Capítulo 3

Es clase de matemáticas y todos se encuentran en sus asientos, Blackbell esta al frente y como siempre la mayoría de chicas la rodean intentando acaparar su atención.

Él se encuentra junto a Ewin y Emile en la última fila, quienes le comentan de las posibles actividades extracurriculares a las que vayan a inscribirse. No está tan atento a la charla de sus dos amigos sino a la entrada de la clase, en espera de que Forger cruce la puerta.

El tema del ingreso de Forger no ha salido de su mente y tal como dijo Henderson no fue la única admitida en las condiciones que menciono el maestro, en lo que lleva la mañana ha identificado rostros que lo acompañaron cuando era pequeño y luego dejaron de aparecer.

Ha pensado la situación de manera general, con respecto a las razones de porque Forger se tuvo que haber ido de la academia. Es conocedor de que Blackbell la busco en donde vivía cuando eran niños pero a palabras de la castaña resultaba que la familia Forger había dejado el apartamento en venta, incluso recuerda un poco hablar a su madre sobre donde estaría la madre de la mocosa. Es como si no solo ella sino toda su familia hubieran decidido desaparecer antes de los sucesos que ocurrieron con su padre.

El silencio es lo que saca su atención de sus pensamientos cuando se da cuenta que la mayoria de sus compañeros ya no habla entre sí y parpadea para darse cuenta que Forger ya ha llegado a clase. Su atención pasa de ella a Blackbell quien parece esta en un estado de shock mientras los demás murmuran entre sí.

No es de extrañar, en lo poco que curso la chica en la academia fue bastante para construir una reputación memorable. Su apariencia y actitud peculiares son algo que la harían resaltar incluso en medio de una multitud de famosos, obviamente la gente iba a hablar de ella o al menos quienes la conocieron.

Forger solo mira de reojo a todos y aún con su poca expresión él sabe que está nerviosa, incluso aterrada, como el primer día de clases que entró al aula de pequeña. Tiene esta cosa de encorvar sus hombros hacia adelante como un intento de ocultar su rostro entre estos y de hacerse pequeña, además de cerrar sus ojos solo un poco quizás para evitar que su expresión sea algo obvio sobre lo que siente, fallando en el intento. Forger nunca fue buena mintiendo, no para él.

Hay un segundo donde ella le mira y siente una presión en el pecho al saber que lo ha notado. De manera rápida ella aparta la mirada y él no puede evitar fastidiarse por eso.

Forger camina para la primera fila, en el lugar donde está Blackbell y su séquito. Ella aprieta las correas de su maletín mientras que Blackbell tensa un poco su cuerpo sin quitarle la mirada. Nadie quita la mirada de ella, porque lo que no sabe Forger es que algunas cosas han cambiado y entre esas esta ese extraño trato exclusivo que la gente tiene con Blackbell y él. Ninguno de los alumnos puede sentarse con ellos al menos que les den su aprobación, no recibirán una conversación amistosa que indique algo más y menos se sentarán junto a ellos durante las clases, entre otras cosas que el mismo alumnado se ha encargado de difundir sin que Blackbell o él lo pidan.

— Hola Becky — Forger es la primera en dar movimiento, dando una pequeña sonrisa y una temblorosa actitud.

Eso no parece ser suficiente para compadecer a los perros de Blackbell.

— ¿Quien te crees? — Una de las chicas habla haciendo que Forger la mire — ¿Como se te ocurre hablarle por el nombre a alguien de la familia Blackbell? ¿te criaron en una granja, no te tienes propiedad acaso?

— Yo-

— ¡Es cierto! ¿No eres tú la que obtuvo 3 Tonitrus en menos de 4 meses? Deberías tener un poco de dignidad y no haber vuelto luego de eso. — Sin esperar varias de las chicas intervienen contra Forger.

— ¡Debes saber que la señorita Blackbell no está sola y tiene quien la defienda de la clase baja como tú!

— ¿Y a ti quien te pidió defenderme, metida? — Aunque no por mucho.

Toda clase queda en silencio cuando Blackbell es quien habla. Como ha pensado anteriormente, el atractivo de la chica no vale nada al tener como dueña a alguien con ese comportamiento. A su parecer, un comportamiento así es medianamente aceptable en Forger.

