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Haruka se encontraba mirandola con total atención, mientras Buruki se encontraba totalmente acostaba sobre el sillon, casi como si estuviera durmiendo. Ya hace mas de dos horas que habían vuelto a casa, luego de la práctica y reencuentro.

—Si me sigues mirando así, me harás sonrojarme, Haru-kun— comenta Buru.

—Tch... —se escuchó el chasqueo de lengua contra el paladar. Haru se sonrojó tras haberse fijado en ello.

—Sé que te debo explicaciones mas a profundo, lo sé. Por eso, quiero que me preguntes todo lo que quieras...—sugiere Buruki tras voltear la cabeza, para mirarlo, recostado sobre su antebrazo izquierdo.

—Hmp... El parche. ¿Qué pasó?

Haruka había admitido con esa pregunta que se sentía atraído a esa verdad detrás de todo secretismo reservado de su novia.

—Un amigo me golpeó por ser tarado.

Aquella forma de llamarse no agradó ni un pelo al joven de cabello negro y ojos celestes por lo que, sus labios se vuelven una fina línea.

—Me golpeó por alejarme de ti, por una idiotez. Y sí, tenía toda la razón. Me lo merecía...—suspira Buruki tras decirlo.

—¿Por qué?

—Matsouka Rin, tu amigo de la infancia se atrevió a creerse lo mejor de tú mundo. Aún cuando haya tenido la caradurez de decirte que nunca más andaría contigo ni para ti. —comenta haciendo recuerdo de los hechos previo a este día.

—¿Qué te dijo?

—Algo como: "Si lloro aquí y ahora. Haru me elegirá siempre a mi por encima de todos, sé que le importo, así que no cantes victoria con esta que festejas. Las cosas cambiarán pero siempre seré su prioridad, lo sé" —recitó Buruki aquel recuerdo, la soberbia y egoistas palabras, le había hecho sentir una impotencia.

¡En efecto! Buruki Mana, quería extinguir de la faz de la tierra a Matsouka Rin. Pero tenía un punto a su favor, Haruka Nanase siempre se sentiría endeudado hacia Rin y todo lo que involucrara pasado, amistad o algo en común, daría fuerza a ese comentario porque el delfín le tenía un gran aprecio a ese pelirrojo.

Buruki decidió hacer una mueca de disgusto, aún sintiendo la molestia plasmarse en él y más cuando no podía dar por sentado que su compañero lo pusiera por encima de sus amistades.

—No sobrepienses mucho.

Al escucharlo decir eso, levantó su mirada con cierta intriga reflejada en su rostro. Resopla.

—Ya lo he hecho. Me fui a practicar lejos y terminé extrañandote a muerte. Muriendome de enojo porque ese comentario me afectó más. ¡Te amo! Pero no deseo alejarte de tus amistades. ¡Coraje siento! Porque él puede hablar como si te conociera aún cuando se hubieran distanciado, como si no hubieras cambiado en este tiempo...—gruñe por lo bajo. Bastante frustrada.

—Tal vez no haya cambiado mucho para Rin. Pero no dudes. Mis prioridades han cambiado desde el encuentro que tuve con él, dejó de ser mi prioridad en el momento que me dijo que ya no nadaríamos juntos. No niego que seguirá muy presente en mi, por los valores que plantó en mi de niño. —aclaró Haru.

—Tu prioridad sigue siendo el nado libre y la libertad, Haru-kun —responde Buru, con una sonrisa torcida.

—Si. Ahora se añade a mi lista: Tú, eres mi pareja Buru. Así que, no te confundas más. Rin, ya no tendrá lo tuvo. Ya no...—sentenció molesto, aún incrédulo por tal revelación aunque algo le seguía diciendo que persistiera en más detalles en lo del parche— ¿Pero el parche fue por eso o...?

Buru hace una mueca y esconde su rostro, admitiendo el voz alta su estupidez mas grande. Claro luego de lo que había hecho con Kuroo presente.

—Me dejé llevar por el mar hasta lo profundo por una semana. Me sentí demasiado vacío sin ti, que no tuve muchas ganas de alimentarme ni moverme...—respondió sincero— Y eso hizo que mi madrastra tuviera una visión de que yo acababa por suicidarme de esa forma.

Haru se queda con ojos abiertos.

—No puedes morir...

—No siendo vampiro. —responde avergonzada. Sentandose en el sofa, al sentir la vergüenza de estar escondiendose entre sus brazos.

Haru se levanta del suelo, y la toma del mentón mirandola totalmente serio.

—Eres una tonta.

La voz ronca en él, hizo que se viera molesto y aquello hizo sentir más pequeña a Maná.

—No es algo de lo que me enorgullezca. No me quise suicidar, solo... Quería ser uno con el agua. —expresó tratando de rehuir la mirada, pero Haru no la soltaba ni siquiera su mirada seria se aliviaba. Era como si un instinto se hubiera encendido en él.

—Maná. No debes volver a hacerlo. Presiento que esto no es la primera vez. ¿Me equivoco?

—No... Cuando me rechazaste también me hundí nadando... Mi estado de ánimo influye bastante en mi nado. Si mi mente tiene muchas cosas pensando, no floto, me hundo como toda piedra en el agua. —expresa con cierta timidez.

—No lo vuelvas a hacer. Si te sientes tan mal, dímelo. No te dejaré nada sola. Estoy para ti, eres mi compañera. —pide Haru, disgustado y preocupado.

Buruki Maná se queda totalmente estática, sus labios tiemblan y sin poder evitarlo su don humanidad sale tras palabras dichas. Totalmente humana frente a él, mientras que lágrimas saladas caen por sus mejillas.

—L-lo siento...

Haru supo que el miedo, la preocupación y disgusto había llegado a su objetivo. Se sienta a su lado, atrayendola a sus brazos, refugiandola mientras se rompe en sus brazos.

No era muy buen consolador. Pero, si sentía un poco más que su compañera se rompía lejos de sus brazos, estaba seguro que él rompería en llanto por la impotencia que crecía en su pecho.

—Te quiero mucho, Maná. Por favor, no nos separemos más...

Mana asiente entre sus brazos. Sin poder detenerse en llorar.

Tal vez, este momento íntimo significaba que las cosas del futuro aún podrían cambiar.

Y Haruka Nanase, esperaba volver a encontrase con Rin, pero esta vez no para hacerse de amigos, sino que, defendería a su novia porque a partir de ahora en adelante dejaría que él hiciera su vida tal como quería pero no que se mofara como doble cara de él.

No era tonto, solo despistado.