PARTE 38. Duerme conmigo 🔞

Maná había quedado rendido antes las caricias en su cabello por las manos de su novio, disfrutando del sonido de aquellos latidos en calma. Era consciente de que se había pasado de línea con el reclamo, pero si no lo decía, estaba seguro que ese sería el pilar para salir de la vida del club para empezar a despejar su malhumor lejos de Japón.

—No pienses tanto, Mana.

El escalofrío recorre su nuca, y abre los ojos mirándolo en la oscuridad. Ambos enfrentados en aquel manto oscuro de luces apagadas en aquella habitación.

—Me cuesta bastante...

—¿No puedes simplemente dormir conmigo y ya?—pregunta Haru.

Mana ríe suavemente, divertido ante la pregunta sincera e ingenua.

—Como vampiro, no podemos dormir. Solo simularlo. Pero con mi don humano, podría lograrlo pero para ello debería cansarme o relajarme mucho físicamente hablando —expresa de igual forma sincera con él.

Haru cierra un momento sus ojos, como si estuviera pensando un poco en ello.

—Cambia a vivo, Buru.

Otra vez percibió el escalofrío en la nuca, soltando un jadeo ingenuo.

—¿Como para que... O qué?—preguntó curiosa Maná.

—¿Confías en mi, Buruna?—pregunta Haru, mientras acaricia la mejilla del ojidorado con suma suavidad.

—Si...

Contestó sin dudarlo.

—Entonces, cambia por mi.

Mana no pudo evitarlo, ni resistirse a esa petición. Por lo que, suspira para resignar y calmar sus nervios. Cierra sus ojos, dejando que su piel cambie, su circulación de percepciones tactiles de la piel, y la simulación de latido en su corazón comenzó a darle color de vida.

—Ya.

Haruka se acercó a ella, y la besó sin más. Mientras con un ágil movimiento se subió encima del cuerpo de su pareja, seguro de su plan. Maná jadea nervioso en cuanto se corta el beso por la acción desprevenida.

—Ahora solo relájate. Confío en ti, y tú confias en mi. Si es así, hoy dormirás conmigo satisfecho.

Y tras ello, Maná quedó paralizado. Percibiendo como Haruka se había sentado justo encima de su regazo casi esternon, ambas zonas erógenas rozaron y las pieles de ambos se erizaron a la misma vez.

—P-podríamos haber ido a nadar...—susurra cohibida Maná.

—Yo me cansaría bastante, tu no.

Haruka acertó completamente en esa conclusión, el vampiro intersexual solo podía "cansarse" mediante la relación de coito, sexual. Nadar solo lo relajaba un rato, mientras que la liberación lo hacía quedar varado entre el espacio y el tiempo, descansando en blanco.

—Tch, ¿Cuándo te volviste tan perspicaz?—murmura avergonzado.

—No siempre estoy perdido en mi vida, también te veo.

Y sin más, Maná jadea en cuanto percibe las manos de Haruka bajo la remera negra, meterse entre la tela y levantarla hasta hacer el amago de querer quitarselo. Con los nervios a flor de piel, lo ayudó para quitarse la remera, quedando con los vendajes de color blanco al margen de visión. Claramente siendo usados para retener sus características físicas femeninas, no eran voluptuosas pero si abultadas que podían llamar la atención más de lo que debería ser.

—Haruka... —susurra cohibida.

Al sentir como sus manos acarician con timidez, lentitud y suavidad. Sus laterales, desde el esternon, hasta por debajo del pecho. Rozando esas suave bultos que superponían volumen ante el vendaje.

—¿Puedo quitartelo?

Haruka pudo ver gracias a la luz de la luna, el rostro sonrojado de su novia.

—Si, solo deja te saco los pinchos...

—No. Yo puedo.

Saca los clip, que sujetan una parte del vendaje. Mana se sienta en la cama, mientras que Haruka aun se mantiene en el regazo de su pareja. Con determinado, concentración y decisión el ojiceleste va revelando la piel bajo ese vendaje, encontrando el abdomen trabajado y por último los pequeños pezones abultados con poca masa muscular, pero seguían pudiendose llamar pechos de mujer.

—Eres hermosa, no quiero que te retengas a estar cómoda estando conmigo... Puedes quitarte esto, siempre que quieras...—dice Haruka mientras lo empuja suavemente para hacerlo recostarse. Empezando a besar cada parte de piel descubierta, sintiendo los temblores y respiración de Mana empezar a inquitarse calurosamente.— Eres tierna...

