FUKUZAWA YUKICHI
Se sentía horrible..el no poder decir mis sentimientos por el simple hecho de nuestros trabajos, nunca te podría decir un "Te amo", el trabajo me consume, si te lo digo eso seguro traerá problemas, sin embargo cuando estamos solos tú siempre me lo dices, pero nunca puedo contestarte adecuadamente
Estoy harto de esto, nunca podremos ser pareja, ni mucho menos esposos, pero necesito sacar esto de adentro, así que decidido me fui a las instalaciones de la Port Mafia
Al llegar debía pensar en una forma de poder entrar sin ser visto, pero algo llamo mí atención..en la entrada habían cadáveres de guarda espaldas
Saque y me espada y camine en guardia, por todos lados había cadáveres, algunos habían sido quemados, otros ahorcados y mucho habían sido asesinos por balazos o un arma blanca, incluso estaban los cadáveres de Chuuya y Akutagawa, dos parejas de dos empleados míos
Temeroso llegue a la oficina y abrí la puerta, no tenía miedo de ser asesinado, después de todo nadie me superaría en algo así
Se me destrozó el corazón al verte... Tus pulmones en el escritorio, tus riñones en el suelo, era notorio que los habían pisado, tu corazón casi en la entrada, tus uñas dando un camino a dónde estaba tu estómago e intestino, y tu cabeza exivida cual trofeo en el escritorio
—¡No veas!, ¡No lo hagas Yuki!
¿De dónde viene esa voz? Era obvio que esa linda y armoniosa voz era tuya, pero, ¿Cómo es posible? Tú estás muerto
—Nunca pude decírtelo
Susurraba con lágrimas en mis mejillas y furioso tanto con el asesino como conmigo mismo
—Vengaré tu muerte Rintarō..nadie se saldrá con la suya luego de lo que te hicieron..nadie te debió hacer tocada un ded–
.
.
—¡Yu~ki~chi!
Una voz aguda sonó y abrí los ojos, no entiendo que pasaba, se supone que estaba en la oficina de Oūgai, pero ahora me encuentro en la mía y frente a mí estaba Rampo con una bolsa de papitas
—Yukichi, mira, ¿No es injusto? Las papas ya se me acabaron, la bolsa no venía ni hasta la mitad, ¡Demandaré a la empresa!
Chillaba molesto mí "hijo"
—..Así que una pesadilla
No pude evitar suspirar aliviado, no corrías riesgo
—¿Y Rintarō?
—¿Tu amante?
—..¿Cómo sabes eso?
—No soy tonto..te daré un consejo, sólo confiesate, ¿Qué importa el trabajo? Nunca se sabe cuándo lo podrían descuartizar
—…………
—Hablas entre sueños
—Iré a hablar con él..no lo dejaré ir
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