Bal masqué
Aquella cálida tarde de verano estaba tan armoniosa que nada parecía poder perturbarla. El viento acariciaba su magnífica cabellera lila, haciendo que sus hedras danzaran al ritmo de una silenciosa melodía.
Aprovechó una nueva brisa para inhalar profundamente, con el fin de absorber toda la serenidad que le faltaba y al que ese escenario parecía sobrarle; sintió un poco de envidia de la tranquilidad que manifestaba el viento.
¿Envidia? Sí, ya que actualmente su mente y corazón eran un caos.
Habían pasado algunos meses desde que gracias a la bondad de su diosa Athena, habían vuelto a la vida para disfrutar de una nueva oportunidad, esta vez sin guerras ni dolor. Pero la paz que debía sentir no podía hallarla, aún no era capaz de sobrellevar todo lo que eso significaba. Enfrentarse de una forma tan abrupta a una vida "común y corriente", a un mundo desconocido , era algo terrorífico para aquellos que no conocían más allá del deber.
Pero esa no era la única razón de su inestable estado anímico, si no que la otra y mucho más importante era: Shaka de virgo.
No supo cómo ni en qué momento, pero de un día para otro, como si estuviese planeado, fue consciente de todas las emociones intensas y extrañas que comenzaron aflorar en él a causa del santo más cercano a un Dios.
¿Cómo había terminado en esa situación?
Todo comenzó cuando se sorprendió a sí mismo en sutiles estados nerviosos ante la presencia del Hindú, episodios que casi siempre terminaban en la admiración de su fina piel como la misma porcelana. No podía evitar la alteración en cada fibra y célula de su cuerpo, y sus sonrojos, que se habían vuelto muy frecuentes en el último tiempo, le habían costado muchas bromas por parte de Milo; cuando eso pasaba él simplemente no sabía qué responderle.
¿Acaso era una coincidencia que sus "nuevas" alegrías se dieran al estar con ese hombre?
¿Por qué? ¿por qué nunca antes sintió algo como eso estando con Shaka? ¿era acaso que a la falta del deber se había "desbloqueado" algo en su cabeza? Cerró su puño con fuerza, era algo complejo y vivir en ese nuevo mundo que se abría a pasos agigantados y sin piedad frente a él estaba siendo ridículamente difícil.
—¿Qué es esa cara? —Se sobresaltó al reconocer la voz del culpable de todos sus males actuales.Mu sonrió sutilmente nervioso.
—Estaba mirando el atardecer...es algo hermoso de apreciar .— En realidad no lo vio venir, ni siquiera supo si él había anunciado su llegada a través del cosmos antes de entrar al templo de Aries.
—Sí, vaya que sí.
Silencio.
Mu estuvo seguro que su deglutir pudo ser escuchado a kilómetros de allí con aquel mutismo que amenazaba con destruir la poca cordura que le quedaba.
—¿Pasa algo?— Carraspeó el tibetano dándole la espalda, haciéndole creer que el atardecer tenía toda su atención en ese momento.
—Athena...Athena nos llama.
Comenzaron el ascenso inmediatamente hacia los aposentos de su Diosa, para no hacerla esperar. El recorrido se transformó en algo un poco incómodo ya que el silencio rápidamente se convirtió en el protagonista . Esto no era común en Mu, que siempre le agradaba conversar de la cosa más trivial para hacer el camino mucho más ameno. Shaka le dirigió varias miradas furtivas tratando de descifrar si todo se encontraba bien y pudo percibir una ínfima alteración en su cosmos, pero finalmente optó por callar.
Apenas traspasaron la gran puerta patriarcal, Saori ya se encontraba esperándolos.
—Mu, Shaka, Mis caballeros —Los recibió con una amplia sonrisa. Ellos en respuesta se inclinaron, como de costumbre — Siento haberlos llamado a esta hora, pero necesito pedirles un favor. —Ambos levantaron su vista del suelo para observarla con curiosidad — Sé que la guerra santa terminó y que están liberados de sus funciones como caballeros de oro... es por eso que lo pido como un favor...