«¿Tierna? ¿Cómo que tierna? Con la cara sonrojada y una erección creciendo bajo tus muslos. ¡carajo, no soy tierno! Estoy excitado, Haru!»pensó totalmente tembloroso.

Sentir los labios de su pareja en sus pezones fue como tocar el cielo y las estrellas, Mana echó su cabeza a la almohada totalmente obnubilado, sonrojado y deleitado. Haruka parecía no perder detalle alguno, viendola tras cada acción, aquello se consideraba sexy, posesivo y determinado en él.

—¿C-como?... Mgh... Un chico virgen como tu...tan callado puede estar tan seguro de tocar un cuerpo como el mío. —jadea nervioso Maná, sintiendo un temblor por su cuerpo imparable.

—Solo estoy tocando y curioseando, princesa —susurra Haruka, mientras juega con sus labios a roce de piel. La mirada divertida y sexy, conquisto el corazón de Maná— Solo relájate~

Y sin más, la noche procedió en un sinfin de caricias humedas, calidas. Cohibiendo completamente a Maná. Ido entre tanto amor y placer. Sin embargo, su mundo tambaleó en la cama, en cuánto sintió las manos de Haruka en la orilla de los pantalones cortos, sacándoselos y quedando en paño menor ocultando su abultado y humeda perturbación sexual corporal.

—Haruka... N-no es necesario que vayas tanto... Al extremo. Solo besame ... Cantame alguna canción de cuna o... mgh!—pidió temeroso Mana, sin embargo, sintió perfectamente al cerrar sus ojos como la mano de Haruka lo liberaba de su ropa interior, y con maestría se bajaba de encima suyo. Para entreabrir sus piernas, y quedarse en el medio de estas.

Gemir era inevitable.

La tensión y temblor en su erecto pene, era inevitable.

Y con tanto jugueteo inicial de exploración que Haruka estaba realizando como también presentía que lo haría, podría fallecer de placer o correrse, cualquiera de los dos estaba claro que ocurriría pronto.

No se espero de él, acariciar con suavidad y timidez su vagina. Tembló completa al sentir el temblor directo en su pene, al igual que su interior.

—Mgh~>

—Entonces eres sensible en ambos lugares... Tanto como mujer o varón... —murmura casi para si mismo. Mientras acerca su rostro y lame la raiz del pene, con un rubor claro en sus mejillas, hasta pasar por encima de la abertura vaginal. Logrando percibir un temblor y curvatura de la cadera de su pareja, muy positiva.

—Ay Dios... V-voy a terminar antes... Si haces ese recorrido Haru. —gruñe Mana, nervioso con expresión digna de deseo- placer.

Haruka sonríe suavemente. Con inocencia fingida, y chupa justo en el elixir, la esencia de la excitación que estaba causando con solo roces en ella.

—Eres sexy, suplicando por que lo haga... Que te haga terminar...—murmura entre pequeños mordiscos juguetones en esa parte. Logrando muchos temblores más en su pareja, que ya se encontraba apretando la tela bajo sus manos para acallar sus contracciones de placer.

—No te resistas, quiero escuchar lo que causo en ti, cariño.

Y sin más, metió su lengua en aquel orificio humedo bajo el tallo del pene erecto y tembloroso. Logrando escuchar un jadeo erratico por parte de Mana, tras un gruñido gutural de puro extasis, no dudo en masturbarlo tanto en el pene como en la vagina, volviendo loco a su pareja. O más bien una gelatina sin remedio, o quizás si.

—Ah~ mgh~ Haru... Si! Oh, Dios, está delicioso allí, Honey~>>

La voz ronca, suplicante y deseosa. También estaba afectando a Haru. No era un hombre de piedra, también se estaba excitando bastante. Y sabía de antemano por ciertas fuentes investigadas, que no dolería nada, que su primera vez fuera ese día. Si humedece bien la zona, no dolerá sino que será un buen placer para ambos. O eso había leído en un libro que compró en la semana que Maná desapareció.

Los vaiven en el falo y las simulaciones de penetración con su lengua, solo debió acelerar un poco en un tramo de tres secuencias, para conseguir la liberación de chorros en ella. Al haberlo conseguido, verlo ido y perdido con la respiración agitada no pudo esperar a mas, por lo que se desnudo rápido, sacando su pene y colocandolo donde debía ir. Justo en la abertura vaginal.

—¿Q-que...? Mmm... ¿Haru...?—murmura totalmente embelesado por el climax conseguido.

