01.

Él era pequeño.

Él tenía un surtido de pecas en su rostro.

Él llevaba el cabello largo y negro.

Él lloraba encerrado en un cubículo del baño del gimnasio casi todas las semanas.

Él se llama Lee Felix.

-¿Lee Felix? -asintió casi con desespero.

-Sí, sí. Lee Felix, ¿lo conoces? -comenzó a golpear el suelo con su pie izquierdo, tenía prisa. Bastante prisa.

-Ah, Felix. Sí, lo conozco, ¿por qué? -apretó la mandíbula para controlar las ganas que tenía de golpear a ese chico. Lo que le había preguntado no era difícil de entender y además ya le había explicado de antemano la situación para ahorrar tiempo, pero el imbécil que tenía en frente mirándolo con serenidad y el cabello revuelto parecía que simplemente se burlaba de él.

-¿Sabes dónde pueda estar? -el chico lo meditó un momento y finalmente asintió, Chan casi suspiró de alivio, casi.

-En el gimnasio

¿El gimnasio? ¿Era en serio? ¡El gimnasio quedaba al otro jodido lado del colegio! Bufó y comenzó a dar pasos rápidos rumbo al lugar, en su mano derecha iba ya arrugado el papel que con tanta urgencia le había explicado el profesor que debía entregarle al tal Felix.

-Por favor, Bang Chan. Yo sé que no lo conoces, pero a esta hora creo que eres el único que puede hacerme este favor de buena gana -suplicó-. El chico realmente necesita este documento y yo debo presentarme a una reunión justo en 5 minutos, ¿podrías llevárselo?

-Yah, ¿pero él no tiene amigos? -preguntó cogiendo el dichoso documento y observándolo por encima, la portada estaba en blanco.

-No -murmuró el profesor antes de retirarse, le agradeció con un grito a mitad del pasillo y desapareció rumbo a la sala de reuniones. Suspiró y fue en busca de Lee Felix.

Ingresó al gimnasio buscando con su mirada por los alrededores. No había absolutamente nadie.

-Bien, me rindo. Si esto es tan importante, que lo busque él -gruñó yendo hacia los baños y dejando los papeles sobre una banca para poder lavarse el rostro, necesitaba despejar el estrés que le había producido su ardua búsqueda.

-¿Quién está ahí? -escuchó una voz ronca, como si esa persona hubiese dormido cuarenta y ocho horas ininterrumpidas. Dio un respingo por el susto y alzó la mirada al espejo que tenía al frente, encontrando un cubículo con la puerta levemente abierta, dio media vuelta y caminó hasta allí.

-Eh, ¿hola? -murmuró empujando la puerta por completo, frente a sus ojos un chico delgado, hecho bolita sobre el retrete, dejaba caer lágrimas a libre albedrío y sorbía su nariz en silencio.

Es hermoso, pensó, recorriendo con su mirada aquel rostro perfilado, con aquella nariz respingada y todas esas pecas debajo de sus ojos. Era delicado. Y parecía roto.

-Hola -murmuró con aquella misma voz ronca. No es que haya dormido horas, es que había llorado hasta agotar sus fuerzas.

-¿Estás llorando? -quiso golpearse con más ganas que las que tenía de golpear al chico que le indicó dónde podría estar Lee Felix.

Que pregunta más estúpida, Bang Chan, se reprendió en su mente.

-¿Por qué? ¿Vas a consolarme tú también? -Preguntó sonriendo sin ganas, Chan pudo apreciar por apenas segundos su bonita dentadura.

-No sé a qué te refieres, pero yo... -arrugó su nariz sin saber qué decir realmente-. Mmmh, busco a Lee Felix, tal vez podrías ayudarme -dijo sonriendo levemente, el chico alzó su débil mirada, sus ojos acaramelados parecían pedir auxilio-. O tal vez deba dejarte en paz -murmuró sintiéndose mal por interrumpir el desahogo de aquel chico.

-Ah, no. Está bien, ¿qué necesitas? -tragó saliva al verlo secar las lágrimas de su rostro y levantar por completo su rostro.

Sí, definitivamente es hermoso, se reafirmó sin poder apartar su mirada de él, sólo llevaba el cabello un poco largo. Un poco demasiado.

-Pues... como te decía, busco a Lee Felix -repitió, el chico sonrió con cierta gracia, aunque el dolor no desapareció ningún segundo de sus expresiones.

-Yo soy Lee Felix -susurró algo apenado. Seguro esperaba alguien mejor, pensó y secó una lágrima traviesa con rapidez.

Lee Felix, repitió su mente con anhelo.

-Ah, así que eres tú -aplanó sus labios con vergüenza y recordó entonces los papeles-. El profesor Kang me pidió que te diera esto -explicó entregándole los papeles, el chico asintió y cogió el documento, suspiró y murmuró un agradecimiento.

