PARTE 32. Distante.
—¡Nagisa, doblas demasiado las piernas!—grita el rubio entrenador— ¡no se requiere fuerza al saltar en el relevo!
Nagisa lo escuchar luego de haber saltado. Ya habiendolo hecho. Pero en cuánto sigue con la siguiente frase, suspira, como si estuviera resignado.
—¡Makoto, tu forma esta horrible! ¡no está usando los hombros! —exclama de nuevo Sasabe Goro. De nuevo siendo el entrenador de los chicos.
Nagisa sale de la pisa por la escalera, agotado, siendo observado por el mencionado anteriormente en el regaño sincero del entrenador.
—Me alegro de que haya aceptado ser nuestro entrenador, pero... definitivamente el programa de entrenamiento de Goro-chan es pesado.—se queja Nagisa.
Makoto procede a salir del agua tambien, comentando ante ello:
—Por eso es que le llaman "Goro del Demonio"
—¡Rei, si ves que te vas a deslizar skn poder tocar la pared, da una patada!—grita nuevamente Sasabe-san— ¡Así no!—grita nuevamente al ver que lo hace mal.
Sin embargo, Haruka Nanase se encontraba apunto de saltar del podio. Pero la seriedad embriagaba su rostro.
—¡Haruka, calcula el tiempo mientras desciendes!—exclama Sasabe.— ¡No!
Buruki Mana por otro lado observaba aquello con molestia. No le gustaba el alboroto que este señor hacía en plena práctica de nado.
—¡Fíjate bien en Rei!—grita otra vez.— ¡Rayos!— exclama frustrado el rubio.
Por lo que, Mana se pasa cerca del maestro. Y con solo una mirada gelida atrae totalmente la atención del señor.
—Se estresa en vano. Tal vez en el pasado haya sido su entrenador, pero debe distribuir mejor su voz en cuánto a regaño, ya nada es igual a cuando eran infantes cuando sabían escucharlo —expresa Buruki.
—De ti no me puedo quejar. Lo haces tan esforzado a cada punto que parece que siempre buscas ser mejor, chico. —se queja cansado, Goro.
—Me exijo siempre a mí mismo. Y también tengo entrenador personal, pero sé cuando uno debe calmar la ansiedad y cuando no. Y este es el momento, fijate más en todo lo que hacen, cuando terminen de hacerlo, debatelo con la absoluta atención de ellos en ti. Si no... Solo conseguirás perturbar el agua y mi genio no es bueno si no puedo nadar en paz —expresa seriamente Buruki.
Resopla el rubio al ser amonestado por un chico menor que él. Totalmente a lo que la costumbre diría, respeto. Había sido algo irrespetuoso.
—Si esto sigue así, voy a tener que sacar la artillería pesada. Y creas o no, te involucrará, debes actualizar tus métodos de entreno. —expresa Sasabe.
Los cuatro chicos se quedaron extrañados al ver las cámaras predispuestas alrededor de la piscina. Mientras que el orgulloso plan y rostro del entrenador salía a relucir.
—Con las cámaras podemos verificar la forma desde cualquier ángulo. —expresó la pelirroja mientras observa la televisión junto con los demás chicos.
Haruka se separa y vuelve hacia la pileta. Justo al momento en que, Mana se arroja también directo al agua.
Por un momento, Sasabe Goro, se queda sin respiración en cuánto nota la perfección de la postura, la soltura y el ingreso al agua. Era como si estuviera viendo nadar a un profesional de hace cien años atrás.
—Haruka casi se asemeja a su ritmo... Buruki si que tiene vara de profesional —expresa Sasabe, pensando claramente en dónde le parecía conocido el nado tan perfecto— Hasta siento un escalofrío al verlo, es como si estuviera viendo una legenda.
Buruki Mana no tenía nada que ver con los entrenamientos exclusivos de Sasabe Goro, por lo que, solo se iba concentrando en que Gou-chan le tomara el tiempo y le avisará en qué tiempos debía mejorar. Aunque para la pelirroja aquello era simplemente complicado, debía razonar bastante al verlo ya que, el nado de Mana era como si te estuviera mostrando algo del pasado con su bello nado en presencia.
Sin embargo, los chicos se habían encontrado con su antiguo entrenador en la parte de lo que bloques de almacenamiento. Quedando nostalgicos.
—Esto me trae recuerdos. —dijo el entrenador, Sasabe.— El salón de casilleros no ha cambiado en nada.
Abre uno de ellos.
Encontrando en la parte interna, en la puertecilla su frase escrita por él hace unos años: "Forevar IWATOBI"
—¡Todavía está ahí el garabato que escribí! —exclama emocionado el rubio entrenador, Sasabe Goro.
—Esta mal escrito, Goro-senpai.—comenta Nagisa.
—¡No importa, es algo de poca importancia! —exclama el entrenador.
—Eso no tiene nada que ver con la habilidad del entrenador. —expresa Haruka, mirándolos.
Nagisa lo mira y sonríe. —Tienes razón. Gracias a Gou-chan hemos mejorado la sucesión.
—Sí. —dice Goro.
—Sigamos con este ritmo —pide Makoto, optimista.— Para poder competir nuevamente con Rin en el torneo.
Rei siente tristeza ante la mención de ese pelirrojo. Por lo que, se queda callado por unos momentos.
Sin embargo, Haruka lo percibe. No es normal el silencio en Rei. Se voltea a verlo con curiosidad. Rei se retira del lugar sin que los demás lo noten.
Sólo él.
Su celular pareció vibrar. Justo al momento que se dirigió a su casillero.
Abrió el mismo, y se encontró con un mensaje que lo desconcertó.
El remitente era su novia:
Aquel mensaje le había dado las pruebas suficientes para entender lo que había ocurrido como para que Rei dejara el lugar tras las palabras de Makoto. Y procedió a contestar a su novia, liberando detras un suspiro.
—¿Que pasa Haru?—pregunta Makoto al verlo pensativo.
—Nada.
Makoto no insiste. Pero Haru sabe que no ha sido reservado, tal vez Rei deba tener un poco de tiempo lejos de ellos, en estos momentos, o tal vez, ir detrás suyo como Maná sería lo correcto. No sabía decidirse, solo sabía que la mención de Rin entre sus relevos estaba contaminando sin quererlo, la amistad que habían empezado a tener con Rei.
Sin duda, era un motivo para replantearse lo que hacía bien y no recordar del pasado.
Aún cuando Nagisa, Makoto y él hubieran sido felices a lado de Rin.
Ahora era el presente, y aquello el pasado. Y el pasado estaba causando daños que no necesitaban para un relevo si es que lograban volverlo a experimentar juntos.
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