley sonríe hacia mí como si él supiera algo que yo no.
—Toma—una chica de cabello rojo dice, dándome el comienzo de una cadena hecha de margaritas. Ella luce sólo un poco más joven que yo—. Estamos haciendo coronas de flores.
Wesley sostiene una, sonriendo.
—Mira, ¿no es linda? voy a ponerla en el jardín de mi mamá cuando la termine. Ella luce confundida cada vez que las encuentra, nunca sabe de donde vienen—él parece contento con ese hecho mientras recoge otra flor del suelo.
Sonrío hacia él. Es adorable. Tan joven, tan puro.
Tomo la cadena de margaritas que me dio la chica pelirroja y sigo las instrucciones de Em.
—Mira, haces una pequeña incisión debajo de la flor y encajas otra a través de ella. Después repites lo mismo hasta que formes la cadena—ella dice, mostrándome la suya.
Asiento e imito sus movimientos.
—Así que Jane—una chica con margaritas sobre su cabello habla. No debe pasar de los quince años—. ¿Tu eres quien está ayudando a Harry a encontrar a su asesino?
—Uh, sí—digo, tratando de hablar y formar la cadena al mismo tiempo—. Así es.
—¿Has tenido suerte?—pregunta la chica pelirroja.
Me encojo de hombros.
—No mucho. Sólo una hueca pared en la vieja casa.
—Eso puede significar muchas cosas—dice otra chica, que luce de la edad de siete.
—Está sellada, de todos modos—digo—. Y Harry no puede atravesarla.
—Raro—dice Em.
Una idea cruza por mi mente.
—Hey, ¿todos ustedes pueden atravesar paredes, cierto?
Todos asienten simultáneamente.
—¿Por qué uno de ustedes no intenta atravesarla entonces? para ver que hay detrás—digo emocionada, colocando la cadena de flores sobre mi regazo.
Todos se quedan en silencio.
Observo rostro por rostro, confundida.
—¿Qué?
La chica pelirroja aclara su garganta.
—Podríamos ayudar—dice—. Pero no podemos.
La chica con flores en su cabeza asiente.
—Como compañeros estancados en el intermedio, todos debemos cumplir nuestras tareas por nuestra cuenta, sin la ayuda de ningún fantasma. Tu puedes ayudar a Harry porque estás viva. Nosotros somos incapaces de ayudar a cualquiera, más que a nosotros cuando se trata de cruzar.
Frunzo el ceño.
—Oh.
—Tratamos de ayudarnos—dice Em—. Pero nuestros intentos fueron en vano.
Wesley deja salir un leve suspiro, agitando su cabeza.
Todos están tan normal con esto, mientras yo siento una tristeza hundiéndose en la boca de mi estómago.
Mientras me siento con el pequeño grupo, me entero de que la chica pelirroja se llama Yasmin, la chica con flores en su cabeza es Ellie, y la que luce de siete años es Madison. Estoy intrigada al ver que ellos conversan y ríen como cualquier grupo de niños con vida lo haría. Wesley se inclina y comienza a colocar margaritas sobre mi cabello.
—Harry tenía razón—él me dice, mientras coloca una flor detrás de mi oreja—. Eres bonita.
Me sonrojo y río, sonriéndole.
—Bueno, tu eres muy guapo—digo y él sonríe tímidamente hacia mí.
Termino una corona de flores y comienzo con otra, recibiendo una sonrisa de satisfacción por parte de Em.
—Hey, ¿qué estás haciendo aquí?
Giro mi rostro para ver a Harry de pie frente a nuestro pequeño grupo.
—Te estaba buscando—le digo mientras se sienta a mi lado—. Y decidí quedarme para hacer coronas de flores.
—¡Hola Harry!—dice Wesley.
—Hola, Wes—Harry lo saluda, sonriendo.
—¿Dónde habías estado Harry?—pregunta Madison.
—Fui a ver a mis padres—frunce el ceño. Debe ser muy difícil para él ver a sus padres de esa manera. Mi corazón se encoge levemente.
—No pienses en eso—dice Em, interrumpiendo mis pensamientos—. Haz una corona de flores.
