5
El pequeño mooncake revoloteaba impaciente en la sudadera del rubio
—En realidad no tengo la menor idea.
Gary mentía, mooncake los había acompañado desde hace cinco años, pero Gary no sería el tarado que entregará a su amiguito a los estúpidos guardias.
—Tras la respuesta de Gary Quinn volteo a ver a Avocato.
—Señor Avocato, me gustaría recordarle que en su relato se refirió a E-351, o me equivoco?
—No, señorita, tiene razón, lo hice.
—Podria darme su ubicación?
Avocato sabía dónde estaba mooncake, de hecho, lo tenía justo al lado, pero por obvias razones era mejor evitar dar su ubicación.
—Ni idea, cuando robe el galaxy no había nadie en su interior.
Quinn estuvo pensativa durante un momento, no sabía si creerles del todo, pero ya habían registrado la casa y no habían encontrado rastros del E-351, así que procedió con el interrogatorio.
—Cual es su relación actual?
Gary no lo pensó mucho para tomar fuertemente la mano de Avocato y colocar ambas sobre la mesa.
—Estamos casados.
—Dijo Gary, con un tono de voz el cual indicaba orgullo.
—En el registro se ha indicado que usted es soltero señor Goodspeed.
—Bueno si. Por obvias razones no podíamos ir al registro civil y decir que queríamos casarnos, sabes, Avocato es un ex criminal, sería estúpido hacer algo como llevarlo a una institución del gobierno.
—Entonces eso significaría que ustedes no están casados.
—Que si!
—No, señor Goodspeed.
No lo están.
Ante tal afirmación Gary se agachó y cruzó sus brazos visiblemente enojado y ofendido por las palabras de la chica.
—Ok, seré sincera con ustedes, nosotros no creemos que tengan una relación real, desde que llegaron me han parecido más como compañeros, por lo cual tenemos razones para creer ambos son infiltrados de Lord Comander.
Gary estaba furioso, Quinn no sólo había negado su matrimonio, ahora ponía en duda la relación de ambos.
—¿Ah sí? ¿Eso crees?
¡Te demostraré lo contrario!
Rápidamente Gary tomo a Avocato del cuello de la camisa, y le hubiera besado de no ser porque el ventrexiano se lo impidió poniendo su mano en los labios de este.
—Que haces Avocato?
—El hechizo, no lo recuerdas?
Gary pensó por un momento y soltó a Avocato, entonces simplemente volvió a sentarse de brazos cruzados.
—Quinn demostraba verdadera confusión en su mirada—
—A que se refieren con hechizo?
Gary rodó los ojos
—Cuando recién empezamos a salir, al pequeño Cato le incomodaba que nos diéramos muestras de afecto en frente de el, así que un día le dije que si deseaba detenernos solo tenía que abrazarnos a ambos, pregunto porque esto funcionaba y le dije que era un hechizo para que los dos no pudiéramos besarnos, la única forma de romperlo era que nos abrazara de nuevo.
Y como podrás intuir Cato nos abrazo en la mañana.
—Quinn observaba un poco sorprendida a ambos, debatiéndose el creer el relato o no.
—Bueno, vamos, no es como si no pudieran romper un tonto juego con su hijo, sobre todo en un momento como este.
—Imposible. —Añadio Avocato.
—Si, estás loca? Creés que seríamos capaces de romper la confianza de nuestro hijo, ni en un millón de años.
Quinn no captaba muy bien la situación así que decidió dejar el asunto ahí.
—Bueno, si en verdad son pareja supongo que no les molestará decirme cómo surgieron los sentimientos entre ambos?
Gary y Avocato conectaron sus miradas por unos segundos y luego las dirigieron hacia Quinn.
—Y si mejor te cuento lo que pasó la primera vez que cojimos?
La respuesta tomo por sorpresa a Quinn, la que en vez de enojarse se desconcertó en extremo.
—Lo que el amor de mi vida trata de decir, es que esa pregunta es demasiado personal como para hablarlo con un desconocido.
—No, en verdad puedo contarle lo nuestra primera vez.
Avocato pateó a Gary en la rodilla.
—Señores, me gustaría que supieran que esto es serio, necesitamos comprobar que existe una relación real entre ustedes, comprendan que esto les da más oportunidades de no parecer culpables.
Dijo la señorita Airgon dispuesta a golpear a Gary la próxima ves que se refiriera al sexo.
—Ah, supongo que es inevitable —Suspiro—
Diablos, realmente odio ponerme meloso.
Me ayudas en esto hermano?
—Claro que si, compañero.
.
.
.
Habían transcurrido ya varios meses desde la llegada de Avocato y su hijo.
Gary estaba sentado en el sillón de la casa, reparando un pantalón que tenía un agujero justo en la entrepierna.
—Así que Gary, como dices que rompiste ese pantalón?
Dijo el pequeño Cato mientras observaba al otro.
—Hum, era bastante tarde, sabes, tenía algo de hambre y no me quedaba dinero, así que pensé en salir a robar algo.
Por cierto no estába en casa, quiero que quede claro.
En fin, entre en una casa y estaba a punto de robar un lindo bolso cuando un perro me atacó, por suerte no me hizo daño pero tuve que huir muy rápido, salte la valla y mi pantalón se atoro en un alambre.
Little Cato empezó a reírse y Gary se concentro en su trabajo.
—Bueno, supongo que es hora de irme, deseenme suerte!
—Cuidate hijo!
