Alice:
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Maná no me ignores, por favor.
8:30am.

Sé que como familia debo apoyarte, pero aveces decir detalles del futuro antes, no son elecciones sabias por mi parte, no te lo dije porque había una gran probabilidad que te echaras para tras.
8:45am.

Mereces ser feliz.
8:50am.

Maná, atrasar más tus instintos y deseos solo te darán dolor. Te veo sufrir y no me gusta. Tu futuro es bueno, pero si no te sinceras con él, será más pesado cada día.
9:54am.
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Haruka había notado como el pelinegro no salía durante gran tiempo del baño, inclusive creyó escuchar quejidos, tal vez eran sus pensamientos. Más cuando los mensajes del celular de Maná llegaban uno detrás de otro. Mirar de soslayo le cayó como un balde de agua al leer "instintos y deseos", tragando saliva su mirada fijó en la puerta, esperando a que salga su compañero de cuarto.

-¿Maná?

-Estoy... Bien. Ignora los mensajes. -responde al salir del baño.

Sin embargo, por alguna extraña sensación le dio vergüenza ajena verlo con la toalla cubriendo desde sus clavícula hasta poco más de los muslos, su cabello mojado y sus ojos con una ligera incomodidad. Por lo que sólo caminaba hacia un armario sacando una baja y vendas, junto a un par nuevo de ropa.

-Esto... ¿Cómo es ser tu...? ¿Osea tu...? -se traba Haruka, con sus dudas al intentar decir: «tu cuerpo».

No sabía muy bien si podía decir aquello sin incomodarlo o tensar sus músculos más de los que vio en la noche anterior. El ojidorado baja la toalla hasta sus caderas, enrolladolo hasta allí, mientras que se pone una pequeña faja.

-Uhm... No me incomoda hablar de ello. Que se burlen de mí cuerpo, solo me termina molestando. -admite mientras que se escucha los sonidos del cierre magnético de la faja-, tengo pechos ligeramente formados en vez de las tetillas. Bajando por el estómago tengo un miembro masculino, y bueno... Como no tengo testiculos, tengo vagina como toda mujer, el resto sigo siendo un ser humano normal. -dice mientras se cambia sin pudor alguno, claro dándole la espalda.

-¿No te da vergüenza vestirte... Frente a mi? -pregunta con las mejillas calientes por la pena, buscando mirar todas partes menos a Maná por respeto.

-Solo estas viendo mi espalda y trasero, no es nada por lo que no hayas visto ya. Después de todo tiene amigos que van a las termales, ¿no? -responde tajante.

-Bien.

La respuesta corta era lo único que podía decir Haruka al respecto, después de todo tenía razón.

-¿Qué leíste entre los mensajes?

La pregunta toma por sorpresa al ojiceleste, logrando tensar sus hombros.

-Yo...

-Dime, no estoy enojado. Solo que me es raro que te dejes llevar por tu curiosidad y entorno a mi, repentinamente, claro. -dice mientras suelta la toalla de su cadera, este cae a sus pies, colocándose el traje enterizo.

Haruka por alguno se siente bien al notar que tiene la misma costumbre que el mismo, para estar siempre preparado en nadar.

-Perdón por haber leído.. -se disculpa, traga saliva al ver como este se voltea a mirarlo-, solo llegué a leer algo de instintos y deseos.

Una mueca bastante notable se hace presente, pero solo suspira, para seguir vistiendose, con un polo de mangas cortas y de color verde. Dejando ver más mangas largas del traje de baño. Mientras que solo se pone un buzo al final, siendo así colocarse el tenis con medias cortas negras.

-No es nada grave, como todo chico tengo erecciones matutinas, tenerte cerca, sabiendo que eres mi compañero de vida hace que tenga ganas de reclamarte como mío. -admite Maná tan sincero como él, que lo hace volver a tener nervios y vergüenza- pero como te dije, no voy a forzar algo que no quieras. Después de todo la ducha lo resuelve todo.

Haruka se siente mal al escuchar aquello, se levanta de la cama, y se acerca al ojidorado, con una expresión bastante tranquila externamente pero su corazón palpitaba más acelerado por los nervios, sin embargo, el mayor da un paso atrás.

-Re-respeta el traje de baño, Haru.

El ojiceleste traga saliva al ver el nerviosismo en su mayor, por lo que se arma de valor y besa su frente.

-Gracias por darme mi espacio. Te recompensare en cuanto pueda, Maná.

Los labios del mayor tiemblan y sus ojos se cristalizan, pero estas lágrimas parecen nunca caer. Por lo que le extraña y preocupa a Haru.

-¿Qué pasa?

-Nada... -la sonrisa fugaz del ojidorado lo hace suspirar.

-Maná, seamos sinceros, por favor.

-Yo... Yo solo me siento agradecida de experimentar tu agradecimiento, porque aunque suene ridículo... Al fin, me siento en casa. -las palabras sinceras y ahogallas por las ganas de llorar, salen.

Haruka al escucharlo, increíblemente tiembla y su cuerpo reacciona por reflejo atrayendo a un abrazo, porque de alguna forma el vacío que parecía hacerme grande limitando su libertad, parece llenarse con esas sinceras palabras.

-¿Soy tu hogar?

-Eres mi lugar, mi hogar... Me hiciste esperar mucho tiempo, Haru. -admite mientras se relaja aún más en los brazos del menor, mientras olfatear el exquisito aroma de menta y mar.

-¿Cuánto...?

-Desde 1886.

-¿Q-que? -jadea asombrado Haru.

-Soy un vampiro, Haru. Y no, no me alimento de sangre humana, sino que de sangre animal. -susurra mientras lo abraza temeroso-, por favor, no me apartes de tu vida.

Haruka se queda estático sin saber cómo responder a aquello, no podía concebir ni sentir miedo, por algún motivo Maná no le generaba miedo, ni pánico sólo que, se sentía sacado de onda. Por lo que sólo lo abrazó consolando al ser intersexual y al parecer inmortal, que era su senpai, la persona de quien se gustaba actualmente. «¿en qué momento mi vida se hizo fantasiosa?¿Vampiros?» pensó incomodo.

Le incomodaba la verdad que esto le podría revelar, pero de lo que estaba seguro era, que solo le importaba seguir conociéndolo, no lo apartaría porque ya lo había intentado inconscientemente y había salido con un dolor que no deseaba volver a sentir.

Por lo que ambos, se quedaron abrazados allí, en un silencio algo incomodo, escuchando los sollozos de Maná, mientras que inexperta ente Haruka lo intentaba consolar con un abrazo cálido con el que intentaba tragar la noticia sobrenatural.