PARTE 18: Rei contra el Mar.

Makoto:
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   Iré a buscar a Rei, aun no regresa.
   22:45pm
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Haruka había recibido un mensaje, al menos el celular se lo había notificado, sin embargo sólo el ojidorado lo había escuchado. Por lo que se movió de posición para mirarlo de costado, frente a frente, mientras sin miedo pero con adoración acarició la mejilla del chico de ojos azules dormido.

Haru...

Sus palabras sonaron tan suaves que le dio escalofrío al mismo, pero entreabrió los ojos, algo irritados por la interrupción en su sueño, intentando visualizar la borrosa figura del mayor.

—¿Uh-uhm?

—Tu celular vibró, es raro dada la hora.

Las palabras al principio se le fueron algo incomprensibles al estar totalmente adormilados, pero el ceño fruncido del ojidorado lo hizo moverse muy a duras penas para agarrar el celular que casi ni le prestaba atención, ni siquiera le presta atención. Pero se sorprende al ver el mensaje de Makoto.

—Makoto. Makoto fue a buscar a Rei.

Las palabras le habían salido algo ronchas por el sueño, aunque no le pasó desapercibido al ojiceleste que el ojidorado tragara saliva duramente. Pero su expresión de ambos cambió drásticamente al escuchar el golpe fuerte de las gotas de lluvia sobre la ventana de la habitación (ubicada en el ático, segundo piso del hogar).

—Vayamos.

Haruka siente un cosquilleo de admiración y... ¿Aprecio? Al sentir el apoyo de Maná tan pacíficamente sin ningún problema, sin embargo, su voz muere atrapado en su garganta al verlo moverse con demasiada rapidez que le da vértigo. Ya que en un pestañeo o dos, ya tenía frente a él un impermeable azul, justo como su contrário, solo que en versión verdosa.

Sin perder mucho más, ambos salen del hogar, en busca de los chicos pero en cuando llegan a la playa, ambos notan en el peligro que ambos se encuentran. Por lo que Haruka vive el miedo y preocupación por Makoto, el mar era traumático para su amigo de la infancia.

—Ve por él, yo me encargo de Rei. ¡Rápido! —lo sacó de su postura tensa la voz segura de Maná.

Ambos se arrojan al agua, dividiéndose en caminos distintos por el mar, mientras que Haru logra rápidamente quitar a Makoto del agua, nervioso por no verlo reaccionar pero justo cuando va a emplear la reanimación cardio pulmonar, este tose y saca el agua que había tragado.

Ambos se preocupan por Rei, pero no tardan en verlo con el ojidorado que se veía más siniestro en la oscura y tormentosa noche, aunque el rictus impasible del mayor los ponía de nervios, en especial Rei.

—¡Lo-lo siento...!

—Tranquilo Rei, lo mejor es que no te haya pasado nada, pero... ¿Es que acaso no te diste cuenta del cambio temporal? —preguntó tranquilamente pero lo último salió como regaño.

—No-no, no me di cuenta Makoto-senpai. —admite avergonzado—solo quería avanzar en mi resistencia que para cuando iba regresando perdí la tabla, quise tomarlo pero... Ya fue difícil.

Haru escuchaba atentamente lo que decía mientras que notaba como la tensión aún estaba en la persona que le empezaba a gustar, por lo que lleva una mano al hombro y lo aprieta levemente.

—Maná...

—Tachibana-san es usted muy blando. —regaña realmente con una voz escalofriante entre ronca y muy tranquila, los menores tragan saliva, mas cuando posa la mirada en Rei— la próxima vez que seas impulsivo, no se salvarán del regaño de Amakata-senpai.

El tono de voz verosímil, hace que todos sientan gélido fresco de la noche, asintiendo rápidamente.

—Senpai... L-lo bueno es que ya aprendió la lección, ¿verdad Rei? —dice Makoto en un intento de calmarlo.

—¡Si-si! No habrá próxima vez, Maná-senpai.—exclama avergonzado.

—Además fue mi culpa... Yo debí salvarlo pero... —dice Makoto con coraje en la voz por lo que mira con cierta inseguridad al ojidorado. —pero me paralicé, lo siento Rei.

Siendo así como los chicos enseguida decidieron ir a la torre de faro que parecía ser un lugar ya abandonado. Pero sin duda, entraron en buscado de calor, sin embargo, Makoto se sincera con Rei y Maná, explicando sus motivos y el pasado traumático con el mar.

Siendo así como ambos se quedan pensativos, mientras que Rei agradece la confianza, Maná tan solo revuelve el cabello de Makoto.

—No intentes volar tan lejos, si aún temes caer. Que no siempre, estaremos para salvarte. —las palabras que suelta tras esa caricia digna de una hermana mayor hacua un niño, hizo que Makoto se ruborice—Intenten dormir un poco, estaremos hasta que escampe la lluvia. Iré a verificar la seguridad del lugar.

Sin mas, el ojidorado se marcha, pero los tres se quedan pensativos. Las palabras de Maná eran tan bien pronunciados con ese ya muy ligero acento italiano que lo caracterizaba, pero su consejo parecía darle años de experiencia y edad, que los confundía.

—Maná-senpai es bastante sabio. —dice Rei, observando la fogata improvisada— creo que inclusive aparenta más sabiduría por varios años que por ser de segundo año.

—A veces las personas suelen madurar de golpe ante tragedias, tal vez a eso se deba, después de todo... Siempre evolucionamos en nuestro crecimiento, Rei-San —añade Makoto, ya más liberado al haber compartido aquel amargo recuerdo.

—Maná es libre, pero... Parece no poder disfrutarlo plenamente. —comenta Haru.

—¿Libre? ¿Maná-senpai si lo es? —regunta sorprendido Rei ante el comentario—¿Por que lo dice, Haru-senpai?

—No lo sé, solo lo percibo así... Es como aire, pero es muy volátil.

Las palabras tan profundas y abstractas vuelven a confundir a Rei, mientras que Makoto va empezando a notar la atención más dirigida a Maná, al parecer poco a poco Haru empezaba a aceptar sus sentimientos. Aquello aunque le diera miedo o dolor, le daba calma, tal vez al fin fuera feliz y libre junto al mayor.

Poco a poco todos fueron durmiendo más aún, cuando escucharon como el mayor volvió, para luego recostarse por una pared y dormir.

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