Salvar un corazón (Parte 1)

México iba saliendo de su habitación, eran las 11 de la noche y quería un bocadillo nocturno. Argentina chocó contra él.

–Argie– murmuró su hermano mayor –¿Estás bien? ¿A dónde vas tan apurado?–.

–Quiero estar solo se separó–.

–Voy a la cocina ¿No quieres acompañarme?–.

El menor negó y se encerró en su cuarto.

El del águila soltó un suspiro y bajó. Obviamente estaba preocupado por su hermano menor, pero seguramente solo necesitaba tiempo para superar todo esto. Argentina era fuerte, iba a poder sólo.

Abrió el refrigerador y se quedó viendo su interior un largo rato; estaba casi vacío. Lo cerró y se puso a jugar un rato con su celular. Al menos hasta que recordó que tenía hambre y volvió a abrir el refri.

–Puta madre– gruñó –¿Qué debe hacer uno para conseguir comida aquí?– lo cerró nuevamente, causando que un papel cayera a su pies –¿Qué es esto?– se agachó y lo leyó –Argie– masculló.

Subió corriendo las escaleras y abrió de golpe la puerta de la habitación de su hermano.

Se congeló. Empezó a tener problemas para respirar, pero debía reaccionar. Tomó unas tijeras y cortó la cuerda al tiempo que sostenía a su hermano menor.

–¡PAPÁ!– gritó –¡PAPÁ, VEN!– se le formó un nudo en la garganta –¡MAMÁ! ¡PAPÁ!– chilló.

–¡Nueva España!– llegó su padre corriendo–¿Estás bien? ¿Que pa... Río de Plata– se acercó.

El latino abrazó al menor con mucha más fuerza.

–Dime que va a estar bien, papá, por favor– lloró.

–Yo... yo no sé–.

–España ¿Que sucede?– entró Italia.

–¡Llama a una ambulancia!–.

–¿Qué?–.

–LLAMA A UNA AMBULANCIA ¡AHORA!–.





–Hola, Ale, soy yo otra vez– murmuró Chile con el teléfono pegado a su oreja –Emm, me gustaría que respondieras mis llamadas, o al menos mis mensajes– tragó saliva –Sé que hemos tenido nuestros momentos malos, pero también varios buenos y te extraño mucho, me siento muy mal por lo que hice y juro que quería decírtelo, pero pasó todo lo de Argentina y... por favor, háblame– paró el mensaje.

Se lanzó a su cama ¿Cómo pudo haber sido tan estúpido? Y todo por un maldito beso, que a fin de cuentas no significo nada.

El celular vibró. Lo tomó rápidamente esperando que fuera su novio, pero no era nada parecido.

"México: Te necesito en el hospital"

"México: AHORA"

"Chile: ¿Qué pasó?"

"México: Argentina intentó suicidarse, Chile ven rápido"

El chileno se quedó congelado por un momento, pero en cuanto pudo, salió corriendo al hospital.


–Mex, calm down (Mex, cálmate)– habló Jamaica.

–¿¡Cómo chingados quieres que me calme!? Mi hermano intentó matarse, carajo–.

–Такито, я знаю, это тяжело для того, через что ты проходишь, но ты должен быть спокоен, сделай это для Аргентины (Taquito, sé que es dificil por lo que estás pasando, pero debes estar tranquilo, hazlo por Argentina)– lo miró Rusia.

–Pero...

–Ты хочешь обнять? (¿Quieres un abrazo?)–.

Los ojos del del águila se cristalizaron y se lanzó a los brazos de su novio.

–¿Cómo es que esto me puede estar pasando?– lloró.

–Тихо, все будет хорошо, уверяю вас (Tranquilo, todo estará bien, te lo aseguro)– acarició su cabello.

–Mexico– apareció Estados Unidos en la escena –How is Argie? (¿Cómo está Argie?)– lo separó del eslavo.

–Aún no despierta– suspiró –Muchas gracias por venir– lo abrazó.

–Lo que sea por ti, mi cielo– lo sostuvo con fuerza.

–¡MEX!– llegó Chile corriendo.

–¡CHILE!– se zafó y fue a abrazar a su mejor amigo.

–Tranquilo, todo va a estar bien, vas a ver, Argentina es alguien muy fuerte–.

–Eso creí, pero...

–México, por favor, él va a estar bien– hizo una pausa –Bueno, no, él no va a estar bien cuando despierte, por eso tú debes estar bien–.

–LO VI COLGADO DEL TECHO–.

–Ok, está bien, pero esta vez tú no puedes ser el protagonista del show–.

–¿Qué?–.

–México, tu hermano intentó quitarse la vida, esta vez el problema es suyo y si tratas de opacarlo simplemente todo será peor– murmuró –¿Puedo verlo?–.

México miró el cuarto donde su hermano encontraba y asintió.

–No toques nada– ordenó.

El chileno se acercó a la puerta. No iba a negar que estaba nervioso, pero debía de ver a Argentina.

–Chil?–.

–¡Ale!– se sobresaltó.

Se hizo un incómodo silencio.

–Wie geht es dir? (¿Cómo has estado?)– lo rompió Alemania.

–Emm, bien ¿Y tú?–.

–Gut (Bien)– otro silencio –Na dann bis später (Bueno, te veo luego)– empezó a alejarse.

–Espera– lo paró y soltó un suspiro –Sé que estuvo horriblemente mal lo que hice y no sabes lo mal que me sentí después de haberlo hecho. Por que tú eres tan lindo y atento conmigo, y no fue nada justo, pero te pido que por favor me escuches–.