Blackbell mira a cada una de sus secuaces quienes esperan alguna reacción asustadas.

— ¿Acaso se los pedí a alguna de ustedes? — Las chicas se mantienen en silencio y Becky se molesta más — ¿Ahora si no hablan? ¿Las clases de lengua no son suficientes para formar una respuesta? — Silencio — Vayan a sus lugares, no entiendo que siguen haciendo aquí, es molesto.

Las chicas, algunas asustadas y otras molestas, se dispersan en sus lugares de clase mientras que las que no pertenecen al grupo salen del aula en dirección a quien sabe donde.

A su parecer todo es demasiado drama cuando las cosas giran en torno a Blackbell.

La castaña voltea a ver a Forger quien se ha quedado quieta todo este tiempo.

— ¿Y tú no te vas a sentar?

Antes de que la mocosa pueda hacer algún movimiento Blackbell retira el maletín del lado derecho de su asiento, dándole un lugar junto a ella frente a todo el mundo. Forger no tarda y se sienta donde antes estaban las cosas de la castaña.

Un deja vu se proyecta en su mente de cuando las dos se tenían solo la una a la otra y le hace preguntar si en esta ocasión volverá a ser así.

La maestra de matemáticas ingresa y lo último que ve es a Blackbell susurrandole algo a Forger, luego de eso solo se interesa en el tema del día.

Estar de nuevo en Edén es sumamente extraño.

Apesar de los años la academia no deja de ser inmensa para ella, incluso ya estando en el sexto grado no puede evitar ver a los demás estudiantes mucho más grandes de lo que ella es.

Con fuerza aprieta su llavero de oveja antes de guardarlo en su nuevo maletín, cortesía de su abuelo al enterarse que volvería a Edén. Es uno de segunda mano, con algunas manchas en su interior, y es perfecto para ella.

"Tú y yo tenemos que hablar" eso le dijo Becky en la primera hora.

Luego de que las primeras clases de la mañana acabarán Becky le pidió que se reunieran ambas en una de las zonas verdes de la academia para hablar, la castaña no fue con ella debido a que deseaba comer primero mientras que por su lado no tenía gran apetito.

Recordar los sucesos de la mañana y su impedimento para actuar le causa molestia, pero aún recuerda las palabras de Henderson el día anterior cuando pasaron la tarde en la oficina del mayor para aclarar cosas. El maestro siempre fue muy amable con ella y lo único que le recalco varias veces es que no se metiera en problemas con los demás alumnos, además de eso también le dijo que para evitar mal entendidos o desaciertos Edén puso la condición de que al volver sus Stellas y Tonitrus ganados serían borrados de su registro académico, tanto a ella como a sus demás compañeros que ingresaron con sus mismas condiciones.

Aún no comprende con claridad el porqué de las decisiones de la academia pero si se es sincera no le importa mucho la pérdida de sus Stellas, antes las buscaba para acercarse al Segundo pero viendo su situación actual ya no hay mucha motivación por querer conseguirlas. Si fuera por ella solo quisiera estudiar y conseguir una que otra Stella por pura diversión y ya.

Lo importante ahora es recuperar a Becky.

Cuando llega al lugar solicitado se sienta en la hierva un tanto seca para esperar a Becky. No sabe que dirá, si es honesta no planeo muy bien su jugada. Genuinamente pensaba que Becky y ella al verse correrían a los brazos de la otra, pero al verla rodeada de todas esas chicas el pensamiento de que la había superado le hizo temer más alguna actitud de confianza hacia la castaña.

Intenta recordar algún consejo que le haya dado su abuelo pero lo único que viene a su memoria es el hombre balbuceando incoherencias y su abuela intentando devolverlo a la realidad.

Escucha pasos y al voltear Becky se acerca a ella a paso calmado.

— ¿No comiste? En el comedor estaban dando ese omelet que te gusta, o bueno que te gusta, no se que te guste ahora — La castaña se sienta a su lado relajando su postura — ¿Y bien? ¿Qué tienes por decir?

¿Ella?

— ¿Yo?

— Si, tú. ¿No piensas decir que paso contigo todo este tiempo?

