Noche de viernes parte 5

¡Hola muchachas bellas! Aquí les traigo la última parte (ahora sí que sí) de esta historia sin sentido alguno lol. Les debo advertir que hay un poquín de AiorosxSaga, y que al final los personajes son un poco OOC xD sólo por diversión.

Bien, Vamos por ello.

                                                                                    *******

Milo salió a toda velocidad hacia el exterior y comenzó a buscar con desesperación a Mu, pero sin éxito, ya que la abundante gente que caminaba por los alrededores le dificultaba el trabajo.

— ¡Milo, vuelve al trabajo! ¡O no te pagare nada! —le gritó su jefe desde el interior. No tenía idea lo que iba hacer —Maldito seas Saga...

Estaba dispuesto a quitarse su vestimenta de trabajo e ir detrás del Aries cuando divisó una silueta familiar que paseaba tranquilamente sin preocupaciones por las afueras del resto-bar.

¡Qué conveniente! ¡Gracias a Athena!

— ¡Hey! ¡Aquí! ¡Aioros!

— ¿Hm?

                                                                                   *******

— Qué mal que Milo estuviera tan ocupado para despedirnos...—Dijo Saga con una sonrisa burlesca sin que Mu lo notara— será para la próxima.

Ambos comenzaron a caminar en dirección al teatro mientras conversaban amenamente de cosas sin importancia. Mu se mostraba gentil al contarle sobre los últimos acontecimientos relacionados a sus nuevos aprendizajes y todo lo que conllevaba el vivir en una época de paz; mientras que por otro lado Saga no podía pensar en otra cosa que no fuera en cómo llegar a la cama del carnero menor.

Se sentía la peor escoria del mundo, pero no le importaba si con ello cumplía su deseo.

De pronto detuvo bruscamente su andar, lo que hizo que mu lo observara curioso.

— ¿ese no es Shaka y Aioria?

Volteó en dirección señalada por su compañero de armas, y tal cual como lo había dicho, aquellos dos se encontraban afuera de lo que parecía ser...

¿Una joyería?

—Es verdad, esos dos hace tiempo que se volvieron cercanos...—volvió a decir con cizaña el griego al ver que el pelilila quedaba mudo al mirar la escena con detalle.— desde que te fuiste del santuario...

De pronto Aioria sacó de una pequeña bolsa lo que parecía ser una elegante cajita que cuando la abrió, se pudo ver con algo dificultad -ya que estaban bastantes lejos- que era un hermoso anillo.

— ¿le está pidiendo matrimonio a Shaka?

—Claro que no — habló Mu con su habitual serenidad tratando de no exteriorizar en absoluto su descontento. Él tenía súper claro los sentimientos del hindú hacia él, y si se ponía celoso, era solamente porque el león le quitaba tiempo con el rubio ¿Pero por qué lo acompañaría en una actividad tan banal? No es como si Shaka fuera experto en joyería. Aquella escena sin poder evitarlo lo hizo sentir incómodo.

— ¿Estás seguro de eso? —le volvió a preguntar.

Casi le da un infarto al ver como Aioria le colocaba la preciosa argolla en el dedo corazón al caballero de virgo. Mu se dio la vuelta para seguir su camino al teatro.

—Seguro. —Reafirmó. Tendría que haber una explicación más a todo eso. Inhaló profundo e incentivó a saga a que retomaran el camino.

Aioria no era más importante que él.

Aioria no era más importante que él.

Casi como un mantra, lo repetía una y otra vez en su cabeza para convencerse. A veces le irritaba que las cosas relacionadas con el rubio lo sacaran tan fácilmente de quicio.

"Desde que te fuiste del santuario..."

Aquella frase dicha por Saga le había calado profundo en su alma. Seguía siendo un recuerdo bastante amargo, aun después de que Shaka y él hablaran del tema y dieran el tema por cerrado.

