Noche de viernes Parte 3

Notas:  

Al fin la ultima parte!! -se tira confeti sola-

Chicas este capitulo fue el más difícil de la vida. Lo leía una y otra vez y le cambiaba cosas, borraba, ponía, volvía a borrar que subía esto bajaba lo otro, realmente fue un reto, así que no puedo asegurarles que les gustará, porque ni siquiera yo puedo evaluarlo (?)

A ti que haz llegado hasta este capitulo leyendo, Muchísimas gracias!!  también por sus estrellitas y comentarios que los leo TODOS <3  jajaja que siempre me sacan una sonrisa.

Bueno ya me cállate me dirán y que empiece el maldito capitulo (?)

ADVERTENCIA:  LEMON EXTENSO. y quizás algo aburrido (?).


                                                                         ******************

Cuando al fin pudo ponerse de pie se percató que estaba respirando muy agitado, nervioso ¿que había sido todo eso? Posó sus ojos sobre Mu, quien aun yacía en el suelo, mirándolo desafiante, quizás pensando en su próximo movimiento ¿quién era él? ¿Acaso eso eran todas aquellas emociones que Mu llevaba hasta ahora reprimidas en su corazón? Se limpió el polvo que había quedado en su ropaje y trató de mantener la mayor compostura posible después de aquel extraño suceso.

—No sé de dónde sacaste eso de Aioria —Dijo Shaka aclarándose la garganta, para ganar un poco más de tiempo— pero no voy a tratar ese tema contigo en ese estado —sentenció. Esta vez no se daría la vuelta, no cometería el mismo error dos veces.

Mu se levantó del suelo sin soltarle la mirada y sonrió complacido, como si buscase con todo sus cosmos que Shaka lo rechazase.

— ¿y quién te está preguntando?

Esa respuesta no anticipó nada bueno. Shaka Apenas si pudo seguir sus movimientos cuando Mu rápidamente desapareció de su vista, apareciendo segundos después detrás de él tomándolo por los hombros para finalmente teletransportándolo Dios sabe a dónde.

En cuanto tuvo conciencia trató de caminar en aquel lugar pero se tambaleó y cayó al suelo. Nunca se acostumbraría a la teletransportación de Mu, simplemente lo odiaba. Prefería mil veces caminar horas que pasar por esa horrible sensación. Se puso de pie con dificultad y se tomó la sien con una mano, sentía que la cabeza le daba vueltas, se sentía mareado y apenas había tomado conocimiento de donde estaba.

—Cuantas veces te he dicho que no hagas eso —Bufó molesto el rubio mientras de a poco se incorporaba. No tardó en notar que estaban en ¿Virgo? específicamente en su habitación.

Cuando estuvo totalmente recuperado observó a su alrededor y notó que Mu se encontraba acostado arriba de su cama observándolo con una mirada lasciva difícil de ignorar. Extrañamente su cama se encontraba con sábanas y ante el hecho levantó una ceja curioso ya que él solía dormir en el suelo con algunas almohadas, por lo tanto jamás tenía su cama preparada. Eso le hizo pensar ¿cuánto tiempo había pasado desde que habían llegado? ¿Realmente había perdido el conocimiento después de teletransportarse allí? Decidió dejar todas sus dudas de lado y se centró en su compañero, que aun significaba un peligro desconocido para él.

—Shion te regañará por esto— Le dijo refiriéndose a la previa teletransportación, a lo que Mu solo se encogió de hombros— deberías dormir. —Le propuso inocentemente, pensando seriamente en eliminarle al menos cuatro de sus cinco sentidos para que se quedara tranquilo.

Pero cuando intentó dar un paso se dio cuenta que se encontraba totalmente paralizado ¡No podía moverse! era como si tuviera una red invisible alrededor de él que impedía sus movimientos.

—Telequinesis...—gruñó por lo bajo mientras fulminaba con su mirada al Tibetano. Este en respuesta sólo sonrió con malicia.

—Vamos Shaka no te enojes...—Le contestó sin dejar de sonreírle triunfante— vamos hacer esto divertido ¿sí?

