🌲Epílogo:"Flor"

Es triste no recibir noticia de aquel que tanto te preocupa, al que tanto llegaste a querer y confiar ciegamente.

Es doloroso que, a pesar de no amar o desarrollar sentimientos románticos hacia alguien, te afecta en gran medida su partida.

Es tan frustrante y decepcionante el no haberse despedido de ti, de no recibir ni un adiós, por lo menos. El ya no volverlo a ver más. 

Mo tuvo esa pequeña esperanza de esperarlo para por lo menos, saber si estaba bien. Ya que ni siquiera recibió mensaje personal de como acabó la cirujía. Incluso si los días se transforman en semanas, estás se vuelven meses, y los meses se convierten en años, Guan Shan tenía la ilusión de que algún día lo volvería a ver.

O ya no.

Mo Guan Shan no ha visto a He Tian en quince años. Ni siquiera Jian Yi y Zhan Zheng Xi con quienes por fin se relacionó más desde que Tian no está, ni ellos saben exactamente su paradero pero le alientan que la operación salió exitosa. Que no creen que esté muerto.

Al final Mo tuvo que contarles por todo lo que él y Tian pasaron. Fue difícil y complicado, mucha información y hechos que llegaron a pasar en algunos cuántos meses, pero lo hizo y ellos fueron muy comprensivos con él, especialmente Zhan Zheng Xi que terminó por disculparse y sentirse muy apenado por todo lo acontecido.

Para estas alturas; Mo Guan Shan ya tiene la cómoda edad de treinta dos años y en un par de pocas semanas más, cumplirá treinta y tres. Durante estos quince años tuvo el tiempo suficiente para saldar deudas económicas y ahorrar lo suficiente para estudiar en la Universidad. Con un título, es un poco más fácil conseguir un empleo con mejor sueldo o por lo menos conseguir bastante experiencia, esto sin mencionar que su sazón resalta bastante, además de que sus mismos profesores lo recomendaron en algunas ocasiones. Él estudió la carrera de gastronomía.

Ya todo un adulto responsable, maduro, trabajador, soltero y aunque no es millonario, de momento el dinero no le hace falta, ocasionalmente se da uno que otro lujo y pudo conseguirle un mejor departamento para su madre. Todavía se ve joven, dicen algunos. Otros murmuran que ya está en edad de casarse e incluso hasta de formar una familia, pero él no tiene tiempo para eso y mucho menos está interesado. No sabe si puede hacer una familia sin estar enamorado de la persona, a lo mucho solo podría encariñarse con ella y tenerle confianza, nada más.

Considerando que nunca se ha vuelto a enamorar desde lo que pasó hace bastantes años atrás, es un total inexperto en crear alguna relación de ese tipo.

El trabajo se ha convertido en su rutina y también, en su forma de vida. No pienso nada más que su madre, sus amigos y el trabajo. 

Actualmente trabaja en un restaurante familiar, nada de etiqueta ni precios muy elevados. Aunque no sólo cocinan desayunos o almuerzos, también uno que otro postre pero más en fechas especiales. Y si gana muy bien es porque tampoco hay mucho personal de trabajo, solo los justos y necesarios. Incluso a veces le ha tocado ser cocinero y mesero en un mismo día. Más no es algo que ocurra constantemente.


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—Mo Guan Shan, está vez te toca llevar al cliente lo que pidió. Hoy estamos muy limitados de meseros, y el lugar está lleno. Hasta hay una larga fila afuera. — le dice su superior o el "gran maestro cocinero" en un tono apresurado y secándose el sudor en la frente con un trapo.

No le dio mucho tiempo al pelirrojo para responder realmente. Guan Shan ya había terminado el pedido. Pasta con muchos vegetales, trozos bien cortados de carne de res y pollo dulce acompañado de soya. Algo que le sale demasiado bien.

—Supongo que es bueno que tengamos mucha clientela, aunque es estresante tanto trabajo. — dice Mo para sí mismo, con cuidado sale de la cocina agarrando una charola para llevar los platillos que pidieron hacia la mesa donde la ordenaron.

