🌹11:"Riesgos"
«—Olvidamos que amar, es aceptar a la rosa en su totalidad y eso incluye sus espinas.»— Benjamín Griss.
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Esa noche es tan especial, tan importante que puede significar tantas cosas. Un gran avance en su relación. Es cuando se acerca a Mo, quién está concentrando jugando unos videojuegos recostado en su cama, y le quita el mando de control provocando un bufido molesto por parte del pelirrojo, pero dicho gesto cambia radicalmente ante la atenta y seductora mirada del He, y la cercanía de esté con sus labios.
Algo va a pasar.
—Momo, yo te amo.— confiesa Tian sin poder contenerse más y en espera ansiosa de la reacción del contrario.
Quería esperarse hasta después de la cirujía, pero algo dentro de él decía que es el momento indicado. No sabe qué y como, pero la seguridad y confianza en si mismo desborda increíblemente de su cuerpo. Cómo si de alguna forma, pudiera controlar toda la situación y saber casi con total certeza lo que sucederá.
—¿Tú qué?— pronuncia con conmoción y sin poder creer selo, con un tenue rubor en sus mejillas. Aquella confesión del He salió tan de repente pero,—Todo este tiempo... ¿Siempre has sentido esto por mí?— sus ojos parecen desprender cierta chispa de emoción e ilusión, así como que no puede creer que sea real lo que esté pasando.
—Siempre me has traído así.— toma de las manos al menor hasta llevarlas a acariciar su rostro. Aquellos toques lo vuelven loco. — Me gustas demasiado.
—He Tian...— murmura su nombre suavemente, sin poder evitarlo, sus pulgares acarician las mejillas del mayor. El contacto es íntimo y especial.
El espacio entre ambos es reducido por Guan Shan, quién luego de pensarlo bastante, decide dar aquel primer paso para romper la distancia entre él y el azabache.
Así inicia un vaivén de labios, que al principio es tímido, algo inexperto y torpe por parte de Mo, esté se deja guiar poco después por el hábil y caliente He quien posa sus grandes manos hasta la cintura del pelirrojo para acariciarle sin dejar de besarle.
Desde ese momento, He Tian sabe que siempre aceptó a Mo tal como es. Con su fiero carácter, su tenaz boca, su valentía, su belleza interior y exterior, su forma de ser es tal y como lo ama y amara siempre. Su bella rosa roja que tanto quiere, que tanto ama.
Todo se vuelve tan hermoso en aquel momento de amor, que parece quimérico.
—Dime Momo, ¿Tú me amas?— pregunta mirándolo con tanta devoción y amor, esperando una respuesta de su parte para confirmar los sentimientos del otro hacia él.
Una respuesta que, nunca llega.
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—Oye tonto, despierta.
Escucha la voz de Mo entre sus sueños, lo cuál le provoca despertar casi de inmediato. No evita sentirse confundido hasta darse cuenta en poco tiempo, en qué lugar se encuentra y que todo el tema de la "confesión" no ha sido más que un pequeño sueño. Una fantasía suya.
Obviamente no puede enfadarse con Guan Shan por despertarlo de tan glorioso sueño, que por suerte no paso hacer un sueño "húmedo" o de ser así, ahora mismo tendría una problema entre los pantalones en un lugar indeseado.
—¿Huh? ¿Qué pasa?— bosteza mientras se limpia las lagañas, él si se había quedado dormido durante el largo viaje. Están en un coche, parece ser más exactos, en la camioneta del ¿Amigo? De su hermano; Qiu, quién ahora hace de conductor y vigilante.
No ha dormido bien en los últimos cuatro días para organizar, planear y ejecutar su elaborado proyecto. Con ayuda de su hermano a cambio de algo, no le sorprende.
—¿Cómo qué, que pasa? — dice burlón para molestarlo, al menos no ha pedido su toque de humor. —Ya hemos llegado.
—Oh, cierto, hoy es el día. — vuelve a bostezar mientras se estira desde su asiento.
—Si, realmente no me siento tan nervioso o asustado como pensé que estaría. — admite el pelirrojo.
Durante el viaje de una hora entera, mientras Tian caía en el sueño profundo, recostando su cabeza sobre su hombro y Qiu permanecía en silencio, concentrando en conducir, Guan Shan medito varios aspectos de su vida. Sus amistades, su familia, su situación económica, sus estudios y su futuro. Por primera vez en años, ya ni siquiera pensó en She Li. Aparte de que extrañamente, tampoco se lo ha topado.
—No tienes porqué, son los mejores cirujanos del continente.— dice tan confiado. Se encargo de conseguir los mejores sin importar el costo.— Te extraerán la planta con sumo cuidado y atención, no tendrás de que preocuparte jamás. — le asegura el oji gris.