*Flash Back*

—Mu, de verdad que ahora entiendo el porqué de tus actos, y lo respeto ya que era necesario — Aioria dejaba la taza con el té que Mu le había preparado en las estancias de su templo y le dirigió una mirada que el Aries no supo interpretar, estaba serio — pero no quiero volver a ver a Shaka como cuando lo dejaste solo en el santuario.

El guardián de la primera casa sintió que aquello era una advertencia.

—No lo dejé solo — habló Mu. Sintió claramente el ataque del león pero, lo que más le llamó la atención es que ¿por qué vendría él hablar del santo de virgo? Habían pasado solo algunos días desde la batalla de las doce casas, y aún ignoraba lo que había acontecido en el santuario durante los últimos años — era el único camino... Además estaban ustedes.

—Claro, pero sabias a la perfección que Shaka solo confiaba en ti— Mu lo fulminó con la mirada y Aoria se calmó, se había prometido a el mismo que aquella visita no iba a ser en plan de ataque, sino más bien en una "sana" amenaza— quiero que sepas que fui yo quien lo acompañó durante todo este tiempo que tu estuviste ausente. Yo creo que no tienes idea de lo que me costó ayudar a un niño de siete años para que volviese a sonreír.

El pelilila bajó su mirada afectado. Estaba consciente de todo eso, y odiaba tener que escucharlo de nuevo.

—Ahora no soy el simple vecino caballero de Leo Mu, soy su amigo Aioria. —volvió a decir.

Ambos signos de fuego se quedaron mirando con intensidad.

Mu se sintió algo desconcertado. De alguna forma sabía que aquella preocupación por parte del león era sincera y sin doble intenciones, pero aun así le hicieron dudar. Llegó a detectar incluso un atisbo de celos crecer en su corazón por el papel que tuvo Aioria en la vida de Shaka el último tiempo, papel que a él le hubiera gustado interpretar. Pero el destino le había dictado ser el antagonista de la historia, marcándole como un traidor y eso jamás podría cambiarse.

—Eso está bien, Aioria —tomó un sorbo de té cerrando sus ojos para darse tiempo para serenar aquellas emociones negativas que amenazaban en aflorar y destruir todo — pero creo que virgo puede cuidarse solo.

—Sí, pero conozco la parte de Shaka que oculta las cosas cuando algo lo desestabiliza — contestó tajante mientras se ponía de pie — y volver a verte le produjo algo.

Mu observó detenidamente como el caballero de leo se preparaba para volver a su templo y no supo muy bien cómo responder a lo último, al fin y al cabo, aún no hablaba a solas con el Hindú.

—Lo primero que tienes que hacer es hablar con él. —Tomó aire y luego con su dedo apuntó al pelilila. No lo diría dos veces —y que te quede bien claro una cosa, si le vuelves a fallar, te juro que haré que se olvide de ti. —Mu levantó una ceja incrédulo — sí, tengo ese poder ahora, poder que me gané en estos trece años.

*Fin Flash back*

Si, las cosas no habían empezado del todo bien con Aioria.

Y al Final resultó ser que los celos de Shaka por la cercanía que tenía con su maestro rejuvenecido habían comenzado con todos sus problemas.

Suspiró cansado y se preguntó a si mismo si hubiera sido mejor quedarse en su templo.

El camino hacia el teatro se había vuelto más que incómodo, ya que Mu había dejado de hablar y Saga no hallaba la forma de romper con aquella aura que se había posado sobre el Aries.

— Si tanto te molesta la actitud de Shaka podrías devolverle el favor con la misma moneda —sugirió el géminis aflojando el cuello de su camisa. Aquello hizo que Mu despabilara y lo mirara confundido.

— ¿hm? ¿A qué te refieres?

Saga apretó sus labios, evitando a toda costa morderse su labio inferior. Aquella inocencia le encendía de sobremanera, y si no se contenía, todo se saldría de control.

—Me refiero a...

