B-004

La órbita de Urano era la más fría, por así decirlo, puesto que su órbita estaba llena de nieve, sus paisajes eran tan hermosos, era único en su clase a pesar que Neptuno poseía uno similar.

Desde el tren donde Saturno y sus lunas viajaban podían ser visibles los pequeños pueblos, lugar en donde los humanos solían tomar vacaciones y demás.

Cuando llegaron al edificio principal, Saturno salió con una sonrisa en su rostro, estiró sus brazos al ver a la distancia a un dúo.

— ¡Urano! ¡Neptuno! ¡Un gusto verlos!

El mayor de los tres se aproximó abrazando a ambos con fuerza, en cambio Titán busco con la mirada a su pareja, encontrando al fondo, quien estaba con Oberon, sin contar que cerca de estos estaba la luna de Neptuno, Tritón.

Mientras su planeta conversaba con los otros dos, tuvo la oportunidad de acercarse a la chica, ya enfrente fue capaz de pedirle hablar a solas.

La chica de maquillaje algo tétrico lo siguió, pero está misma parecía tener otra idea en mente. Ya a la distancia y teniendo un hermoso panorama del paisaje blanco de la órbita, fue capaz de hablar, con cierta voz temblorosa, Titán estaba dispuesto a pedirle una cita.

— Terminemos.

La palabra que nunca se imaginó de parte de la chica hizo paralizar a la luna más grande, incluso no podía creer lo que estaba escuchando.

— ¿Q-Que?

— Es necesario terminar Titán, no lo tomes a mal, pero esto no está funcionando.

— ¿Acaso hice algo malo Titania? Sabes que puedo mejorarlo.

— Titán, no eres tú, eres la persona perfecta, pero soy yo quien no está siendo honesta.

Titán quedó en silencio, la chica comenzó a explicar, no dio detalles a fondo, pero fue lo suficientemente clara para terminar con una relación.

— Se que encontrarás a alguien que me supere, incluso que vayas a pelear por ella o él.

Mostró una sonrisa pequeña, aunque nostálgica, la chica se sentía mal, pero era lo mejor para ella y para él. Tocó el hombro del chico y avanzo hacia su compañero y decidió esperar a que su planeta terminara.

___

Los planetas de encontraban charlando, sin embargo Neptuno parecía muy apegado al de cabellera celeste, Urano era similar a Saturno, teniendo unos hermosos anillos, eran pequeños comparados con Saturno pero eran llamativos para cierto planeta vecino del celeste, el atuendo se asemejaba a un monje encapuchado de color blanco con adornos, pero en esos momentos dejaba a relucir su larga melena celeste, el broche que identificaba su posición era aquella que sujetaba su capucha en el centro de su pecho.

— ¡Vamos Urano! Saturno quiere tener un momento divertido con nosotros.

— ¡Si! ¿Cuánto tiempo no hemos tomado el té?

— ¡Arg! Esta bien, pero solo será un momento, tengo muchas cosas que hacer.

— ¿En serio? ¿En este desolado lugar?

Saturno se burló, obteniendo la mirada irritada del celeste, mientras Neptuno mostraba una sonrisa inocente muy típica de él. El trio de planetas avanzaron al interior del edificio, incluso Tritón miro con preocupación, se acercó a su planeta.

— Neptuno.

El planeta de cabellera azul dirigió su vista por encima de su hombro, su sonrisa inocente era visible.

— ¿Que sucede Tritón?

— ¿Que hay de los deberes en tu órbita?

— Oh... Bueno...

El planeta azul vio que ambos estaban solo cuando vio a Titán ser el último al entrar a la zona de la sala principal de Urano, esto fue suficiente para que las expresiones amigables e inocentes de ese planeta desapareciera, dando un toque serio y frío. Para Tritón esto no era una novedad era algo común, sin embargo que se hiciera pasar como un tonto hacia Urano era poco raro.

— Manda la orden a Proteo, para que informe a Plutón de su liderazgo. La armería no puede quedar sola.

— Pero te das cuenta que tu órbita estará desprotegida.

— No digas tonterías Tritón, tu irás ahí para protegerlos, junto con las demás lunas, recuerda que de esta manera estás pagando tu condena.

Aquella última frase la dijo de una manera seca, fría, sin sentimiento alguno, la luna miro con algo de miedo, pero pronto eso cambio, incluso suspiro resignado y decidió marcharse hacia la órbita en cuestión, la mirada fría del azul, cambio a una inocente y avanzo hacia la acogedora sala de aquel inmenso lugar.

— Tu color de anillos se ve fantásticos Urano.