— ¿Hacer qué?—preguntó molesto e ingenuamente el Indio. Trataba de romper el cosmos de Mu para zafarse de su técnica, pero le resultaba imposible, estaba impenetrable ¿qué rayos había bebido esa noche?

Mu entrecerró sus ojos y con su telequinesis comenzó a desenredar el nudo del cinturón de tela del caballero de virgo, hasta que este cayó delicadamente al suelo. Prosiguió del mismo modo con la parte superior, dejando expuesta su blanquecina piel y perfectos pectorales, quedando finalmente solo en pantalones, deleitando notablemente al Aries.

Sólo eso bastó para que al fin Shaka se diera cuenta de sus verdaderas intenciones. No era que le molestara, pero había algo en Mu que le daba a entender que buscaba algo más.

— ¿te he dicho que eres perfecto? —El de cabellos lilas parecía embobado admirando su torso desnudo desde la cama, como si estuviera viendo al mismísimo Miguel Ángel en carne y hueso, mientras que el yacía inmóvil a los pies de esta.

Shaka no pudo evitar ruborizarse, ver a Mu en una faceta tan ¿directa? y dominante no era a lo que estaba acostumbrado ver, pero no por ser algo inusual tenía que ser algo malo.

— ¿qué es lo que buscas específicamente, Mu de Aries?

En respuesta a su pregunta, Mu se levantó de la cama de un salto y se dirigió con paso prepotente hacia él para acercarse finalmente a su oído. Primero sopló un poco para que la piel del rubio se erizara y luego le susurro con la voz más sensual que pudo en ese momento.

—Yo creo en la versatilidad ¿y tú?

Mierda. Ni en sus escenarios más pesimistas se esperó algo como eso. Inmediatamente al escuchar aquello se tensó y tragó saliva sin poder ocultar su nerviosismo. No era que fuera algo tan grave, pero para él, que siempre había mantenido el mismo rol, entrar en un terreno desconocido sin tener ningún tipo de experiencia previa le aterraba de sobremanera sin dejar de lado las consecuencias que aquello significaba. Si había demorado meses en aprender el amor de pareja con Mu y todo lo que eso conllevaba, no se imaginaba tener que hacer algo que desconocía sin preparase mentalmente como debía.

—s-si creo en ello...—dudó— pero Mu... mañana tengo asuntos importantes que tratar...

— ¿y eso qué? —Preguntó curioso el Aries. Al principio no entendió a lo que se refería el rubio hasta que lo meditó por un momento— ¿tienes miedo Shaka? ¿Al dolor?—No supo por qué pero eso lo excitó aún más. Ver una faceta tan vulnerable de virgo era un regalo de los Dioses — ¿temes no poder moverte mañana? ¿Es eso?

El indio desvió su mirada hacia el lado contrario ocultando su sonrojo avergonzándose de su ignorancia sobre el tema. Si bien nunca había visto molestias graves o dolor visible en Mu al día siguiente de estar juntos, no podía asegurar lo mismo para él teniendo en cuenta el estado etílico que su compañero poseía en esos momentos. No podía contar con que Mu fuera amable y paciente.

—Pues estás en lo correcto...—mintió el carnero con una sonrisa solo para jugar con sus emociones a lo que Shaka lo miró aterrado — pero es de lo que menos debes preocuparte ahora...

El Ariano tomó su rostro entre sus frías manos y devoró con pasión aquellos labios, saborear aquel néctar lo encendió aún más. Shaka no demoró en corresponderle, amaba esos besos como nada en el mundo, nunca podría jamás resistirse a ellos incluso si supiese que aquellos tuvieran veneno. Colocó una mueca de desagrado al sentir el sabor del alcohol en la boca de su compañero y se separó delicadamente para poder recobrar oxígeno.

—Tenemos asuntos que arreglar primero —Cuando vio que Shaka tomó aire Mu Aprovechó de usar su telequinesis para lanzarlo directamente sobre la cama, cayendo de espaldas— ¿te gusta resolver nuestros problemas de esta forma? —Dijo mientras comenzó a desvestirse sin tapujos frente a un virgo nervioso.