No es la primera vez que tiene que entregar su platillo, pero siempre tiene que forzar una expresión serena, menos fruncida y más educada para los clientes.

No es tan raro que esté lleno el lugar en días específicos. No obstante, lo que si le pareció raro es ver de reojo desde a fuera a unos hombres con traje negro y lentes oscuros, detrás de ellos tres camionetas enormes e incluso algunas motocicletas. Parecían guardaespaldas o matones, en su opinión. Unos con ropa elegante y costosa, pero no es algo que a él especialmente le llame la atención. Más que sus motocicletas, obviamente.

Al acercarse a la mesa donde tiene que dejar la comida preparada, entre los no muy espaciosos espacios de una mesa a otra, con tanta gente y otros cocineros igual haciendo de meseros, agradeció ser muy hábil con la charola y un poco delgado. Pero también se asombró al ver dos sujetos como los de afuera, de pie a los costados de la mesa donde justamente le tocó atender. Debe admitir que si dan ese ambiente de miedo y sorpresa, todos los comensales igual se los quedan mirando sin mucho disimulo.

Dio un "gracias por la espera" mientras ponia cada platillo en la mesa junto a la suya y los palillos de madera. Pudo observar que sus clientes son una niña de tal vez, no más de diez años. Y enfrente suyo, probablemente su padre que viste más llamativo que los otros hombres de negro quién apenas despegaba su vista de su teléfono inteligente para recibir la comida.

—Aquí tiene su pedido.— Guan Shan apenas pudo decir la frase completa, hasta que quedó petrificado.

—Gracias.— dice el comensal de cabellera oscura y ojos grises, sonriendo levemente para después dirigirse a la niña de cabellos claros.— Cariño, ¿Quieres un postre?— pregunta dulcemente. Comprobando que si debe ser el padre, ¿O no?

—¡Si! Quiero pastel de luna. — pide la pequeña mientras le sonríe alegre al pelirrojo que sigue en un pequeño shock, es sorprendente que no haya caído desmayado en esos momentos.

Nadie nunca lo preparó para este momento. Ni siquiera sabe si sentirse o muy enojado, decepcionado o quizás solo intentar actuar indiferente, aunque aquello implique mucha dificultad. Ahora mismo está en su trabajo, no debe desmoronarse.

Él ni siquiera lo reconoció. Es imposible que no haya visto bien su rostro. No hay muchos pelirrojos en la zona.

—Tambien le encargó un pastel del luna. — pide el padre, a lo que el mesero de cabellos rojos asiente sin siquiera mirarlo. Respondiendo un seco:

—Por supuesto.

Al regresar a la cocina tiene tantas preguntas que realmente quiere que desaparezcan de su cabeza. No tiene tiempo para pensar en cada una de ellas, ni de llorar o gritar enfurecido. Su turno no acaba hasta dentro de una horas más.

—Mo Guan Shan, ¿Estás bien?— le pregunta un compañero suyo bastante preocupado por el extraño comportamiento del pelirrojo. Él nunca se ha desconcentrado de su trabajo, y parece como si hubiera visto un muerto.

—¿Por qué no habría de estarlo? Solo me entró una basura en el ojo. — responde, tomando aire repetidas veces para intentar relajarse un poco. No es como que pueda decir que se siente de la mierda, consternado y confundido. No, él debe seguir el trabajo, pero realmente no quiere salir otra vez a entregar el pastel.

No sabe cuánto pueda soportarlo. Le carcome el pasado. Los recuerdos y tantas emociones ocultan quieren salir a flote para desmoronar lo.

—Si eso dices.

Guan Shan ignora y sigue trabajando. Los pasteles ya están hechos, solo tiene que ir al congelador y sacar el que le han ordenado. Pero en el viaje se tarda más de lo sospechado, porque su mente divaga y él trata de darse ánimos para no llorar.

—Su pastel de luna ha llegado. — avisa nuevamente a la pequeña familia en un tono casi robótico. Realmente no quiere quedarse demasiado tiempo ahí así que se retira sin siquiera mirar al comensal.

