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Frunció el entrecejo ante la escena frente a él y supo que esa era una de las razones porque la que su padre jamás le cedería el puesto de Capo, mucho menos el de Don, a Woojin.

—¿Cuántas veces más voy a tener que limpiar tu desastre?

—preguntó molesto e irritado, ya tenía suficientes problemas en casa como para preocuparse de su hermano.

Controlar a Hoseok debía ser su prioridad, sobre todo ahora que acaba de salir del hospital. Hoseok estaba tan fuera de sí que no dudaba que estuviera planeando escapar nuevamente. Sin embargo, se encontraba en una habitación de motel barata, con un cuerpo femenino empezando a enfriarse y su hermano sufriendo una crisis existencial.

—No quise matarla, ella sólo me obligó —se excusó, de rodillas frente a Taehyung—, por favor no le digas a papá.

—Estás fuera de control Woojin, siempre haces cosas cuestionables pero hoy has cruzado la línea —la masacre de esa habitación era obra de un psicópata. Era consciente de que él no era el hombre más recto del mundo, también había cruzado un poco la línea con el doctor, pero había estado tan enojado y tenía razones para enojarse. Woojin en cambio, parecía sólo querer divertirse.

—Hermano por favor, ayúdame.
Woojin rogó, aún de rodillas, Taehyung lo miró como quien mira a un perro a un insecto, lo tomó por el cabello y lo jaló, levantándose del piso e hizo que lo mirará a los ojos.

—Largo —lo empujó lejos, aventándolo como si fuera un trapo, el cuerpo de Woojin cayó al piso de nuevo, a los pies de los hombres de Taehyung, pero se levantó rápido, tambaleándose por el alcohol en su sistema.

Después de que el hermano salió de la habitación, Taehyung llamó a sus hombres, tenían que identificar a la mujer y rogar porque fuera una prostituta cualquiera y no alguien importante. Unas horas más tarde, arreglando los desastres de Woojin, llamó a su padre para que le pusiera un alto a su pequeño hermano. No podían permitirse deber más favores para cubrir a un inútil.

—No puede hacerse cargo de ninguno de los negocios sin perder dinero o drogas, si es que, esta última no se las acaba él mismo y todavía hace desastres como los de hace rato.

—Taehyung, Woojin tiene muchos problemas encima —el hombre trató de excusar a su hijo—. La vida no ha sido fácil con él, fue torturado por los malditos gángsters.

—Eso fue hace cinco años, ahora te aseguró que tengo más problemas que él —declaró molesto, aún pensando en Hoseok.

—Tus problemas se pueden resolver fácilmente, divorciarte de Hoseok y mandarlo con su padre. Cómo están las cosas nadie te juzgará por dejarlo, la familia comprende la situación y en cuanto a conseguir una nueva pareja, no tienes que preocuparte, hay algunos chicos de género mixto que estarán cumpliendo la mayoría de edad en dos o tres años.

—No me casare con un niño —respondió, ni siquiera le importaba la edad. Amaba a Hoseok, estaba casi seguro que se enamoró platónicamente incluso antes de tenerlo frente a él.

—No seas necio hijo, Hoseok ahora, no vale nada, sólo es un hombre común y corriente.

—No me importa, es el padre de mi hija.

—Por Yerim no te preocupes, ella se podrá quedar contigo.

—Padre por favor, no insistas.

—Hijo, ese hombre te mantiene comiendo de la palma de su mano, regresa a tus cabales.

—No voy a divorciarme, Yerim necesita a Hoseok.

—Hoseok no es bueno para ella; la puso en peligro; es un hombre egoísta que sólo piensa en sí mismo. No te sorprendas si un día te traiciona.

—Lo que pasó fue un accidente, sólo está asustado y tiene razones para estarlo, papá no voy a seguir debatiendo sobre mi matrimonio contigo, sólo ocúpate de Woojin, justo ahora él es un peligro.

Taehyung no le dio tiempo a su padre de contradecirlo y colgó el teléfono. Su padre no estaba del todo equivocado, Hoseok lo tenía.

Cuando llegó a casa, observó a Hoseok alimentar a los peces, parecía tan concentrado pero al mismo tiempo tenía una mirada triste.

—Buenas noches —habló para llamar su atención, ya se había preparado mentalmente de camino a casa para una pelea. Hoseok giró su rostro para verlo y parecía que quería matarlo con la mirada.

—¿Dónde está mi hija? —preguntó con los puños apretados—. ¿Qué te hizo creer que tenías que llevarla a otro lado?

—Tú lo hiciste, tus acciones lastimaron a nuestra hija y mientras no esté seguro de que te comportarás no volverás a verla.

Hoseok se abalanzó contra Taehyung tomándolo por el cuello.

—Trae de regreso a mi hija o romperé todo, lo juro.

—Con esta actitud que estás tomando menos la verás.

—¡No me provoques Kim Taehyung! —gritó desesperado, pensando en su hija lejos, con hambre, creciendo sin sus padres cerca.

Kim lo tomó por los hombros.

—¡No me provoques tú a mí! —le gritó de regreso y empezó a zarandear su cuerpo. Hoseok se quejó, su rostro expresó dolor y su pierna se debilitó.

Taehyung lo miró asustado y lo sostuvo.

—¿Dónde te duele? —pregunto, ayudándolo a sentarse en uno de los sillones de la sala.

—En mi pierna, todavía no puedo moverla como quiero.

—Ese imbécil que te disparó, juro que le haré pagar, seguro dejará una cicatriz.

—Aun me gustas con todo y tus cicatrices —declaró Hoseok mirando hacia la pecera como si fuera más interesante. Kim lo miró y pasó su mano por la mejilla de su esposo.

—También me van a gustar tus cicatrices, sobre todo está —paso su mano por el vientre de Hoseok— ¿Por qué no estamos volviendo locos? Ya no quiero pelear contigo.

—Trae a mi hija de regreso Taehyung. No me separes de ella o nunca podré perdonarte.

—La voy a traer de regreso, no tienes que preocuparte por eso —Kim beso la comisura de los labios de su esposo, pensó que Hoseok lo rechazaría como había estado haciendo en las últimas semanas, pero lo encontró cerrando los ojos buscando más contacto.

Taehyung se apresuró a juntar sus labios y moverlos de forma desesperada mientras que Hoseok se aferraba a su cuello y lo atraía más.

—Vamos a la cama —sugirió Kim y Hoseok asintió con la cabeza, siguiéndolo lentamente mientras subían las escaleras sin soltar sus manos.

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