—No, porque así no puedes tratar el problema de fondo, simplemente lo estás maquillando con lujuria y no voy a caer tan bajo.

—como siempre, aburrido.

— ¿Disculpa?

Mu no esperó más y se posicionó suavemente encima del rubio. Había dejado sus pantalones puestos para estar en igualdad de condiciones. Se observaron a los ojos un momento, le encantaba admirar su largo y rubio cabello, jugueteó un poco con ellos y sonrió.

— ¿en serio no caerás en la lujuria conmigo?—Una sonrisa triunfante se tomó su rostro— Pues te diré una cosa —Se inclinó suavemente hasta llegar a pocos centímetros de su boca, sin soltarle la mirada— Puedes ser el caballero más cercano a Dios con una mente y corazón puro y espiritual, pero creo que se te olvida algo...—Se acercó sensualmente a su oído— eres un humano.

Shaka frunció sus cejas, odiaba cunado la gente le recordaba su verdadera naturaleza. Lo sabía desde que había nacido, era algo que lo perturbaba y no necesitaba más recordatorios.

— Todas esas emociones y deseos de los que intentas huir siempre estarán allí, hagas lo que hagas. —Mu se separó para verlo directamente a sus ojos, curiosamente con una amplia sonrisa— pero hay buenas noticias, todos esos intentos que reprimes y que odias son míos, tu humanidad me pertenece Shaka... Así que no tienes porqué contenerte conmigo.

Por primera vez en esa noche Shaka se quedó sin palabras. Él, que siempre había sido estricto consigo mismo y se había recriminado muchas veces hasta el día de hoy por sus deseos y anhelos mundanos, sintió un poco de alivio en su contradictorio corazón. Una calidez inexplicable nació en su pecho y no pudo evitar sentirse feliz, aunque no lo demostró. Mu ebrio o en su sano juicio siempre lograba tranquilizarlo de una u otra forma, y daba gracias internamente por tenerlo a su lado.

—Todo tu ser terrenal es mío... y mientras no alcances el nirvana, pues seguirá siéndolo.

Sorpresivamente fue esta vez fue shaka quien atrajo el rostro del Aries hacia a él para besarlo tiernamente, pero no por eso menos demandante. Mu le correspondió inmediatamente y comenzaron una batalla por la dominancia aunque aquello ya estaba decidido desde que Mu había regresado de rodorio.

— Mu yo...

—Sólo déjate llevar Shaka...

El de cabellos lilas comenzó a recorrer con su traviesa lengua todo el área de su cuello, clavícula y pectorales, succionando en intervalos de tiempo y en lugares específicos que sólo él conocía. Al mismo tiempo con sus suaves manos recorría aquel sagrado y hermoso torso que esta vez se encontraba totalmente a su merced.

Shaka por su parte se deleitaba acariciando aquella esbelta espalda que parecía estar esculpida por los mismos dioses, pasando las yemas de sus dedos suavemente por aquellos brazos bien trabajados que lo hacían merecedor del título del herrero del santuario.

El caballero de virgo no se había percatado de lo excitado que se encontraba hasta que notó que su entrepierna pedía a gritos atención, y no pudo evitar colocar un expresión de incomodidad al sentir las punzadas y molestias que comenzaba a producirle su erección a causa de la presión que ejercía su pantalón.

Mu lo notó y de un tirón lanzó lejos aquella prenda que consideró ya estaba sobrando. Sonrió triunfante al ver el miembro totalmente despierto y dispuesto a caer en sus manos. Bajó lentamente por su abdomen, dejando bien claro al destino a cual se dirigía. Esto no era nuevo para Shaka, por lo tanto no tuvo ningún tipo de problemas en que las cosas siguieran su curso. Mu tomó con una mano la virilidad palpitante y ardiente de su rubio y pareció meditar mientras lo observaba.

—Que irónico que sea vegetariano y que mi comida favorita sea esta carne cruda.

— ¡Por Athena, Mu! —Le regañó Shaka avergonzado y rojo hasta las orejas.

