Tu Cable a tierra parte 1
Notas: Portada echa por la maravillosa Shamu, gracias linda <3 hace mucho ella se dedica al ShakaXmu pero hace muy poco abrió su pagina de fb, síganla al que les guste esta hermosa pareja <3 búsquenla como fb/mushakartist.
Se supone que seria un one shot, pero me salió un poco largo, solo tendrá dos partes. ¡Espero les guste!
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Era un precioso día de verano en el santuario, la brisa del viento cálido acompañado de la agradable luz solar hacia que aquel día fuera realmente el paraíso; Era además día domingo, por lo tanto los extensos entrenamientos brillaban por su ausencia, lo que le daba un aire de verdaderas vacaciones a los jóvenes caballeros de Athena.
— ¡Camus! —Gritaba contento el pre-adolecente de 10 años, dueño de la armadura de escorpio mientras subía rápidamente las escaleras para llegar a la onceava casa. — ¡Camus!
—Milo —El Aludido se asomó por la entrada de su templo, ya que los gritos de su amigo se escuchaban hasta el pueblo. Solía ser bastante bullicioso — ¿sucede algo?
— ¡El día está perfecto! ¡Vamos a atrapar insectos!
El acuariano colocó una mueca de disgusto.
— ¿Qué edad crees que tenemos? ¡Ya no somos niños!—Sin más se adentró a sus aposentos sin ni siquiera esperar la respuesta de su "vecino", pero lo hizo porque sabía que el otro no se daría por vencido tan fácilmente. Lo conocía desde niño y podía predecir todo lo que hacía.
— ¡pero...! —Insistía el de cabellos morados mientras seguía a su compañero por todos lados, sin darle tregua. La verdad era que solo buscaba una excusa para pasar el tiempo con el peliazul, pero no quería decirlo abiertamente— ¡o podemos ir al pueblo! ¿Qué dices? ¡No perdamos el día!
— ¿por qué mejor no vas a cazar escorpiones? ¿O a comer manzanas por ahí? qué se yo, tú sabrás como divertirte.
Camus siempre había sido un niño callado e introvertido, lo que lo había llevado a la etiqueta de ser un humano frío y distante. Eso no había cambiado al llegar a la casi adolescencia y seguramente no cambiaría de adulto. Prefería leer un buen libro antes que ir...a cazar insectos. Pero el escorpio sabía que solo era una pantalla, ya que en el fondo Camus disfrutaba de las cosas mundanas divertidas al igual que él, solo que su ego era mucho más fuerte.
—Pues divertirme solo no tiene gracia...—Dijo decepcionado el escorpio soltando un largo suspiro a la vez que se acomodaba vulgarmente adrede en el sillón del acuario.
El griego conocía a la perfección lo que le molestaba a su "vecino" o las cosas que lo sacaban realmente de quicio y uno de esos era su sala de estar, sobretodo su preciado sillón de cuero. Así que decidió que lo llevaría hasta su límite hasta que este se diera por vencido.
—Baja los pies del sofá Milo...—Sentía como un sangre empezaba a hervir. Si Había alguien en toda la tierra capaz de sacarlo de su inmutable serenidad ese era Milo, y realmente lo odiaba por eso.
— Hasta que no aceptes pasar el día conmigo...—El de cabellos morados sonrió, sabía que la tenía ganada.
—Ya te dije que....
El peliazul no alcanzó terminar la frase cuando ambos sintieron dos enormes cosmos elevarse de una forma considerable. Milo se colocó inmediatamente de pie y junto con Camus se dirigieron a toda prisa a la entrada del templo para ver qué es lo que pasaba. Quedaron atónitos al ver que diferentes luces de uso de cosmos parecían salir a toda velocidad de la primera casa.
— ¿Ese no es del templo de Mu?—Preguntó preocupado Milo, quien veía que las ondas de cosmos no parecían querer detenerse.