Mo se alivia con las palabras del azabache que realmente son de ayuda y sabe, no miente. He Tian nunca le ha mentido, todo lo contrario. Incluso lo hace sentir protegido y querido, a su extraña manera claro está.
Nunca se cansará de pensarlo, pero siempre estará eternamente agradecido con él.
—Tú... ¿Prometes que me esperaras?— le pregunta seriamente. Sabe que es pedir mucho, le habían dicho que la operación podía tardar de tres a seis horas. Depende de diversos factores, como que tan avanzada está su enfermedad y además el tipo de flor que tiene que es muy tóxica.
Pero por lo menos y si todo sale realmente bien, al despertar lo que desea ver lejos de los doctores y enfermeros, es a He Tian.
—Las horas que sean necesarias. Nadie me alejara de ti, pequeño Mo. — le sonríe con honestidad y cariño.
Mo toma aire y lo expulsa, durante el recorrido tosió un par de veces. Fue algo exhausto pero ahora se siente mejor. Agarra más confianza para salir del vehículo.
—Estoy listo.— avisa y apenas el vehículo se estaciona donde debe de ser, sale junto con He Tian quien lo detiene apenas puede.
—Hay algo que me gustaría confesarte. Pero no ahora, ahora no es adecuado.— se aclara la voz un poco nervioso ante la atenta mirada de Shan, quizás fue por su sueño de hace rato que aún lo siente tan lúcido,que realmente se siente muy confiado para hacerlo. Sabe que Mo ya no gusta de Zhan Zheng como lo fue hace más de un mes. Además que han tenido un gran acercamiento en estos días.— Pero apenas estés en recuperación, te lo diré, y realmente esperaré por tu respuesta.
—¿Es algo muy urgente?— pregunta con cierta preocupación y estrañes. No evita pensar que pueda ser algo grave y ojalá no lo sea.
—Realmente no es algo urgente, pero que si te quiero decir.
Antes de continuar con su camino, He Tian le besa en la mejilla tiernamente, asombrando y sonrojado al más bajo quién no sabe que decir, solo esquiva la mirada avergonzado e intentando ignorar lo sucedido que le tomo de mucha sorpresa.
Caminan a la entrada donde los espera alguien del hospital, uno de los encargados de atender a Mo Guan Shan.
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—¿En serio fuiste al doctor a qué te checara?— preguntó un curioso e intrigado Jian Yi por su mejor amigo y casi pareja, quién sigue serio y terco con el tema de la "enfermedad de las flores".
—Si.
—¿Y qué pasó? ¿Qué te dijeron?
—Me hicieron varios diagnósticos y... No tengo el Hanahaki.— respondió serio y aliviado en parte. Aunque el tema sigue rondando mucho en su cabeza.
—¡Era muy obvio, Xixi! Nunca te has confesado, difícilmente te gusta alguien, no tendría sentido que lo tuvieras.— le dice mientras bufa a lo último. Aunque no niega que si estuvo muy preocupado por él en estos días.
—Pero... Los síntomas que he sentido en estos últimos días tan de repente si fueron extraños y sin mucha explicación. Mareos, náuseas, vértigo, ataxia.— menciona al recordarlos. Todo le indicaba que podría tratarse de esa enfermedad por muy raro e ilógico que suene, ya que como bien dijo Jian Yi, no se ha confesado a nadie. Suspira exhausto.—Y los sueños se vuelven más recurrentes y vívidos.— añade al recordarlos con detalle.
Parece que el único lugar donde expulsa o tose flores es en sus sueños, nada más. No en la vida real.
—Xixi, de seguro es algo pasajero. Todo estará bien, siempre me tendrás a tu lado, ¿Bien?— le toma de las manos para después juntar sus frentes en un acto íntimo y de pura confianza.
—Bien.
Incluso siente que le pica la garganta ocasionalmente, pero el especialista dice y afirma que él no tiene el Hanahaki. Entonces, ¿Por qué siente como si realmente lo tuviera?
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Media hora después del ingreso de Mo Guan Shan al hospital para su operación inmediata, a He Tian lo habían mandando a la sala de espera, indicándole que el baño está cerca pero tendría que caminar bastante por si le da hambre o sed en esas largas horas en las que quiere quedarse a esperar. Y que tampoco esperé noticias en las dos o hasta tres primeras horas.
—Su amigo entrara en operación dentro de muy poco.— la voz del especialista que diagnóstico a Mo hace no mucho tiempo, llamó su atención. —Él es el cirujano encargado de la operación y extracción de la planta.— le presenta amablemente al profesional que tiene la vida de Mo en sus manos.