El tibatano soltó una pequeña risa y comenzó a devorarse aquel manjar que solo el tenía el privilegio de probar. Comenzó con suaves lamidas desde la base hacia a la punta, lamidas delicadas y sin ninguna prisa, quería extasiar lo más que pudiese a Shaka.

Los gemidos no tardaron en a aparecer, primero unos tímidos y suaves pero como todo lo sucedido esa noche, fue subiendo de intensidad poco a poco. Cuando Mu consideró un tiempo prudente, introdujo el miembro de su compañero en su boca de un solo movimiento haciendo que este arquera violentamente su espalda. Comenzó con un vaivén lento para luego dar paso a succiones más rápidas y trabajadas.

Shaka enloqueció sólo al sentir aquella cavidad ardiente y húmeda del caballero de Aries en su entrepierna. Cada minuto que pasaba le costaba más y más mantener la cordura.

—Mu, y-ya —Le avisó con dificultad el guardián de la sexta casa, tomando su cabeza y cabellos entre sus manos en señal de que se alejase. No tendría sentido terminar en ese momento.

Mu volvía a incorporarse sin antes de limpiarse con su muñeca el hilo de saliva que había quedado en sus labios resultado del intenso juego previo. Esto no hizo más que excitar aún más a Shaka y cerró sus ojos para pensar en otra cosa y no venirse con solo aquella imagen.

El guardián de Aries se levantó del lecho y de la cómoda de Shaka Sacó un tubo de lubricante que mantenían allí para cuando la ocasión lo ameritase. Aprovechó de sacarse el resto de ropa que le quedaba y volvió rápidamente a la cama, quedando nuevamente sobre el indio.

—Ahora viene lo mejor —se burló el Ariano, lo que no le hizo nada de gracia a su compañero— No te preocupes, solo tienes que estar tranquilo.

—es fácil decirlo.

—Yo puedo hacerlo siempre, y no me ando quejando.

Mu se fue en picada sobre sus labios y comenzó a besarlo para distraerlo, ya que las caricias eran el mejor método para tranquilizar en ese tipo de situaciones, bien lo sabía él. Esperó el momento oportuno y con el lubricante ya es sus manos comenzó a introducir el primer dedo, lo que hizo que todo el cuerpo de Shaka se tensara, produciendo inminente incomodidad y dolor que lo hizo notar con su expresión.

—Vamos Shaka relájate...—Le decía mientras besaba lascivamente su cuello entre la clavícula y su lóbulo. Cuando lo introdujo completamente lo dejó inmóvil por algunos segundos, esperando la señal para continuar.

Siguió con los mimos y caricias por todo su cuerpo hasta asegurarse que el rubio se haya acostumbrado totalmente a la invasión. Cuando este momento llegó, Mu no perdió el tiempo e introdujo inmediatamente el segundo, y aunque se escuchó un gruñido como respuesta, no duró tanto como el primero.

Instintivamente comenzó la búsqueda del tesoro con ambos dedos dentro ya que Shaka no era el único en un nuevo rol, y tenía que darse prisa en encontrar y aprender los puntos específicos de su compañero.

— ¡Ahhh! —Gimió el rubio en un tono para nada moderado, dándole a entender a Mu que había dado con aquella zona erógena.

El Ariano sonrió e introdujo el tercer dedo, que para su sorpresa Shaka ni notó al estar desbordado por la excitación.

Todo parecía un sueño, Mu no podía creer que tenía al rubio a su merced y lo afortunado que era en ese momento el tener esa perspectiva; podía observar cada pequeño detalle de desde esa posición y se recriminó por no haberlo intentado antes. Cómo le fascinaban sus facciones nubladas por el placer, no se cansaba de mirarle.

Esperó un tiempo prudente para salir de Shaka y se colocó lo máximo que le dio la mano de lubricante para acomodarse entre sus piernas para pasar al siguiente nivel. Mu no daba más de la excitación y lo único que quería en momento era hacerlo suyo a toda costa. Shaka aun sedado por las olas de placer, sentir al de cabellos lilas posicionarse entremedio le hizo tragar fuertemente saliva, apretando su mandíbula con fuerza. El no quería resistirse, al contrario, quería dejarse llevar por aquel ambiente lleno de pasión y amor que solo Mu le brindaba, pero no podía evitar ponerse nervioso a lo que desconocía y que sabía por comentarios, que no era agradable al menos la primera vez.

