PARTE 37. Ahora y siempre.
Haruka inmediatamente había telefoneado a su pareja. Y por mucho que su pecho pareció contorsionarse en preocupación, amargura tras su respiración pesada estuvo esperando alrededor de tres timbrazos la contestación. Sin embargo, al cuarto, cuando ya estaba perdiendo la esperanza de saber ese día de su pareja, la puerta de su casa se abre, y con el telefono en la oreja, la nota seria y con la mirada perdida tras quitarse los zapatos para empezar a caminar hacia él, todo sin darse cuenta de la situación.
—¿Dónde estabas?
—Con Rei.
Haruka lo mira, y nota como su pareja se deja caer sobre el sofa. Demostrando como la noche ha caído y la inmortalidad sobrenatural de su pareja, se refleja en la piel blanquecina, las ojeras bajo los ojos y los colmillos bajo sus labios, del tono rosado opaco.
Decide sentarse a su lado. Esperando que diga algo más al respecto. No sabía que habría podido hacer Rei para enfadar de ese modo a su pareja. La desgana, la molestia y el silencio son cosas a las que no esta acostumbrado.
—Estoy bastante cansado de la situación que los envuelve. A ti, Makoto y Nagisa. —empieza a decir Maná, después de un tiempo sentado en el sofá. Sofá que ella misma había traído porque no está tan acostumbrado a la comodidad de la cultura que lo rodea.
—¿A qué te refieres?—preguntó confundido, y ceñudo.
—Sé por Ama-sensei de que formaron el Club de natación para poder nadar y usar la piscina de la Institución. Pero que formaron el equipo para intentar coincidir con Matsouka Rin. —expresa el contexto Mana, con voz lúgubre.
—¿Aja..?
—Pidieron a Ryugazaki dejar el atletismo por el deseo egoísta de vosotros. Involucraron a un chico que nada tenía que ver con la natación ni con sus metas, pero él lo hizo porque ustedes le ofrecieron esperanzas y apoyo a Rei.
—Él aceptó por cuenta propia.
—Pero no aceptó que lo tratarán como un reemplazo a Rin, uno que cuando tuvieran a Rin, Rei dejaría de existir en el lugar que enseñaron ser felíz. ¡Da coraje escucharlos hablar del relevo, competir contra el pelirrojo, cuando todo lo que se escucha es que Rei molesta en toda la ecuación!
Haruka se levanta con molestia por la forma en que lo dice. Disconforme, se levanta y se enfrenta a su pareja.
—No hemos hecho eso.
—Pronuncian mas a Rin que Rei, en lo que se refiere al relevo...
Haruka no es capaz de negarselo. Mirándolo serio.
—Pero Rei es parte del equipo.
—Aunque generalicen, han generado dolor con sus palabras tan infantiles. Rin esto, Rin aquello. ¿No ven acaso que ahora ese pelirrojo está con una meta por las nubes y no tiene ganas de subir acompañado como ustedes? Ya no es un niño que compartía sus sueños, es un adolescente que busca cumplir sus sueños a costa del riñón del otro. —expresa golpeando el sillón.
—¿Y porqué te afecta tanto esto?
—Porque me duele saber que un niño tonto y resentido, hace daño a los que quiero, y sus sueños egoísta, hacen daño a un chico que no tenía nada que ver con todo esto. —expresa tan gélido y lento que lo mira serio— En el relevo son cuatro personas que compiten por una misma victoria o por nadar simplemente, si involucran a tercero que no pueden nadar en el mismo equipo... ¡solo hacen que las acciones estupidas aflores por culpa de la inseguridad y dolor!
—¿Qué ha hecho Rei?
—Ha ido a encarar a Rin. Y el muy... ¡? Amigo de tu infancia, llegué para evitar que ambos se agarraran a madrazos, me ha tirado por la cara su tenis. —dice con molestia y apretando la mandibula al recordar su estupidez— ¡Odio cuando los asiaticos como vosotros sois tan apáticos con los problemas de los demás pero se siguen involucrando y cuando saben que no lo son, no lo quieren aceptar! —exclama tan corajudo—¡Pero una persona externa como yo, extranjera se involucra y solo escupen como una goma de mascar! ¡Estoy ardido! ¡molesto! Procuro llevar la fiesta por la paz, apoyarlos, animarlos pero llegué a mi límite.
Haruka baja la cabeza al escuchar como su pareja se lo dice. No puede creer lo que ha hecho Rin, ni mucho menos con las acciones de Rei. Ni por lo afectado que esta su pareja. Solo escuchar nievamente como esta lleva su mano a su rostro y se lo cubre.
—Aprecio... Las buenas intenciones que has estado haciendo por nosotros.