La tierra comenzó a vibrar muy sutilmente, pero cada vez con mayor potencia. Las aves que revoloteaban por el sector escaparon a toda velocidad de aquel lugar que sin duda encontraron amenazante y el sonido subterráneo que parecía emerger era parecido al de un terremoto. Lo peor de todo era que aquel estruendo no solo inundaban al santuario, si no que probablemente al pueblo también.
—El cosmos de Mu...y Shaka...—Susurró entrecerrando los ojos el acuariano. — Esto es malo, la gente del pueblo puede asustarse.
Antes que pudieran decir algo más, se percataron que alguien se acercaba muy rapido bajando las escaleras del santuario. Cuando tuvieron a la persona bastante cerca se dieron cuenta que se trataba del mismísimo patriarca que se dirigía a toda velocidad a la primera casa. Su paso fue tan veloz por la onceava casa que Camus y Milo apenas lo percibieron.
—Auch, eso va a doler —Dijo con una sonrisa traviesa el escorpio. —Esto hay que verlo.
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Mientras tanto en la primera casa.
— ¡Vete de aquí! ¡No quiero verte! —Gritaba a todo pulmón un pelilila digno poseedor de la armadura de Aries. — ¡Crystal Wall!
— ¡Ya te dije que solo quiero pasar! ¡Necesito ir al pueblo, no seas infantil! —Le respondía molesto un joven virgo que contratacaba de igual manera, tratando de derribar con todo su cosmos aquella muralla que era casi imposible de romper. — ¡Basta Aries!
Ambos jóvenes se encontraban en medio de un pleito de origen desconocido, problema que sin pensarlo se había transformado en algo sin control. Ninguno cedía ante el otro, convirtiéndose en una lucha de poder.
— ¡No! ¡Vete a tu templo! ¡No pasarás por el mío! ¡No con esa actitud!—Mu seguía sosteniendo el muro con todas sus fuerzas— y me llamó Mu, no Aries Shaka!
Aries y Virgo siempre se habían caracterizado por tener una conducta y personalidad bastante apacible que quien no estuviera viéndolos directamente no creería ninguna palabra de lo que acontecía en ese momento. De pequeños ambos habían sido bien cercanos, pero hace un par de meses que las cosas entre ellos se habían tensado un poco, comenzando con pequeñas riñas sin sentido hasta llegar al extremo de dejar de dirigirse la palabra.
—Bien, haré lo que buscas —Dijo el Virgo proponiéndose usar todo su cosmos. En ese momento no le importaba nada más, su serenidad se había ido con Hades para nunca más volver. Abrió sus imponentes ojos y Mu lo vio aterrado. — ¡OM-...!
Shaka no alcanzó a terminar la frase de su contraataque ya que un fuerte golpe en el estomagó lo derribó y lo hizo caer al suelo, deteniendo su cosmos casi al instante. El pelilila no alcanzó a emitir ni media palabra cuando sintió que alguien sin dificultad alguna rompía su muralla, al mismo instante que sentía en sus entrañas un fuerte golpe al igual que se compañero de armas. Había corrido la misma suerte, y sin siquiera percibir aquella silueta.
— ¡Acaso están dementes! —Un enfurecido Shion llegaba en el momento oportuno antes que la tierra sucumbiera ante tan temibles cosmos — ¡Idiotas!
Shaka se incorporó con dificultad del suelo, tomándose con ambas manos el área afectada. El lemuriano hizo lo mismo segundos después, ambos habían quedado bastante aturdidos por el golpe de gracia de Shion, que ninguno de los dos lo esperaba.
— ¡Es que no lo puedo creer! ¡Era lo único que me faltaba! —El patriarca buscaba con desesperación que su mente se calmara pero era imposible. Se tomaba el tabique con ambos dedos— ¡Saben que el cosmos no se usa para peleas personales! ¡Por athena! ¡Lo saben!