Aquel encuentro fue sin duda, extraño y crudo. Algo que siempre esperó pero, al llegar, no hubo abrazos ni palabras que intercambiar más que para recibir órdenes o pedidos.

Tal como lo sospecho, He Tian no lo recuerda. Pero, ¿Por qué debería sorprenderse? ¿Acaso tenía una pequeña esperanza en lo más profundo de su ser? Solo es un tonto por ilusionarse porque es obvio que no lo recordaría.

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Un compañero suyo tuvo la gran amabilidad de atender la mesa que le había tocado por él. Ya no tenía que ir a cobrar la cuenta o por si se les ofrecía algo más para llevar, en ese aspecto se sintió más tranquilo, pero no por ello dejó de pensar en toda la situación. Quería llegar rápido a su departamento para envolverse en sus propios pensamientos y desahogarse el solo.

Al dar las seis de la tarde, la hora en que su jornada completa termina ya que empieza desde las ocho de la mañana a trabajar, se dio un respiro. Se cambió de ropa, se despidió de sus compañeros y el jefe para salir desde la puerta trasera que da al callejón, tomando rumbo a la dirección de la parada de autobús.

No obstante, no terminó de salir de dicho callejón oscuro, con poca niebla y el suelo mojado así como probablemente sucio, cuando cierta persona lo intercepta.

Lo peor quizás no fue verlo de nuevo, sino lo que le dijo.

—Pequeño Mo.

—¿Cómo me acabas de decir?— frunce el ceño al haber escuchado aquel apodo salir de la boca del contrario, siente casi que su respiración se le escapa.

—Mo Guan Shan,— dice su nombre con cierta lentitud, disfrutando de cada sílaba al pronunciarlo. Sus ojos plateados no se logran ver del todo bien por la poca luz en aquel lugar.—
Sé que no te esperabas verme luego de tanto tiempo, pero...

—¿Por qué no te despediste de mí? ¿Por qué no me volviste a llamar?— cuestiona el pelirrojo, sin permitir que el más alto terminara de hablar. Cierra sus puños con fuerza, realmente está muy molesto como indignado y decepcionado. Pero tampoco es como si odiara verlo luego de todos estos años sin saber nada de él.— Aunque sea para saber que estabas bien, que saliste bien de la operación. Pensé que me habías olvidado por completo o peor aún, pensé que te habías muerto.— añade al recordar todos aquellos sentimientos de preocupación y desolación al no saber nada de He Tian durante todo este tiempo.

Realmente tiene ganas de golpearlo, no cabe duda así como tiene muchas preguntas más que hacerle. Pero en el fondo, también quiere abrazarlo por tan inesperado reencuentro y como lo extrañó. Después de todo, jamás iba a olvidar todo lo que He Tian hizo por él.

—Yo nunca te olvide. A pesar de que los sentimientos fueron extraídos, nunca deje de pensar en ti. Porque sigues siendo una persona muy importante para mí, Momo. — dice el azabache acercándose a él y apretar sus hombros con cierta familiaridad. Guan Shan se deja, apenas manteniendo la mirada con Tian. —Te quiero.

Aquellas palabras le hacen perder el aliento y hasta flaquear un poco. El enojo disminuye a duras penas, y solo le envuelve el sentimiento de nostalgia y emoción por tenerlo ahí, parado justo enfrente suyo. Es un hecho que todavía le cuesta creer aunque es algo real. Luego de un rato en silencio, el pelirrojo rompe aquel pequeño espacio entre ambos para abrazarlo.

Un abrazo qué tanto necesitaba él, qué tanto necesitaba los dos en realidad. De viejos amigos de la escuela que pasaron por tanto juntos, en las buenas y en las malas, que estuvieron a una delgada línea de perder la vida pero lograron salir adelante con el soporte y ayuda del otro. Dos amigos que alguna vez estuvieron enamorados y hace varios años que no se veían y tampoco sabían del otro.

La esencia y el aroma tan distinto de los dos golpea fuertemente a cada uno. Es algo adictivo como consolador y después de un rato, por fin se separan.