El He queda algo o muy sorprendido, puesto había creído que sería el otro doctor que ya conoce, el encargado de la importante operación y no otro totalmente nuevo para él. Pero tampoco puede hacer demasiado, solo espera que ese otro cirujano sea tan bueno en lo que hace.
—Aristóteles, para servirle. — saluda profesionalmente el cirujano. Debe admitir que se ve mucho más joven que él primero, le calcula unos treinta lo cuál no sabe si preocuparle.
—¿Extranjero?— cuestiona debido a sus rasgos faciales y su acento en el idioma. Se queda un poco perdido cuando observa los ojos rojos del joven cirujano, tan rojos como la misma sangre.
—Claramente no poseo rasgos asiáticos. — sonríe de medio lado.—
No se preocupe por su amigo, le doy la seguridad de que todo saldrá bien. — le da su palabra, suena tan confiado como si realmente está tan seguro de que todo saldrá bien en la operación.—Si me disculpan, paso a retirarme. — se despide y dirige a la sala de operación donde estará su paciente.
—Oh, antes que nada, al paciente Mo Guan Shan ya se lo comentamos en privado, pero creo que usted también merece saber sobre los riesgos de la operación. — dice el hombre de mayor edad.
—¿Qué hay riesgo de muerte?— es lo primero que piensa.
—No exactamente.— hace una breve pausa, preparándose para la explicación.— En todas las operaciones siempre hay riesgo de muerte.— aclara con naturalidad.— Pero cuando hablamos de una operación por la enfermedad del Hanahaki, por la extracción de la planta, independiente del tipo que sea, existe otros riesgos que depende del paciente y de su familia, lo verá como una consecuencia mala o no. — la da a entender para gran curiosidad e intriga del azabache. — Por lo general suelen ser dos posibles consecuencias. — añade con paciencia.
¿Existen otras clases de riesgos aparte de la muerte? Aquello es algo que no se lo enseñaron en sus clases en la escuela acerca del tema. ¿Y a que se refiere con que "depende del paciente y su familia, lo verá como algo malo o no?"
—¿Qué tipo de riesgos?— pregunta Tian, recordando que Mo ya debió pasar por esta conversación. Ya debieron advertirle de estás consecuencias.
—Si todo sale de manera exitosa y se extrae sin mucho problema la planta, la primera consecuencia es que cualquier tipo de sentimiento amoroso o no, hacia el individuo que le gustó, desaparecerá por completo. O incluso, existe un pequeño porcentaje en el que puede que se olvide completamente de esa persona, no tendrá ningún recuerdo de ella. Es como si nunca la hubiera conocido.— explica ampliamente. He Tian se queda mudo procesando toda la información, nunca había oído algo como eso. ¿Todas las personas con esta enfermedad y apunto de hacerse la cirujía, también pasaron por esto?— Es una clase de mecanismo que su cerebro adoptará al momento de que la flor sea completamente extraída para que ya no haya más sufrimiento o se evite uno nuevo. Olvidar en parte, a quien causó ésto, en otras palabras. — agrega a su explicación.
"¿Olvidará a Zhan Zheng Xi?" Piensa He Tian ante esa posibilidad que no sabe si realmente es algo bueno. Más bien, le parece algo extraño e impresionante, pero no precisamente bueno. Aunque poniéndose en lugar de las personas que han pasado por todo esto, quizás les alivie olvidar a su "amor" no correspondido. Tiene algo de sentido que, cuando la planta sea extraída, los sentimientos se vayan con ella, ahora que lo analiza mejor. Pero de cualquier forma, no evita seguir preocupándose.
—Entiendo.— suspira, a estas alturas la operación de Mo ya debería o debió de iniciar. Ya no hay vuelta atrás. — ¿Y cuál es la segunda posible consecuencia?
El doctor lo mira en silencio, más serio que nunca, preocupando demás al He. Cómo si le diera tiempo para mentalizar lo siguiente que le dirá.
¿Hay acaso algo peor o más riesgoso que morir en medio de la cirugía?
«Fin del undécimo acto»
Palabras: 2,200
Fecha de publicación: martes 31 de agosto del 2021.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: 19 Days
Nota del escritor:
Recuerdo que, hace años cuando todavía seguía en el fandom de Gravity Falls y caía está fecha, siempre actualizan alguna historia. Porque el 31 de agosto es el cumpleaños de los mellizos Pines.
He estado pensando mucho en escribir otro fanfic para cuándo termine esté, y aunque tengo algunas bases, no tengo todavía una buena trama como tal. Quizás al final solo sea algún One-Shot, ya veré si me llega la imaginación. Además que me tomara mucho tiempo porque estoy en clases.
Nos vemos la próxima!
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