Capítulo 2.
—No puedes Jiminnie—volvió a repetir Jin, este era un beta que tenía un año más que el omega, estaba en cuarto de primaria—lo tenemos prohibido—no había día en que el omegita comenzara de nuevo con sus preguntas que si podía ver a ese alfita que se le hacía atractivo.
—Es que está solito hyung—habló con un pucherito en sus labios—nadie habla con él—puso sus manitos entrelazadas debajo de su mentón—Yo podría...
—Jiminnie te puedes meter en problemas y dudo que quieras que Nam se entere de esto—eso sonaba más una amenaza al pequeñín
—No te atreverías hyung—Jin se levantó de su asiento—No,no hyung, no le digas—este comenzó a correr y jimin comenzó a seguirle, no quería que su hermano mayor, NamJoon, se entere que le gusta un Jeon ya que le contaría a sus padres.
El alfita pelinegro veía desde lejitos como el rubio con sus piernitas cortas hacía todo lo posible para alcanzar al mayor, Jeon soltó una risita y suspiró de nuevo al verlo. Estaba completamente enamorado del pequeño omega.
A la hora de salida del jardín, el alfita fue corriendo a los brazos de su mami omega contento, no siempre su madre venía a su colegio y le alegraba el hecho de que estuviera allí.
—Oh kookie...¿Cómo te fue cariño?—la madre agarró de la manito al alfita haciendo que entrara al carro para que le cuente todo lo que le ha pasado en el día.
El linaje Jeon no solo era el más poderoso, sino también el más selecto en cuanto a sus parejas. Sus destinos eran meticulosamente escogidos por la Madre Luna, quien seleccionaba a los afortunados con gran cuidado. Convertirse en pareja de un Jeon implicaba enfrentarse a un mundo de críticas y rechazos, ya que los otros linajes solían sentir envidia de quienes ocupaban su lugar. Tanto el omega como el alfa elegido debían cumplir con un antiguo pacto de sangre, que garantizaba fidelidad y armonía en la relación, una tradición esencial dentro de los Jeon, además del distintivo de la marca en el cuello, era algo que otros linajes rechazaban por completo, oponiéndose a la antigua costumbre en su totalidad.
Jungkook le confesó a su mami que se sentía solo, sin ningún amigo a su alrededor. Ella entendía bien lo que significaba ser rechazado. Cuando conoció a la madre de Jungkook, una poderosa alfa, la situación fue similar: nadie se acercaba a ella porque los padres y maestros advertían a los cachorros sobre el riesgo que representaba. Sin embargo, la omega no se dejó llevar por esos temores y decidió acercarse a aquella alfa. Fue la mejor decisión de su vida, ya que terminó encontrando al amor de su vida.
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Solo son capítulos cortos corazones ♡
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