Capítulo 4.

Iba caminando de regreso a mi habitación, detrás de mi iban Allen y Hedin, estaban enojados eso lo pude notar por sus miradas.

Entrando a mi habitación, Allen me toma de cuello de la camisa y me levanta, empezando a gritarme.

-Nose de donde sacaste las agallas de rechazar a la diosa Freya, de una cosa te advierto conejo, si la haces llorar te mataré, ¿¡Me oíste!?- Decía Allen con las ganas de agarrar a Bell como a un goblin a golpes.

Ni una palabra salió de mi boca, a mi no me interesaba Freya, solo Aiz me importa y mis amigos.

-Calmate ya Allen, dejalo- Dijo Hedin con gran tono de molestia por el rechazo que Bell hizo a su diosa- vámonos.

El solo me soltó y caí sentado al suelo, y me dio una patada en el lado izquierdo de mi rostro, dejándome sangrando un poco.

-Qué te sirva de lección conejo- Dijo Allen con total enojo -Agradece que sigues vivo.

Ellos se marcharon, yo me quedé a oscuras en mi habitación, me quedé sentado donde caí, estaba cansado de esta situación, siempre es lo mismo todos los días.

Cada día desde que llegue, me golpean, me insultan, no me dejan dormir, me humillan, estoy harto de este lugar, ¿como pueden vivir esos aventureros aquí?.

Toda esta situación me recuerda a los pisos profundos, y el como me quede atrapado ahí con Ryuu varios días.

Extraño a mis amigos, mi vida, aquí... solo me siento como... un ave enjaulado, ¿cuando terminará todo esto?.

Me levante con todo mi cuerpo temblando y tambaleante, me acosté en la cama, no tenía muchas horas para descansar, solo como 4 horas.

Mis pestañas se pegaron, durmiendo, apenas y puedo recuperarme con este tiempo algo de fuerza y energías.

Cada día se vuelve peor que el anterior, todos los días, lo peor son los entrenamientos, tengo que defender como pueda, pues, todos suelen pelear a muerte.

Como si fueran animales salvajes o mounstros de la mazmorra, nose que es peor, la mazmorra o este lugar.

Hedin vino a despertarme, tirándome una cubeta de agua fría, haciendo que me levantará de golpe, por el frío, y mirándome con desprecio me grito.

-Levántate y ve a entrenar- Dijo Hedin, sin perdonar el rechazo de Bell a Freya.

Me levante fui inmediatamente al entrenamiento, mi equipo estaba dañado, no tenía de donde sacar otro, pues Welf era mi herrero personal, y ahora que no esta, no puedo conseguir otra.

A mi armadura le faltaba muchas partes, ya sea porque estaban rotas o simplemente las perdí entrenando anteriormente.

Tenía muchas marcas de cuchillas, espadas, hachas y otras armas, pareciera que aquí la vida de una persona no vale nada, todos pelean por el amor de su diosa.

Se ciegan y matan por conseguirlo, pero ninguno de ellos lo logra, creen una fantasía es todo, pero no se dan cuenta.

Ya se me empezaban a ser rutina los entrenamientos, me fui a la zona de entrenamiento o debería decir campo de batalla a muerte.

5 horas después se finaliza y todos se van a comer, yo por otro lado decidí irme a comer en alguna parte de Orario.

Después de todo, si me quedaba a comer ahí, solo me molestarian o golpearian, y quien más que haga eso más que Allen Fromel y Hedin o los Gullivers.

Anduve por las calles de Orario, buscando algún puesto de comida donde pueda comer, no tenía mucho dinero.

Creo que apenas y me alcanzaría para la mitad de un pequeño pan, me acerque a un puesto de JatamaraKun, y pedí uno al señor del puesto.

Cuando iba a pagar note que no me alcanzaba para pagarlo, no sabía cómo decir que no podía pagarlo, volví a mirar al señor, e iba a decir que ya no era falta.

Pero alguien pagó mi comida por mi, voltie a ver a mi izquierda, viendo a Aiz, pagando mi JatamaraKun y uno para ella.

- Aquí tienen, 2 JatamaraKun para los aventureros- Dijo el señor amablemente y con una sonrisa.

Nos fuimos del lugar, nos fuimos a buscar un lugar privado, alguno donde no nos encuentren, no sería fácil.

- Gracias- Dije le dije a Aiz  -Me salvaste, no tenía como pagarlo-

-Tranquilo- Dijo Aiz mirando a Bell a los ojos, este solo mostraba confusión -Siempre que este cerca, haré lo que pueda para que estés mejor-

-De nuevo, gracias, Aiz- Dije un poco sonrojado.

-No puedo estar mucho tiempo afuera, tengo que volver para hacer mis cosas- Dijo Aiz sin ánimos, quería pasar al menos un poco más de tiempo con el conejo.

Me quedé callado y fuimos comiendo ambos el  JatamaraKun mientras nos dirigíamos a un lugar oculto de todos.

Donde no pase nadie y que nadie conozca, donde no podamos ser molestados o vistos.

Hasta aquí el capítulo.
Espero que les haya gustado.
Apoyenme dándole a la estrellita.

No me quedó bien el cap, lo que quería escribir y sus diálogos quedaron horribles, porqueria.

Una disculpa lectores, hice lo que pude, pero no quedó como quise.

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