Mu se acercó tiernamente a su oído, notando su preocupación.

—Piensa en Buda...

— ¡Por los dioses Mu no digas idioteces...! Yo no...

Mu lo interrumpió violentamente con un beso hambriento que expresaba demanda y cada segundo que pasaba lo profundizaba más haciéndolos entrar en in círculo vicioso que ninguno quería terminar. Con una de sus manos libres tomó el miembro erecto de Shaka y comenzó un suave vaivén ejerciendo la presión correcta en los momentos que consideraba oportunos.

Sin dejar de lado todo aquello, el guardián de Aries comenzó a entrar lentamente, sin perder detalle alguno de la expresión de Shaka para guiarse.

—¡Argh-!—un gemido lastimero salía de la los labios del indio. Trataba de relajarse lo más que podía, pero aunque estuviera en un estado de meditación profunda no se podía ignorar aquello que se abría paso en sus entrañas

¡Por Athena! Mu se encontraba al borde del delirio al sentir aquellas paredes ejercer tanta presión sobre su miembro. Tenía sentimientos encontrados, no quería que Shaka sufriera en lo absoluto, pero tampoco podía mentir que aquella sensación era una exquisitez que pocas veces se podía experimentar en la vida.

—R-relájate—El de cabellos lilas volvió atacar a su cuello y a besar sus labios. El interior de shaka estaba tan estrecho que llegó a pensar por algunos segundos que se la rompería. — Me la-la vas a-a triturar....

Shaka respiró hondo, imitando su rutina al entrar a una meditación y se mentalizó en dejarse llevar por el Aries. Agudizó mucho más sus sentidos, sobre todo el del tacto, prestando atención a todas aquellas sensaciones que era preso. El sudor bajando por su frente, los deliciosos besos que recibía en su cuello, la fricción de sus piernas en la cintura de su compañero, la respiración entrecortada de ambos... Así y de esa forma se fue entregando más y más al momento hasta que Mu logró entrar por completo.

—n-no te muevas.

—a-a su or-orden...—La verdad era que no aguantaba ni un segundo más sin poder moverse, pero si de algo estaba seguro, es que no quería que shaka la pasara mal. Así que por mientras esperaba se concentró en aquella deliciosa presión en su virilidad, aquella cálida y estrecha entrada le estaba haciendo ver las estrellas. — Ahh...—gemía con el solo hecho de estar inmóvil dentro de ese lugar.

De pronto el Aries Arqueo su espalda repentinamente al sentir que Shaka comenzó a mover su cadera por sí mismo. Aquella hermosa y celestial señal para que el pudiera seguir con su banquete. Tomo delicadamente las piernas del rubio y las colocó por encima de sus hombros para que el contacto fuera mucho más profundo y por ende, más placentero.

Comenzó con un suave vaivén, tomando aquello como enteramiento para encontrar y posteriormente memorizar el movimiento exacto para llegar aquel punto que haría explotar en placer al virgo.

—Ah...Aries...—Aquello eran hermosas melodías que deleitaban sus oídos. Aunque le divirtió el hecho que aun en la cama Shaka no se olvidara las formalidades— Más...más rapid- ¡Ah!

El ultimo gemido ensordecedor salido de sus labios fue el indicio que Mu había llegado al lugar correcto.

— ¡Mu! ¡Ahí!

Shaka no podía procesar bien lo que estaba sintiendo, pero lo único que tenía claro que aquello ¡era fantástico! Su sistema nervioso estaba en su mejor apogeo, trasmitiéndole oleadas de electricidad a todas sus células de su ser en cada embestida que le daban. Si bien las sensaciones no diferían mucho al ser el activo, el estímulo que le daba el tibetano a dicho punto provocaba sensaciones mucho más intensas y simplemente de otro planeta. Lo estaba gozando tanto, que ni cuenta se dio que un hilo de saliva corría de su boca bajando por su barbilla, totalmente cegado por el placer. Si hubiera estado cuerdo, hubiera comparado su propio comportamiento como el de animal salvaje.

