PARTE 12: ¿Hijo de Matsuoka Toraichi?

Makoto había notado un extraño comportamiento en Haru, justo después de que volviera el mayor de su ausencia repentina, su mirada parecía la misma, la de culpa por lo que había pasado con Rin. Pero no sabía, «¿Porqué?, ¿qué ha pasado Haru?» pensó.

Sin embargo, hoy a petición de Rei, habían ido a conseguir un traje de baño que ayudase a la práctica del mencionado. Que según él, esto era lo que más podría ayudarlo.

Aunque sólo contaban con una semana para poder lograr que este aprendiera a nadar correctamente para los torneos. De alguna manera Gou había logrado que Maná se uniera al grupo de compras, este ya se encontraba con un nuevo traje enterizo de color verde limón con negro, encantado con el color; además no podía irse de una tienda sin comprar, esa era una llamada directa de atención a la esposa de su padre. Y eso era lo que menos quería, ahora.

—Gou-san iré a comprar algo de beber, ¿Desea uno para usted? —preguntó educadamente.

La mencionada, sonríe cortésmente, aún quedaba mucho por decidir según el patrón de indecisión de Rei.

—Hmm... Bueno, no vendría uan bebida fresca, te lo pagaré a la vuelta.

—Nada de eso, ¿Qué sabor?

—Batido de fresa, y solo por esta vez, Buru-senpai. —espeta poco convencida del gesto. No quería aprovecharse de su senpai.

—Bien, volveré pronto. Cualquier cosa, ya tienes mi número.

—Si, cuídese senpai.

—Si.

Nagisa apenas se dio cuenta de la salida del ojidorado, pero en cuanto salió por la puerta, Rei se extrañó por la forma misteriosa y tranquila de ser, del mayor. Era el único que había venido a favor de Amakata-senpai.

Aunque poco después, Haruka también salió siguiendo a Rin, aquello no fue pasado por los sentidos agudizados del ojidorado. No le agradaba aquel pelirrojo, pero sabía y notaba a leguas que era algún familia de Gou. Sin perder más tiempo, se perdió a unos pocos metros de donde estaban los chicos al pedir un batido del sabor de Gou y uno suyo, que para su sorpresa había batido de melon.

Por lo que una vez conseguido su objetivo salió con la meta puesta hacia Gou, pero en camino se cruzó con una escena extraña, cosa que se le fue muy imposible escuchar la conversación.

[...]

Matsuoka Rin se encontraba hablando con Haru, a una distancia prudente del centro comercial. Según Haruka, Rin ya había conseguido su meta, ya lo había derrotado, y para su alivio está vez no notó ninguna lagrima.

—¿Haru, que has hecho estos últimos tres años? Tu eres el mejor de ahí

Empezó diciendo Rin, mientras se recuesta ligeramente por la valla de alambre cercano a una sombra, con pose despreocupada.

—No soy mejor que uno que ha regresado de Australia. —añade despreocupado Haru.

—¿Me estás tomando el pelo? —pregunta Rin encarandolo.

—No. —hace una pausa y pestañear con un ligero cambio de cejas, demostrando una leve molestia— tú fuiste el que ganó la competencia del otro día.

—Era lógico ganarte así como estás.

—Una victoria es una victoria. —contesta Haru, cerrando unos momentos sus ojos para luego mirarlo—Tú me ganaste. —voltea la mirada al preguntar—¿No es suficiente con eso?

—¡No lo es!

La exclamación del joven de cabellos bordo, logró llamar la atención del ojidorado que iba bebiendo su batido de melon, por lo que se queda a escuchar un poco, curioso ante la presencia de su compañero en la conversación.

—¡Compite nuevamente conmigo, pero de verdad! —fastidiado le exige, pero después su expresión decae al decir—de no ser así... No puedo avanzar.

Haruka al escuchar atento las palabras de su amigo de la infancia, voltea la mirada por unos segundos y cierra los ojos, pensando.

—Eres un fastidio.

Maná para ese entonces se dispuso a seguir con su camino pero se tensa considerablemente al escuchar lo siguiente, mas aún cuando su compañero se aleja del desconocido muy tranquilo.

—Yo solo nado al estilo libre. No nado para ti.

Maná frunce un poco los labios al escuchar aquello, por algún motivo el tono que le dedicó al desconocido le había parecido igual a cuando lo rechazo, sintiendo la molestia en la garganta y en sus manos. Pero intenta relajarse para no arruinar el jugo para Gou. «¿Nanase que es lo que tanto has vivido?» pensó.

Sin embargo, al escuchar un sonido brusco chocar contra las rejas, con molestia se queda observando aquella posición del joven bordó contra su compañero, arrugando su entrecejo. Si llegaba a golpes, mataría a ese pelibordo, a su compañero nadie lo dañaría frente a sus ojos.

—No. Tú nadas para mí. —dice Rin.

Haruka lo mira sorprendido con aquellos ojos cielo. Pero no dura mucho su pose tranquila, deshaciendo el agarre y liberándose de ello.

—Pues entonces, prometeme una cosa. —dice sério Haru—No digas que vas a dejar la natación, aunque pierdas. —dice mientras lo empuja lejos de la verja—No hagas el ridículo. —su voz cada vez es más firme—No llores, aunque pierdas.