Ambos jóvenes al ver a su ilustrísima en ese estado tan alterado decidieron de forma automática formarse en fila y quedarse en silencio. Los dos sabían que cuando el patriarca llegaba a esos límites, no había nada que los salvara. Lo habían visto así una vez cuando descubrió a Milo en un burdel que asistió por curiosidad.
Shion se posó delante de los dos colocando ambas manos en su cintura a le vez que soltaba un enorme suspiro y los observó por un rato. Estaban uno al lado del otro, sin mirarse, su incomodidad en ambos era evidente con tan solo tener la presencia del otro al lado. Le dio la impresión que en cualquier momento se agarraban a golpes, algo que no era habitual en personas que utilizaban el poder de la mente.
—Shaka, me sorprende amargamente que perdieras los estribos, te hacía más centrado, con más auto control. —Le dijo mirándolo severamente — sobre todo por la magnitud de tu poder.
El rubio se disculpó y bajo su mirada con pena aceptando humildemente la llamada de atención de su superior. Tenía muy claro que había sobrepasado los límites, pero lo que más rabia le daba era que lo único que quería era ir al maldito mercado a vitrinear inciensos.
—Y tu Mu.... no pensé que sucumbieras ante tal emociones, que decepción.
El Aries levantó su mirada con temor y con una pizca de vergüenza. Si bien era el patriarca, para el lemuriano era mucho más que eso, casi como un padre ya que lo había criado desde pequeño. No pudo evitar pensar en la escena del Rey león cuando Mufasa le llamó la atención cuando este se dirigió al templo de elefantes sin su autorización. Sacudió su cabeza para sacar ese pensamiento tan infantil de su cabeza.
—No entiendo como los dos caballeros más sensatos, más imperturbables y calmados dentro de las doce casas pudieran salirse de esta forma de sus juicios. —El peliverde se cruzó de brazos y endureció su mirada— De Milo me lo puedo esperar, ¿pero de ustedes?
— ¡Lo que pasa Ilustrísima es que Shaka es insoportable! —Soltó finalmente el lemuriano, como si todo ese rato se hubiera estado conteniendo. Shaka lo miro de reojo, molesto pero no dijo nada — ¡Cada vez que me acerco amablemente a él es muy desagradable conmigo! ¡Y yo no le he hecho nada! No puedo permitir que alguien con ese tipo de energías ensucie el ambiente de MI templo...—terminó diciendo mientras fulminaba con su mirada al virgo.
—Con esa actitud tan infantil eres tú el que ensucia este lugar—explotó nuevamente el rubio. Shion miraba la escena con detalle. — Yo solo quería ir al pueblo, no pasaría por este horrible lugar si no fuera estrictamente necesario, Aries.
— ¡Te dije que me llamo Mu!
— ¡Lo encuentro acertado porque no mereces ser Aries! ¡Mu de...Vaca!—El virgo jamás pensó contestar de esa manera tan infantil a otra persona. Pero no podía evitarlo, Mu le hacía aflorar emociones que él nunca pensó tener, incluso las negativas. —No espera, la vaca es muy sagrada para ti...
Ambos jóvenes caballeros comenzaron a discutir uno encima de otro, gritándose cosas sin sentido e indescifrables. Shion Sonrió de lado ya que esos dos le recordaba a él mismo con Dohko cuando ambos tenían su edad.
No tienen ni idea que desde tiempos antiguos los lemurianos y virgos siempre habían tenido una estrecha relación, pensó el de cabellos verdes.
— ¡Suficiente! —Gritó fuerte finalmente el patriarca a lo que ambos adolescentes dieron un salto y se callaron al instante, muertos de vergüenza al darse cuenta que se habían olvidado con quien estaban. —ya se lo que haremos.
Shion con su palma de su mano apunto a los muchachos, y con su cosmos comenzó a rodearlos, haciendo que la energía que emanaba de su mano comenzara a ser cada vez más luminosa hasta que llegó un punto en que la energía se materializó en una camiseta grande del color de cabello del antiguo Aries, con ambos chicos dentro.