—¿ De que se trata?—Para Mu ya era una sorpresa que Athena estuviera allí, se suponía que ella se encontraba en Japón realizando sus estudios en compañía de los caballeros de bronce. Se sintió avergonzado al asumir que no se había percatado de la presencia de su Diosa al llegar ¿Tan distraído se encontraba?— No tiene que preocuparse, aún seguimos bajo sus órdenes.
Athena sonrió. Mu tan diplomático como siempre, pensó.
— Necesito que me acompañen a un evento... en un par de días será la celebración del cumpleaños de Julian Solo...—Shaka levantó una ceja intuyendo de lo que se trataría aquel favor, y no estaba dispuesto a aceptarlo, ya que se trataba de una petición demasiado insignificante y ordinaria para un caballero de Oro. Saori se percató de eso y se apresuró en aclarar — Como sabrán, Julián es el receptáculo de poseidón y Shion por precaución no quiere por ningún motivo que vaya sola.
—¿Y qué hay de los caballeros de bronce? —Sin tapujos preguntó el guardián de la sexta casa.
—Ellos quedaron en japón con otras tareas, y extrañamente Julian celebrará su cumpleaños en su casa de verano en Suiza.— Shaka no tuvo oportunidad de debatir aquello y aceptó las razones, a regañadientes. — Necesito que esta vez me acompañen como familia, no pienso que vaya a pasar algo grave, porque Poseidón se encuentra sellado pero ...Mu ya conoces a shion.
—Si por supuesto, lo entiendo —Dijo Mu dando por entendido la misión que cumplirían. Shaka no se veía para nada convencido y mucho menos feliz, ya que pensaba que era algo demasiado de bajo nivel para un caballero de su envergadura.— La acompañaremos.
— Una acotación, no pueden ir con sus armaduras —Ambos la miraron sorprendidos— es un Bal masqué — Si antes tenían una expresión confusa, ahora era una de consternación severa— es un evento donde se piden ciertos requisitos para asistir, por lo tanto deben vestirse con ropajes adecuados para la ocasión.
¿Qué había dicho?
—Yo les haré llegar su vestimenta, muchas gracias a ambos y realmente me disculpo por los problemas que les causo.
Y sin más la reunión se dio por finalizada.
Comenzaron a bajar sin haber entendido ni una sola palabra del evento.
—¿Un Bal masqué? es un baile de máscaras —les explicó Camus, quien se había topado con esas pobres almas perdidas al pasar por su templo— y tienen que usar como un tipo de antifaz.
—¿Por qué los eligió a ustedes? No es justo —se quejó Milo que en ese instante se encontraba allí con una cerveza en la mano sentado al lado de Afrodita que también compartía con ellos— pudimos ir Camus y yo, somos más sofisticados para esas cosas que ustedes ¿verdad camus?
—Es por ti Milo que Athena no los eligió —Rió el sueco mientras se ponía de pie repentinamente, entusiasmado — Yo los ayudaré con los preparativos. Apenas les hagan llegar sus trajes, que ya me puedo imaginar lo hermosos que serán, me avisan y yo los dejaré tan elegantes que nadie podrá reconocerlos.
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El día que Shaka había deseado con todo su cosmos que ocurriera una guerra santa para que jamás llegara , comenzó finalmente sin darle tregua. Su día ya había empezado mal ya que Afrodita había irrumpido en su templo muy temprano para "ayudar" -según él- a dos caballeros de oro a calzar en aquella "mundana" fiesta; cosa que segun shaka, no era necesario.
—¡Ta-dá ! — El caballero de piscis lo acercó lentamente frente a un espejo para que admirara el resultado de su maravilloso trabajo— ¿Qué tal? ¿te gusta como te ves?
Shaka abrió sus ojos de par en par y comenzó a analizarse. Un hermoso traje estilo victoriano de color azul marino cubria la mayor parte de su cuerpo. Afrodita había terminado por hacerle una elegante trenza que colgaba por uno de sus hombros hacia abajo.
—Muy apretado —Terminó diciendo al sentirse un poco sofocado mientras movía los brazos — odio las prendas tan ajustadas...