No sabía si podía seguir allí y tampoco sabía qué decirle, comenzó a moverse avergonzado y miraba de vez en cuando las facciones del rostro triste de Lee Felix.

Entonces el tono de llamado de su celular lo asustó y lo tomó contestando rápidamente.

-Ya son más de las cinco, no digas que no te lo advertí -fueron las palabras de su madre antes de colgar la llamada, fue entonces cuando recordó el porqué estaba tan apurado antes de llegar allí.

-Bueno, yo... debo irme -rascó su cabeza, Felix asintió sin mirarlo-. Tal vez yo... ¿Puedo volver mañana? -y Felix lo miró, estaba sorprendido y confundido, se le notaba.

-¿Cómo sabes si estaré aquí mañana? -preguntó.

-Ah, tienes razón. Que idiota -murmuró sintiendo sus mejillas sonrojarse-. Pero me gustaría volver a verte -susurró.

-¿No llevabas prisa? -Chan suspiró derrotado, dolido por aquel rechazo.

-Adiós -se despidió sin saber realmente qué más decir, un "¿Te veo luego?".

Al día siguiente se preparó mentalmente para enfrentar a su amigo. Sabía que Hyunjin estaría molesto con él por no asistir a su cumpleaños, y sabía también que había sido culpa suya por demorarse en llegar a casa, pero ¿Qué podía hacer si había conocido a Lee Felix?

-Hyung -murmuró pinchándole el brazo con un dedo, el lo ignoraba olímpicamente mientras continuaba su charla con Seungmin-. Hey, Hyunjin hyung -volvió a llamarlo.

-Sabes que no va a contestarte, ¿verdad? -habló Seungmin mirándolo por un segundo antes de continuar en lo suyo con Hyunjin.

-Tuve que hacerle un favor al profesor y llegué tarde a casa, lo lamento mucho, hyung -siguió pinchando su brazo por un buen rato hasta que el mayor volteó a verlo, un puchero adornaba su rostro.

-Quería tanto que estuvieras ahí -murmuró exagerando las muecas de pena y lanzándose sobre Chan para abrazarlo.

-Realmente lo lamento, también quería estar contigo -correspondió al abrazo del mayor.

El día pasó lenta pero armoniosamente, Hyunjin le contó todo lo que había pasado en su cumpleaños y Seungmin se encargó luego de contarle las anécdotas que Hyunjin no recordaba al haber estado borracho. Pronto se hicieron las cuatro de la tarde y Chan pensó en ir al gimnasio, por las dudas.

Pero al llegar y revisar todos los cubículos del baño, solo pudo encontrar aquel documento arrugado en el suelo del último cubículo. Lo levantó del suelo y se cercioró que nadie entrase ahí para leerlo.

Eran papeles de adopción.

Una semana había pasado ya y Chan no se atrevía a volver al gimnasio, no sabría cómo reaccionar si se encontrase nuevamente con Lee Felix. Pero entonces, un miércoles, entró al salón de clases junto a Hyunjin y pudo verlo sentado junto a una de las ventanas. Llevaba una sudadera negra, con la capucha de esta cubriendo parte de su cabello ahora corto, sus ojos observaban idos el paisaje a través de la ventana y sus delgados dedos golpeteaban la mesa constantemente.

-¿Qué sucede? -le preguntó Hyunjin notando de inmediato aquel rostro de sorpresa e inquietud- ¿A quién miras?

-No, yo... -murmuró nervioso- ¿Lee Felix siempre ha estado en esta clase, hyung? -volteó a mirar por un instante a su amigo.

-Ah... no, lo han cambiado porque parece que no asistía a su otra clase, supusieron que no le gustaba -alzó los hombros-. O por lo menos eso es lo que Seungmin rumorea según lo que algunos chicos de su clase le cuentan -Chan asintió el silencio.

Llevaba casi un mes observando a Lee Felix. El chico nunca faltaba a clases, pero nunca prestaba atención a lo que el profesor decía.

-... Trabajo en parejas, los designará el azar -fue lo que alcanzó a escuchar, volvió su vista al frente y vio como el profesor revolvía un montón de papelitos probablemente con los nombre de cada uno-. Hwang Hyunjin y Ji Hansol -comenzó a decir a medida que sacaba papelitos.

-Oh, no. Quería hacerlo contigo, Chanie -murmuró Hyunjin haciendo un puchero, Chan también hizo un morro. Él también prefería trabajar con su amigo.

-Y por último, Lee Felix y Bang Chan

Volteó a ver rápidamente al chico, él le devolvió la mirada por primera vez en todo ese tiempo y le sonrió tímidamente.

Por primera vez se alegró de que no le tocara con Hyunjin.

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