—Pero esta visto que ser amigos para ustedes es solo nadar, compartir una afición en común, pero que los sentimientos de las nuevas amistades se vayan a la mierda que solo les importa las viejas amistades que ya les manda a la mierda a vosotros. ¡este círculo de amistad no es sano! —exclama tan molesto, que la voz se rompe y el sollozo invade la sala.
Haruka se arrodilla frente a su pareja. Toma cada muñeca y trata de ver su rostro, encontrando a su hermosa con el rostro desencajado, mordiendose hasta dañarse el labio superior. Se asusta al ver la piel resquebrajada.
—Te estás lastimando...
—No más de lo que ustedes lo hacen, te aseguro...
Haruka con el sabor agrio en la boca, baja las manos de su pareja y con aquel brusco movimiento atrae la atención de Mana hacia él.
—Somos tontos, ciegos e inexpertos en esta vida... No somos como tu, y seguiremos equivocandonos aún más... Pero debo aclararte de que, el tema de Rin para mí está zanjado, son los Nagisa y Makoto quiénes anhelan nadar ... Sé que Rin ha cambiado, y me lo confirmas diariamente...—expresa Haruka con una paciencia admirable, toma el rostro de su pareja— Lamento tanto estés así... No lo busqué, ni estoy orgulloso de esto. Lo solucionaré.
—Me molesta que sus frustraciones lo paguemos otros, y no vosotros... Los que nos preocupamos por ustedes, somos quienes más daño hacen. Viven con un trapo en sus ojos, ya no los cuidaré pero espero que enmenden su problema de inseguridad que realizaron en Rei —corresponde Mana, mientras se acurruca entre las manos de su novio— Te quiero y sería incapaz de romper una relación solo por esto, pero así como dejo que tomes malas decisiones para experimentar y aprender, deberás saber sobrellevar las siguientes pruebas que vendran mientras más tiempo estemos juntos, Haruka.
El de ojos celestes, quedó totalmente absorto, no lo sabía. Y no entendía a qué realmente se refería.
—¿Pruebas?
—Terminaré pronto las clases. Ya falta poco para que me gradue. El intercambio terminará con ello. Deberé volver a mi país... —expresó Maná.
Haruka sintió temor tras esa verdad.
—¿Te irás...?
—Deberé de hacerlo. Por un tiempo. Pero si quieres volveré. Solo si me quieres a tu lado, y no te estorbaré —expresa Mana.
Haruka se había quedado en blanco. No estaba al tanto de lo que significaba la estadía de Maná en el país, ni mucho menos en la Institución.
—Solo nos queda, un año y medio juntos...¿Pensabas decirmelo?
—Si. Siempre. Pero esta situación me ha desequilibrado bastante al punto de hacer que dude... ¿Realmente mi presencia te vale? ¿realmente estoy donde soy bienvenido?—pregunta abatido— Tu amigo de la infancia no me soporta, preferiría que estuviera lejos de ti, a que estuviese cerca tuyo Haruka. Ha inclusive llegado al maltrato verbal y físico, y sigues viendolo como un santo. Como el niño inocente de aquel pasado.
Haruka la mira tan afectado.
—Me averguenza bastante todo eso... Hablaré con él, está claro que no entiende que eres importante para mi. —responde aún perdido.— Quiero más tiempo contigo... Por favor, no des lo que quieren los demas, solo quiero que compartas conmigo y que no le des importancia al resto...
—¿Harás lo mismo conmigo, siempre?
—Siempre que esté en mis manos.
—Eso me sirve...
Maná no esperaba más que ello. Él era el inmortal, no este compañero era humano y más allá de lo imposible no puede ofrecer, lo entiende perfectamente, por lo que acepta el trato sincero. Con un beso suave a sus labios, quedando totalmente satisfecho.
Ambos dejan de tener esa molestia instantánea. La confianza y sinceridad puestas en el uno y el otro, es lo que hay y logra que sus cuerpos se relajen.
—Me gustas mucho, Maná.
—Y tu también me gustas mucho, Haru.
Sonríen complementados.
—Si hay otra cosa inoportuna que no vea, no temas en decirmelo. La sinceridad y confianza no lo quiero perder contigo, ni con nadie... —comenta totalmente determinado.
—Si eres feliz así, lo haré siempre. Pideme lo que quieras, ahora y siempre, Haru—susurra embelazado Mana.
Haruka sintiendo como su pecho se ahoga con tanto sentimientos, se sonroja bastante y sonríe apenado.
—Ahora y siempre...
Y tal que así, ambos van a la habitación. Ambos en pos de bañarse, para después descansar como bien se lo merecen.
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