Capítulo 1
En situaciones como ésta,
de nada sirve una promesa,
ni el mucho pensar antes de actuar.
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Hoseok suspiraba mientras se preguntaba a sí mismo por que putas había estudiado psicología, debió pensarlo mejor cuando decidió hacer lo que sus padres querían que hiciera y él prometió cumplir con lo que ellos querían en lugar de buscar algo que le gustara.
Se pasó toda la carrera copiando y de jinete sobre los caballitos de sus amigos. Realmente ellos le pasaron las clases prácticamente. Hasta las aplicaciones psicométricas había logrado conseguir con hacerlas a través de ellos. A estas alturas tal vez tenía una mínima idea de lo que se suponía que debía hacer como psicólogo.
No había logrado hacer ni una tan sola práctica porque el rumor de que pasó la carrera copiando había llegado más lejos de lo que esperaba. Incluso aún se sorprendía de que sus padres no lo supieran. Se rió un poco, no podía creer que había desperdiciado tantos años.
Miró hacia el cielo falso de su casa mientras disfrutaba la comodidad de su cama, se llevaba la vida encerrado, ya se había cansado de buscar a donde hacer aunque fuera una práctica, así que tenía una vida sedentaria. Pero de todas formas él, siendo quien él era, no había perdido la esperanza por lo que fue a dejarle su perfil al decano de su facultad y le pidió ayuda con recomendaciones.
El decano lo miró extraño y se iba a negar a ayudarle, pero al verle unos ojitos hermosos de cachorrito y una sonrisa preciosa acompañada de unos hoyuelos adorables, no pudo negarse y tomó el perfil del chico desesperado. Hoseok no se avergonzaba, él sabía que era atractivo y adorable aún siendo un profesional ya por graduarse de su carrera, no tenía temor de utilizar sus atributos para conseguir lo que necesitaba.
Se giró en la cama y resopló, estaba aburrido, ya eran altas horas de la tarde y él ni siquiera se había levantado de su cama. Miró la hora en su celular y entonces notó una llamada perdida.
─ ¡Mierda! ¡Tenía mi celular en silencioso! ─ Exclamó desbloqueando la pantalla.
Se puso nervioso al ver que la llamada perdida era de su decano, tragó duro, ¿Será que me encontró una práctica? ¿De verdad iba él, el copión de la carrera, a hacer una práctica finalmente? ¿De verdad lo había recomendado el decano? Estas eran las preguntas que rondaban su cabeza.
El celular se le resbaló de las manos cayéndole en la cara. Se quejó por el fuerte golpe y lo volvió a tomar. Suspiró una última vez antes de regresar la llamada y luego movió su dedo gordo presionando para marcar.
Escuchó los timbres de llamada mientras esperaba, se sentía tan nervioso que ya se le había hecho un nudo en la garganta y entonces la llamada fue contestada.
─ Y todavía te atreves a no atender mi llamada cuando te llamo. ─ Le dijo el decano.
Hoseok intentó tragar el nudo en su garganta pero fue en vano.
─ D-Disculpe decano, es que se me quedó el celular en silencioso y no sentí la llamada. ─ Silencio en la línea.
Luego de unos segundos de tortura el decano le volvió a hablar.
─ Te tengo una práctica. ─ Le dijo. ─ No es nada sencilla. Es un caso muy especial.
─ ¡¿En serio?! ─ Gritó Hoseok emocionado. ─ ¡¿Con qué compañía?!
El decano suspiró.
─ No es una compañia, chico. Es un caso especial de un chico con trastornos psicológicos severos. ─ Hoseok tragó gordo y maldijo en bajo.
─ ¿Está con tratamiento psiquiátrico? ─ Preguntó casi mordiéndose las uñas.
─ No. Pero será un gran reto ya que su trastorno es... ¿Cómo decirlo? ... Desconocido. ─ Le dijo.
─ Espere... ¡¿No ha sido descubierto?! ¡¿Me está diciendo que su trastorno nunca se había visto antes?!
─ Te estoy diciendo que no sabemos qué trastorno tiene porque no ha sido examinado. No sabemos a nivel patológico que tiene, no hemos tenido ningún contacto con él y la reunión con su madre no se podría considerar ni siquiera una entrevista. ─ Explicó el decano.
─ Ya veo... ¿Y qué pasa si decido no aceptar? ─ Preguntó.
─ ¿Estás loco? Es tú única oportunidad de hacer la práctica. Escucha, niño... nadie te quiere. ¿Lo entiendes? Y éste caso es tu única oportunidad no sólo de hacer tu práctica, éste podría ser tu trabajo también. Estoy dispuesto a aceptar ésta única práctica cómo tu proyecto de carrera. ─ Le dijo.
Hoseok se sentó en su cama.
¿Por qué estudié esta carrera? ¿Por qué tuvo que cumplir su promesa?
