Capítulo 3.

Al día siguiente, durante la clase de educación física, todos los estudiantes salieron al patio para entrenar. El instructor daba instrucciones a los pequeños, y estos las seguían obedientemente. Para la mayoría, era una clase divertida, pero el pequeño kookie no compartía ese sentimiento.

—¡Formen grupos de cuatro! —exclamó el profesor, tocando el silbato. Todos comenzaron a agruparse rápidamente, mientras el pequeño alfa, tímidamente, preguntaba a sus compañeros si podía unirse a ellos, pero todos lo rechazaban. Un nudo comenzó a formarse en la garganta del alfita; la desesperación por no encajar lo invadía. El instructor, al notar que era el único sin grupo, le hizo una seña para que se sentara en la banca.

—¡Profesor aquí nos falta uno!—exclamó el pequeñín rubio—Mi compañero se ha lesionado—el pequeño que estaba al costado del rubiecito fingió una lesión en el tobillo, taehyung se acercó cojeando teatralmente hacia el profesor, hizo su actuación. Parecía tener su futuro como actor asegurado.

—Pero hace un momento estabas bien—dijo el profesor, algo confundido. Sin embargo, al ver la expresión de dolor que el alfa fingía, decidió dejarlo sentarse—. Jeon Jungkook, acóplate a ese grupo.

El rostro del pequeño alfa, que antes estaba triste, se iluminó de emoción.

—Ahora que todos están listos, ¡vamos a comenzar! —dijo el profesor.

—Ven, Kookie, párate junto a mí —susurró Jimin, ruborizado. Su plan con su mejor amigo había funcionado. El omega extendió su pequeña mano regordeta, y Jungkook la tomó con delicadeza. Al estar más cerca de lo habitual, el rubiecito percibió el aroma del pequeño alfita: una exquisita combinación de eucalipto y café, una fragancia refrescante. Era la primera vez que captaba un aroma tan claramente, y su omega interior comenzó a moverse emocionado, tan feliz como su lado humano.

Los ojos del alfita brillaron al escuchar aquel apodo salir de la boca del pequeño rubiecito, y más aún cuando este le ofreció su mano. No iba a dejar pasar la oportunidad de tocar la suave manito del rubio, que era tan delicada como algodón. Además, Jungkook pudo captar otro aroma, uno dulce y envolvente que provenía del omega: "flan y santolina." El pelinegro amaba lo dulce, y su alfa interior lo sabía muy bien.

Tiernos ♡

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