— ¿Eh? ¿En serio? ¡Gracias!

Urano parecía emocionado a las palabras de Saturno y es que Urano intentaba destacar entre los planetas, debido que su nombre era una burla para él, esperaba ser alguien importante por medio de su apariencia, pero tal parecía que ni eso funcionaba. Neptuno logro escuchar aquello y mostrando una sonrisa confirmo a las palabras de Saturno.

— Siempre le he dicho a Urano que se ve perfecto.

— ¡Neptuno!

— ¿Que? Es la verdad.

Una de las lunas de Urano paso por cada planeta, ofreciendo galletas, mientras otra servía tazas de té.

El lugar era acogedor y elegante, muy al estilo de Urano que solía tener gusto por la antigüedad y modernidad a la vez, por los ventanales eran visibles las montañas nevadas y demás cosas.

— Ha sabido que en las orbitas internas hay un humano que habla con los planetas pequeños.

— ¿Un humano?

— ¿Qué es eso?

— Si, Tierra ha mencionado que sabe demasiado y está viajando entre orbitas que si lo ven intenten no lastimarlo.

— ¿A dónde quiere llegar?

— No lo sabemos, supongo que quiere conocer toda la nave, ningún humano ha llegado hasta la órbita de Neptuno.

El tono de Saturno fue burlón, obteniendo una mirada confundida de parte de Urano y una sonrisa inocente de Neptuno.

— Nadie va ahi porque el sol la destruyó, ¿Acaso no recuerdas Saturno?

Neptuno sonó curioso. La sonrisa de Neptuno fue tan extraña asustando al planeta mayor, quien trago saliva con la idea de pensar en el pasado.

— Bueno, supongo que fue un castigo, aunque viéndolo mejor, es una manera de pausar los errores que no se pueden borrar. Tu órbita y parte de la órbita de Neptuno son usadas por los científicos así que no hay mucho que se pueda hacer.

— ¡Ooh! Si es eso, puedo hablar con el general y...

— Bro, no hagas una tontería Neptuno, mi órbita no necesita del calor del Sol.

— Pero.

— Mejor guarda silencio papu. Solo vigila tu órbita y la armería.

— Eres un poco cruel conmigo Urano.

Saturno podía ver la discusión entre ellos, incluso le parecía extraño que ambos discutieran, un viejo recuerdo le surgió la mente, haciendo que esté solo negara la cabeza. Saturno junto a Júpiter eran los mayores y ambos poseían grandes secretos, que sabían que si llegaban a salir podrían causar un gran alboroto.

— Chicos, por favor no discutan, parecen que esta peleando por cosas del pasado.

Intento cambiar el tema, pero tal parecía que Urano estaba decidido a ofender al planeta Poseidón.

— ¿Cómo no quieres que esté discutiendo? Nibiru jamás fue así, ¡Jamás se atrevió a burlarse de mí!

La discusión que había sido por simples negaciones de parte de Urano termino siendo una cruel puñalada para Neptuno, quien a pesar de haberle dolido lo soporto, mostrando una sonrisa torpe y una mirada confusa muy normal en él.

— ¿Quien es Nibiru?

— Deja de ser tan tonto Neptuno, tu maldita órbita es la peor y aún así finges no saber quién es, por dios...

El celeste se levantó de su lugar, aquellos anillos brillaban con intensidad debido al enojo, para las lunas de Urano que aparecieron, intentaron calmar a su planeta, en cambio Saturno no quitaba la mirada de ambos planetas.

— Urano, no te alteres, todo está mejor ahora.

Neptuno habló, sonó tranquilo. Y es que Urano tenía conocimiento de Nibiru, tenía emociones encontrados por aquel antiguo comandante, aquel hipotético planeta y Saturno sabía esa historia, pero tal parecía que Neptuno no.

— ¿Saturno, que sucede?

El planeta mayor dirigió su vista hacia su luna principal, viendo la preocupación y enojo del celeste, tal parecía que pedía saber para poder ayudar a tal crisis emocional.

— Señor Neptuno, puede retirarse, el señor Urano no se encuentra bien.

Titania fue cortes, mientras sostenía a su planeta, quien a este punto estaba inestable debido a las emociones que estaba sintiendo, Neptuno mostró curiosidad, no dijo e hizo nada, solo lo miro por unos segundos antes de irse.

En el pasillo, Neptuno se detuvo, medito todo lo que había pasado, era como si todo lo sucedido en ese tiempo no hubiera surtido efecto, acaso, ¿había algo más que no había tomado en cuenta?

