LOS MOUNSTRUOS QUE ACECHAN LA MADRUGADA
Atormentados por el inminente anochecer, los habitantes de un pequeño pueblo se preguntan si tendrán que enfrentar nuevamente la pesadilla oscura y tempestuosa de la noche anterior. La llegada del amanecer pareció disipar el oscuro mundo en el que se adentraron, ¿pero volverá a emerger esta noche? ¿Qué horrores insondables se ocultan en las sombras?
Al caer la noche, el sol desapareció por completo, dejando tras de sí una oscuridad total. Un cielo nublado y sin la luz de la luna cubría el pueblo. De repente, una lluvia perturbadora comenzó a caer, como si anunciaran la llegada de la perdición. Algunos dicen que la lluvia empezó en la casa de Lucio, uno de los grandes alquimistas del pueblo. Otros creen que los seres llegaron en naves ocultas entre las nubes, o que se abrió un portal del infierno para castigar a los malvados. La triste realidad es que muchas personas inocentes murieron anoche. ¿Cuántos más perecerán si el infierno regresa?
Existen aquellos que afirman que todo fue solo un sueño colectivo, una ilusión colectiva para encontrar consuelo en medio del miedo. Pero, si eso fuera cierto, ¿dónde están las personas desaparecidas en el "sueño"?, ¿murieron?, y eso es algo que los más escépticos no pueden ignorar.
En lo personal, sospecho que Lucio tiene algo que ver en todo esto. A pesar de la destrucción y desgracia, su casa permanece intacta. Asegura no haber escuchado nada, pero tuvo una pesadilla que luego se convirtió en un sueño profundamente placentero.
La pesadilla de ayer fue así: una mujer apareció caminando por el pueblo en medio de la lluvia y la oscuridad. Parecía haber surgido cerca de la casa de Lucio, ¿o tal vez salió de allí? Mientras avanzaba hacia el centro del pueblo, sostenía una caja abierta de la cual emergían espectros. Eran seres humanos que parecían muertos, con una apariencia repugnante y un olor a azufre, como el infierno mismo. Aquellos que estaban cerca huyeron, mientras que algunos se acercaron con armas y les dispararon. Sin embargo, las balas atravesaban a los espectros sin causarles daño alguno. Parecían ancianos con sonrisas grotescas, como si hubieran esperado su condena en el purgatorio durante siglos. Se aproximaban a las personas, buscándolas, cada uno de ellos portando una caja. Al tocar a alguien, intentaban arrebatarles el alma, según cuentan algunos testigos. Aunque no presencié esto personalmente, si es cierto, podría ser una pista valiosa para sobrevivir si el infierno vuelve a manifestarse esta noche.
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