— ¡Pero qué sorpresa! —ambos pegaron un brinco por el fuerte grito lleno de ¿entusiasmo? — ¡Que coincidencia encontrarlos por acá! ¿Qué están haciendo? ¿Eh? —Un alegre Aioros se acercaba en el momento menos oportuno –según géminis- para saludar.

Saga lo miró hastiado.

—Buenas Noches Aioros, vamos a ver una película al teatro —respondió cordialmente Mu mientras esbozaba una gran sonrisa. Para él encontrarse con más caballeros un viernes por la noche era algo para agradecer y disfrutar.

El caballero de sagitario le devolvió una cálida sonrisa, pero al posar sus ojos en saga, su expresión cambió a una desafiante pero bien disimulada que solo el Gemelo pudo interpretar.

—Oh... ¿al cine? Ya veo... ¡que entretenido! hmm... sería una lástima...

—Aioros... —balbuceó el griego.

—que alguien...

—No...

—Los acompañara...

Saga se tensó mirándole, con el puño temblándole preparado para golpearlo.

—Me parece buena idea— contestó Aries ignorando por completo el escenario oculto detrás de todo eso. — ¿me esperan un momento? aprovechare de pasar por la tiende de inciensos antes, regreso enseguida.

— ¡claro! ¡Te esperamos aquí! ¡Ve con cuidado! — Dijo Sagitario mientras movía su mano de manera exagerada hasta que el tibetano se perdió de vista. Después de eso, un silencio incómodo se posó entre los dos caballeros y si no fuera por Mu, saga ya se habría arrancado de aquella situación. — que divertido, y dime ¿qué piensan hacer después de ver la película, saga?

— No te entiendo — claro que si entendía, no era estúpido. Sabía muy bien lo que Aioros ocultaba tras ese pobre intento de ingenuidad. —yo solo tengo ganas de ver una maldita película.

—No me trates de idiota Géminis —levantó la voz— ¡sabes bien que te conozco y sé que mueres por probar carne de borrego! pues te digo ¡eso sólo es un capricho y no es amor! tú no estás enamorado de Mu, ¡por favor!

— ¿y tú qué sabes de mí? —respondió enojado, aguantándose las ganas de gritarle a su compañero. Aioros podía ser bastante fastidioso si se lo proponía— ¡¿Qué sabes tú a quien amo y a quien no?!

— ¿En serio quieres que te lo recuerde? —la voz autoritaria y severa de Aioros le hizo reaccionar y se quedaron mirando intensamente por algunos segundos. Finalmente la fuerte y potente Aura del sagitario hicieron que Saga temblara un poco y retrocediera ¡cómo odiaba cuando hacia eso! ¡Jamás se cansaría de pensar que aquel hombre era un ente demoniaco!— así está mejor.

—Mira Aioros...

—Mira tú Saga de géminis —le interrumpió con la misma voz de antes y amenazando con desatar su furia — no le tocarás ni un pelo a ese muchachito, que te quede bien claro. —Ahora apuntaba con su dedo amenazador directamente al griego— Mu no tiene por qué pagar los platos rotos de tu cobardía.

— ¡¿cobardía?! ¿De qué hablas?— sintió arder su cara por la rabia. Ahora si lo golpearía y lo dejaría de tapete en su templo.

—sabes muy bien de lo que hablo. Si aún no puedes ganarle la batalla a los fantasmas de tu pasado, es tu problema. No involucres a los demás.

Saga apretó los dientes. Desde hacía mucho tiempo que sentía que le era imposible desafiar a Aioros de una u otra forma. Por alguna extraña razón tenía cierto poder sobre él y eso le molestaba. Le iba a contestar cuando sintieron que Mu ya estaba de vuelta, y al ver que el santo de sagitario cambiaba nuevamente su actitud a una persona amable y tierna le hizo querer vomitar ¿y a él lo tildaban de bipolar? Aioros y sus facetas extrañas.

