Capítulo 2.
Lágrimas no paraban de salir de mis ojos, esta sensación que podía sentir era...era especial, podía sentir como transmitía sentimientos con lo que hacía.
Sentía que la llama dentro de mí volvía a encender, pero más fuerte que antes, me sentía mejor y mas fuerte, con energías.
Talvez no estaba bien del todo, quizás lo que hizo que me sienta mejor, es sentir sus suaves labios con los míos.
Aiz se había abalanzado a mis labios dando un beso largo, pero transmitía sentimientos de amor y otros más que no lograba entender del todo.
Ese fue el beso que hizo que pudiera sentirme mejor, ella no me había olvidado, ella tenía los ojos cerrados mientras me besaba, pero porque lo hizo?.
Lo hizo para que me sintiera mejor?, o por alguna razón más?, no lo se, esto es muy confuso.
-Y-yo nunca te olvide, Bell- Dijo Aiz con un sonrojo notorio y una mirada al suelo.
Me quedé sin palabras no sabia que decir a eso, ella nunca me había olvidado.
Sin percatarme ella tomo nuevamente mis mejillas con sus suaves y delicadas manos y con una pequeña sonrisa me dijo algo que creía imposible.
-Bell, desde que te salvé del minotauro en el piso 5, no dejaba de pensar en como disculparme, siempre te tenía en mi cabeza y no podía sacarte de ella, mis sentimientos a ti se hacían cada vez más fuertes, hasta querer poder estar a tu lado, me tomo tiempo de entender que estos sentimientos son amor que tengo a ti, y lo que quiero decir es que te quiero, Bell Cranel- Dijo Aiz con una sonrisa más grande y más sonrojada - Quiero estar toda mi vida a tu lado, al lado del chico que me enamore sin darme cuenta, del chico que me salvó y que será mi héroe, te quiero, Bell.
Me quedé en blanco, sin palabras y todavía intentaba procesar todo, ella estaba declarando su amor por mi, podía sentir como mi corazón latía con fuerza y una gran rapidez, jamás creí que esto llegara a pasar.
A pesar de que todo este tiempo me estuve esforzando para alcanzar, ella solo se enamoraba y se preocupaba más por mi, a pesar de que ella sabía que la familia Freya me tenía atrapado en su sede, ella quería ayudarme.
-Yo nunca te olvide, porque siempre te amé desde el corazón y no lo supe, hasta que me di cuenta hace unos días- Dijo Aiz.
Ella nunca se olvidó de mí, siempre se preocupó por mi, siempre estaba dispuesta a ayudarme y hacer cualquier cosa por mí, ella es la mejor chica que e conocido Aiz Wallenstein, fue la que me hizo recuperar las esperanzas y que recuperara mis fuerzas y que esta llama volviera a encender más fuerte, me salvaste.
-Y-yo también te quiero, siempre te quise desde que me enamore cuando me salvaste del minotauro- Dijo Bell con lágrimas de felicidad -Tambien quiero pasar toda mi vida a tu lado, Aiz Wallenstein.
Fue todo, todo lo que dijo Bell solo para que estos 2 pegaran frente con frente y mirándose fijamente, volvieron a darse un beso, pero esta vez con más amor, uno lleno muy lleno de amor, solo para que al separarse del beso ver un hilo de saliva que reflejaba el amor que tenía ambos uno al otro.
Aunque me sentía un poco mejor psicológicamente, físicamente estaba aún mal, podía sentirme aún cansado, sin energías y ni fuerzas, pero intentaba no arruinar este momento, este hermoso momento que siempre esperé.
Pronto tenía que volver a la sede de la familia Freya o si no mandarían a alguien a buscarme, tenía que poner a Aiz segura y si quisiera verla, tendríamos que vernos en secreto y ocultos de todos.
Nose cuando llegaríamos a durar ocultar esto, pero no quería que le pasara algo, ahora tengo un nuevo deseo, no solo ser un héroe, sino también ser su héroe, protegerla y cuidarla, aunque tenga que arriesgar mi propia vida, tenía que ser fuerte por ella, aún más fuerte por ella, no dejaré que nada le pase.
Ahora que somos una pareja, teníamos que esconder esto del público y de que la familia Freya no se enterara, será difícil.
-Te ves muy mal, muy cansado- Dijo Aiz.
Ella sabía que yo no estaba muy bien del todo, y rápidamente ella se acomodó y me acostó en su regazo para que pudiera descansar, la lluvia aún no terminaba, pero al menos ya no llovía tan fuerte como antes.
Nos habíamos refugiado en una de las Torres de la muralla, mientras que Aiz me cuidaba y intentaba hacer que durmiera un poco, ella también tenía que volver con su familia.
Lentamente fui cerrando los ojos hasta quedar profundamente dormido, en el regazo de una hermosa peli dorada.
Su regazo era muy cómodo, era como una nube o una almohada hecha de plumas.
Mientras yo dormía ella acariciaba mi cabello como era costumbre, pero estaba algo mojado, pero no le importaba y hasta jugaba con mi cabello.
Hasta aquí el capítulo.
Espero que les haya gustado.
Apoyenme dándole a la estrellita.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top