PARTE 34. Matsouka Toraichi
Rei era caprichoso. Mana lo sabía y lo supo justo cuando su madrastra se lo confirmó por mensaje.
Molestia o enojo no lo sentía. Solo se quedó mas tiempo sentado en la orilla de la pequeña montaña, y sin pensarlo dos veces, marcó a Matsouka Toraichi.
-Te habías tardado en llamar...
-Levantar sospechas no es mi intención, lo sabes.
Toraichi ríe plenamente tal otro lado de la llamada. Aceptando el humor ácido de su amigo. El padre de Rin en verdad había muerto para el mundo humano, pero no para el mundo inmortal. Un vampiro que iba de paso, en su barco pesquero lo asesinó en medio del mar, sus amigos no contaron con la misma suerte de sobrevivir al veneno.
Obra del destino, o tal vez, coincidencia fue el hecho de que fuera rescatado por el ojidorado. Consolado y guiado en este nuevo mundo, el cuerpo claramente no estaría descansando donde debía estar, y era en esa montaña donde ahora Maná se encontraba.
-Siento que me llamas por algo más. Dímelo ya, Mana.
-Tu hijo creció estúpido, sin ti. A diferencia de tu hija, ella si que es un amor de persona -expresa sincera.
Toraichi siente el tumulto de emociones fuertes quedar estancados en su garganta y muerto corazón.
-Heredaron del mejor la vocación. -se carcajeó el hombre ex-pesquero.
-Esa soberbia petulante también lo ha heredado. En fin, encontré a mi compañero en el amigo de tu mocoso. Pero parece que es masoquista tu pequeño... Y lastima a mi pareja pero a la vez, no lo quiere compartir. -expresa el contexto Mana.
-Ah... Perdona por el mal momento que ha de estar haciendote pasar. Siempre fue un niño carismatico, optimista y social pero supongo que mi muerte le afectó como a cada quién lo hace -expresa Toraichi.
-Lo sé, eres uno de los motivos por el cuál no lo mato. -resopla Mana.- A lo que venía con la llamada, necesito que me escribas una carta para él. Siento que la molestia que carga no es de él, sino lo que piensas que es una escalera para estar cerca de ti.
-¿A qué te refieres? Crees que el mal genio que tiene es por mi ausencia. -reafirma Toraichi.
-Mi madrastra dijo que su meta es hacer el relevo en equipo lo hará conectarse contigo. Saber lo que sentiste y no perderte en el olvido. -comenta Mana- Quiere vivir tu sueño por ti, piensa que por algo te detuviste en ser un nadador olímpico y que terminar como pesquero no era tu destino, a lo mejor así seguirías vivo.
Toraichi se queda por mucho tiempo sin pronunciar ningún ruido, en la conexión de llamada telefónica.
-Iluso. Es un iluso niño aún. -dijo Toraichi- Haré la carta y te la enviaré lo más pronto posible, por mientras, no te ofendas por lo que diga... Aún esta joven para entender el mundo.
-Es frustrante. Da coraje ver como por culpa de tu supuesto sueño fallido, él se la pasa menospreciando a la verdadera amistad que tienen Haruka, Makoto y Nagisa hacia él. ¡Apresúrate! -pidió a modo de suplica y estrés.
-Le haré entenderlo, no te preocupes, confía en mi. Viejo amigo.
-Te esperaré lo necesario.
-Gracias Mana, cuídate. Fue un gusto volver a hablar un momento.
-Adiós Toraichi, cuídate también.-colgó la llamada.
Y justo después, le llegó un mensaje.
Esa era la señal. Hora de volver a casa. Sabía que pronto su pareja iría a dormir, no resistía mucho tiempo desvelandose. Llegaría mas o menos en media hora, si salía ahora.
Después todo, ya era la madrugada del sábado. Un liberador sábado prometía el cielo nocturno.
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