Capítulo 23

Narra Hana

Poco a poco fui abriendo los ojos y me incorporé del suelo, empecé a analizar mi alrededor ¿dónde estaba? Parecía una especie de estudio o biblioteca bastante elegante la verdad, todo estaba en blanco y negro. Escuché la voz de una mujer y empecé a caminar hacia esa dirección para encontrarme con una bella mujer mirando orgullosa a una pequeña silueta que estaba frente a ella. Me acerqué un poco más para ver quién era la misteriosa silueta y me lleve una sorpresa al descubrir que era Riddle pero más joven.

-Madre de Riddle: Feliz octavo cumpleaños Riddle... - le felitó.

Al parecer no parecían notar mi presencia. Esto estaba sucediendo de una forma muy parecida a la vez que nos enfrentamos al monstruo del bosque los chicos y yo.

-Madre de Riddle: Para este año tu pastel de cumpleaños será uno con bajo contenido de azúcar y alto contenido en leticina hecho con harina de soja y nueces - dijo alegremente la mujer.

Al escuchar esto me quedé en shock, ¿dónde quedaban las tartas de chocolate? En los cumpleaños lo último de lo que hay que preocuparse es la cantidad de azúcar que tiene la dichosa tarta, ahora entiendo un poco más al joven líder de Heartslabyul.

-Riddle: Gracias mamá, pero mhhh, yo... - su voz se oía bastante bajita y jugaba nervioso con sus dedos - solo por una vez, me gustaría probar una tarta con muchas fresas rojas.

Los ojos de la madre del pequeño se abrieron como platos ¿qué la pasa? Ni qué le hubiese pedido hacerse un tatuaje.

-Madre de Riddle: Cielo santo ¿Cómo puedes decir eso? Los postres con tanto azúcar son como veneno para tu cuerpo. Con un pedazo se excedería tu ingesta diaria perfecta de carbohidratos - le explicó mujer con una expresión seria.

-Hana: Si eso fuese verdad yo ya estaría muerta... un momento... - me quedé pensando unos segundos hasta que me di cuenta de la cara avergonzada de Riddle.

-Madre de Riddle: Hoy tenemos un atún salteado con ácido docosahexaenoico y eicosapentaenoico - prosiguió hablando, y en este punto me estaba empezando a preocupar - aah, pero a los ocho años tu ingesta de calorías ideal es de menos de 600 calorías por comida así que no comas más de 100 gramos ¿entendido?

-Riddle: Sí, mamá... - contestó en un suspiro, después de esto iba a darle un abrazo como que me llamo Hana Yakuin.

-Por tanto tiempo siempre quise comer tartas rellenas de fresas rojas...

Levanté la cabeza buscando el origen de esa voz, quién hablaba era Riddle pero no estaba por ninguna parte, quizás esto sea como un audiolibro pero en 3D

-En las pastelerías de la ciudad siempre exhibían bellas tartas...

En ese momento el escenario cambió dejando ver a la madre del pequeño Riddle con varios libros enormes.

-Madre de Riddle: Por hoy terminamos con tu sesión de estudios de la magia clásica - dijo cerrando uno de los libros - como tarea tendrás que leer las próximas 50 páginas requeridas para tus próximas lecciones. Te daré una hora más para estudiar antes de tu lección de pociones.

-Riddle: Sí madre - respondió de una forma automática.

-Madre de Riddle: Mamá tiene algo que atender, así que volveré en un hora - al decir esto cerró la puerta.

-Hana: Esto es demasiado - susurré, ahora preocupada, recordaba como muchas veces traían niños a la base y siempre les exigían demasiado hasta un punto dónde no era sano.

-Siempre estuve rodeado de lecciones que tenía que terminar. Si era posible que extendía mis lecciones por más horas. Pero algo así era "normal" para mí.

-Hana: Pero no debería ser así - intenté razonar con la voz mirando hacia arriba, después me di cuenta de que era una voz que no me contestaría.

La escena cambió levemente dejándome ver a Riddle estudiando solo en su escritorio, de repente unas sombras aparecieron en la ventana y comenzaron a golpear el cristal llamando la atención del infante pelirrojo. Levantó la cabeza para ver a un niño peliverde con gafas y uno pelimorado con orejas de gato.

-Hana: Ellos son... - susurré incrédula.

-Trey: ¡Oh, se dio cuenta de que estábamos aquí! - exclamó alegremente.

-Che'nya: ¡Oye, oye ~juguemos juntos! - dijo con una sonrisa típica de un gato.

-Riddle: ¿Quiénes son? - preguntó con curiosidad.

-Che'nya: Soy Che'nya, y él es Trey ¡juguemos al croquet! - exclamó alegre.

-Riddle: Eh... E-eso es imposible... Estoy haciendo autoestudio así que...

-Che'nya: Autoestudio significa que estudias cuando quieras ¿no? Mi abuelita dice que jugar también es una forma de estudio.

-Trey: ¿No quieres venir? - preguntó, Riddle se quedó en silencio uno segundos con la mirada en su libro, después la levantó.

-Riddle: S-solo por un momento - contestó levantándose de la silla y saliendo por la ventana junto a los otros dos infantes.

-Jugar con Trey y Che'nya fue divertido. Aprendí cosas nuevas, jugué juevos nuevos y los dos me enseñaron tantas cosas que no sabía... Durante mis horas libres de autoestudio, siempre me escapaba de mí habitación sin el permiso de mi madre.