Es consciente de que no puede decir toda la verdad, la palabras que le dijo su padre antes de hacerle el favor de volver a la academia son borrosas pero se hace una idea general de lo que tiene que decir hacia sus compañeros.

— Yo... yo tuve que irme de aquí.

— ¿Como que irte? ¿A donde?

No me acuerdo.

— No estoy segura, era una casa lejos de aquí. Me quedé con mis abuelos para vivir un tiempo allá.

— ¿Abuelos? Creí que no tenias abuelos. ¿Y que hay de tus padres? ¿No fueron contigo o que? — Becky alza la voz con cada pregunta, con el ceño fruncido y en una posición más defensiva — ¿No habían teléfonos allá? ¿No había papel allá? ¿Te dolía mucho tener que llamar o escribir a mi dirección? ¿O es que simplemente no querías contactarme?

— No, no, no entiendes Becky yo si quería solo-

— ¿Sabes que creo? Que eres una mentirosa Forger, solo dí que no querías decir que te mudabas ni querías contactarnos. No es como que no tenga amigas ahora para pasar el rato, después de todo ellas no se fueron de la nada de mi vida.

— Becky, por favor

— ¿O me vas a decir lo contrario?

"Me abandonaste Anya, me dejaste sola. Te llamé, busque, estuve a punto de contratar un detective sino hubiera sido por mi padre que lo impidió para buscarte. ¿Qué te fuiste? Ni siquiera habías terminado el año escolar que te costó tanto trabajo pasar. ¿Por que no buscaste? ¿No era yo tu amiga? ¿No lo soy?"

Los pensamientos de Becky son tan fuertes que Anya no puede evitar leerlos, y quiere responder todas y cada una de las preguntas con la verdad de porque se fue esos años, y está apunto de hacerlo sino es porque la avalancha de recuerdos la invade y la congela. Recordar lo que paso en ese entonces solo hace que le apriete el pecho. Así que lo único que logra conseguir es empezar a llorar, captando la atención de la que espera aún sea su amiga, y hablar.

— Mi mamá murió Becky.

El rostro de Becky cambia a un estado de shock y el ambiente queda en silencio con sus sollozos siendo audibles. Decide calmarse, respirar, y seguir.

— Cuando asesinaron al padre del segundo todo fue un caos, nosotros no lo sabíamos pero el hermano de mamá era parte de la policía secreta y estaba involucrado el día que pasó todo. Él sólo era parte de una escolta pequeña dentro de los civiles cuando el agente de Westalis disparo a Desmond, no se que pasó fuera de caos pero lo que papá me dijo fue que en medio de la balacera le dispararon también. — Toma un tiempo para respirar y nota con Becky le ofrece un pañuelo que con gusto toma para limpiarse la nariz — Cuando mamá supo la noticia no lo resistió y se suicidó, mis abuelos son los padres de ella. Habían perdido contacto porque cuando pasó todo nos ofrecieron un hogar ya que papá temía que nos viéramos metidos en las actividades del hermano de mamá. Por eso no pude llamarte, perdón.

"Anya..."

El ambiente queda en silencio, Becky tiene una cara afligida que Anya sabe que es sincera mientras que ella misma solo busca calmarse luego de haber dicho eso. No está muy acostumbrada.

— Pero... ¿No les afectaba igual irse con tus abuelos? Eran padres de tu tío después de todo.

— No, al parecer eran muy desatendidos cuando mamá y su hermano eran jóvenes por lo que él no los agrego en núcleos familiares, mamá hizo lo mismo con muchos de sus trabajos.

— ¿Y tu papá, que paso con él?

— Entro en una especie de paranoia, no lo sé. Cada rato miraba las ventanas, puertas, asustado de que alguien viniera por el pasado de mi tío. Renuncio al hospital por esa misma paranoia y decidió trabajar en el extranjero, la verdad solo siento que quería alejarse de la muerte de mamá, ya no hablo tanto con él.

— ¿Y no te llevo? ¡¿Como un padre puede abandonar a su hija así?!

"Y pensar que Loid Forger me había enamorado, ¡irresponsable como todos los hombres!. ¡Todos iguales!"

Bueno, quizás se pasó un poco de información pero hay que seguir. Luego informara sobre algunos cambios que hizo.