—Esto se llama la camiseta de la reconciliación. —Dijo orgulloso al instante que notó que ambos jóvenes se miraban con apatía al notar la cercanía peligrosa del otro. Su instinto hizo que inmediatamente comenzaran a luchar para zafarse de aquella prenda, sin éxito —No podrán sacársela, está hecha con mi cosmos, tendrán que aprender a convivir juntos hasta que sus diferencias terminen.
Virgo quedó mirando al peliverde con terror. No podía estar hablando en serio.
— ¡No! —Gritó Shaka. Negativa que sonó bastante desesperada para su calmada personalidad. Respiró hondo y trato de hablar serenamente— Ya lo entendí ilustrísima, no volverá a suceder se lo prometo, lección aprendida yo...
—No shaka eso no funcionará conmigo, no te salvarás de esto —Le interrumpió Shion con una sonrisa de lado — es el castigo por hacer casi desaparecer el santuario, es lo mínimo ¿o acaso osas desobedecerme?
El rubio apretó los dientes y negó con su cabeza.
— ¿Pero realmente tendrá que ser en esta camiseta? —preguntó inocentemente Mu. Tratando de Jalar para caminar, arrastrando a Shaka que al instante comenzó a quejarse. —es incómodo.
—No claro que no —Dijo el patriarca tiernamente al ver la escena. De pronto la camiseta volvió a convertirse en luz y finalmente se materializo como unas esposas. — ahora sí.
Ahora cada uno tenía una argolla de metal en la muñeca que a través de una cadena se unía al del otro compañero. La extensión de aquella cadena no era mucha, pero lo suficiente para que pudieran hacer todos sus quehaceres sin tropezar. Shaka aún no podía aceptar la situación y era el que más se resistía aquel castigo, hubiera preferido pasar en el mismo inframundo un mes tomando té con Hades.
—Una semana—Dictó Shion— deberán portarla una semana —Virgo al escuchar esto casi le da un infarto, pero se contuvo— además deberán hacerme un encargo.
— ¿Un encargo?—preguntó el pelilila cansado al pensar que aún no terminaba aquel martirio.
—Sí, irán a entregar una correspondencia al otro lado del pueblo, más allá del bosque.—Les comentó el patriarca— les tomara dos días ir y volver.
Ambos caballeros se quedaron en silencio en señal que aceptaban el castigo y sus órdenes.
—Sin cosmos, sin teletransportación —acotó el mayor— nada de trampas.
Luego de aquella extensa charla, y después de dejar bien claro las reglas, el patriarca se dio media vuelta en dirección al santuario, sonrió hacia sus adentros al ver el inminente futuro que les llegaría a esos dos. Apenas salió de la vista de Shaka y Mu, se dio cuenta que alguien andaba husmeando. Sonrió de lado, se sentía padre de aquellos doce chiquillos, una verdadera locura.
— Te he ensañado que husmear conversaciones ajenas es incorrecto, Milo —Tal como lo sospecho el joven escorpio salió entre los pilares más alejados del cuarto principal de Mu.
—Lo siento Ilustrísimo —Hizo una pequeña reverencia y luego se acercó a él ansioso— ¡lo que pasa es que vengo a decirle que yo y Camus también peleamos mucho! ¡Ya no lo soporto!
Shion se aguantó una carcajada.
—No Milo, no te ataré al pobre de Camus que no ha hecho nada malo.
Y así tal como llegó el patriarca se alejó ahora tranquilamente, junto a un insistente Milo rogándole para que lo encadene junto al acuariano.
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El pelilila y el rubio quedaron de pie sin dirigirse la mirada. El ambiente era tenso y ninguno de los dos se atrevía a abrir la boca. Pasaron alrededor de cinco minutos y el Aries comenzó a preocuparse al ver que el hindú no se movía y pensó que estaría meditando la situación, pero la espera ya lo estaba exasperando.