Mu Siguió con su trabajo elevando notoriamente el ritmo y la intensidad del vaivén. Se sentía extasiado y eso significaba que no tardaría en que aquello culminara. Salió sorpresivamente del rubio y sumamente lo volteó para deleitarse con aquella imagen ; y Como si Shaka estuviera entrenado previamente, entendió de inmediato la idea y se colocó en cuatro listo para seguir.

— Vaya, eso no me lo esperaba —Sonrió complacido el tibetano y con su brazo libre agarró a shaka por la cintura para atraerlo hacia sí y profundizar aún más el contacto. Quería sentirlo cerca, sentir como el sudor bajaba de ambos cuerpos, escuchar su respiración totalmente agitada por su culpa. Colocó un mechón rubio de su compañero detrás de su oreja para poder devorar con lujuria su lóbulo mientras comenzaba nuevamente con el vaivén, ahora mucho más intenso que antes.

Mu seguía masturbándolo sin detenerse, por lo que los gemidos también subieron de tono, dando la señal que el clímax estaba cerca.

— ¡Ah! ¡Mu!—Gimió fuerte mientras se venía de lleno en la mano del lemuriano, quien sonrió con satisfacción. Pero su sonrisa no duró mucho y se desvaneció al ver que shaka aflojaba los brazos y piernas, cayendo a la cama.

— ¡No, shaka espera!— ¡Por los dioses! qué poca resistencia. Como pudo trató de levantar nuevamente a shaka por la cintura y con la otra mano que ahora le había quedado libre lo paso por su cuello para obligarlo a levantarse nuevamente— ¡Vamos, Shaka!

Pero el rubio no escuchaba debido al efecto del potente orgasmo de segundos atrás. Notó con su mirada aun media nublada que Mu trataba de levantarlo nuevamente y de forma automática obedeció, ignorando totalmente la razón de aquello.

Cuando Mu volvió a tenerlo a su merced no perdió el tiempo y volvió con las estocadas para no perder el hilo de su casi orgasmo. En un arrebato de placer tomó el cabello de Shaka y suavemente lo jaló hacia atrás para tener su cuello a su disposición y así poder devorarlo a su antojo.

El rubio aun seguía medio aturdido, pero cuando comenzó a sentir los estímulos nuevamente en su próstata, comenzó a gemir nuevamente, aprovechando aquellos últimos choques eléctricos que le regalaba su ya previo orgasmo.

— ¡Ah!—gimió finalmente el Aries terminando delirante dentro de su amado virgo. Ahora sí, esperó que Shaka se dejara caer, para hacer exactamente lo mismo, quedando ambos boca abajo totalmente exhaustos, con su respiración totalmente agitada.

Mu salió silenciosamente del interior de su compañero y se corrió un poco a su lado para poder mirar su expresión. Shaka continuaba con sus ojos cerrados, mejillas enrojecidas y tratando de relajar su respiración. ¡Pero que honor poder contemplar aquello! ¡Y todo causado por él!

—Caballero de virgo....—el susodicho abrió sus ojos lentamente— No te duermas todavía, quiero la segunda ronda...

— ¿Qué?

*****

Aquellos tímidos rayos de sol otoñal que se colaban por la ventana principal, comenzaban ya a molestarle. Se revolvió un poco en las sabanas y como si le cayera encima un gran balde de agua helada, un fuerte dolor de cabeza se coló de lleno y sin piedad sobre su ser ¡diablos, Como dolía! sus tikas se encontraban totalmente fruncidas para sobrellevar aquel punzante malestar. Todo el cuerpo dolía, sus brazos, piernas, espalda...entrepierna.

¿Espera, qué?

Abrió sus ojos de golpe. Se tomó unos momentos para incorporarse...estaba ¿en la casa de virgo? Se refregó sus ojos con pesadez y observó a su alrededor, estaba solo.

