Un día un loco miró por la ventana,
Vió cómo la lluvia caía de liviana,
Tan liviana que pensó que mañana le iría mejor.

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El mundo de Jungkook era un mundo oscuro y tormentoso, la lluvia caía constantemente en su cabeza y los rayos lo aterrorizaban quitando horas de sueño. Sin embargo lo que más lo asustaba era el malvado Taehyung. Taehyung siempre regresaba por él y quería matarlo, asesinarlo de la forma más cruel, también quería hacerle cosas malas muy malas, muchas veces intentó violarlo y besarlo a la fuerza; él junto con su secuaz Jimin debían huir y protegerse. Pero Jimin desaparecía y lo dejaba sólo, cómo en ese momento.

Era una guerra de nunca acabar.

Por ese motivo Jungkook se encontraba tan temprano en la mañana sentado frente a la mesa de una pequeña sala que se encontraba en su zona. Observando un rico pastel de cumpleaños, sobre su cabeza llevaba una corona, ya que él era el Rey de ese país y en sus manos tenía un fósforo con una luz interminable que iba a utilizar para encender esa única candela sobre ese pastel.

Hoseok avanzó lentamente al notar que el chico no estaba dormido como su decano le había dicho, ¿Y es que acaso todo lo que le habían dicho era una puta mentira? El chico se miraba de lo más tranquilo sentado frente a una mesa vacía observando sus uñas.

De repente un rayo cayó por lo que Jungkook dió una gran grito asustandose y cubriendose la cabeza. Entre más fuertes eran los rayos de la tormenta más cerca estaba Taehyung de él. Hoseok al verlo gritar también gritó, pero no tenía ni idea de porque gritaban, él simplemente se asustó por el grito del pelirrojo.

─ ¿Quién eres tú? ─ Jungkook volteó a ver al darse cuenta que alguien más había gritado y se encontró con la figura de Hoseok. Un completo desconocido, pero no era Taehyung por lo que no tenía miedo.

─ Soy... Hoseok. ─ Le dijo el śeudo psicólogo sin tener idea de qué hacer o que se suponía que iba a suceder.

─ Debes ser el nuevo agente. ─ Le dijo Jungkook levantandose.

Colocó el fósforo con cuidado, enterrandolo en el pastel para que no fuera a caerse y quemar la casa, después de todo ese fuego nunca se apagaba. Hoseok observó cómo el chico colocó algo inexistente sobre algo inexistente y su boca se abrió ante lo que estaba mirando.

El chico estaba loco, bien loco.

Jungkook caminó después de eso hacia él.

─ Soy Jungkook. ─ Le dijo extendiendo la mano para darle un apretón.

Hoseok la tomó con algo de temor y mostró una sonrisa intentando disimular ante la mirada de pupilas dilatadas del chico.

¿Estaba teniendo un proceso psicótico? ¿Qué se suponía que debía hacer él cuando el paciente tuviera un proceso psicótico? ¿Debía seguirle el juego? ¿O debía decirle que no había nada en la la puta mesa y que lo estaba asustando hasta casi hacerse en los pantalones?

No eso no. Podría asustar demasiado al chico si hacía eso, y no tenía idea de que tipo de reacción él podría tener.

─ Hace días solicité un agente especial, para luchar contra Taehyung. ─ Le dijo Jungkook. ─ me alegra que por fin estés aquí por qué no puedo derrotarlo sólo.

La cabeza de Hoseok dió vueltas. No sabía quién era el mentado Taehyung, pero obviamente era alguien a quien Jungkook no quería, ¿Podría ser que el chico representara todos sus miedos? Mierda, ¿Por qué no puso atención en clases?

─ Claro, derrotar a Taehyung será sencillo. ─ Le dijo y Jungkook lo miró con sorpresa.

─ Yo nunca he podido derrotarlo. ─ Confesó.

─ Sólo debes decirme donde está y yo lanzaré mi hechizo sobre él y lo haré desaparecer. ─ Hoseok miró al chico a los ojos preguntándose si se había pasado, mientras que Jungkook parecía estar procesando esa información.

Luego de unos segundos, en los que Hoseok tenía ganas de salir corriendo, el pelirrojo le sonrió.

─ ¿Eres mago también? ─ Le preguntó. ─ Nunca he conocido un mago.

─ Bueno... no soy un mago, ese es el único truco que se hacer. ─ Le explicó Hoseok.

─ Es el único que necesito. ─ Confesó Jungkook y después escuchó otro gran trueno por lo que saltó hacia adelante y por instinto se aferró a Hoseok.

Hoseok se quedó estático mirando al chico temblar frente a él.