Se dió cuenta que en esta situación la promesa a sus padres no valía nada. Tenía enfrente el reto más grande de su vida y no importaba cuanto lo pensara... no importaba por donde lo viera, él no podría hacerlo. Simple y sencillamente porque no era un verdadero psicólogo, pero... ¿Tenía otra opción?
─ Está bien. ─ Respondió. ─ Lo haré.
Juró que escuchó una risa contenida del otro lado del teléfono, pero tal vez era su imaginación. Era imposible que su decano se estuviera riendo de lo que le esperaba, ¿No? El decano era un hombre profesional y ético que no se reiría de su triste caso.
A estás alturas terminaré con un trastorno psicológico yo también.
─ ¿Decano? ─ Habló Hoseok.
─ Si, te enviaré la información por correo. Ellos esperan que te presentes mañana a primera hora. ─ Le dijo con un tono de voz más relajado.
─ Disculpe pero... ¿Qué hora es "primera hora"? ─ Preguntó sintiéndose sumamente nervioso.
─ Las 7 am, el chico despierta a las 8 am. Quieren que mañana llegues temprano para explicarte algunas cosas y después de eso seguirás llegando a la 8 am. ─ Le explicó el decano.
─ ¿A segunda hora? ─ Preguntó Hoseok.
Hubo silencio al otro lado del teléfono por unos segundos.
─ Sí, Hoseok... a segunda hora. ─ Dijo el decano finalmente.
─ Ok.
El decano colgó y Hoseok se lanzó hacia atrás en su cama, mirando nuevamente el cielo falso de su techo. Por fín se acabarían los días sedentarios, pero cielos, ¿Qué le esperaba en su práctica? El decano le hizo sentir que iba a estar con un monstruo. Por los cielos, ¿Qué mierda iba a hacer si ésta práctica no funcionaba? El decano tenía razón era su único chance.
Esperó tranquilamente... a quien quiere engañar, ¡No pudo pegar un ojo en toda la noche! Hasta que finalmente fue hora de levantarse para alistarse. El bendito correo del director no decia ni mierda, solamente una dirección y el número telefónico de la madre del chico; También tenía el nombre y la edad del paciente.
El chico era cinco años menor que él, no era mucho, pero no era poco. Le sorprendió bastante, ya que creyó que trataría con un niño. Jeon Jungkook era prácticamente un joven adulto. Salió de la casa cuando el sol apenas comenzaba a asomarse tras las montañas.
Jeon Jungkook era un nombre extraño, la adinerada familia Jeon no tenía un hijo.
Sentía el viento algo helado en su piel, por el rocío de la mañana. Tomó el transporte público para poder avanzar un poco más rápido el camino a aquella dirección.
La adinerada familia Jeon era muy reconocida en la ciudad, era prácticamente la familia con más influencia y con más poder.
Se bajó del bus y caminó notando lo elegante de la zona y las enormes casas; Muy enormes casas.
Entonces se detuvo frente a ella. Era la casa de los Jeon, de eso no había duda. Sus manos temblaron y no era por el frío. Tocó el timbre y dió un paso atrás esperando.
─ ¿Quién?
─ Umm... soy Jung Hoseok de la universidad... soy el practicante. ─ Respondió.
No hubo respuesta por lo que Hoseok se balanceó en sus pies esperando y luego dió un salto del susto con el sonido del portón abriéndose. Se sostuvo el corazón llevando su mano derecha a su pecho y caminó hacia adentro.
Juraría que caminó casi un kilómetro desde el portón hasta la entrada de la casa y frente a ella esperaba un hombre elegante.
─ Bienvenido señor Jung. ─ Le dijo e hizo una leve reverencia.
Hoseok no estaba seguro si él también debía hacer una reverencia por lo que se quedó trabado a la mitad, provocando un momento incómodo.
─ ¡Hola! ─ Dijo una segunda voz.
Hoseok se sobresaltó de nuevo y miró a la señora Jeon frente a él, se sentía como estar frente a una celebridad.
─ Ho-Hola. ─Dijo.
─ Awww, no debes estar nervioso. ─ Le dijo la amable señora. ─ Mientras hagas lo que te diga todo estará bien.
─ Está bien, espero sus órdenes. ─ Le dijo Hoseok.
─Me refiero a que mientras hagas lo que diga Jungkook... todo estará bien. ─ Hoseok la miró confundido mientras avanzaban a través de la casa hasta llegar a una puerta.
Cuando ésta fue abierta Hoseok notó que era una división. Antes de la puerta todo era elegante y formal, después de la puerta era un desastre: Juguetes, paredes dibujadas, cosas raras por todos lados... No sabía ni cómo describirlo bien.
─ Ésta es la zona de mi hijo. ─ Dijo ella.
Hoseok asintió entrando, pero no fue hasta que cerraron la puerta a sus espaldas que notó que él había entrado sólo y que lo habían dejado encerrado ahí.
¡¿Qué mierda está pasando aquí?!
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