—Bien pequeño Mu, es hora de irnos al cine —Le decía con calidez de madre al caballero de Aries mientras le palmeteaba su cabeza.

—Aioros, tengo 22.

—siempre serás pequeño Mu para mí al igual que para saga...todos ustedes son como nuestros hermanos pequeños, jamás podríamos hacerles algo que los dañara ¿verdad?— Aquella pregunta dejó pálido a géminis y podía notar el tono burlón en sus palabras. Quería matarlo ¿de dónde sacaba tanta estupidez el caballero más sensato de la orden de Athena?

—Yo...—Se tomó la cara con una mano y respiró resignado— ya vámonos....

Después de un par de minutos cuando se hallaban en medio de la calle principal camino a su destino, Saga se llenó de determinación y comenzó a evaluar las distintas opciones que tenía para deshacerse de Aioros. No se resignaría sin dar pelea, lo intentaría todo incluso si solo obtenía la compañía de Mu para ver la película, si eso significaba que estarían solos. Llegó un momento donde la aglomeración de gente fue tal, que quiso apostar a lo más sano.

— ¡Mira Aioros, cuidado! ¡Un barranco! — el aludido se volteó asustado.

— ¡¿dónde?! — gritó con pánico hasta que se percató de la idiotez de la situación ¿cuándo dejaría de hacer esa maldita broma? y lo peor, ¿cuándo seria el día en que él dejara de caer en lo mismo? — Saga eres un...

Pero ya no estaban.

                                                                                          *******

— ¡Saga! ¿A dónde vamos? ¿Por qué dejamos a Aioros atrás?— Saga corría a toda prisa con su mano entre la suya, obligándolo a correr también.

— ¡Porque él no quería venir!— Gritó sin dejar de avanzar.

— ¡¿no quería?! —le pareció extraño ya que lo había visto bastante entusiasmado con la idea.

— ¡No! ¡Me dijo que solo aceptó por cortesía y que le aburren los cines!

— ¡¿entonces por qué estamos corriendo?!

— ¡porque llegaremos tarde! ¡Ya casi empieza!

— ¡Pero puedo usar la teletransportación si vamos tarde!

Saga trataba de alejarse lo más pronto posible de la calle principal sin ni siquiera tener en cuenta la dirección del teatro. Lo único que le interesaba en ese instante era alejarse del peligro que significaba el arquero, aunque sabía que lo que hacía era absurdo ya que no tardaría en encontrarlos por medio de su cosmos; pero aun así no perdía nada.

— ¿oye esos dos no eran saga y Mu? ¿A dónde irán tan apurados? —preguntó Aioria, quien se encontraba junto con Shaka en una cafetería al aire libre cuando vio pasar a los dos caballeros. — ¿shaka?— No supo en qué momento pero el caballero de virgo había desaparecido a la velocidad de la luz.

                                                                                     *******

Cuando se aseguró que estaban lo suficientemente lejos del peligro el Griego se detuvo para recobrar el aliento, lo que el Aries agradeció también ya que solía teletransportarse , y no a usar sus piernas cuando iba tarde a algún lugar.

Cuando al fin se recuperó se dio cuenta que estaban en una calle vacía, donde no transitaba nadie y ni que decir, el cine.

— ¿dónde está el teatro?

El géminis se encontraba inclinado hacia adelante con sus manos apoyadas en sus rodillas tratando de estabilizar su respiración y al escuchar aquella pregunta abrió sus ojos de golpe. Ya no había vuelta atrás, y lo del cine se podía ir al carajo.

En un movimiento rápido, tomó del brazo al pelilila y lo acorraló en la primera pared que encontró.

— ¿s-saga? ¿Estás bien? necesi...—intentó decir Mu pero un dedo en sus labios se lo impidió.

—No...—trago saliva, retomando su compostura— Mu escucha, yo...

De pronto todo se fue a negro.