— Los abuelos vivían muy lejos y como mi abuelo fue maestro en una universidad decidió que estudiaría en casa con ellos. No quería meterme a una escuela por su miedo pero tampoco quería que quedara atrás en mi aprendizaje, sabes lo difícil que es aprender para mi. Cuando supe que Edén abría sus puertas le roge para que me dejara volver, no quería, pego el grito al cielo cuando se lo propuse, pero mis abuelos me ayudaron a convencerlo y decidió darme esta oportunidad. Eso es lo que mis dos madre querían para mi.

"¡Cierto que su primera mamá también murió! ¡Anya, santo dios, perdóname!"

Ay, se le había olvidado eso. Bueno, ya que.

— ¡Anyaaa! — Sin esperarlo Becky se ha lanzado sobre ella abrazándola mientras suelta varias lágrimas y lamentos — ¡Has pasado por tanto y yo fui una egoísta en juzgarte! ¡Debí buscarte más, ofrecerte refugio! ¡¿Por qué no fuiste con mi familia, Anya?! ¡Te lo hubiera dado todo, todo por ti! — La castaña solo empieza a llorar aun más desconsolada y Anya no puede resistir el llanto tampoco. — ¡Te he extrañado tanto, me he sentido tan sola y ahora se que tú estabas peor que yo! ¡Lamento tanto no haber insistido más en buscarte, lo siento tanto!. ¿Podrías perdonarme?

— ¡Becky perdooooón! — Ya es este punto solo salen gritos y llantos de su boca.

— ¡Anyaaaa! — De igual forma que con Blackbell.

Así que solo se abrazan mientras lloran, agradeciendo esta nueva oportunidad de volver a estar juntas.

Anya agradece otra oportunidad de vivir otra vez.

Cuando el autobús escolar la deja en su destino toma su mochila y baja para quedar frente a esa tienda de periódicos que tanto conoce. Escucha como el vehículo se aleja y ella avanza al puesto viendo al hombre que la acompaño desde su niñez.

— ¿Y como te fue niña?

— No tan mal ricitos. Por un momento creí que iba a ser un día malo pero pude arreglar las cosas con Becky, aclaramos todo y me dijo que de ahora en adelante solo seríamos las dos otra vez. — Mientras habla va quitando el candado de su bicicleta que el hombre le cuida en las tardes.

— Oye voy a empezar a cobrarte por cuidar esa cosa, me estorba mucho cuando vienen clientes.

— Ay aja, sisi.

Quedan en silencio en lo que Anya guarda el candado en su maletín junto al blazer de la academia, así tendrá más movilidad al pedalear. Ya lista sube a su bicicleta rosa lista para irse.

— Oye niña, ¿No habrás hablado con Desmond o si?

Suelta un bufido de fastidio ante la pregunta. — No, no lo he hecho. Ya te lo dije ayer y te lo diré mañana, y el día después de ese, y de ese, y de ese.

— ¡Ay que niña tan grosera! ¡Para tu información solo pregunto porque debo informarle a Twiligth, ni creas que es por más!

— Sisi, dile eso. ¡Hasta mañana ricitos!

Sin esperar respuesta Anya pedalea dejando atrás al hombre sin importarle la respuesta que le tenga que dar. Mientras avanza en el camino pasa frente al edificio que solía ser su hogar, le da una mirada de reojo pero no se detiene al saber que el camino es largo para llegar a casa.

Atraviesa las calles y el parque donde jugaba de niña, avanza entre los caminos de piedra y cuando sabe que ya está demasiado lejos de donde la dejo el autobús toma un desvío entre la hierva, le toma pedalear unos veinte minutos más entre la vegetación cuando llega al sendero de tierra que la guía a la casa. Sólo bastan diez minutos cuando llega frente a la pequeña vivienda.

Es pequeña y de un solo piso, en su interior hay cuatro habitaciones, un baño, la cocina y sala de estar. Alrededor de ésta hay diferentes flores y plantas que por el constante calor y descuido de su parte han perdido agua, por lo que los colores marrones y amarillos son lo que rodea todo. Cuando llega a la entrada baja de su bicicleta y la deja al lado de la puerta, no pone seguridad debido a que es un lugar poco concurrido para que llegue a pasar alguna situación de robo, mete su mano en el maletín y saca su llave para ingresar.

