Coronas de espinas. Parte II

2. La princesa y la criatura

IRizoç trataba de mantener el semblante sereno, sin embargo, ya le resultaba casi imposible disimular la rabia que la consumía cada vez que veía al MHagg OThouçç, supremo dios y gobernante del pueblo eelphen, sometido a los caprichos de aquella cosa como una niña, pero que estaba muy muy lejos de ser tal.

Se hacían llamar "demangs", la raza que había surgido de aquella piedra caída del cielo hacía 39 años; oscuros, enigmáticos, perversos y ella era su reina, tan extraña como seductora y quien en casi cuatro décadas no parecía haber envejecido un solo día.

La luz de cuatro antorchas, colocadas en pedestales de acero pulido alrededor de una plataforma que se elevaba unos 50 centímetros sobre el piso, arrancó un destello iridiscente de las blancas alas del ente que se sentaba, con lujo de indecencia, en el ZAncta ZAnctorae, el trono de marfil y esmeralda que había pasado de un MHagg al otro desde hacía 600 años.

-Mi señora-

El MHagg hizo una reverencia e hincó una rodilla en el piso, mientras los cinco ojos que destacaban en el extraño rostro de la criatura, dos de ellos "humanos" y los otros tres redondos y negros cual obsidiana pulida, se posaban en él, arrancándole gruesas gotas de sudor que avergonzaron aún más a la infanta, quien se arrodillaba detrás de él junto con el Círculo Interno.

-Mi pequeño-

La criatura, quien se hacía llamar Thuro-Tee, inclinó la cabeza a modo de saludo, mientras cerraba las piernas, recuperando un poco la compostura, aunque, enseguida, una de sus manos se estiró para posarse sobre las nalgas de una de sus guardaespaldas, criaturas como ella, pero mucho más altas, casi tanto como una oruk, musculosas como una zndaory y con facciones como las de una princesa humana, aunque los ojos cubiertos por una protuberancia cornea que se prolongaba hasta crecer en un par de cuernos rojos y rugosos que se retorcían a los lados de la cabeza, les daban una apariencia tan extraña como aterradora.

-La criatura se ha escapado y muchos de sus esbirros cayeron, pero la mayoría huyeron junto con ella-

-Un incidente desafortunado, mi niño hermoso-

La voz grave y profunda, que desmentía todavía más el infantil aspecto de la reina demang, dejaba traslucir un cierto timbre de decepción, el cual hizo que un extraño sollozo escapara de la garganta del MHagg, quien, evidentemente, hacía hasta lo imposible por contener el llanto.

-Ya, ya, mi pequeño. Acércate.

Como un niño compungido, el MHagg se incorporó y fue a arrodillarse a donde el ente aquel le hacía un espacio frente a ella, a los pies del trono.

-Lo siento, mi señora, en verdad lo siento, no sé cómo pasó esto-

Sorbiendo las lágrimas, el MHagg buscó refugio apoyando la cabeza sobre los muslos de la critura, quien dejó que una de sus manos recorriera el largo cabello negro azabache del MHagg, en una caricia "maternal", que provocó el inmediato desprecio de IRizoç.

-No te angusties, mi niño hermoso, te aseguro que todo va a estar bien-

Una risilla de sorna de la infanta atrajo la mirada aterrada de la joven TUlea AQatheia, quien había ido en representación de la recién fallecida MUmbee FAvahel, mientras de la mano de la demang surgía un resplandor ambarino que pronto cubrió por completo el cuerpo del MHagg, cuyo gesto cambió, en un instante, de compungido a extasiado.

-Por fortuna, el Mapa está a salvo, ¿no es así?-

-¿Síii...?-

-¡¿El Mapa está a salvo?! ¡Responde!-

En medio de aquel éxtasis maravilloso, el MHagg parecía, incluso, incapaz de entender lo que se le preguntaba lo cual dibujó un rictus de disgusto en aquella cara enmarcada por dos pares de cuernos de distinta forma y textura.

-¿Respondeee...?- absolutamente perdido, el "dios" eelph tuvo un duro despertar cuando el brillo en la mano de su dueña se apagó -¡No, no te detengas! ¡No te detengas, te lo suplico!-

-Pues si quieres que siga tienes que decirme...-

-¡¡YA BASTA!! ¡Suficiente!- con un gesto de la más absoluta indignación, IRizoç se levantó, desafiante, ante la mirada de terror de lo que quedaba del Círculo Interno -¡Esto es vergonzoso, mi señor! Ni siquiera un humano o un tdwarvan se rebajarían de ese modo-

Por un momento sorprendido, el MHagg no tardó en reaccionar.

-¡Mocosa estúpida, es a tu dios al que le estás hablando! Será mejor que muestres un poco de respeto o... ¡oohhhh!-

Una clase diferente de brillo, ahora violáceo, se proyectó de los cuernos de la criatura hacia el cuerpo del MHagg y este se agitó en una especie de repentino "orgasmo", que no sólo lo hizo callar, sino que lo derribó en el suelo, totalmente extasiado.

-No te alteres, pequeño mío, permíteme manejar esto-

Sin una voz, sin una señal, sin un gesto discernible de Thuro-Tee, las dos criaturas a los lados del trono abrieron un par de bocas descomunales, de las cuales salió un poderoso chorro de una especie de humo espeso y maloliente que impactó en la desprevenida infanta, arrojándola contra la pared.

Un rápido reflejo y una bendición la libraron de la mayor parte de la fuerza del golpe, aun así, su ropa se estaba desgarrando y su piel parecía resquebrajarse en algunos lugares, mientras trataba de escapar de aquel pestilente vendaval que la tenía aprisionada contra la pared.

