PARTE 5. Inscripción al Club de Natación.
El recuerdo de las presentaciones maestra y alumno ya tenía tiempo de ser eso... Un recuerdo. Había pasado un mes, un mes en el que se sentía incompleta pero una metiche por sobre todo lo alto al estar vigilando al chico que sus ojos dorados reconocieron como su compañero eterno, sabía que debía involucrarse en la vida de Haruka Nanase, pero se negaba a estropear su casi nulo perfil social en la escuela. Además... No sabía si este tuviera alguna orientación bisexual o algo parecido. Se sentía tan incomoda, pero en cuanto a lo que había escuchado estaban creando el club de natación por el cual tanto había esperado. No podía perder esta oportunidad de volver a tocar el agua, aunque debía ser discreta y no usar toda la potencia que tenía, además de que sólo le gustaba competir entre los compañeros o bien solo olvidarse del mundo mientras nadaba.
—Oya, Oya, Oy... ¡Agh!—iba a seguir con su saludo si no fuera porque dejé caer uno de mis tenis a su cabeza. —¡Oye! Tampoco a la violencia, amigo.
Una ligera y muy pequeña risa se me escapa de los labios al escuchar su voz ronca con exasperación. Bajo la mirada para dirigirla hacia Ryutatsu Kuroo, quien me señala con el tenis - negro de borde blanco con líneas naranjas-, y en su frente un nervio resaltando su molestia.
—Te he visto, y no es justo lo que has hecho. ¿Qué tengo que ver yo con tu frustración, eh?
Los hombros se tensan de sobremanera al escuchar su voz ronca y mirada ceñida de Ryutatsu. Un gruñido por lo bajo se le escapa, maldiciendo.
—Ryu. Solo se me ha resbalado.
—Hai, Hai.—dice el pelinegro, mientras se recuesta contra el tronco del árbol. —Aunque, ¿a quién estás acosando?
Su mirada dorada vuelve al frente observando cómo uno de los chicos, un pelinaranja exclama emocionado: "Club de natación allá vamos!", por lo que se deja resbalar ágil mente de la rama en la cual estaba sentado hacia el suelo, cayendo al suelo firme sin ningún molestia, asustando a su compañero que lo mira como si estuviera loca. Aunque no es que se lo negara tampoco.
—Estaba investigando algo. No seas tonto, Ryu.
—¿Investigando? Se puede saber también el tema? —pregunta curioso e intrigado su compañero, mientras le pasa su tenis.
Por reflejo se lo coloca, haciendo un mohín de labios. Al tener que compartir algo al metiche de su mejor amigo, pero solo se decide en pasar los brazos por encima de los hombros de este, para luego suspirar.
—He decidido entrar al Club de natación. Me aburro ver como solo tu te diviertes.
—Pero si este año tampoco ha habido registro de uno. —frunce el ceño sin comprender el joven con rasgos felinos.
—Acabaron de crearlo, estás ante la premisa del momento. Por eso, aprovecharé el contacto con Amakata-senpai para ingresar. Ya quiero sentir el agua y olvidar al mundo como si fuera un insecto.
El joven a su lado bufa un poco, pero luego una sonrisa burlona se dibuja en sus labios.
—No te recordaba muy cotorra. ¿Qué hay en ese club que tanto te interesa? Veo que no sólo es el deporte... Tu mirada brilla con vida.
Un chasquido de lengua se escucha de sus labios para luego soltar a su compañero, totalmente incómodo.
—No es nada de eso.
—Y allí está de nuevo, lo normal de ti. —resopla mientras se revuelve el cabello. —¿Qué te tiene tan incómodo?
—Nada.
—Entonces te acompaño, así veo a mi crush imposible.
[...]
Varios minutos después de varias rondas desinteresadas por los pasillos del instituto, ignorando las miradas de todos con la postura despreocupada voy escuchando las cosas que me cuenta Kuroo, al parecer hay una chica de cabello cerezo hermosa entre el curso de primer año. Matsouka Gou, que lo tiene encantado pero parece demasiado seria que no cree que siquiera le haga caso.
—Hmp... Eres un chico guapo, no tienes ningún defecto físico ni condición, la chica que no te viera con otros ojos, pues se lo pierde y ya. Además, estás hecho músculos y carne fresca por lo del volleyball. —murmuro tras otro bostezo.
Al parecer no me he alimentado correctamente, me siento bastante cansada y bostezo mucho. Debería ir al mar para comer algunos peces tal vez o buscar un bosque cercano, lo primero que se presente.
—Sé que tienes razón, soy guapo. Pero... Siento que me he descuidado un poco mi forma, creo que debo cambiar mi guía nutricional y... —sigue diciendo hasta que nos detenemos frente a la sala de profesores.
Me observa de reojo, lo veo hacer una mueca, algo ve que no le gusta.