─ Los rayos... ─ Le confesó Jungkook.

El pseudo psicólogo volteó a ver a la ventana, notando que no sólo no estaba lloviendo y no habían rayos, si no que también era un hermoso día.

─ También puedo hacer que los rayos se vayan. ─ Le dijo Hoseok y chasqueó los dedos.

Jungkook miró la mano del agente especial y luego miró hacia la ventana, caminó hacia ella y no vió más rayos.

─ Wow, eres muy bueno. ─ Le dijo girandose para ver a Hoseok.

El psicólogo solamente podía preguntarse en qué mierda se había metido. Se pasaron la mañana jugando prácticamente, pero el mentado Taehyung nunca apareció, por lo que Hoseok no lo pudo conocer. Solamente supo que "conoció" a Jimin, un chico rubio, al parecer, ya que Jungkook le había dicho que nunca había conocido a alguien tan rubio como Jimin. Se habían sentado en la sala, "carro", para poder ir a un restaurante ya que se acercaba la hora de la comida. Entonces tocaron la puerta y Jungkook perdió los ánimos a ver entrar a alguien con la comida.

Hoseok lo supo porque eso no se apegaba a lo que estaba sucediendo en la mente del chico, entonces llegó... el momento lúcido del chico.

─ ¡Dejenme en paz! ─ Gritó molesto volteando la mesa de la sala y corriendo a su habitación.

─ ¡Pero su comida! ─ Dijo la empleada.

Hoseok negó con la cabeza cuando la madre del chico se asomó por la puerta.

─ ¿No quiso comer de nuevo? ─ preguntó y la empleada negó.

─ Dejen la comida. ─ Pidió Hoseok y ambas mujeres asintieron, la madre se fue y la empleada salió casi temblando.

El psicólogo suspiró y se acercó a la habitación del chico tocando la puerta, pero no hubo respuesta. Volvió a tocar y entonces no hubo respuesta.

─ ¡No Taehyung! ─ Escuchó al chico adentro gritar. ─ ¡Por favor no!

Entonces entró corriendo y miró a Jungkook en la cama, se mantenía como si alguien lo estaba sosteniendo a la fuerza y su rostro estaba sumamente alterado.

Se acercó hasta colocarse sobre él y tomó su rostro.

─ No soy Taehyung. ─ Le susurró.

Jungkook lo miró jadeante y confundido.

─ No soy Taehyung. ─ Repitió. ─ Mírame, soy Hoseok.

Jungkook acarició su mejilla, su mano temblaba y estaba helada, probablemente por el gran susto.

─ ¿Hiciste que se fuera? ─ Preguntó el chico y Hoseok afirmó asintiendo.

─ Gr-Gracias. ─ Le dijo dejando su mano caer.

─ ¿Qué hacía? ─ Le preguntó Hoseok.

─ Intentaba besarme y no me gusta cuando hace eso, prefiero cuando intenta matarme. ─ Le dijo con una lágrima cayendo de su rostro.

─ No dejaré que lo haga. ─ Le dijo Hoseok.

Por alguna razón sentía que debía proteger al chico, aún si Taehyung no era real. En la mente de Jungkook si lo era y le hacía daño. Él no quería que nadie dañara al pelirrojo.

Acarició su cabello mientras esperaba que se calmara, fue hasta varios minutos después que notó que aún estaba sobre Jungkook porque sonrojada se quitó dejando que el chico se sentara. Jungkook también se había sonrojado pero se había sentido tan seguro bajo Hoseok que no deseaba realmente que su compañero agente se quitara.

El resto de la tarde no fue tan divertido como la mañana pero Jungkook no podía quitar los ojos de quién lo había salvado de Taehyung.

─ ¿Vendrás siempre? ─ Le preguntó sosteniendo la mano de Hoseok.

Éste asintió.

─ Siempre que tú quieras. ─ Le respondió. ─ Pero debo irme, ¿Serás fuerte durante la noche?

Jungkook asintió mientras mordía su labio inferior.

Hoseok suspiró y caminó hacia la salida, le dolía ver la situación del chico, era muy poco el tiempo en el que el chico tenía una percepción correcta de la realidad. No estaba seguro pero le dolía que su propia mente le hiciera daño, ¿Que habrá pasado? ¿Por qué Jungkook es así?

Se preguntó a sí mismo mientras se despedía y se dirigía hacia su casa.

Pero Jungkook se había quedado de pie frente a la ventana, de repente su mundo no era tan tormentoso, de repente no habían rayos. Sólo lluvia, una lluvia tan liviana que parecía brisa. Si Hoseok volvía tal vez los días serían mejores.

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