Al abrir el olor de galletas llena el ambiente, lo más seguro es que su abuela se encuentra cocinando, y mientras quita sus zapatos para dejarlos en la entrada un Bond mayor se acerca a ella feliz para saludarla.

— ¡Bond! — A pesar de la edad del perro él sigue moviendo su cola feliz de ver a su dueña, Anya solo se pone de rodillas y le acaricia el pelaje también feliz de verlo — ¡Ya llegue!

— ¡Estoy en la cocina, querida!

Dejando la ronda de mimos, Anya camina hacia la cocina encontrando a su abuela sirviendo galletas en cuatro platos. Cuando se acerca a saludarla tiene que agacharse para darle un beso en la mejilla a lo que la mujer solo ríe.

— ¿Como estuvo la escuela, cielo?

— Mejor que ayer, pude aclarar las cosas con Becky y matemáticas no me costó demasiado, las clases del abuelo funcionaron bien — Mientras habla se retira las medias de uniforme, prefiere más estar descalza para evitar desgastar la tela — ¿Dónde esta él?

— En su estudio, cariño. Ven, yo te recibo eso — Anya le da sus medias y su abuela a paso tranquilo va acercándose a la lavadora — ¿Podrías llevarles un plato a cada uno, por favor? Así aprovecho y limpio la cocina, luego vienes por el tuyo.

— Sip — Sin demora toma un plato en cada mano y se dirige al pasillo donde están las habitaciones.

No es muy diferente al que había en el apartamento, hay dos habitaciones al costado derecho, el estudio del abuelo al costado izquierdo y la última alcoba al final del pasillo. Cuando avanza en el pasillo ve los diferentes cuadros y fotos colgados, algunos de esos alterados y otros verdaderos, pasa al lado del teléfono y con su pie toca la puerta del estudio (una mala idea porque se lastimo de dedo pulgar).

— ¡Abuelo!

— ¿Quien?

— Abre

— ¿Quien?

— ¡Anya abuelo, abre!

— No conozco a ninguna Anya, solo a una que es mi nieta y no ha llegado porque de haber llegado me saludaria a mi primero cuando entré a la casa.

— Tengo galletas.

— ¡Pasa querida, la puerta siempre está abierta para ti! 

Viejo loco.

Dando una risa se las arregla para abrir la puerta, encontrando a su abuelo leyendo un cómic de Bondman detrás de su escritorio.

— Hola abuelo

— Hola querida, deja las galletas en el escritorio por favor.

Ella asiente con la cabeza y deja un plato frente a él, rodea el escritorio y le da un beso en la cabeza a modo de saludo.

— ¿Es el nuevo que salió? — Pregunta refiriéndose al cómic.

— Sep, esta bastante entretenido. Bondman necesita detener una bomba en la luna.

— ¿Me lo prestas cuando lo acabes?

— Por supuesto cielo. ¿Como fueron tus clases?

— Bien, entendí matemáticas y tengo trabajos por hacer.

— Bueno, mejor hazlos pronto para descansar. Llegas muy tarde a la casa querida, yo podría ir a recogerte si lo deseas.

— Son solo las siete, abuelo. Además si tu fueras a buscarme te perderías a mitad de camino y seria yo la que terminaría buscándote.

— Ay aja, sisi. Mejor déjame leer y haz tus cosas.

Anya suelta una risa y avanza hacia la salida del estudio.

— ¿Le vas a dar esas galletas?

Anya frena y voltea a ver a su abuelo, tiene una cara con un toque más serio mientras observa el plato, ella solo sigue su mirada hacia las galletas y le sonríe.

— Sip, la abuela me lo pidió.

— Bueno, supongo que esta bien que coma algo. Ya van dos semanas que no se alimenta bien.

— Lo se, esperemos que lo reciba.

Su abuelo solo asiente con la cabeza y sigue con su lectura, una señal para que Anya salga del estudio.

Ya en el pasillo se dirige hacia la puerta del fondo, toca tres veces y al no recibir respuesta toma la perilla para abrir.