— ¿Mu? ¿Dónde estás? ¿Qué sucedió? —El caballero de Aries lo miró confundido, el seguía en el mismo lugar — ¿¡Mu estas ahí!?

— ¡Saga me estas asustando!

— ¡Por Athena! ¡No veo! ¡No veo nada! —Colocó ambas manos en su rostro y comenzó a dar vueltas— ¡Mis ojos!

El santo de Aries preocupado se acercó a su compañero colocando una mano en su hombro y la otra en su mentón obligándolo a alzar la mirada hacia donde estaba él. Se dio cuenta que sus ojos tenían el rasgo característico de...

—Aquí estas Aries. —El aludido miro en dirección de dónde provenía la melodiosa e inconfundible voz — buenas noches.

— ¿Shaka? ¿Qué haces acá?—la sonrisa del hindú no le daba buena espina.

— ¡Con que fuiste tú shaka! ¡Devuélveme mi vista ahora! —le gritó al contenedor de basura que se encontraba cerca.

— ¡Saga! ¡Mu! — Gritó a lo lejos Aioros que ahora se aceraba rápidamente junto con su hermano, con quien se había topado en el camino — ¿eh? ¿Por qué Saga le está hablando a la pared?—interrogo curioso al ver la escena.

— ¿Alguien me puede decir que diablos está pasando aquí? — preguntó con evidente molestia el pelilila. Ahora todo le parecía un circo, en el cual no estaba dispuesto a participar; no pudo evitar sentir que todos de alguna forma le estaban mintiendo. — Mas importante ahora, Shaka ¿podrías hacerme el favor y devolverle la vista a saga?

— ¡No!— se interpuso Aioros mientras se acercaba al géminis que ahora se encontraba reclamándole a un gato callejero como si este fuera el santo de virgo. Pasó su brazo por el cuello contrario y lo atrajo hacia si, como si fuera los mejores amigos de toda la vida, que no era mentira — creo que el necesita un tiempo sin visión a modo de lección ¿no lo crees así amigo?—La expresión de terror del guardián de la tercera casa no se hizo esperar— no se preocupen, yo lo llevaré de vuelta al santuario, ya que tenemos cosas importantes que conversar.

— ¡No! ¡Quiero mis ojos de vuelta!—de un manotazo quitó el brazo de sagitario y se alejó tratando de ubicar a los demás a través de sus manos— ¡Por favor no me dejen solo con Aioros y peor aún sin poder ver! ¡shaka! ¡Por favor, devuélvemela!

—bien ¿quién tiene hambre? —Soltó Aioria mientras todos comenzaban a dejar el lugar — ¡Hermano, te lo encargamos! —Le dedicó una sonrisa y se despidió de él.

— ¿de verdad saga estará bien? no tenía pinta que quisiera quedarse a solas con él—murmuró Aries deteniendo su paso y dirigiendo su mirada hacia donde habían quedado los otros dos.

Shaka se colocó detrás de él obligándolo a seguir caminando.

—Ese asunto no te concierne — le contestó. Si no hubiera sido porque fue shaka quien lo había dicho, Mu ya se hubiera incriminado— nosotros también tenemos conversaciones pendientes.

                                                                                    *******

Eran pasadas la una de la madrugada en las instancias de Virgo, el santuario parecía desolado y sin presencia de vida; Había sido un día agotador para Mu y su cuerpo ya comenzaba a pesarle. Suspiró mientras intentaba descontracturar su cuello con suaves movimientos, ya que aún no procesaba del todo los acontecimientos extraños de ese estresante día; pero aun así siempre le reconfortaba tomar una infusión en la agradable presencia de su hindú.

— ¿Y bien, que querías decirme hoy por la mañana? ¿Cómo estás?— Shaka se sentó a su lado, tomando en entre sus manos la taza que, humeante alegraba su corazón.