-¡Patética criatura! Aprende cuál es tu lugar, sólo la compasión de tu tío y la brujería de tu padre te han permitido vivir entre una raza a la que no perteneces-

La voz del ente llenó, reverberante, cada centímetro cúbico de la enorme habitación, mientras las dos "kaerubem", como ella las llamaba, avanzaban poco a poco hacia la joven eelph, empuñando cada una un enorme mazo de batalla.

Desesperada al sentir que algo en ella se desgarraba, IRizoç entonó una rápida oración que extendió un poco su aura de protección, sin embargo, las criaturas simplemente aumentaron la fuerza de su embestida, obligando a la orgullosa IRizoç DHeuro a postrarse de rodillas ante su reina.

Luego de un gemido de éxtasis/agonía del MHagg, quien quedó tendido en el piso, totalmente laxo de satisfacción, Thuro-Tee se levantó y comenzó a acercarse a la infanta, mientras las guardaespaldas detenían su ataque, permitiendo a su ama arrodillarse junto a la caída eelph.

-¿Y ahora, dónde quedó todo tu orgullo, mocosa? No eres nadie, no eres nada más que una patética mentira, el disfraz que oculta una traición, el engaño que acabó con tu linaje. Un "error del corazón" te llamó tu padre, el pobre imbécil nunca entendió que los "errores" existen para corregirse-

Un gesto de absoluta furia asomó al rostro de IRizoç ante la desconcertante afirmación de la criatura.

-¡Voy a hacer que te tragues tus palabras, perra!-

-La verdad no es un capricho, chiquilla estúpida. ¡Observa! ¡Observa bien tu realidad! ¡Que el velo de la mentira y el engaño que avergüenzan a la casa del MHagg sean destruidos!-

Tan rápida que se convirtió en un borrón de blanco y plata, la diestra de la demang golpeó a la infanta en el rostro, al tiempo que en la siniestra aparecía un brillante espejo, el cual sostuvo frente a la eelph.

El puño golpeó con algo más que simple fuerza, un destello oscuro estalló al momento del contacto y terminó de resquebrajar, cual si de vidrio o porcelana se tratara, la piel de IRizoç, revelando que su ojo derecho realmente era azul, así como una docena de manchas de color azul celeste en distintas partes del níveo cuerpo, una de ellas que le cubría por completo la mejilla izquierda.

Un corto y agudo grito de terror escapó de la garganta de la eelph, quien, incrédula, tomó el espejo de manos de la criatura, la cual, envuelta en una túnica de gasa roja que se transparentaba ante la luz de las antorchas, se irguió con un aire de superioridad que arrancó tenues sonrisas de satisfacción de KHreddl y JHanziel, quienes indudablemente disfrutaban de ver el sufrimiento de la infanta.

-Pobre niña, ¿de verdad creías que tu cabello plateado era un "regalo de la magia"?- el tono socarrón en la voz de Thuro-Tee pareció hundir aún más a la eelph en el pozo de humillación que había comenzado a tragársela -¡Pobre idiota! No eres más que una aberración, una sucia estafa, un despreciable embuste que debió haber sido castigado con la muerte; sólo la ignorancia de tus iguales y la piedad de tu señor te libraron de ese destino... hasta ahora-

La demang extendió sus alas y de estas surgió una leve vibración, ante la cual unos hilillos de un vapor luminoso comenzaron a desprenderse del cuerpo de IRizoç, cuyo rostro, casi de inmediato, comenzó a tornarse ceniciento y sombrío.

Como un mero reflejo y usando toda la ira que quemaba sus entrañas, IRizoç elevó su invocación personal, las llamas de las antorchas se arremolinaron, destrozando parte del piso y tomando trozos de las piedras que dejó la explosión provocada horas antes por la criatura, conjurando a Médare, Fédare y Fretare, los inmortales guardianes del linaje DHeuro.

Aunque debieron hacerlo, ninguno de los presentes esperaba aquella reacción de la infanta, así que, con la sorpresa de su lado, Médare y Fédare sometieron a las guardias, con la inesperada ayuda de TOuzmap de UHrb ZAphiriuç, Gran Maestre de los sanaturai, quien hizo retroceder a la reina con la brillante explosión de una canica de coral-cuarzo que arrojó al piso.

Fue sólo un parpadeo, pero fue más que suficiente para que TOuzmap tomara a IRizoç y ambos montaran en el lomo de Fretare, mientras las otras dos bestias, que imitaban a uno de los ya extintos y gigantescos ourzoç, detenían por un momento tanto a las kaerubem como a los guardias eelphi, que ya se acercaban por el pasillo tras escuchar la batahola.

Con una velocidad que desmentía el masivo tamaño de la criatura de piedra y llamas, esta saltó sobre el trono, luego a una pila de escombros y, por último, a una columna fracturada a la mitad, para llegar hasta el borde del enorme cráter en el techo y luego bajar a todo galope por la pendiente de la pirámide de MHagg PAlaç.

En cuestión de segundos, la bestia y sus jinetes llegaron al nivel de la plaza, para luego perderse entrelas silenciosas calles de UHrb ZAmargduç, devastadas por la batalla contra Ofiukoatl, con un rumbo tan incierto como el destino de quien hasta entonces había sido la arrogante infanta IRizoç DHeuro, sobrina del poderoso MHagg OThouçç y Ánema Médare de la OHrda DHiva KAratien.

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