Y luego en la sala el televisor
Que no cuenta historias de amor

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Hoseok estaba en su nuevo apartamento maldiciendo en bajo por lo que había hecho, eso en cualquier lugar se consideraría un abuso porque Jungkook no estaba 100% en sus capacidades mentales. Pero sabía que nadie lo iba a demandar porque Jungkook simplemente había sido abandonado en ese maldito lugar, y nadie jamás volvería por él, lo dejaron ahí para morir envuelto en su propia locura de la cual él mismo no era culpable.

Solamente agradecía que Jungkook le hubiera dado las fuerzas para aunque fuera ponerse al día con su carrera y finalmente conseguir un trabajo medio decente. A parte de los pequeños pago que le daban en ese lugar por ir a atender a Jungkook, aunque obviamente él lo haría hasta de gratis.

Encendió el televisor para poder aunque fuera aliviar un poco toda esa culpa y sentimientos que se lo estaban comiendo por dentro. Él quisiera estar justo ahí donde estaba pero con Jungkook a su lado, no le importaría estar persiguiendo a un pirata inexistente con tal de estar con ese hermoso chico pelirrojo.

Comenzó a cambiar canales, sin importarle lo que había en ellos, realmente las películas y series poco tenían que ver con la realidad, todas eran historias clichés de una pareja que atravesaba una dificultad y al final terminaban juntos. Él aplaudía esas historias que tenía finales tristes aunque sabía que tampoco estaban tan apegadas a la realidad. Hoseok pensaba que una verdadera historia de amor era como la de él, que se había enamorado de las locuras de ese hermoso chico.

Si había algo que tal vez le gustaría hacer parecido a las cosas que salían en la televisión, era simplemente ir y robarse a Jungkook y llevárselo lejos. Lejos del dolor y lejos de todos aquellos quienes le habían hecho daño en toda su vida.

Quería tomarlo en sus brazos y sacarlo de ese estúpido lugar... tal vez lo haría, tal vez haría eso, apostaba que a nadie le importaría que lo hiciera...

Salió de su apartamento para su cita diaria con Jungkook, sabía que las cosas serían diferentes después de que se hubieran acostado el día anterior pero para él eso sólo significaba que el pelirrojo sentía lo mismo por él.

Llegó rápidamente al psiquiatrico y entró reportandose en la entrada cómo lo hacía todos los días desde que Jungkook había llegado a aquel lugar.

Vió al pelirrojo de lejos sentado sólo en una mesa en el patio, éste sostenía algo inexistente en el aire, y Hoseok sintió la curiosidad de preguntarle que hacía, pero esperó. Aun con la medicina Jungkook tenía procesos psicóticos de vez en cuando, era difícil controlar algo que había sufrido por años sin tratamientos.

Jungkook levantó la vista y lo vió de lejos, sus ojos se iluminaron al verle y lo saludo con una mano. Hoseok caminó hacia él acercándose mientras el pelirrojo lo seguía con la mirada.

─ Sí viniste. ─ Le dijo Jungkook. ─ Estuvo lloviendo todo el día... pensé que no vendrías.

─ ¿Y ahora? ─ Le preguntó Hoseok.

─ Ahora salió el sol. ─ Le dijo Jungkook.

Hoseok sonrió, definitivamente la televisión no tenía ni idea de lo que era una verdadera historia de amor.

─ Siempre vendré. ─ Le dijo Hoseok acariciando suavemente el cabello del pelirrojo y deteniéndose rápidamente porque estaban en público. ─ Pero si estaba lloviendo, ¿Por qué saliste?

─ Si no salía no podría ver si venías... así que traje mi pastel. ─ Hoseok suspiró mirando que no había nada frente a Jungkook. ─ Oh... desapareció. ─ Dijo el pelirrojo parpadeando confundido de no ver su pastel ya. ─ Quería compartirlo contigo.

─ Cuando salgamos de aquí te compraré un pastel que sólo desaparecerá cuando lo comas. ─ Le dijo Hoseok.

─ ¿Saldrémos de aquí? ─ Preguntó Jungkook y Hoseok asintió.

Jungkook le sonrió y sus mejillas tomaron un color rosa demasiado adorable como para que el corazón de Hoseok pudiera soportarlo...

─ Ayer me hiciste olvidar. ─ Confesó Jungkook, tenía toda la noche y el día pensando en aquello. ─ Cuando cierro mis ojos sólo puedo sentir tus caricias...

Hoseok se sonrojó y desvió la mirada ante la confesión tan directa.

─ ¿Es otro de tus poderes mágicos? ─ Le preguntó el pelirrojo.

Aún después de tanto tiempo, Jungkook seguía confiando plenamente en todas las palabras del psicólogo. Aunque sabía que muchas cosas eran creaciones de su cabeza, aun así confiaba en los poderes mágicos de Hoseok... y es que para él lo que Hoseok provocaba en él no podía ser algo más que magia; él lo había salvado de su soledad.

─ Sí... ─ Le respondió Hoseok, haciendo un esfuerzo para mirarlo a los ojos sin que le diera un paro cardiaco. ─ Pero solamente funciona contigo.

─ Me alegra que sólo funcione conmigo. ─ Le dijo e inclinándose le dió un suave beso.

Hoseok se separó rápido y revisó que nadie los hubiera visto, suspirando con alivio cuando vio que no había nadie cerca.

─ Jungkook... sólo podemos besarnos si estámos sólos. ─ Le dijo en un susurro y sonrojado.

─ Pero estámos sólos. ─ Le dijo el menor mirando alrededor.

Hoseok se rió un poco y asintió.

Definitivamente lo sacaría de ahí, no importaba el tiempo que le costara, él se llevaría a Jungkook. Ya lo había decidido.

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