—Dormiremos en mi templo —Dictó Mu cortando el hielo y la incómoda atmósfera. Virgo solo se volteó a verlo con una mirada de total indiferencia mezclada con molestia.
— ¿Por qué? —preguntó fríamente. Él tenía su estricta rutina para el descanso y si no estaban esas condiciones como el incienso indicado o las almohadillas correctas el simplemente no podría dormir.
—Soy la primera casa...no puedo dejar pasar a nadie en caso de problemas...—Dijo casi en susurro su compañero, pidiendo a los dioses que el virgo entendiese.
—Bien —El Aries no pudo evitar sonreír débilmente — Pero mañana iremos inmediatamente hacer el encargo del patriarca, entre antes realicemos todo mejor. —Su voz seguía sonando fría y distante, incluso mucho más que Camus, lo que ya eran un récord.
Mu asintió satisfecho, y cuando se dispuso a ir a la cocina se percató que la cadena se había tensado de repente lo que hizo que se detuviera en seco, aún no se acostumbraba a la idea que su independencia había sido arrebatada durante una semana. Al girarse se encontró de lleno con los hermosos ojos celestes de virgo, que mantenía su brazo alzado tensando la cadena apropósito para que el pelilila no avanzara.
—Regla número uno, dar aviso y pedir autorización cuando te vayas a mover, ambos tenemos que estar de acuerdo al lugar donde se dirige el otro. —Dijo Shaka, poniendo todas las cartas sobre la mesa. El Lemuriano escuchaba incrédulo pero con atención — respetaremos las actividades cotidianas del otro sin hacer ruido...
El virgo solía meditar alrededor de dos horas diarias incluso a veces más, y eso significaba que Mu debía estar a su lado sin hacer nada y en silencio.
— ¿Te refieres a tu meditación verdad? —Shaka asintió— bien, no hay problema...—El de cabellos lilas comenzó a pensar en sus actividades cotidianas— pues por mi parte tendrás que acompañarme regularmente a la cocina hacer té. — El rubio levantó una ceja al notar las actividades tan superficiales de su compañero. — Pero... ahora...necesito ir al baño—Dijo finalmente ruborizándose en el acto.
Shaka abrió de par en par sus hermosos luceros celestes. Se había olvidado por completo que aquello también tendrían que hacerlo en presencia del otro. El hindú suspiró con resignación y lo acompañó. Después de eso llegaron al acuerdo que cuando esto pasara el otro se daría la vuelta para no causar incomodidad. Aunque esto no era problema para el rubio, sino más bien para el Aries que solía ser muy pudoroso.
Aquel día fue el primero y por ende el más difícil para los jóvenes caballeros para acostumbrarse al nuevo sistema que por obligación debían cumplir. Tropezones, caídas y perdida de material de vidrio de cocina eran algunas cosas que se produjeron sólo aquella tarde. Ambos simplemente no podían sincronizarse intentaran lo que intentaran.
— ¡Esto no funciona! —Alzó la voz un molesto Virgo que ya estaba al borde de la locura— No puedes ser tan descuidado al momento de caminar, por Athena.
— ¡Shaka, tus pasos son muy cortos y lentos! ¿Cómo quieres que me acostumbre a eso? ¡No me demoraré dos horas en bajar y subir las escaleras de mi templo!
Ambos se encontraban en medio de la sala, recostados boca arriba, con la respiración agitada, exhaustos y frustrados. Las zonas de sus muñecas que tenían contacto con la argolla de acero se encontraba roja e inflamada debido a las reiteradas veces que se había aplicado presión por movimientos errados y bruscos.
—Mu, voy a meditar, necesito relajarme o te juro que haré explotar el mundo entero...