—Si, va, pero solo será por un par de horas Shaka, puedes soportarlo— Sonrió Afrodita y comenzó a recoger sus cosas — ahora voy por el carnero. No te vayas a mover ni a meditar ni nada, porque el traje se estropeará y todo esto habrá sido en vano.
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Shaka al ver que el reloj marcaba las cinco de la tarde, comenzó a descender tranquilamente -o eso pensaba- en dirección al templo de Aries, donde era el punto de encuentro con todos los involucrados que irían al avento. Lamentablemente, no pasó desapercibido y en los templos como leo y cáncer no pudo evitar ser víctima de las risas y burlas que él mismo se encargó de callar tan solo con una mirada.
Al llegar, se dio cuenta que era el último y que todos lo estaban esperando, pero tampoco se disculpó al tomarlo como pago por haber hecho el ridículo en las casas anteriores.
—Shaka, te ves muy bien, afrodita hizo un buen trabajo como siempre —le Aduló Saori, quien traía puesto un hermoso vestido de color violeta con similares caracteriticas al traje del rubio. Este solo pudo sonreír forzadamente en respuesta—Mu, estamos listos.
El aludido, quien se encontraba de espaldas conversando con Shion, se volteó encontrándose por un instante con la mirada de Shaka , instante que se hizo eterno por petición silenciosa de ambos.
El caballero de virgo contempló sorprendido y gustoso al pelilila en su traje de color rojo burdeo que le daba un toque de elegancia preciso mientras que su cabello ligado en una elegante coleta -que no debería sorprenderle mucho ya que usualmente siempre lo llevaba de esa forma, pero esta vez mucho mas lisa- caía sutilmente por su espalda. Aquel conjunto de colores y vestimenta le hizo ver a un Mu totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado y sonrió...no era para nada desagradable.
Por otro lado el caballero de Aries se quedó prendado de esa majestuosidad de la que solo podía disfrutar en todo su esplendor cuando lo soñaba. Sintió un nudo en el estómago al darse cuenta que aquellos hermosos luceros azules como el mar profundo también le miraban, contemplando con una ternura cercana a la devoción.
Solo algunos segundos había pasado, pero ambos ya se habían analizado en profundidad, sin darse cuenta.
— Mu —repitió Shion para sacarlo del trance y carraspeó — No hagas esperar más Athena.
El carnero despabiló disculpándose, para luego teletransportarse junto con los involucrados a Suiza, donde la celebración estaba a punto de comenzar.
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Al pisar tierra firme de nuevo, se vieron directamente en un enorme jardín, el cual era imposible imaginar a simple vista cuántas hectáreas abarcaba. Los arreglos florales con temática de cumpleaños eran los protagonistas en ese magnífico edén y el aroma que se podía percibir era una combinación entre flores, rosas y rocío. Al mirar los alrededores, Mu pudo distinguir las majestuosas montañas característicos de los alpes suizos, dándole un toque de misticismo y magia al lugar.
Athena comenzó a caminar al frente y ellos dejaron un espacio prudente caminando detrás de ella, siguiendo sus pasos.
—¿Quién es ese hombre calvo? —preguntó irritado el hindú. Mu le devolvió una mirada de reproche por el modo en que se refería a una persona — No lo conozco.
—Si lo conoces, es Tatsumi, el mayordomo de Saori Kido, y lo viste al final de la batalla de las doce casas — En respuesta el aludido solo se encogió de hombros, restándole importancia. No se molestaba en ocultar su desinterés por los demás — pareces irritado Shaka.
—Estas en lo correcto, Aries... No me gusta este tipo de atuendo tan ajustado—Shaka sentía que si hacía un movimiento muy brusco, aquello se destruiría— Además, No se si logre acostumbrarme a estas misiones tan... simples como esta. —El tono usado realmente te decía que tenías que alejarte de él lo antes posible. Pero aquello no era una amenaza real para Mu, no para él al menos.
—Ya no son misiones... —Le contestó derrotado, dando a entender que él también de cierta forma añoraba las misiones como caballero de Athena— creo que todos nosotros estamos teniendo serios problemas con esta nueva realidad no crees?