—Serás siempre mi primer amor y primera vez en todo. Y por eso, ya no puedo esperar otro tiempo más —expresó relamiendo sus labios secos. Y sin más, fue metiendo la punta, deslizandose sin dificultad dentro de aquel humedo, cálido y apretado coño.—Mgh! Oh... Está estrecho...

Maná con la boca abierta e hilos de saliva notandose tras verlo totalmente obnubilado por el placer de estar siendo llenado por el pene de Haruka.

—Estas... Entrando todo...mgh...

Haruka siente perfectamente como el interior de Mana tiembla, y se acomoda alrededor de su pene. Tal y como si fuera el destino estar compaginandose ambos así. Tan calido y estrecho, demasiada sensación a flor de piel. Lo hacía hasta a él mismo temblar, sus brazos colocados a cada lado sobre él y en la cama, mientras gotas de sudor caen sobre Mana.

—Eres... Demasiado delicioso... Mgh... M-mierda, n-necesito moverme... Esta posición esta ... incómoda —susurra cohibido por la sensación de presión contra su pene justo dentro de la vagina de Mana, notando como el estomago de su pareja se nota abultado.

Ambos con el corazón a tope. Conectan miradas, quedando cohibidos.

—Muevete... Solo muévete, no pienses si lo haces mal o no. Que lo haces demasiado excelente, muevete como te plazca... Solo dame todo de ti ...mgh...

La suplica deseosa de Mana, fue suficiente para que empezara con embestidas leves, vaiven seguro y profundo, hasta el punto que el ritmo lento le pareció poco. Necesitando mucha mas fricción y velocidad, empezando a descontrolarse, con oenetradas bruscas, profundas y con un frenesi digno de estar sudando bastante. La deliciosa sensación de la calidez del interior de su pareja, lo estaba haciendo perder los estribos. Sus gruñidos y jadeos guturales no se hicieron esperar más, uniendose a los de Mana, quién soltaba gemidos tiernos y vulgares, demostrando que todo estaba donde y cómo debía pasar.

Una, dos, tres... Y cuatro estocadas duraa y certeras hizo. Para luego, sentir el escalofrio recorrer toda la espina dorsal, y un latigo de placer electrizante golpeó su interior, descargando su semen por completo en el interior de Mana tras una última estocada.

Ambos soltaron un gemido ido de puro placer, mientras Haruka cae rendido sobre Mana, aún sintiendo la contorsion de sus temblores soltar el semen, mientras que pudo ver lagrimas secas en las mejillas de su pareja.

Se preocupó. Pero al escucharla reír, y abrazarlo sin ganas de que pudiera moverse, quedó de piedra aún dentro de su intimida vagina.

—N-no salgas aún... Si sales, querré aún mas de ti... Y sé que mañana tienes entreno y clases, Haruka...—susurra con una voz adormilada, pero ronca. Sus ojos dorados estaban teñidos en negro absoluto.

—Tus ojos...

—Es el deseo que tengo por ti. ¿Quieres que te cabalgue y faltes mañana por invalido?—murmura con picardía.

Haruka temblo de nuevo con solo sentir que su pene no bajaba de calentura. Mordió su labio inferior con verguenza la voz ronca y adormilada de su pareja era demasiado tentador.

—Mana... D-duerme...

—Esa petición no es coherente para mi.

Y tras ello, Haruka sintió un mareo rotundo, y en cuanto su espalda choco contra la cama un jadeo inevitable salió por sus labios. Mana se encontraba encima suyo, desnudo, sexy y totalmente posesivo.

Se rindió ante la tentación y confió.

Las cabalgadas de Maná eran rapidas, certeras y parecían pedir masy mas de él, como si ya el semen que escurría desde el interior para fuera, no fuera suficiente, ambos agitados a mil. Sudorosos y temblorosos, estaban idos en el placer y necesidad.

Uno, dos, tres... Haruka ya había perdido la cuenta de las veces que se habia corrido, solo sabía que una vez que hizo su última corrida dentro de su pareja, esta habia caído encima suyo con la respiración entrecortada, cansada a tope y con la mirada cristalizada en digno placer complacido.

Ambos abrazados, cubiertos por la sábana blanca al fin sedieron al sueño y cansancio bien merecido.

Ninguno sabía que les depararía mas en la mañana, porque estaban seguros que su descontrol habua consumido un poco del tiempo de la madrugada.

Haruka había perdido su virginidad a voluntad propia y no se arrepentía de eso, ambos se besaron por ultima vez con una sonrisa complice. Y la meta de dormir juntos estaba más que complica, hecha por encima de todas las fantasías.

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