— Permiso. — Susurra mientras entra.

La luz del pasillo se filtran en la habitación que está en completa oscuridad, si Anya no conociera el entorno ya hubiera tropezado con las cosas del suelo pero como es rutina solo se acerca a la mesa de noche al lado de la cama. Ya ahí observa el cuerpo bajo las sábanas aparentemente dormido, por lo que solo se dedica a dejar las galletas en la mesa.

— No tengo apetito, Anya.

Voltea hacia la voz, sintiéndose un poco sorprendida de que le dirija hoy la palabra. Cuando está en esos días es muy raro que hable con alguien.

— La abuela hizo galletas, mamá. No has comido muy bien últimamente.

— No es necesario, tranquila. — Con calma, Yor toma de las cobijas para cubrirse un poco más dejando a la vista solo sus ojos viendola y su cabello esparcido en la almohada.

— ¿Tienes que trabajar hoy, no? Será mejor que tomes fuerzas, no debes comerlas todas pero estaría más tranquila si aunque sea comes una.

Yor solo la observa con esa mirada que Anya hace mucho no puede descifrar, y  aunque quisiera entrar en sus pensamientos para saber que siente no podría, no a su mamá. Además de que era evidente el estado emocional en el que estaba la azabache.

Su madre solo suelta un suspiro y eso para Anya es una victoria.

— Esta bien, comeré luego de dormir un poco. Gracias, Anya.

— No hay de que.

Ve como su mamá se da la vuelta dándole la espalda y siente este impulso de acariciar su espalda pero se detiene al recordar que desde hace mucho a la mayor no le agrada el contacto físico. Con eso en mente, sale de la habitación y piensa que lo mejor si será empezar sus trabajos ahora.

Cuando cierra la puerta es que suena el teléfono y Anya sabe quien es, así que camina rápido hacia este y responde la llamada.

— ¿Bueno?

— Hola, somos del servicio eléctrico, quisiéramos hacerle una encuesta rápida si es tan amable — Hola Anya, ¿Puedes hablar? Era la traducción, o eso creía.

— Si, por supuesto.

— Perfecto, ¿Como se ha sentido con el servicio brindado por la empresa? — ¿Como fue la escuela? ¿Preguntaron algo referente a ti?

Bien bien, la verdad no ha ocurrido ningún inconveniente.

— Eso es perfecto, nos alegre que le guste. ¿Ha considerado adquirir nuestro buen plan completo de electrodomésticos? — Frankie me dijo que hablaste con Blackbell, ¿no sospecho?

No, la verdad es que no ha habido dificultades hasta ahora. Quizás hay algunos cables que moví por error pero nada grave, estamos bien con nuestro servicio.

— De acuerdo, ¿Tiene usted alguna disconformidad con nuestro servicio? — ¿Desmond?

— No, para nada.

— Bueno señorita, en ese caso esto es todo por ahora. Nos alegra mucho que este conforme con nuestro trabajo, ya para acabar ¿sabe que nos puede llamar cada que lo necesite, verdad? — ¿Yor?

Es lo único que puede captar de todo el mensaje.

— Si señor, se lo agradecemos pero todo está correcto por acá.

— En ese caso, le deseamos una feliz noche señorita. Hasta luego. — elimina el registro de llamada.

— Hasta luego.

Con eso la llamada termina y ella da un suspiro, más tarde tendrá que hablar con Frankie para que le ayude a borrar el registro de llamada sino es que Twiligth le llame primero para que lo haga.

— ¿Él?

Mira a su izquierda encontrando a su abuelo en la entrada del estudio con sus brazos atrás. Ella solo asiente con la cabeza y ve como el hombre da un suspiro.

— Ojalá un día deje de llamar.

Con eso dicho, su abuelo cierra la puerta dejándola en el silencio del corredor.

Yo ni idea de como funciona eso del lenguaje secreto pero ahí se incluyo jajaja.

El como lucen los personajes me baso en los diseños del artistx 1alchemistart, siento que el como dibuja a Anya y sus amigos es bastante acertado para personajes ya de una edad entre 13-16, por lo que si quieren una imagen más clara les invito a visitar su instagram y Twitter.

Gracias por leer.

Les amo, adiooos.

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