—Quedate si quieres, hablaré con Ama-senpai, tal vez la veas.
—Sisi... Después te mostraré mi guía nutricional para que también empieces a comer mejor, esas faltas de energías no te beneficiarán en tu deporte. —mantiene su mirada serio pero veo un deje de preocupación.
Llevo mi mano a su mentón, y lo hago bajar un poco más su mirada hacia mi, y si... Soy algo baja, mido 1,70 pero el mide 10 centímetros más que yo. No tengo gran musculatura, puedo intentarlo pero como no es mi figura base no durará por mucho tiempo ya que solo puedo imitar una posible forma adaptable a mi ambiente.
—Si.
Pido permiso para pasar a la Dirección, escucho el pase, y voy directamente al cubilo donde esta la profesora, quien parece no notar mi presencia hasta que lo hace y sonríe dulcemente. Parece tan profesional y dulce, realmente me recuerda al doc.
—¡Oh! Ohayõ Buru-San, ¿necesita algo?
—Quiero inscribirme a un club, aun no lo he hecho, y no deseo atrasarme. Y creo que usted podría ayudarme.
La castaña frente a mi se sorprende, pero asiente.
—Hay una gran frase popular que dice: "Mejor tarde que nunca", así que, dime en qué te puedo ayudar.—dice emocionada con aquella frase sacando su mejor forma filosófica que siempre sale cuando ve oportunidad.
—He escuchado que ya hay club de natación, y usted es parte de ese equipo. ¿Podría unirme o aun... No es oficial la noticia? —pregunto mostrándome avergonzada.
Tal vez era buena actriz de vez en cuando, pero realmente he estado esperando mucho por esta oportunidad. Un año es un año, otro año en el club de cocina no voy a repetir, no me interesa.
—Que rápido corre la noticia. Pero es así, Buru-San, aunque me sorprende que este interesado en un club como este... Pero bueno, ¿te parece rellenar ahora juntos la inscripción?
Asiento, y dejo salir una sonrisa dulce.
—Muchas gracias, Ama-senpai.
Por lo que después de aquellas palabras ambas nos disponemos a poner mis datos personales, prometer que a la próxima traeré el certificado médico que piden como único requisito que me falta asegurar, y oficialmente soy parte del club. Aunque recién en unas dos semanas estará abierta la piscina del instituto. Me recomienda la idea de ir a ayudar en la limpieza del mismo, pero me excuso rápidamente con estar ocupado y que veré si puedo hacer espacio, pero que no prometo nada. Mostrándome algo tímido.
Pero la verdad es que me inquieta, no se como vaya a reacción mi compañero ante la cercanía que tendremos todos los días hasta que termine el año aquí y deba ir a la universidad. Aunque este año, tengo bastante para pensar a que lugar iré a parar, y luego directo a la preparación que dan los maestros.
Al salir de la Dirección, bostezo y me re dirijo hacia las clases, seguida de mi compañero, quien me observa silencioso y curioso.
—Pregunta si quieres.
—¿Y bien? Has podido inscribirte?
—Sip.
—Ah~ que alivio. Pronto podré ir a verte entonces. Quiero ver que tan bueno eres. Me tiene intrigado.—admite mientras saca su celular, escribiendo con al parecer Kenma.
—Solo nado por diversión y despeje, no me gusta salir del perfil bajo.
Frunce el ceño al levantar la mirada del celular hacia mi.
—Ya se, aunque... ¿En lo de tu condición física, en que equipo te pondrán? —pregunta incomodo.
—En el masculino, para mi fortuna tengo certificado y permiso único para cualquier caso. Aunque... Igual, puedo participar en ambos lados, me es indiferente. Lo bueno es que el traje de baño masculino hay enterizo así que con unas vendas impermeables ocultaría perfectamente mi parte superior y listo. Asunto arreglado, no debes preocuparte por mi. Me sé cuidar, Kuroo.
Escucho como chasquea la lengua contra su paladar, y un pequeño rubor se encuentra en sus mejillas, ya sin verme al rostro.
—Lo sé, solo que... Me es imposible no preocuparme por mi pequeña hermanita —intenta bromear tenso.
Ahora es mi turno se tener el calor en las mejillas, golpeando en el hombro, logrando que se queje al instante.
—I-Idiota.
Enseguida al notar como estoy se larga a reír mientras me abraza por los hombros, guardando su celular en el bolsillo, perdiendonos en la próxima y última clase del día.
Se que levanto un impulso de protección con las personas por lo de mi condición física, que no es la gran cosa, sabiendo que por décadas he estado lidiando con esto. Pero eso no lo sabe nadie fuera del círculo familiar, por lo que dejo hacer, porque es mi único amigo humano que siento realmente el cariño fraternal de vez en cuando.
Espero que esta aventura en el club de natación me traiga muchas sorpresas.
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