El aludido asintió y sonrió para sus adentros ya que el virgo lo había llamado al fin por su nombre después de meses. El querer meditar en ese preciso momento para calmarse lo entendió a la perfección, ya que estaba viviendo las mismas frustraciones que él. Antes de que el rubio comenzara pidió permiso para ir a buscar un libro a su biblioteca y luego regresaron a la sala.
—Bien, puedes meditar todo lo que quieras, yo me quedaré leyendo aquí. —El pelilila abrió el libro y se instaló en una posición cómoda con ayuda de algunos cojines. El indio arqueó una ceja y agradeció por primera vez el gesto del lemuriano.
Se podía decir que en aquel momento finalmente estaban disfrutando de la tranquilidad en compañía, habían logrado alcanzar la calma dentro de caos.
Cuando anocheció ambos jóvenes se dirigieron a la recamara del pelilila, para poder descansar ya que al día siguiente se irían a entregar la encomienda del patriarca y debían madrugar. El rubio hacía mucho que no entraba aquella habitación y le trajo agradables recuerdos de cuando él y el Aries eran pequeños y se arrancaban por las noches a jugar, no pudo evitar sentirse nostálgico. Todo parecía seguir exactamente igual, aunque ya no se percibía un ambiente tan infantil como antes.
—Tu dormirás al lado derecho y yo aquí —La voz del lemuriano lo sacó violentamente de sus pensamientos— yo siempre duermo mirando hacia la izquierda, entonces así para no tensar la cadena y podamos descansar cómodos. —El virgo no contestó pero Mu lo tomó como un sí. —Toma.
Shaka vio que lo que le estaba pasando el pelilila era un pijama del mismo color que su cabello, lo que le pareció bastante divertido.
—Yo no uso pijama —Dijo naturalmente a lo que el Aries se sorprendió— duermo desnudo.
—Oh, va...
—Yo creo que dentro de todo el santuario el único que usa pijama eres tu... bueno, junto con Camus —Corrigió— pero el seguramente lo debe hacer para protegerse de Milo.
Mu no entendió a lo que se refería Shaka con lo último pero optó por no preguntar nada al respecto. El rubio prendió un incienso con permiso del Himalaya para poder conciliar el sueño más rápido al recordarle su zona de confort, y después de algunos minutos ambos se recostaron, quedando en total obscuridad. Como el pelilila dormía mirando hacia donde estaba el rubio, quien dormía boca arriba, no pudo evitar recorrer su silueta que hacia un maravilloso contraste con la luz de la luna que entraba por su ventana. Estaba en eso cuando se dio cuenta que el indio se encontraba expuesto sin que ni la sabana lo tapara.
— ¿Acaso no te vas a tapar? —preguntó cerrando fuertemente sus ojos. Tratando de borrar de su mente todo tipo de pensamientos.
—Es verano —afirmó— ¿te molesta?
—No. —mintió sonrojado hasta las orejas. Se odió a si mismo por ser tan pudoroso y dio gracias a dios porque la habitación se encontraba a obscuras. — ¿no te da vergüenza estar así con alguien a quien odias?
—El odio y la vergüenza son totalmente independientes —Dijo sereno el virgo —Yo puedo odiar a alguien sin sentir vergüenza, como puedo sentir vergüenza con alguien a quien no odio... —el rubio tomó aire y mu sintió su mirada sobre él aunque este no pudiera verlo — nunca olvides que la corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo.
Y ahí estaba de nuevo Shaka con sus metáforas sabias. El Aries no respondió y simplemente dejó su mente vagar hasta que el sueño lo dominara. Nunca había entendido por qué la actitud del virgo hacia a él, siendo que de pequeños habían sido muy cercanos, es como si se hubiera convertido en otra persona totalmente diferente al crecer, y eso lo hacía sentir fatal, ya que sin ocultarlo él le tenía mucho cariño y lo consideraba uno de sus amigos más cercanos después de Aldebarán.... No supo en que momento cayó en los brazos de Morfeo, es como si si psiquis supiera que el día siguiente iba a necesitar mucha energía.
-Continuará-
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