Una traviesa brisa llegó a revolotear los cabellos de ambos santos, como queriendo aliviar un poco el ambiente denso y silencioso que se había impuesto. Efectivamente, todos estaban en la misma encrucijada de lo que tenían que hacer versus lo que era normal para ellos y de lo que estaban acostumbrados. Aprender a vivir desde cero, no era algo fácil.
—¿Tu tambien los tienes? vaya que si me había percatado de algo raro en ti...—Dijo El guardián de la sexta casa rompiendo el hielo mientras le devolvía una mirada curiosa con sus orbes expuestos y una tenue malicia dibujada en sus labios.
Mu se tensó de repente y sin querer tropezó con una piedra, nervioso.
—Bienvenida Saori — Una voz masculina y muy cordial se hizo presente cuando ya casi llegaban al frontis de aquella hermosa mansión — veo que traes compañía —Dijo sonriendo.
—Buenas tardes Julian, muchas gracias por la invitación —Contestó del mismo modo mientras hacía una pequeña reverencia — espero no te moleste.
—Al contrario, adoro a los invitados. —Dirigió su mirada a los caballeros, quienes solo le devolvieron un vistazo neutro pero amenazante, dandole a entender que ellos no estaban allí por la fiesta ni mucho menos por entretención. — vamos, entremos.
Siguieron caminando hasta cruzar la puerta.
Julian los llevó al salón principal donde se estaba llevando a cabo la gran reunión social. Los invitados -que eran muchos- estaban esparcidos equitativamente por todo el lugar, personas que eran difícil de distinguir ya que llevaban máscaras y antifaces que dificulta bastante el reconocimiento.
Shaka elevó su vista y en medio de la sala se encontraba una bella lámpara de araña de cristal -asumió- por el hermoso brillo que emanaba; Aquellos focos eran derivaciones de las grandes coronas luminosas de las iglesias y mediante el uso de las diferentes fuentes de luz y elemento refractantes, contribuyen a crear un ambiente elegante.
En una de las esquinas del salón se hallaba un podio donde un hombre tocaba el piano una melodía tranquila, especial para acompañar las conversaciones que se daban en el lugar en ese momento. Por último , al fondo, una gran mesa con aperitivos y comida de todo tipo que se pudiera imaginar.
— Por los dioses...—Mu no daba crédito a lo espacioso que podía llegar a ser una casa y eso que solo era el salón. Si, es verdad, su templo tampoco era muy modesto que digamos pero aquello superaba todo lo conocido para él— es enorme...
—¿Julian Solo?—preguntó Shaka con malicia con la presunción floreciendo en la sutil sonrisa que poco a poco tomaba lugar en su rostro.
— Me refiero al salón.
—Sientense como en su casa, caballeros de Athena, no tienen nada que temer —Les dijo su anfitrión interrumpiendo su conversación mientras tomaba la mano de Athena para llevársela quien sabe a donde para presentarla. Saori les dio una señal que estaba bien, y que por el momento se quedaran allí.
—¡Ustedes! —Ambos pegaron un respingo y se voltearon para ver al dueño de esa característica voz. Mu y Shaka lo reconocieron de inmediato, No era que su traje fuera tan incógnito, ya que ni máscara traía.—¿qué hacen acá? ¡Qué sorpresa!
— Nosotros deberíamos preguntar qué haces acá, Kanon —preguntó el tibetano. El geminiano había desaparecido hace tiempo del santuario, y era un misterio su paradero, hasta ahora.
—Pues, a veces me paso por acá para visitar al señor Julian y a mis antiguos compañeros de armas—sonrió. — Me llama la atención que ustedes hayan aceptado vestirse de esa forma —se tapó con una de sus manos la boca para evitar soltar una carcajada — sobre todo tu Shaka.
— ¡¿ Más caballeros de Athena acá?! —se escuchó otra voz molesta e indignada que se acercaba a toda velocidad hacia ellos. Al llegar los miró con hastío— ¿quien los invitó a ustedes? ¡Lo que faltaba!
Era Eo de escila.