La siguiente escena me derritió el corazón, Trey y Che'nya habían llevado a Riddle a tomar una tarta de fresas y cuando la probó un brillo adorable apareció en sus ojos, si no me mataba él, me mataban los otros dos.

En ese momento la siguiente escena me partió el corazón en mil pedazos, el pequeño Riddle estaba llorando y delante de él estaba su madre mirándolo de una forma agresiva.

-Madre de Riddle: ¡Desobedeciste mis órdenes! ¡No solo te saltaste tu autoestudio sino que también te atreviste a comer algo azucarado! - gritó sin importarle las lágrimas de su hijo - ¡A partir de ahora no permitiré que pases más tiempo con esos maleducados nunca más! - al escuchar eso los ojos del joven se abrieron con horror y comenzó a suplicar por el perdón de su madre.

Sentía como la sangre me hervía y poco a poco las raíces iban extendiéndose por mi cuerpo debido a este sentimiento.

-Madre de Riddle: ¡Silencio! Asume las consecuencias de tus actos por romper las reglas - gritó firmemente agarrando con fuerza el brazo del pelirrojo y llevándolo al otro lado de la habitación - ah, sabía que no debía darte tanto tiempo libre - al decir esto abrió un cajón y sacó una regla de madera, ahogué un grito de horror - debo educarte para que seas perfecto.

-Hana: ¡Espera! No lo hagas! - grité con todas mi fuerzas abalanzándome sobre ellos para detener la acción, pero todo se volvió negro, lo único que podía ver era a Riddle con su atuendo de dormitorio de rodillas en el suelo y con la mirada clavada en el suelo.

-Riddle: Si rompo las reglas entonces me arrebatarán todos, por eso tengo que escuchar cada reglas que decía mi madre - tenía la voz quebrada y sus palabras no eran más que un murmuro, me fui acercando poco a poco a él - pero... dime, mamá... - su voz se quebró por completo y de sus ojos plata comenzaron a brotar lágrimas - ¿por qué? ¿por qué me duele el pecho así?... - empecé a escuchar muchos goteos - por favor dime, mamá ¿qué reglas debo seguir para hacer que esta tristeza desaparezca?

Extendí mi mano para apoyarla sobre su hombro, pero algo apareció delante de mí tirándome hacia atrás, era la misma silueta que vi con gruñón.

-???: Quizás yo tenga la solución a tu problema, querido - dijo en un tono juguetón arrodillándose delante de Riddle, él levantó la vista y se quedó mirando al extraño.

-???: ¿Qué me dices? ¿Aceptas? - al decir esto le ofreció su mano para estrecharla, Riddle levantó su brazo dispuesto a estrechar la mano de la sombra, pero antes de que lo hiciese me lancé contra la silueta empujándola a un lado.

Riddle se quedó mirándome confundido, tomé aire, entrelacé mis manos con la suya y le regalé la mejor de mis sonrisas.

-Hana: Escucha Riddle - dije en un tono amable - eres tú el que debe decidir qué hacer en su vida, si continuas siguiendo esas reglas seguirás sufriendo, si quieres dejar de sentirse ese dolor tienes que aprender a romper la reglas de vez en cuando. Aunque a veces habrá excepciones - le expliqué acariciando con cariño sus manos con mis pulgares.

-Riddle: Pero mi madre...

-Hana: No sois la misma persona por lo que deberíais tener sus propios pensamientos, quieres ser un chico normal y corriente y eso es normal, no está mal querer complacerse a uno mismo - le expliqué con una sonrisa amable - si puedes diferenciar lo bueno de lo malo entonces podrás tomar tus propias decisiones, los seres humanos no somos perfectos, siempre vamos a cometer algún error y gracias a esa imperfección podemos aprender y mejorar. No hay que tener vergüenza de admitirlo - todo se quedó en silencio por uno segundos, Riddle había tenido la mirada en el suelo toda la conversación, pero en ese momento la levantó dejándome ver una sonrisa de felicidad mientras de sus ojos salían varias lágrimas.

-Riddle: Gracias... muchas gracias por ayudarme - dijo y comenzó a desvanecerse.

En cuestión de segundos desapareció por completo pero sentía que no era algo malo. Me giré a la derecha al sentir una intensa mirada sobre mí y me encontré con la silueta de ojos fucsia, podía distinguir también una cabellera morada pero el resto de su cuerpo era como de tinta.

-Hana: ¿Quién eres? - pregunté sin recibir respuesta, esa cosa solo me miraba y tras uno segundos comenzó avanzar lentamente hacia mí, sus pasos me recordaban a los que daban aquel monstruo de tinta que asesinó a mi familia.

Retrocedí por instinto haciendo que empezase a correr hacia mí, después de abalanzó sobre mí intentando atacarme, me cubrí con los brazos para protegerme del impacto que nunca llegó, lo único que pude escuchar antes de que un destello me deslumbrase fueron estas palabras:

"Pronto nos volveremos a ver, pequeña ovejita."


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Dios mío, esto se está haciendo eternooooooooo, todavía me queda narrar cuando Riddle se despierta y la fiesta de no cumpleaños del final, aaaaaahhhhhh, ya quiero empezar con otro arco porque este se me está haciendo muy pesado, en fin ¿qué os ha parecido? ¿Alguna teoría loca? Tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo.

Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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