—Veo que...— traga duro, el momento todavía se siente reciente. Aunque el abrazo se deshizo, He Tian aún lo tiene sujetado de la cintura sin soltarlo. —Tienes una familia.— menciona para sacar tema de conversación, sin mirarlo a los ojos.

Le parece entre extraño y sorprendente el hecho de que He Tian posiblemente ya esté casado, cuando ambos tienen casi la misma edad. Y no porque no considere que He Tian no sea capaz de tener una familia, todo lo contrario. Ahora como adulto debe ser muy popular y atractivo entre las mujeres, deseado por todas ellas. No obstante, considerando que estuvo enfermo del Hanahaki y las secuelas que esté dejá, se pregunta si realmente está enamorado de su mujer.

—¿Hablas de mi adorada Mei Yun? Es mi hija, tiene siete años todavía.— sonríe, claramente está orgulloso y encantando con su hija.

—¿Y su madre?— pregunta curioso, prefiere decir ello a decirle "y tu esposa?". El momento que tuvieron ambos fue muy íntimo y cariñoso, pero no cree que se pudo haber mal pensando.

—Murió en el parto. Así que solo nos tenemos uno al otro. Luego de terminar la Universidad en el extranjero, me forzaron a relacionarme con personas que no fueron de mi total agrado. Lo único bueno de todo al final, es mi hija.— resume su historia. Puede que en otro momento más agradable, cómodo y con más tiempo, le cuente más a detalle todo lo que sucedió luego de la cirugía de hace varios años.

—Es muy bonita, no se parece nada en ti. — comenta sonriendo con malicia, con la intención de molestarlo pero tampoco miente. La hija de He Tian tiene cabellos rubios claros y ojos grandes, verdes esmeralda. Físicamente puede decir que no se parece en nada a Tian, por eso al principio dudo de si realmente se trataba de su hija. Pero quizás se parezca más a la madre ya fallecida.

—Auch. — se queja fingiendo estar ofendido. Para luego pasa una de sus manos por encima de sus hombros y llevarlo fuera de ese sucio y hasta oscuro callejón. Ya se fue haciendo más de noche.—¿Quieres acompañarnos a casa?— ofrece sonriente. El ambiente entre ambos se relajó mucho más.

—No creo. Tengo mucho trabajo. Mejor en otra ocasión.

—En realidad te quiero dar algo antes de acompañarte afuera. 

—¿Me darás alguna clase de propina o...?— dice confundido, pero sus palabras quedaron en el aire cuando sintió el tacto de los labios ajenos sobre los suyos. Algo que no duró varios segundos ni fue un beso profundo, pero si lo suficiente duradero y cálido para alterar al pelirrojo.—¿¡Por qué hiciste eso!?— exclama alterado, olvidando por un instante que puede llamar la atención o armar un escándalo. Es sospechoso ver a dos hombres saliendo de un callejón oscuro, muy juntos y casi gritando.

—Para saber si todavía hay posibilidad de enamorarme de ti.— le susurra al oído, inevitablemente Mo se sonroja furiosamente y lo mira expectante, con asombro y confusión.

Incluso aunque He Tian si sea capaz de volver a enamorarse, piensa que es imposible que vuelva hacer de él, después de todo, cualquier sentimiento hacia Guan Shan ha sido desligado, ¿Verdad?

—¿Qué carajo dices? ¿Tienes mierda en la cabeza o qué?— le cuestiona incrédulo por las palabras del azabache, quién sigue sonriendo.

—Hace no mucho, oí el rumor de un experto, de que no es completamente imposible enamorarse de la misma persona que te rechazo, después de un largo tiempo. No es algo común ni ocasional, por supuesto. — explica Tian ante aquel recuerdo de un hecho que me pasó hace un tiempo considerable.

—¿Y? ¿Eso a mí que me importa?— dice mientras intenta zafarse del fuerte agarre del He, pero no lo logra cuando esté le hace la siguiente pregunta:

—Si pudieras volver a enamorarte pequeño Mo, ¿Te enamorarias de mí?