—Ah, ya cállate, nadie quiere escucharte.—Le respondió Kanon colocando sus ojos en blanco. Aquel muchacho no había forma que le dejara en paz. Se llevaban pésimo los dos
—Bueno, los dejo ¡diviertanse! y ¡denle saludos a Saga de mi parte! — Se dio la vuelta y comenzó a alejarse.
—¡¿qué dices?! Tú tampoco deberías estar aquí, espero que ellos de paso te lleven de vuelta, donde perteneces—Dijo finalmente enojado Eo mientras lo seguía, hasta que finalmente ambos se perdieron de vista.
Mu sonrió ampliamente al ver como el gemelo parecía feliz y divertirse en ese lugar con sus "amistades" si se puede decir, en su nueva vida. Es lo que realmente deberían estar haciendo todos, pero supongo que a unos les costaba más que a otros, como a él.
—¿envidia, Mu? — Soltó con una fina curvatura en sus labios.
— ¿de qué hablas, Shaka? Estoy feliz que Kanon se vea feliz, así deberiamos estar todos, sin embargo no lo estamos...
—La mayoría de los problemas, si se les da suficiente espacio, a la larga se desgastan — Al decir esto último el rubio comenzó a caminar en dirección a los bocadillos, a una sección para los invitados vegetarianos que se encontraba en una de las esquinas del salón. Shaka sonrió complacido, aquel detalle fue lo que más le agradó del lugar.
Mu lo siguió y como no había mucho que hacer en ese momento, optaron por comenzar a probar los diferentes platillos, intercambiando opiniones a los nuevos sabores que por primera vez experimentaban sus paladares. Parecía no haber comida con calificación negativa, ya que todos estaban absolutamente exquisitos.
Pasado un tiempo, y después de comprobar que Athena seguía con vida y sin ningún problema, se dirigieron ambos al balcón de la sala, ya que había comenzado la hora de los bailes, y la música que de pronto comenzó a sonar muy fuerte se volvió incómoda para conversar.
Al salir, se vieron sorprendidos al notar que casi era de noche ¿en qué momento había pasado la hora tan rápido? ¿Cuánto tiempo gastaron intercambiando opiniones de comida? eso era nuevo.
El cielo nocturno que comenzaba a tornarse más oscuro con cada minuto que pasaba, les propició un hermoso paisaje cuando hermosas y luminosas estrellas comenzaron hacer acto de presencia. Ambos Santos quedaron en silencio por algunos momentos por respeto a esa gran obra de arte ya que aquellas imponentes montañas rodeando la mansión era algo sublime de apreciar. Mu llegó a pensar que estaría encantado de traer su torre y vivir ahí en los Alpes suizos.
—Mu, ¿existe alguna cosa que te produzca felicidad?—Shaka se acercó a la baranda del pequeño mirador apoyándose con ambos brazos. La brisa que ahora era un poco más helada, jugueteaba con sus dorados cabellos.
Aquella pregunta tomó por sorpresa al de cabellos Lilas. Si bien hace un tiempo ya había llegado a la conclusión que estar acompañado de shaka le producía felicidad, no era algo para decir tan abiertamente así como así.
—No sé...—Se acercó igualmente a la baranda y quedó codo con codo con el hindú.— Solo tengo certeza de lo que me produce tristeza.— El caballero de Virgo levantó una ceja, no recordaba que fuera tan pesimista— Tu...digo, ¿es tu última reencarnación, no?
A Mu se le apretujó el corazón y sintió que se le hacía trizas. Muchas veces antes de la guerra santa, había pasado por su mente aquel posible escenario, pero jamás de los jamases lo había experimentado con esa horrible sensación de pérdida como lo sentía ahora. Antes, morir y no volver a ver a los camaradas era totalmente normal en humanos como ellos que se consagraban a Athena. ¿por qué ahora era diferente?
—¿Te preocupa que lo sea?
Mu apretó en un puño sus manos que por la posición en la que estaba no fueron vistas por Shaka.
—Me molestaría , porque en doscientos años más Hades volverá, y no tenerte en nuestras filas, seríamos derrotados fácilmente, de un golpe—Le respondió soltando una débil carcajada a lo que shaka sonrió ampliamente.