Little Cato había logrado entrar a una escuela hace poco gracias a Gary, ya que este había registrado al chico como su sobrino y de este modo podía recibir clases.
—Ultimamente le está llendo muy bien.
—Si, Es listo, como su Padre.
Ahí estaba otra vez, ese silencio incómodo que surgía cuando ambos se quedaban solos, era extrañó, los primeros meses habían podido hablar con total tranquilidad, pero ahora solo era raro.
Avocato miro con detenimiento el brazo de Gary, si, efectivamente, estaba sangrando, seguramente Gary no le había dicho todo al pequeño Cato para no preocuparlo, pero era obvio que se había hecho daño.
—Me parece mal que salgas a robar.
—Oh si, de verdad?
Gary siguió concentrado en su labor.
—Esta vez te hiciste mucho daño.
—Y eso que?
—Como que "y eso que?"
Podrías perder el brazo, o algo peor...
—Ja, hay vamos Avocato, eso no va a pasar nunca! No seas paranoico!
Exclamó Gary contemplando su pantalón.
—No quiero que robes más Gary, es muy peligroso.
Avocato se sentó al lado del rubio.
Últimamente Avocato se preocupaba mucho por Gary, le veía todo el tiempo, trataba de evitar que este saliera a robar,e inexplicable mente, sentía miedo de que este resultará herido; era extraño, además de su hijo, nadie había logrado despertar ese instinto de protección en el, tal vez solo quería mantener a salvó al hombre que le salvó la vida, tal vez solo era eso.
Para Gary era todo lo contrario, ahora era más temerario, ahora sentía que tenía que probarle algo a alguien, así que ahora tenía menos cuidado, en cierto modo, no le desagradaba la preocupación de su amigo.
—Sabes que no se hacer nada más.
—Bueno, eres muy bueno, reparando cosas, como ese pantalón, mira.
—Si claro, me convertiré en sastre! Las mejores aventuras que tendré serán tratando de meter el hilo en la aguja.
Avocato observó a Gary, estaba ahí, sentado, la luz estaba detrás de él, se veía muy bien, de echo, se veía atractivo, no era difícil para Avocato admitirlo.
El rubio le parecía atractivo, y ahí lo supo, le gustaba.
Gary observó a Avocato, era una de las pocas personas que se preocupaba por el, pero no era como Cato, Gary no le guardaba secretos a Avocato, si sentía dolor, miedo o hambre, Gary siempre era sincero con su amigo, pero era normal no? Así son los mejores amigos, aún negaba sentir algo más.
Iré a dormir un poco.
Gary se levantó para la cena, el pequeño Cato ya había vuelto de la escuela y Avocato ya había cosinado, por un momento parecían una familia cualquiera que se reunía para cenar.
Al terminar solo Avocato y Gary se quedaron en la sala.
—Hoy saldré.
—Iras a robar.
—Seguramente.
—No vayas.
—No tengo opción.
Gary se levantó de la mesa y se dirigió a la puerta, ya no pensaba antes de salir a robar, porque si lo hacía seguramente decidiría quedarse.
Avocato tomo la muñeca de Gary.
—No irás.
En ese momento Gary se dió cuenta, estaba enamorado.
.
.
.
Quinn grababa todo mientras procesaba la información.
—Si, Gary dejo el crimen entonces como se mantuvieron a flote?
—Gary y yo abrimos un establecimiento, en el reparabamos naves, nos fue muy bien, ahora tenemos muchos clientes.
—Sabian reparar naves?
—Bueno, cuando tienes un puesto como el mío aprendes muchas cosas.
—Bueno Quinn, si quieres continuamos la historia, sabes, viene una parte realmente ardiente.
—No realmente no es necesario, rellenaremos huecos con el interrogatorio de su hijo.
—Si de hecho, me preguntó cómo le estará llendo?
.
.
.
En un cuarto de interrogatorio se encuentra el pequeño Cato con dos cuidadores.
—Bien bien, aquí va la pregunta del millón.
¿Quien diablos tiene un maldito tres?
—Ve a pescar.
Cato y los guardia estaba jugando cartas, desde su llegada el chico se negó a hablar, uno le pregunto la forma de lograr que lo hiciera, el muchacho saco la baraja y dijo que hablaría al ser vencido.
Hasta el momento el chico ya contaba con más de 300 dólares, un reloj un vale para una comida gratis en en restaurante mexicano y aún estaba de racha.
—Observen y lloren.
El chico mostró sus cartas y ambos dejaron ver sus rostros de desesperación.
Uno se quitó un pendiente y el otro entrego su tarjeta de crédito.
—Esto es aburrido, ya no hay nada que sacarles...
El chico miro los dientes de un guardia, oro.
—Hey Tim, que tal un todo o nada?
Al momento se habrío la celda.
—Necesito que vengas conmigo muchacho.
Cato solo se levantó y salió
—De la que te salvaste Tim.
El guardia caminaba junto a él pequeño Cato.
—Y adónde me llevas?
—Se te solicita en la sala de tus padres.
—Oh, de verdad?
Por qué?
.
.
.
—Besarnos?
—Si, lo necesito para el informe, su hijo ya viene en camino.
Gary vio detenidamente a Avocato y luego dirigió su mirada a Quinn.
—Si quieres tenemos sexo aquí mismo...
Gary se retorcía de dolor en el suelo por el golpe que Quinn le habían propinado, Avocato no pudo evitar esbozar una sonrisa.
Se acabó, esta noche dormirás en el sillón.
Continuará...
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