Mu levantó ambas tikas incrédulo ¿en serio creía que iba hacer como si nada hubiera pasado? si era el caso, estaba muy equivocado.

— ¿por qué estabas ahí en donde estaba yo con saga? ¿Por qué todos lo persiguen? —Aún nadie le explicaba la razón y eso comenzaba a fastidiarle — no entiendo nada.

— Nadie lo persigue. Saga quiere tener sexo contigo Mu —Sin más preámbulo el más cercano a Dios le dio a conocer algo tan obvio que solo él no veía.— oveja tonta.

La expresión de Aries era neutra, no despegó la mirada del guardián del sexto templo como si estuviera tratando de averiguar con su iris si era una broma o no.

— Eso no es cierto— debatió. —Inocente y crédulo Mu -Pensó Shaka- era maravilloso que aun mantuviera ese don de confiar en los demás sin miedo ¿cómo alguien podía ser tan perfecto?— ¡Ustedes están equivocados! ¡Ven cosas donde no las hay!

— ¿Así como tú con Aioria y yo ?— Se burló con una sonrisa a lo que el tibetano enrojeció. Hiciera lo que hiciera Mu jamás le compraría el papel de "soy sereno y no me dejo invadir por los celos"

—N-No, yo no-

— Oh vamos Mu, Jamás se te pasó por la cabeza que Aioria le iba a pedir matrimonio al caballero de plata Marín de aguila. — Le interrumpió divertido. El santo de Aries ni siquiera era consciente de la relación previa que habían tenido esos dos debido a su ausencia en el santuario tantos años, por lo tanto no había forma que lo adivinase — Además, ¿crees que no noté tu aura asesina a mis espaldas cuando estábamos en la joyería? —El aludido tomó un sorbo exagerado de té solo para no hacer contacto visual — tu cosmos negro se siente a kilómetros Aries...Créeme que si no hubiera visto a Aioros detrás de ustedes, hubiera ido yo en ese instante.

—Lo siento Shaka — dejando a un lado la intención de Saga, Mu se había quedado pensando sobre su ausencia en el santuario durante tanto tiempo — Aioria estuvo para ti cuando yo debí estarlo, no puedo romper ese lazo que ahora los une, no me molesta en lo absoluto, de verdad.

—Pero aun así hoy lo quisiste matar—sonrió. Amaba ponerlo en aprietos y hacerle ver que tenía todo el derecho de mostrarse tal cual era, con defectos y virtudes. Después del incidente con el alcohol, le quedo más que claro que Mu se guardaba muchas cosas.

— ¡si! ¡Lo quería matar! pero ya no...—Susurró casi para sí mismo — ¿y tú...cómo estás? ya sabes... de lo sucedido hace una semana atrás...—tragó saliva y no sabía si quería saber la respuesta.

Shaka dejó la taza en la mesa de centro y se acercó más a él. Mu podía sentir su respiración en su mejilla.

— Bien, creo que fue una exageración tantos días para una orden de alejamiento — Los ojos de Mu se iluminaron — con un día era más que suficiente...— colocó un brazo en el respaldo del aquel cómodo sofá para apoyar su cabeza en la mano— ¿Al menos te gustó verdad? ¿Lo disfrutaste al igual que yo?— preguntó de forma insinuante.

Mu tragó saliva. No se acordaba de nada, lo que era la nada.

—S-sÍ fue espec-espectacular— Sin poder evitarlo Mu tartamudeó, lo que encendió la alarma en el santo de virgo — me alivia saber que a pesar de mi irresponsabilidad y descortesía, lo hayas disfrutado, podríamos...—pareció meditarlo un momento mirando de lado a lado— ¿intentarlo de nuevo no crees? —si alguien le pedía su humilde opinión, aquel plan de repetirlo porque había sido una "placentera experiencia" era perfecta.