—Pero ha de haber otro caballero de virgo custodiando mi lugar.
—Si, pero si no eres tú, nada vale la pena en realidad— Se apresuró en decir. Luego se percató de lo que había dicho sin pensar, y un sutil carmín se apoderó de sus mejillas, pero aún así no se retractó.
—Es agradable sentirse dueño de tu amable atención , Mu.
El corazón del aludido comenzó a latir tan deprisa que sintió que le vendría un infarto y moriría ahí mismo. Ni el mismo viento gélido que comenzaba gradualmente hacer acto de presencia era capaz de apagar el extraño calor que había comenzado a apoderarse de su cuerpo. Cerró sus ojos e inhaló profundamente para serenar esos sentimientos que a golpes violentos intentaban salir.
—Te voy a mostrar un poco, lo que puedes llamar felicidad —Shaka lo tomó por uno de sus brazos y lo acercó a él, quedando una de sus manos en la cintura del pelilila y la otra tomando su mano— esto se llama Bailar.
Justo en ese momento se comenzó a escuchar la canción " The second watz de Dmitri Shostakovich" y Shaka comenzó a imitar los movimientos de los invitados que bailaban dentro del salón la elegante tonada.
—¡Sh-shka que estás haciendo! ¡Venimos de escoltas de Athena! N-no a esto — Mu de manera torpe intentaba alejarse y al mismo tiempo intentaba llevarle el ritmo al guardián de la sexta casa.— ¡¿cómo es que sabes bailar esto?!
—No lo sé, acabo de analizar los movimientos de los invitados a esta fiesta y realmente no lo encuentro difícil . — Aries intentaba zafarse y alejarse, pero sin éxito— No lo permitiré, deja de resistirte.
Shaka sonrió al ver la cara completamente enrojecida del custodio de la primera casa.
—Solo sigue mis pasos Aries...
—¡Sh-shaka ya basta!— Mu como podía intentaba observar a su alrededor sólo para corroborar que nadie los estuviera viendo, y se tranquilizó un poco al ver que los invitados parecían no tomarles atencion.— ¿te das cuenta que somos dos hombres bailando de esta forma?
—Por supuesto y no me molesta en lo absoluto y yo se que a ti tampoco.
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—Parece que tus caballeros se divierten...Athena —le comentó Julian mientras ambos bailaban el mismo vals. Saori sonrió complacida y orgullosa — Me gustaría que mis caballeros también lo hicieran...— Ambos miraron a un rincón donde se encontraba Kanon y Sorrento junto a Eo e isaac que parecían irritados reclamando al géminis Dios sabe qué qué cosa.
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—No entiendo como hace poco te quejabas por estas "misiones" Tan simples, pero sin embargo ahora me estás enseñando a bailar — El de cabellos Lilas ya se acostumbraba al movimiento circular y pasos al compás de la música, por lo que le era más fácil ahora platicar — que contradictorio eres.
—Verás...En realidad si no hubieras sido tú el compañero para este "favor", creeme que no hubiera aceptado venir, puesto que esto me serviría para lo que queria confirmar, lo iba hacer ahora o después.
—¿Confirmar? ¿a qué te refieres?
—Mu, Eres mi llama gemela y yo la tuya, y eso lo sentí desde la primera vez que te vi cuando llegaste al santuario.— le confesó sin ningún tipo de filtro. Ya era el momento en que el carnero fuera consciente de la información que se hallaba en su alma — Si bien de niño no sabía lo que aquello significaba ya que al nacer lo olvidamos, con el tiempo mi maestro se encargó de aclararlo como muchas otras cosas más.—Una llama Gemela es aquella persona cuya alma se conecta directamente con la nuestra, se complementa.
—¿Llama gemela? Shaka, realmente nada de eso tiene sentido...
— Sabes que tengo razón, pero te resistes y prefieres huir...¿no es así? ¿Quieres que te diga la razón del porqué huyes, Aries? — ambos detuvieron el baile y conectaron intensamente sus miradas— Una llama gemela es el espejo perfecto donde nos vemos reflejados a nosotros mismos...como lo escuchas Mu, eres mi espejo y yo el tuyo.