Durante su regreso, recibió una serie de videollamadas, entre ellas se trataba de Proteo, la pequeña luna.

"¡Neptuno! ¡Necesitamos ayuda! ¡Tritón está muy herido! ¡Aaaah!"

La señal se había cortado, tal parecía que algo no andaba bien, tal vez había entrado alguna anomalía espacial como solía pasar, pero le era extraño que Tritón hubiera caído en tal combate, siendo un experto en combate debido a su agilidad.

____

Urano finalmente se calmo, estaba recostado en el amplio sofá de aquella sala, Saturno estaba a su lado viendo con preocupación. Incluso se acercó a él, tocando la frente con su mano, pudiendo sentir la fría piel del celeste.

— Lamento mi arranque de emociones.

— No te preocupes.

— Odio que Neptuno piense así, sabe bien que él es como mi primo.

— Tal vez no se haya dado cuenta de eso.

— ¿Cómo no darse cuenta papu? Neptuno sabía bien que me gustaba Nibiru, pero tras todo el desastre... Nibiru fue exiliado por el general.

— ¿Eh?

— El Sol es un verdadero idiota, Nibiru jamás dejaria su órbita, alguien lo engaño y lo más seguro haya sido Neptuno.

Aquello hizo saltar de preocupación a Saturno, puesto que las palabras que decía Urano eran tan fuertes que podrían causar algún tipo de guerrilla interna.

— Urano porque no mejor descansas, Neptuno se ha ido, yo me retiraré para que puedas descansar. ¿Que te parece?

Urano tomo asiento en el sofá amplio, incluso estaba por detenerlo, pero la mirada firme del mayor le hizo entrar en razón, haciendo que esté afirmara.

— Está bien, creo que voy a necesitar un descanso.

— Bien, prometo enviarte un mensaje más tarde para asegurarme que sigas bien.

— Tranquilo estaré bien, ya lo veras.

— Lo se, pero debes recordar que nosotros somos muy inestables, no por nada nuestros anillos miden nuestras emociones.

— Ya lo se...

— Está bien. Entonces me marchó.

Tras decir aquello, Saturno salio de la habitación, dejando a un Urano aún sentando, pensando en las palabras del contrario, en cambio el planeta mayor avanzo estaba pensando hasta que envío un mensaje de texto a Júpiter.

_____

Durante el regreso, Titán no estaba tan feliz y a pesar de estar frente a Titania en ese tiempo, fue fuerte y no derrumbarse tan fácil, su corazón prácticamente estaba destruido, las palabras de Titania habían sido tan duras. A menos eso pensaría un enamorado, Dione miro a su compañero, incluso le parecía ridículo que algo así le doliera, Rhea por su parte sabía por lo que estaba pasando e incluso intento animarlo, siendo en vano su pequeña ayuda.

— Vamos Titán, n-no me gusta verte así.

Intento sonar seria, sin embargo su timidez fue incapaz de verse valiente, Titán por su parte fue capaz de darse cuenta de los intentos de su amiga y mostró una sonrisa pequeña, solo para frotar el cabello contrario.

Durante su estancia en la órbita de Saturno estuvo vagando por la órbita, admitía que la órbita no ayudaba en nada, el lugar era la estación vacacional de parejas y el no tenía ninguna relación sentimental y estaba pasando por una rotura, estar ahí era doloroso.

Sin embargo durante su camino por uno de los tantos parques "románticos" de Saturno, se encontró con alguien en específico, un humano solitario, quien parecía estar tomando fotografías de la zona. Curioso por aquello avanzo hasta él con la intención de saber que era lo que estaba haciendo ahí.

— ¿Tu que haces aquí?

— ¿Eh? ¡Oh! No, soy un residente de la órbita terrestre, estoy aquí por orden de Tierra para tomar algunas fotos.

— ¿Comandante Tierra? ¿Para que o que?

— Bueno... Tierra y Luna no pueden salir de su órbita a menos que sea algo importante, él es el único planeta que no puede alejarse, a comparación de los demás. Y me ha pedido que le envié fotografías de otras orbitas para que pudiera conocerlas.

— Acaso no tiene la tecnología para hacer esto.

— Si, pero el dice que esto es mejor.

— Ya veo. Dime tu nombre, humano.

— Bueno, todos me dicen Astrobola. Pero mi nombre es...

— Bienvenido a la órbita de Saturno Astrobola.

Tras esa bienvenida y no dejarlo terminar su presentación, Astrobola, terminó por seguirle el rollo a la luna, incluso fue guiado por toda la órbita de Saturno, fotografiando los lugares llamativos.

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