— ¿No recuerdas nada, verdad? Ya se me hacía raro pensar que con aquel nivel etílico en tu sangre pudieras recordar todo, pero tu cara me dice que recuerdas la nada misma —Suspiró derrotado — ¿puedes creerlo Aries? — El hindú levantó la manos e hizo un movimiento como si imaginase un cartel publicitario — Shaka, el santo de oro más cercano a dios que entregó su virginidad a una oveja ebria, que gran eslogan.

— ¡Perdón shaka! —Le imploró mientras juntaba sus manos avergonzado — ¡pero todo esto fue una parte tu culpa por tus celos absurdos con mi maestro rejuvenecido! —Lo apuntó acusándole. Él no era el único que había cometido errores aquí.

— ¡Pero son celos muy diferentes a los que te imaginas! —le recriminó. Realmente le ofendía que el pelilila pensara que sus celos se fundaran en algo amoroso — Muy patriarca será, pero sigue siendo un viejo, Mu, por Athena.

— ¡Oi! ¡Más respeto con mi maestro!

Continuaron con la "pacífica" velada comentando de todo aquello que les molestaba. Shaka le explicó que no sabía de donde había sacado la idea de que sentía celos del señor de la tienda o de Aldebarán, pero que si admitía sentirlos con su alumno Kiki debido al tiempo que le quitaba con él. Si bien no había sido un problema grave, necesitaban conversarlo uno, para que Mu no se guardara nada y luego explotase, y dos, porque aquel feedback le ayudaría a ambos a entenderse más como pareja.

—Milo chismoso, Athena sabrá de dónde saco todo eso, ya verá cuando lo vea pasar por aquí —conversar por tanto tiempo le estaba pasando la cuenta, por lo que optó ponerse de pie y estirarse — Por ende Mu, jamás vuelvas a dudar de mi amor por ti, ¿entendido?

—Nunca lo he hecho. —el hindú lo miró con los ojos entrecerrados.

— ¿ah sí? y eso de " Aioria no es más importante que yo" ¿que fue?— Mu enrojeció al máximo ¡¿cómo sabia de aquello?!! — Tu cosmos venenoso estaba envuelto con ese mantra, hasta el pobre de Aioria pudo escucharlo—rió.

—De pobre no tiene nada...—murmuró hastiado y cansado que saliera ese nombre nuevamente a flote. Luego se percató de lo que había dicho y se disculpó— el gato no tiene culpa alguna, perdón. Se me olvida...

—Se te están olvidando muchas cosas últimamente... —La voz insinuante de shaka revolvía sensaciones extrañas en Mu como no tenía idea— que conveniente...

El santo de virgo se giró en dirección a Mu y de forma delicada se sentó sobre su regazo, quedando con ambas piernas flectadas una en cada lado de su cadera. Mu pegó un respingo por el cambio brusco de la situación y por mero reflejo colocó sus manos en la cintura que tenía en frente.

—Aunque debo admitir que no tengo ningún problema con intentarlo de nuevo...—susurró sensualmente al oído del lemuriano, quien ante el contacto de su entrepierna con la de shaka, soltó un gemido ¿de verdad pasaría de nuevo? ¿Y de forma consciente? ¿Los dioses si lo habían escuchado finalmente? ¡No podía creerlo! su corazón -y entrepierna- rebosaban de alegría infinita.

— ¿Estas segur-?—intentó preguntar Mu pero fue callado con un apasionado beso. Sus labios quedaron prisioneros, y su lengua en una lucha de poder que no estaba dispuesto a perder.

Mientras ambos se encontraban "peleando" por la dominancia, Mu no perdía el tiempo y acercaba lo que más podía la cadera de shaka a la de él para sentir ese contacto que tanto lo excitaba. Recorría de forma delirante aquella espalda que solía arañar en ocasiones pasadas debido al placer, y sentir nuevamente esos cabellos rubios entre sus dedos lo hacían enloquecer.

Shaka se separó bruscamente en busca de aire, claramente Aries había ganado la ronda.