La suave brisa comenzó hacer acto de presencia, haciendo el momento aún más mágico.
—Pero al ser reflejos— continuó Shaka— Significa que nos muestran lo mejor de nosotros mismos, pero también lo peor... y esto último no siempre es agradable. Por eso, en vez de enfrentarnos a nuestras sombras, es más fácil resistirse y escapar.
Aries no hacía más que observarlo con seriedad, escuchando atentamente lo que el rubio le decía.
—Athena lo sabía, ella al ser una diosa tiene la capacidad de visualizar las conexiones energéticas y kármicas que poseemos nosotros los humanos.—sonrió finalmente el hindú— Es por eso que ella nos trajo aquí. Creeme que no somos los únicos en los cuales Atena ha detectado llamas gemelas.
—¿Y por qué no me lo dijiste antes?— Ahora el tono de Mu era de reproche.
—¿Hubiera aportado algo a la vida que teníamos en ese entonces? Hay vidas en que las llamas gemelas no logran concretar, incluso a veces ni siquiera se conocen. Ese era el destino dictado para nosotros en ese momento, en esa vida, el no concretar debido a que teníamos un deber muchisimos mas grande como proteger la paz de este mundo.
Mu dirigió su mirada al suelo, tenía razón.
—Y debido a la intervención de Athena, aquello no resuelto de nuestra vida anterior, llegó aún con más fuerza cuando volvimos a la vida. Es por eso que sentiste el caos con más intensidad al resucitar, porque ahora sí están las condiciones para concretar el encuentro de nuestras almas, y vivir por fin, en conexión...era cosa de tiempo.
— ¿Entonces supiste todo este tiempo mi caos interno?— Dijo casi en un hilo de voz el santo de Aries. Se le llenaron los ojos de lágrimas, y sin poder evitarlo, se lanzó para abrazar a su compañero de armas.— perdóname por no confesarte mis inquietudes, pero realmente no sabía que era lo que me sucedía.
Lo sabía, siempre lo supo. Aquella sensación de conocerlo de toda la vida, cuando lo vio por primera vez, esa extraña familiaridad, o el sufrimiento intenso que sintió cuando su cuerpo físico dejó de existir en la batalla contra saga,shura y camus. Todo ahora cobraba sentido.
—¡No quiero perderte de nuevo! ¡No quiero volver a separarme de ti!
—Cuando las Llamas gemelas se encuentran y logran su cometido, jamás se vuelven a separar Mu...— mimó la cabeza contraria con cariño.
Con las yemas de sus dedos , el de cabellos lilas acarició lentamente el rostro de Shaka. Aquel contacto lo hacía vibrar, vibrar en el estado más puro del amor.
Ahora sin importarle la gente, los alrededores o la mismísima Athena, se acercó lentamente hasta que por fin pudo unir sus labios con aquel que le profesaba su alma. Este le correspondió de inmediato, dándole la autorización a que el deseo más anhelado fuera cumplido.
Aquel beso no contenía ni una pizca de lujuria. Era una sensación totalmente fuera de lo normal, salía de todo lo conocido para ambos, de otro mundo. Podían sentir como si fueran capaces de alcanzar todo lo que se propusieran ya que juntos en complemento eran sumamente fuertes.
Athena desde el piso superior observó la escena con dulzura. Misión cumplida.
Aquellas almas, jamás volverían a caminar solas, nunca más volverían a estar confundidas o pérdidas tratándose de encontrar.
Sus caballeros merecían eso y mucho más.
—Fin—
Notas finales :
Este fanfic lo tenía escrito desde hace muchísimo tiempo, y no quise dejarlo en el baúl solo para que se llenara de polvo. Me disculpo si hay algún error, pero debo admitir que no lo revisé antes de publicarlo (porque según yo, ya estaba "listo")
Con este capítulo doy por finalizada esta serie de one shots 🤗 Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlos.
¡Muchas gracias por acompañarme durante este tiempo en las aventuras sobre estos dos Santos de oro que se ganaron inevitablemente mi corazón. Gracias por leerlos, sus estrellitas y comentarios!
Shamuss.
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