De pronto, como se de una película se tratase, comenzaron a llegarle imágenes de la noche anterior, aunque obviamente con vacíos temporales entremedio, ningún recuerdo era lineal, todo era desordenado. Desfile de manzanas, llamado cósmico de Shion, el khan de Shaka, la caída con Milo, el gateando por las escaleras del santuario, Shots de tequilas, shaka debajo de él...

Oh no...

¡¿Dónde estaba shaka?!

— ¡MU!—el llamado cósmico con tono autoritario y hostil lo sobresaltó y le erizó la piel — Ya sé que estás despierto, ven inmediatamente a la sala patriarcal. AHORA.

El susodicho se tomó la cabeza con ambas manos ¿que había pasado exactamente? ¿Por qué su maestro se escuchaba tan alterado? No sabía si quería saber la razón pero ya no había nada que hacer. Se dió una ducha rápida en virgo, extrañado aún por la ausencia del guardián de aquella casa.

Comenzó a subir pesadamente con todos sus músculos agarrotados. Se sentía sediento y no podía creer que aun después de tomarse dos litros de agua aun su cuerpo gritara por agua. De pronto se topó con un grupo de compañeros dorados que venían bajando por las escaleras y le tomó por sorpresa que le lanzaran bromas relacionado con cosas que él no se acordaba en lo absoluto. Siguió de largo sin darle mayor importancia.

—Hey hey ¿qué fue lo que hiciste? —Le preguntó Milo cunado llegó a la casa de escorpio.

—Milo —entrecerró sus ojos con molestia al verlo. Todo había sido culpa de él en primer lugar— voy a hablar con mi maestro para saberlo... ¡No debiste dejarme hacer las cosas que no me acuerdo que hice!

—¡Hey! espera, tú te quisiste quedar en el pueblo, yo ya no tenía conciencia para obligarte.—Dijo defendiéndose.— Pero por lo que me comentaron saga y los demás es que apareciste en el bar nuevamente al querer teletransportandote Athena sabe dónde.

— ¿Qué? rayos...—Se avergonzó de sí mismo ¿cómo podría mirar a la cara a su maestro? ¿Qué pensaría ahora de él? El siempre había sido un discípulo ejemplar, y sinceramente estas situaciones lo ponían mal — ¿todo bien con Camus?

—Eh...Algo así. —Su semblante no era muy convincente— es mejor que sigas subiendo o será peor...

Mu asintió resignado y siguió su camino. Cuando estuvo frente la gran puerta que dividía el exterior con la sala patriarcal se tensó, aun recordaba los regaños de Shion cuando lo descubría haciendo alguna travesura indebida cuando era niño. Se quería morir en ese mismo instante, no sabía específicamente como abordar aquello.

—Mu entra ya —Escucho decir detrás de la puerta. Era la voz autoritaria de Shion.

Tragó saliva y giró la manilla con cuidado, abriendo lentamente la puerta y asomando primero su cabeza al interior para asegurarse que no hubiera nada potencialmente peligroso para serle lanzado en la cara. Cuando vio el camino despejado entro despacio, cerró la puerta tras de sí y a paso calmo se dirigió hasta quedar frente a al patriarca. Se arrodilló inmediatamente con su mirada al suelo, como de costumbre.

Shion tenía una mirada severa, Mu no supo muy bien cómo interpretarla. Si había algo que le molestaba a su maestro sobre todas las cosas era cuando violaban las leyes del santuario ¿podría ser algo así? "teletransportacion" pensó.

—Aquí estoy, ilustrísima —Dijo finalmente el caballero de Aries al ver que Shion no hablaba— D-dígame.

—Tengo que dar por hecho de que no te acuerdas de ninguna maldita cosa y que tienes un dolor de cabeza de los mil demonios ¿no?

Mu abrió sus ojos levente sorprendido. Shion no se estaba dirigiéndose a él como patriarca, si no como su maestro; él a través de los años ya podía identificar cada personaje, y cada uno tenía un trato diferente, obviamente. Aquello le dio la señal a Mu que podía levantar su mirada y ser más informal.

—Yo...si me acuerdo...pero no de todo—reconoció cabizbajo el Aries menor.