— ¿en serio quieres que haga yo todo el trabajo?

Mu entendió la indirecta y con una mirada traviesa y llena de lujuria lo levantó de una y lo tumbó sobre el sofá.

Aquella noche sería perfecta.

                                                                                            *******

Aeropuerto Eleftherio Venizelos, Atenas.

Camus se encontraba en la sala de abordaje esperando el llamado que le indicaría que debía subir al avión que lo llevaría en dirección a Francia. Estaba entretenido leyendo un libro que había elegido especialmente para la ocasión, pero la verdad era que su mente se encontraba con Milo, donde quiere que este estuviese.

Recordó que en todo ese tiempo durante el día nunca halló al griego por ningún lado, y las veces que se lo topó por la noches en el templo de escorpio, Milo solía correrlo diciendo que estaba cansado y necesitaba dormir...finalmente había optado por dejarlo tranquilo y dejar de insistirle.

—Jóven, está congelando mi pie —Le habló una voz que no reconoció — oh, lo si- —se percató de lo personal del mensaje y miró hacia su lado— ¡Milo! — El griego estaba tapando su nariz para que su voz sonara diferente. — ¿qué-que haces acá? —miró hacia todos lados, como si alguien los estuviera espiando.

—Pues vine acompañarte, no te iras sin mí a Francia —contestó el griego como si fuera lo más natural del mundo.

El francés quedó perplejo y no entendía nada de lo que estaba sucediendo, después de todos esos días de indiferencia y ahora llegaba ¿como si nada? más importante aún ¿dónde había sacado el dinero? no era fácil de conseguir esa suma tomando en cuenta los días que estaría por allá. Milo Cuando notó la sed de explicaciones en su rostro, le sonrió.

—Tranquilo Camus, no me robé nada —sin querer le había adivinado sus pensamientos. Tomó una pose despreocupada con los brazos por detrás de su cabeza y se inclinó hacia atrás en los respaldos de aquel suave asiento. — trabajé arduamente estos días para juntar el dinero...

— ¿trabajaste? —notó como el escorpión le miraba con recelo al interpretar eso como algo imposible— digo....eso está bien, ¡pero debiste decirme! ¡Maldición Milo, llevo queriendo hablar contigo hace días! —Se exaltó ya molesto— ¡Por Athena! ¡No sabes lo culpable que me sentí! ¡Eres un idiota!

— ¿Crees que podría ser digno de ser la persona más cercana a Camus de acuario si me tomara personal ese tipo de cosas?— preguntó inocentemente y con una sonrisa amplia en sus labios — Aunque debo admitir que al principio si me molesté bastante y me sentí desplazado...pero el alcohol me hizo recapacitar. —El acuariano rodó los ojos al recordar la escena de las frutas flotantes y todo lo que tuvo que pasar esa noche de viernes — Además, que te den un poco de tu propia medicina no está mal tampoco.

Camus gruñó y quiso golpearlo, pero en vez de eso sonrió. Se acomodó nuevamente en su asiento, y esta vez guardó su libro en su bolso de mano para reemplazarlo por algo mucho mejor y más interesante, su escorpión.

—Lo siento Milo.

—No tienes porqué disculparte Camus. —Cerro sus ojos y sonrió— Tu forma de ser es única y yo más que nadie sabe que no haces las cosas con intención de dañar, simplemente eres un idiota despistado—El galo frunció el cejo e iba a reclamarle pero Milo se le adelantó — pero que te quede bien claro desde ya, que todos tus próximos viajes serán conmigo.

—Trato hecho.

FIN.

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Lo que pasó entre Aioros y saga después lo dejo a su Imaginación lol.

muchísimas gracias por leer y por acompañarme en mi obsesión en esta linda historia que me costó un riñón terminar. Dejaré descansar esta historia un poquito ^^, espero que podamos leernos otra vez en otro one shot, si mi inspiración lo permite.

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