8.ORFEO
Llegó la noche, pero se siente un ambiente distinto; el aire se vuelve severamente frío, como la calma previa a la tormenta. Marlian, Vittoria, el señor Langdon, y los demás miembros de Cronos están listos. Sin embargo, también presienten algo terrible: Orfeo se acerca, y su poder podría superar todas sus expectativas. La puerta se abre, un tornado sale disparado y todos son arrojados, apareciendo los seres de pesadilla.
La mujer de vestido blanco, que me dio la caja, está frente a mí. Llevaba la caja para compartir las luces de las pesadillas, pero ella revela que gracias a Orfeo, estos seres se han vuelto más fuertes. "Utiliza esto", me dice, entregándome una caja más poderosa, aunque advierte que no funcionará con Orfeo. Para vencerlo, alguien debe sacrificarse y apoderarse de su alma, voluntariamente aprisionándose en Orfeo. No morirá, pero el conjuro de posesión de almas debe ser utilizado.
La mujer se va, dejándonos rodeados por los seres de pesadilla. El conjuro de Marlian ya no funciona, algunos han perdido sus almas, y la batalla será rápida. El hombre de los párpados se encuentra frente a nosotros, solo quedamos el señor Langdon, Vittoria, Marlian y yo. Nuestros compañeros han sido aniquilados por Orfeo en un instante. Él sonríe mientras consume sus almas, como un caníbal devorando a otro humano.
Para esta batalla, ideamos el conjuro de conexión mental. Podemos oír nuestros pensamientos y sabemos nuestra ubicación en caso de que alguien necesite ayuda. Sin embargo, ahora solo quedamos cuatro, y si morimos, no hay nada que hacer. Orfeo altera el mundo a su alrededor, y el señor Langdon menciona que se ha comunicado con el gran consejo de alquimia, Poseidón. Les pidió ayuda, pero dijeron que era imposible entrar. Incluso la comunicación fue difícil, ya que desde afuera solo se ve un abismo infinito que conduce a la nada.
Orfeo nos vence y Poseidón nos espera afuera. Ellos son más fuertes, nuestra última esperanza. Aunque muramos aquí dentro a manos de este humano convertido en monstruo, él pretende ser divino y ha esperado más de 1000 años para lograrlo. No desaprovechará esta oportunidad. El primer intento para inmovilizar a Orfeo falló. ¿Dónde estará Liana? Hoy me pregunto. ¿Estará observando esto? ¿Qué pretende realmente? No hay tiempo para pensar en eso. Este ser es temible; los demonios de pesadilla encontraron el refugio y las almas de los pobladores están siendo aniquiladas. Los conjuros ya no funcionan en ellos. Llego hacia allá y utilizo la caja; Marlian me acompaña. Langdon y Vittoria se encargarán de Orfeo, espero que puedan. Utilizo la caja y funciona; absorbe a los seres, pero a medida que lo hace, me siento más débil. Es como si al utilizar esta caja consumiera mi poder. Aún quedan bastantes, así que Marlian toma la caja, y yo caigo al suelo fatigado. ¿Dónde estará la mujer que me dio esta caja?
La mujer de la caja y Liana miran en lo profundo del abismo, preguntándose si podrán salir de allí. Liana, con confianza, asegura que lo lograrán y vencerán a Orfeo. Sin embargo, la incertidumbre persiste: "No lo creo", responde la misteriosa Cimene. "Pero los alquimistas que esperan afuera, tal vez sí puedan, mi querida Cimene".
Ante la pregunta de si Orfeo las matará al verlas, Liana confiesa no estar segura. Cimene duda de la capacidad de Liana para detener a Orfeo, y ambas consideran la posibilidad de que, incluso si los de Poseidón no pueden detenerlo, su destino podría estar sellado.
En ese momento, aparecen en escena Edgar y Mirtre, humanos normales pero aliados. Los seres de las pesadillas no pueden tomar sus almas, y su presencia infunde miedo. Marlian, sorprendida, los observa, reconociendo que son aliados. Edgar desenfunda un arma de fuego, pero Mirtre dispara, y sus balas chocan contra los monstruos que se desvanecen al instante. Los seres de pesadilla comienzan a caer uno tras otro, mientras Edgar y Mirtre demuestran su destreza en la batalla.
Langdon y Vittoria están dispuestos a sacrificarse. El conjuro para tomar el alma de Orfeo está listo, y Vittoria logra inmovilizarlo. Aunque el poder de Deimos ayuda, no es suficiente. Langdon, con habilidad y determinación, lleva a cabo el conjuro mientras Orfeo cae, herido por cada segundo de contacto. La batalla culmina en un intenso momento donde el viento mismo parece responder al poder de ambos.
De repente, un gran terremoto azota la ciudad, rocas caen y casas se derrumban. Es el fin de la batalla, pero Liana y Cimene, que observan desde fuera de la ciudad, notan que el abismo ha desaparecido. Aunque Orfeo ha ganado, está débil. La pelea con Langdon lo ha debilitado considerablemente. El consejo de Poseidón, un ejército poderoso, entra en escena. En el estado debilitado de Orfeo, no tiene posibilidad de ganar. Así, somos libres, liberados de la presión de Orfeo.
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