–Ok, mach weiter (Está bien, adelante)–.

–Argentina me había gustado desde... desde siempre ¿Ok? Era como ese amor imposible que sabía que nunca iba a llegar por que es el hermano menor de mi mejor amigo, incluso él llegó a decirme que me consideraba como su segundo hermano mayor, así que era tan frustrante– tomó aire –Y el día de la boda, cuando lo encontré con Inglaterra, me sentí tan mal y estúpido, por que tal vez si le hubiera dicho lo que sentía en el momento correcto no habría hecho una estupidez así, entonces lo besé, no lo pensé bien, sólo quería... sólo quería... Ni siquiera sé que es lo que quería– miró al alemán –Pero me sentí tan mal después de eso. Como una completa basura–.

–Du wurdest nicht verletzt, oder? (¿No te lastimaste, cierto?)– tomó sus manos; el menor no respondió –Chil?–.

–Solo una vez, lo prometo–.

–CHILE!–.

–Perdóname, Ale, sé que te lo prometí, pero es que ayer te fuiste sin dejarme explicarte y... Soy mucho mejor persona cuando estoy a tu lado– posó sus manos sobre el pecho del mayor –Por favor, no termines conmigo–.

–Ich werde es nicht tun (No voy a hacerlo)–.

–¿Qué?–.

–Hey, schau, ich war verärgert, tatsächlich bin ich immer noch verärgert (Oye, mira, estaba molesto, de hecho sigo molesto)– dijo –Also wollte ich mir etwas Zeit lassen und die Dinge durchdenken können (Así que quise darme un tiempo para mí y pensar las cosas)–.

–¿Entonces?–.

–Ich liebe dich wahnsinnig, die ganze Zeit konnte ich nicht aufhören, an unsere gemeinsame Zeit und an dein schönes Lächeln zu denken, also möchte ich dir eine zweite Chance geben (Te amo con locura, todo el tiempo no pude dejar de pensar en nuestro tiempo juntos y esa bella sonrisa que tienes, así que quiero darte una segunda oportunidad)– acarició su rostro.

–GRACIAS– se le lanzó encima, así tirándolo al suelo –Te juro, princesa, que no volveré a cometer otro error, te amo tanto– lo abrazó.

El alemán soltó una risita y plantó un beso en los labios de su novio.

–Sie möchten also etwas unternehmen? (Entonces ¿Quieres salir y hacer algo?)–.

–Oh, es que yo... bueno, vine a ver a Argie y...

–Oh klar, ich verstehe (Oh, claro, entiendo)– tragó saliva –Denken Sie, wenn ich Sie begleite? (¿Te parece si te acompaño?)–.

–Claro, no hay problema– tomó su mano –Vamos–.

Entraron a la sala.

Chile fue el primero en acercarse al bicolor. Acarició delicadamente su rostro y tomó su mano.

–Ey ¿Qué tal?– se sentó a su lado –Vamos, solecito, eres más fuerte que esto, despierta– lo miró –Por favor– masculló –Todos te queremos aquí. Tu padre, México... yo también te quiero aquí–.

–Du weißt schon Wir haben fast nicht zusammen gelebt, aber du hast mir mit Chile geholfen, natürlich hat er dich später geküsst, aber das ändert nichts an der Tatsache, dass wenn mein Chil so gut über dich spricht und so viel Wertschätzung für dich hat, du wirklich jemand Besonderes sein musst (¿Sabes? Casi no convivimos juntos, pero me ayudaste salir con Chile, claro que después él te beso, pero eso no cambia el hecho de que si mi Chil habla tan bien de ti y te tiene tanto aprecio es por que en verdad debes ser alguien especial)– se acercó también Alemania.

–¿Chile?– murmuró Argentina.

–¡ARGIE!– se emocionó.

–¿D-dónde estoy?– abrió lentamente los ojos.

–Donde debes estar– le sonrió –Ale, llama a la enfermera–.

El mayor asintió y salió del cuarto.

Cuando la vista del argentino al fin se adaptó a la luz del hospital, él fue lo primero que vio, el rostro de Chile con esa cálida sonrisa.

–¿Sigo... sigo con vida?–.

–Sí– asintió.

Sus ojos se ahogaron en lágrimas, no le apenó dejarlas salir frente a Chile. La frustración estaba apoderada de él ¿Por qué a él? ¿Por qué ni siquiera la muerte lo quería?

–Señor, le pediré que se retire– entró la enfermera al cuarto.

Chile asintió.

–Por favor, cuídelo–.

–Es mi trabajo–.

Soltó un suspiro.

–Hasta luego, Argie.









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HOLOOOOO

Solo diré tres cosas

1-. Me odio. Se me ocurrió otro fic, pero no puedo empezarlo hasta que acabe alguno de los que ya estoy escribiendo :(

2-. El capítulo lo dividí en dos partes por que si no lo hacía iba a ser ridículamente largo y no quería una lectura tan pesada para ustedes, además que la parte siguiente toca temas que no me gustaría tocar de manera incorrecta. Así que prefiero darle como que un espacio aparte.

3-. Si son Radiodust shippers acabo de publicar un nuevo fin llamado DragsGames por si gustan (Y aunque no los shipen léanlo... y mis otras historias originales también)

Ok, ya acabé mi spam.

Los love -3-

Nos leemos pronto ;3

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