Me inclino y recojo mi corona terminada.
—Toma—digo, girándome y colocándola sobre su cabello—. Puedes usar esta que yo hice.
Él sonríe hacia mí.
—Gracias.
Asiento, sonriéndole.
Se inclina hacia delante y recoge una margarita del suelo.
—Ahora me siento en deuda contigo—dice, formando un agujero en ella tal como Em me enseñó—. Tendré que hacerte una.
—¡No!—dice Wesley—. ¡Ya puse flores sobre su cabello!
—No son muchas flores—dice Harry, continuando con su corona—. Y además, hago las mejores coronas de flores por aquí.
—No, yo lo hago—dice Wesley.
—Muy bien, estoy en segundo lugar entonces.
—Tercer lugar. Jane es mejor que tu.
La mandíbula de Harry cae y yo río.
—Wesley—Harry lo regaña—. ¿Qué pasó con nuestra amistad?
—Jane es bonita y agradable—Wesley canturrea, recogiendo otra flor y colocándola sobre mi cabello—. Y tiene cabello largo para poner margaritas sobre él.
Sonrío hacia Harry.
Él niega con su cabeza, riendo.
—Parece que Wesley tiene un pequeño crush.
—Tu estás igual Harry—Yasmin bufa.
—Sí, Harry—Ellie concuerda.
Em sólo ríe.
Harry mira hacia un lado y todos ríen.
Quince minutos y un montón de margaritas después, Harry terminó mi corona.
Él la coloca gentilmente sobre mi cabeza, con cuidado de no desordenar las flores de Wesley.
—Listo—dice—. Ahora estamos a mano.
El grupo se levanta inquieto y se disipa alrededor del cementerio, dejando sólo a Harry y a mí, sentados sobre el pasto.
—Creo que Wes tiene razón—dice Harry, recogiendo una corona terminada que dejé sobre el suelo a mi lado—. Haces unas coronas de flores excepcionales.
Sonrío.
—Suerte de principiante.
Todo se queda en silencio por unos momentos. Observo a Wesley y Yasmin comenzar a jugar.
—Harry—mascullo, mirándolo—. ¿Cómo murió Wesley?
—Nació con un montón de problemas cardíacos—dice Harry—. Al final, por más que trató, su corazón dejó de latir pasado los seis años.
Un bulto se forma en mi garganta.
—Me dijo que dejaba coronas de flores en el jardín de su mamá.
—Lo hace—dice—. Para tratar de convencerla de perdonarse por retirarlo de lo que lo mantenía con vida.
Observo a Wesley tomar la mano de Yasmin mientras conversan, sus jóvenes rasgos son ligeros y alegres.
—Son tan jóvenes—digo.
Harry asiente, apretando su mandíbula.
—Cuando mueres, retornas en el año que fuiste más feliz. La mayoría de las personas son jóvenes. Observa.
Mis ojos escanean el cementerio, y veo que él tiene razón. No muchos de los fantasmas son más grandes que Harry y yo.
Tomo un respiro, jalando el pasto con mis dedos.
—¿Crees...—aclaro mi garganta—. ¿Crees que si yo... me suicidara... terminaría aquí?
—¿En el intermedio?
Asiento.
Harry muerde su labio inferior.
—No lo sé—responde—. Supongo que depende en qué estás dejando atrás.
Asiento, mirando hacia el suelo.
—Deja de fruncir el ceño—dice—. No puedes hacer eso cuando tienes demasiadas margaritas en tu cabello.
Levanto la mirada hacia él y una sonrisa se forma en mi rostro.
—Entonces deja de fruncirlo tu también—digo y el ríe, alzando una mano para tocar su corona de flores.
—Es justo—me brinda la más grande y dulce sonrisa que jamás haya visto y río junto con él. Tomo una margarita y la coloco sobre su cabello detrás de su oreja. Él hace lo mismo, poniendo más y más flores sobre su oscuro cabello rizado.
Me encuentro preguntándome a qué edad retornaría si muriera. ¿Cuándo he sido más feliz?
Observo a Harry, quien recoge otra flor para poner sobre su cabeza.
Ahora. Mi momento más feliz es en este momento.
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