Un silencio abrupto entre ellos dos se hizo presente. No duró mucho tampoco, pero estuvo lleno de incertidumbre e intriga. Al fondo solo se escuchaba el sonido de los autos y gente hablando por teléfono.

Mo Guan Shan nunca se planteó aquella cuestión de fijarse en alguien. E incluso, si existiera la más mínima e imposible posibilidad de que pudiera volver a enamorarse a pesar de que en todos estos años siempre vivió creyendo que nunca sería así y re afirmó este hecho porque tampoco tuvo sentimientos por alguien, pensar en sí tuviese esa posibilidad, ¿Podría enamorarse de He Tian? ¿Fijarse en alguien que siempre considero un gran y preciado amigo, dando todo por él? ¿Aquel con el que siempre estará totalmente agradecido?

—Sera mejor que te vayas, tu hija te está esperando. — es lo único que le dice, sin voltearlo a ver. Realmente está muy pensativo con aquella cuestión de si en verdad puede volver a enamorarse y sobre todo, de su mejor amigo o aquel que alguna vez lo fue.
Insoportable pero cercano amigo.

He Tian lo termina de soltar y se aleja algunos pasos, Mo lo sigue un poco lento hasta que llegan a la camioneta del mismo He Tian rodeada de guardaespaldas y otros coches más. Realmente resaltan mucho a pesar del oscuro color, las ventanas están polarizadas pero puede adivinar que adentro debería estar la hija de Tian. No niega que le gustaría conocerla.

—Voy enserio con que algún día nos visites. Ten, te dejó mi número.— le dice para estirar su mano hacia él entregándole una pequeña "hoja" dónde está escrito lo dicho.

—¿Una tarjeta?

—Espero verte pronto, Momo.— dice para despedirse, acercándose demasiado a él para susurrarle al oído algo que solo el pelirrojo escucha:—
Hay algo que nunca te dije, y es que siempre me recuerdas a la flor más hermosa de todas.

Con eso último lo deja sin palabras, totalmente mudo y observador. Ve como He Tian se sube a la camioneta y junto a compañía se retiran de ahí. Pasan algunos minutos más antes de que pueda reaccionar para seguir con su destino e ir a dónde vive. En todo el camino proceso lo que acaba de pasar, desde el poco sutil reencuentro con He Tian, que esté tiene una hija, saber en qué estará trabajando hasta sus directas y profundas palabras.

"¿Volver a enamorarse, es posible para él?¿Se merece a He Tian?"

—... Al menos es feliz. — se dice así mismo, sonriendo levemente. Después de todo, se siente muy feliz y reconfortado al saber que He Tian sigue con su vida, que tiene trabajo y una hija, su pequeña familia. Que nunca se le cruzará por su mente el "morirse".

Realmente desea con todo corazón, que nunca desaparezca la felicidad en ellos. Y alejar cualquier tipo de flor peligrosa.

Una vez en el autobús, mira fijamente la tarjeta que He Tian le entregó, decide guardarla y mañana en su tiempo libre, comunicarse con él.

¿Existe la posibilidad de que en ellos vuelva a florecer el amor?



Ya comprendí que nuestros labios no se besaran más,
Que nuestras manos no se entrelazarán,
Que nuestros cuerpos ya no se encontrarán,
Pero dime,
¿Tú ya comprendiste que nuestras almas no se separarán y nuestras mentes no se olvidarán?”—
Manuel Osegera J.
El rincón de Eros y Psique.


«Fin de la Historia»

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Palabras: 3,227.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: domingo 24 octubre del 2021.
Fandom: 19 Days
Au: Hanahaki.
Nota del escritor:

Bueno, si logré terminarlo antes de lo que pensé. Según yo el Epílogo solo iba hacer unas 1,500 palabra y nomás, pero debido a ciertos cambios se hizo más extenso.
Bueno este ya es el final definitivo, dentro de los próximos minutos estaré publicando el extra de curiosidades por si les interesa leer, es corto creo.
A

gradezco que hayan seguido el fin hasta el final, gracias.

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