Buru:  
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Perdón por desaparecer
después de la competición
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Haru:   
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¿Quieres hablar de ello?
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Buru:  
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¿Puedo llamarte?
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Haru:   
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                 Si.
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Tras aquel breve contacto de mensajes sencillos, haru se apartó brevemente del celular, suspirando de alivio al saber acerca de su novia después de dos semanas sin mensaje ni signos de vida aparente. Poco después, en cinco minutos en la pantalla del celular aparecía:

Buru está llamando...

⌫             ⊙               ⌦
Aceptar Rechazar

Sin dudarlo, oprime el botón izquierdo verde, para luego recostar el celular a su oreja. Sintiendo como su corazón es quien empieza a martillar con ansiedad.

—Te he extrañado mucho, Haru.

La voz aterciopelada de aquel tono italiano que extrañaba escuchar, hizo que se estremeciera sin mucha intención, era en ese momento cuando el delfin recién se daba cuenta de cuánto le había echado de menos.

—También yo...

Las palabras le habían salido como si fuera un anhelo decirlas, escuchando un suspiro y un sonido rasgado de la sonrisa exasperada de su novia.

—Hablar mucho aún te cuesta, ¿eh, Haru-kun? ~

Haru al escuchar la voz burlona de su novia, chasquea la lengua con su paladar al sentir sus mejillas sonrojada.

—Quita el Kun.. Tks..

Ambos suspiran al mismo tiempo en aquella línea telefónica, uno sintiendo su corazón querer latir fuerte pra el vampiro, y el otro totalmente relajado de escuchar a su compañero.

—Vale, vale... No sabes cuán duro han sido estas semanas, alejarme de ti ha sido la más estúpida idea que he tenido. Pero si lo lo hacía no lograría el nado que tanto deseamos.

Haruka al escuchar aquello por alguna razón lo sintió un poco a modo de escusa pero también medio verdad. Por lo que, con algo de molestia dijo:

—¿Qué sucedió aquella vez con Rin?

—... —se escuchó como su novia se atragantó con su saliva ante la presencia del carraspeo.

—Sé sincera.

Las palabras nunca serían muy largas entre ellos, pero a veces, las más cortas tenían más significado e influencia de las que uno podía pensar. Al menos así era con el carácter taciturno de Haruka.

—... —un suspiro de resignación se escuchó por el otro lado de la llamada para luego, escuchar en un murmullo—Me... Me dijo que si lo hacía llorar, el se quedaría contigo, porque él siempre ha sido importante para ti. Que te perdería si lo lastimaba.

Se sintió tan pequeña Buruna al ser chismosa y sincera ante lo ocurrido que se estaba mordiendo el labio por nervios, al igual que sus labios temblaban con ansiedad y nerviosismo, sintiendose desnuda con la revelación de la verdad. Le era incapaz de llevarle la contrária, cuando su compañero le pedía algo así. Ser sincera era lo que más estaba marcado en su actual carácter.

Mientras que por el lado de Haruka, el silencio y el jadeo de haber abierto la boca por tal revelación, fue tan sorpresivo para él, que imaginarse en el mismo contexto de aquella vez junto con la pieza faltante de saber porque Rin había puesto su postura orgullosa y segura frente a su novia, fue algo que no fue muy a gusto de reconocer. «¿Porqué Rin?»pensó confundido ante ello.

—No es cierto...

—Tal vez si suena muy tonto... P-pero quiero que sepas que nunca te pondría en contra de tus amigos, aunque no me agraden, yo estaré allí apoyando aún cuando no me sienta ag-....

—Shh.. —lo hizo callar Haruka— No era eso lo que quería decir. No es cierto que no eres nada para mí. Eres mi novia, mi pareja. Y eso... Nadie que no sea yo, te lo puede negar.

Las palabras tan sinceras, con tono molesto y seguro fueron las necesarias para traer com un escalofrío a la realidad en aquella distancia al pelinegro de ojos dorados.

—N-no dudo eso... Solo que... Me dio miedo perderte.

—Buruna..

—¿si?

—No voy a irme. Juntos siempre, ¿recuerdas que somos... Uhmm... Compañeros de vida,no?—empezó diciéndolo con toda la certeza del mundo pero luego se dio cuenta de la sensación de vergüenza que lo embriagó luego.

Logrando enternecer, calentar y anhelar estar cerca de su novio en esos momentos por lo que enseguida, se empezó a escuchar ruidos alrededor de Maná.

—Tienes razón. Fui idiota, pero no lo seré ni un minuto más.

—¿Cómo? —preguntó extrañado al tener tanta razón que sentía el ardor en su mejillas.

—Seré un idiota si me quedo un minuto más lejos de ti, no poder abrazarte y estar en casa, mi hogar que es junto a ti.

Una vez dichas esas palabras, Haruka ya estaba ocultándose con la mano aún con el sonrojo y su corazón latiendo tan anhelante de tenerlo así como lo había escuchado.

—No te demores más... Ven ya.

Y sin mas una sonrisa sutil se escucha tras la llamada.

—Eres sexy siendo exigente, darling~

Y allí sin más, todo tembloroso, Haruka cortó la llamada, llevando su mano al corazón como también estrujando con sus manos la tela de su remera en esa zona. Se encontraba palpitando muy rápido y totalmente sediento va en busca de algo de beber. No quería pensar pecaminoso, pero ahora más que nada, sabía que debería hacer uso de la ducha. Su novia lo había provocado a distancia sin ninguna dificultad.

«Este ardor y deseo...» pensó tratando de mitigar el calor con mucha agua fría de la nevera.