—Que conveniente que no recuerdes tu teletransportacion y la violación de mi privacidad con dohko.

¡Oh no, por los dioses! ¿Que había hecho qué? Mu se ruborizó quedando como un tomate ¿cómo había osado hacer algo así a su maestro?

—Y lo peor es que arrancaste como un cobarde de mi furia en ese mismo momento, y como sabes, si hay algo que me irrita es que me dejen con las ganas ya sea de golpear, regañar o lo que sea en mi garganta.—Shion afiló su mirada aún más.

— ¡Le pido disculpas maestro!—Agachó su mirada apenada. No sabía realmente que más decir. El no recordar dicha escena no le ayudaba en nada.

—Quiero que nunca más desobedezcas de esa manera Mu, si bien estamos con una nueva vida y con nuevos propósitos, sigues viviendo en el santuario y debes respetar las reglas. —El de cabellos lilas asintió avergonzado— Además, casi matas a Shaka a punta de cogidas, perdonando mi expresión.

Ahora sí que el guardián de la primera casa casi se le cae la mandíbula. Abrió sus ojos de golpe ¿que había casi qué? ¿Dónde estaba shaka? ¿Estaba bien?

— ¿Qué?

Shion suspiró ahora mucho más calmado. Por una parte él tenía la culpa por nunca haber tenido esta conversación antes con su pupilo.

—Escucha Mu, nosotros somos un raza...algo especial, sobre todo en el ámbito de la sexualidad. Tenemos una energía sexual bastante poderosa, que si no se controla produce estragos. —Su alumno lo escuchaba con atención con una pizca de terror en sus ojos. Se podía palpar su desesperación por saber del caballero de virgo— Con el alcohol tu cosmos se descontroló, liberando esta energía de una forma un poco... salvaje.

— ¿ y sha...ka?

—Shaka está vivo, no te preocupes — A lo que Mu respiró aliviado— pero ese chiquillo deberá descansar al menos un par de días—Se llevó una mano a su boca, aguantando una carcajada— Por Athena, no lo dejaste en paz en toda la noche Mu.

Shion aun recodaba esa misma mañana cuando Shaka había aparecido por esa puerta, casi como recién saliendo de una guerra santa, jadeando, caminando con dificultad y pidiéndole permiso para ausentarse de sus deberes aquel día. Al verlo en esa condición y después de saber lo que había sucedido el antiguo guardián de Aries finalmente le concedió tres días de descanso.

El tibetano al escuchar lo último se colocó de todos los colores posibles. No podía creer que estuviera hablando de este tipo de cosas con su maestro.

—Yo...no...no sabía... No —Su alumno se retorcía de la vergüenza y Shion no pudo más que enternecerse por la situación. Él tenía 260 y pico años de edad, por lo tanto el control que tenía sobre su energía sexual no era un problema. Pero para Mu, que recién comenzaba a vivir debía ser un verdadero reto.

—Me encanta que hayas tomado las riendas alguna vez ¿es divertido no? —sonrió para sus adentros llevando a su mente sus recuerdos más indecorosos con el libra— oh, pero verdad que tu no lo recuerdas —esta vez no pudo evitar soltar una risita.

Mu frunció sus tikas.

—Me tendrá que enseñar cómo controlarlo entonces, no quiero que vuelva a pasar algo como esto.

— Por el momento no más alcohol para ti—Dictó finalmente Shion— en el camino si vemos que esa energía se activa de otra manera, lo arreglaremos. —Mu asintió satisfecho— Y otra cosa, dejaras a Shaka tranquilo estos tres días.

Ambos lemurianos siguieron conversando de los incidentes de la noche anterior mientras que un apacible Shaka descansaba profundamente en el jardín de los gemelos, sin antes de colocar miles de pergaminos para que nadie, especialmente Mu pudiera entrar.

Pero aun así con todo lo sucedido, nadie en el mundo podía quitarle esa sonrisa de su cara.

-Continuará-


Notas finales: 

Espero no haya arruinado sus expectativas (?) -se cae al barranco como Aioros-

Espero verlos leerlos pronto <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top