El joven bordo, lo mira y niega, retrocediendo un poco ante las palabras tan duras.

—Ya no soy el niño de aquel entonces. Esta vez te mostraré claramente la diferencia entre tú y yo. —lo mira impacible y con molestia Rin. —Ponte en forma para el torneo.

En cuanto se va marchando. El ojidorado, entre en acción.

—Allá competiremos. Nos vemos en el Torneo.

Sonríe despreocupado, callando a la asustada Gou, quien también se había quedado escuchando, por lo que tras con un ligero toque le entrega el batido de fresa.

Shhh... Tranquila Gou-San. Iré a mirar un poco eso de ahí, va?

—Buru... Senpai ...

Gou al ver como este se aleja, pasando por el lado de Haru sin siquiera dirigirle una mirada directa,lo escucha decir:

—Ambos son un fastidio. Deja de preocupar a Gou-san y ve con los demás, Nanase-kun. —dice con un ligero tono de indiferencia.

Haruka se sorprende al no verlo venir, aún más cuando escucha como se ha dirigido a él. Había sido bastante extraño que se dirija a él por su apellido a como ya empezaba a acostumbrarse en escucharlo, pero lo molesta al escuchar su comentario, abriendo la boca.

—¿Escuchaste todo?

—Lo necesario. Como para decir lo siguiente: "No dejaré que ese egoísta quebrante tu nado libre."

Haruka al escuchar aquello frunce el ceño pero no puede decir nada. «¿Rin podría hacerlo?» pensó.

Y sin más lo vio alejarse tras su amigo de la infancia, viendo cómo este llegaba a una velocidad prudente al bordo, abrazándolo por los hombros. Incomodando de sobremanera el acercamiento de Buruki hacia Rin.

«¿Acaso... Lo conoces Rin?» pregunta al ver que este ni siquiera se inmuta o molesta ante la confianza.

—Tch...

Haruka se queda mirando con una molestia extraña ante lo que observaba pero realmente: «¿que era lo que le molestaba? ¿Miedo? ¿Porqué? »se preguntaba agarrando en un ligero puño donde estaba su corazón, pero escucha la voz de Nagisa y se dirige hacia esa zona. Encontrándose con Gou y los demás.

[...]

Mientras tanto por el lado de Matsuoka, era realmente incômodo. El extraño lo había agarrado desprevenido con aquel agarre de confianza por los hombros. Pero en cuanto se alejaron bastante, lo alejó bruscamente de sí mismo.

—¿Quién diablos eres? —espeta.

—Tu peor pesadilla. —contesta mientras vuelve a su posición despreocupada, tras una sonrisa burlona.

—No vengas con esas idioteces, ¿quién te crees que eres para abrazarme así? —pregunta Rin, bastante incomodo y molesto.

—Uhm, soy Maná, ¿y usted?

La verdad era que para el ojidorado aquellos ojos y personalidad le traía recuerdos de un nadador olímpico que conoció, o más que conoció en sus último momentos de vida.

—Tch... Matsuoka Rin.

—Uhm...¿Eres hijo de Matsuoka Toraichi, no? —pregunta mientras intenta tomar lo último de su batido de melon, mientras nota como el contrario se tensa.

—¿Conociste a mi viejo?

Rin estaba incrédulo ante lo que escucho de ese tal Maná, aunque su acento italiano era pronunciado las palabras en japonés le salían perfectamente pronunciados.

—Se podría decir que si. Y aunque no quiera, te diré algo: El egoísmo no te llevará a ningún lado, la natación si no lo disfrutas por ti mismo es un juego absurdo. Y eso... Ser egoísta estas siendo con Haruka.

Rin lo encara sacándole el vaso del cual bebía de las manos, para que lo mirase directamente a la cara.

—Yo no soy egoísta. Además... ¿Como conoces a Haru? ¿Quien diablos eres? —exige saber bastante fastidiado.

—Soy el Senpai de Haru, y no voy a dejar que un perdedor como tu lo incordie por su forma egocéntrica de querer competir. Tu padre no te crió así, eres un niño mimado. —espeta seriamente el ojidorado.

Rin intentó golpearlo pero rápidamente el contrario agarró su muñeca, y este se acerca ferozmente a su rostro, intimidando lo un poco.

—Tch... No es nadie para entrometerse en eso, ni en esto. —exclama desquiciado.

Claramente al escuchar como el mayor lo encaraba sin ningún tapujo lo incomodaba de sobremanera, aun más cuando mencionó a su padre, tanto que por un momento titubeó en sus acciones.

—Te ganaré en el torneo. Y luego de ello, tal vez me apiade de ti, para decirte como es que conozco a tu padre. Porque ahora solo eres un niño. Y yo, no-hablo-con-ni-ños...

Lo suelta, y sin dudar, se marcha. El coraje en el cuerpo de Rin sube y sube. Pero más que nada, ahora más que nunca debía ser mejor. Aunque no sabía quién era el tal Maná.

—¡No soy un niño, maldito!

Exclamó una vez lo vio lejos, pero la sonrisa ladina que le dio aquel ojidorado sin duda le hizo sentir un escalofrío recorrer su cuerpo.

Su mirada desafiante y burlona sólo decía un mensaje mudo tal como un: «Demuéstralo».



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