Volviendo a ver viejos amigos
¡¡FELIZ MARTES DE JASSY!!
ACTUALIZACIÓN TEMPRANA EN DONDE YO ESTOY.
Ya saben que los quiero mucho, no lo olviden.
Pd: Pronto llegaremos a los capítulos nuevos, los que nadie leyó antes 😊 y a partir del capítulo 15 la historia estará completamente privada, ya saben como funciona eso, para los que no, lean las indicaciones que dejé el martes pasado.
Pd 2: A partir del capítulo 15 comenzaran a ser capítulos en tiempo actual, lo que significa que papi Darius llegará pronto 😋😉😉
________________________________________
{Laurel}
Tiempo pasado...
Edward se emocionó cuando conoció a Jace Hoff y al igual que a mí, le importó una mierda su dichosa novia... aunque bueno, después de conocerla mejor hasta me reía de sus estupideces. Pasamos el día en casa, viendo películas, comiendo y devorándome con la mirada y con descaro a Jace.
—Y entonces, Laurel ¿Tienes novio? —preguntó Andrea.
—No —respondí sintiendo como Edward colocaba su mano en mi pierna.
Estábamos sentados en los grandes sofás que formaban una media luna frente al televisor; Andrea vio confundida cómo Ed me tocaba y me reí de eso y más cuando vi que Jace también lo notó. La mirada de él se endureció y con eso logró que me quedara muy satisfecha, aunque luego tendría que hacer que tomara todo con calma y, sobre todo, que no se equivocara con nada ya que yo no era posesión de nadie.
—Creí que ustedes dos eran novios —Nos señaló—, hacen una bonita pareja —agregó y la seriedad de Jace por las palabras de su novia me divirtieron.
—Solo somos amigos, los gustos de Edward y los míos son muy diferentes —aclaré apartando la mano que tenía sobre mi pierna, él solo se rio de eso.
—Tenemos gustos muy peculiares —puntualizó Edward viendo con descaro a Jace, pero a él pareció incomodarle y lo ignoró— ¿Y si salimos un rato esta noche? —propuso emocionado y Andrea lo apoyó— Mañana entraremos tarde a clases así que podemos trasnochar un poco. Además, tengo muchas ganas de ir a ese club exclusivo de tu amigo —siguió, recordándome haberle hablado de Elite, el club de mi querido ex compañero de juegos.
—Sabes que no es fácil entrar allí —le recordé.
—Sí lo es cuando tu mejor amiga también es la mejor amiga del dueño —Hizo comillas con los dedos por lo último y me reí.
Terminó convenciéndonos a todos y le llamé a mi amigo para que nos diera pase libre esa noche; hacía mucho que no hablaba con él y me sorprendí al darme cuenta de lo mucho que lo había extrañado. Los dos éramos unos hijos de puta, casi aprendimos juntos a serlo y quizás por eso nos llevábamos tan bien.
Hablamos un buen rato y nos contamos muchas cosas que nos pasaron en el tiempo que no nos habíamos visto, entre ellas nuestras aventuras de cama y un poco de lo que le tocó hacer en su trabajo; seguía siendo frío, igual a la última vez que lo vi, aunque logré sentir su alegría de volverme a oír, así como yo también me alegraba de oírlo a él.
—¿Y aún no ha llegado el reemplazo de Amy? —pregunté, usando el diminutivo que yo misma le puse a su difunta novia.
—Eres a la única que le permito hablar de ella sin querer matarte —Lo escuché bufar a través del móvil y me reí al imaginarlo— y sabes que jamás habrá reemplazo.
—Eres un puto así que la que llegue a conquistarte de nuevo se ganará todo mi respeto —Lo escuché reír burlón por mis palabras.
—Entonces no respetarás a ninguna —aseguró—. Ya sabes mi lema: amor para ninguna...
—Y pene para todas —terminé por él—. Te diría el mío, pero aún me queda un poco de señorita —bromeé y ambos reímos con eso.
—Nos vemos esta noche, Laurel —se despidió.
—Hasta pronto, mi demonio preferido.
Edward no desaprovechó la oportunidad de rogarme para que le ayudara a conquistar a mi amigo, no obstante, definitivamente eso era algo que jamás pasaría ya que en los años que llevaba conociéndolo sabía que por su cama no estaban permitidos los hombres, aunque fueran muy guapos como Edward; en el menú de mi amigo solo estaban las vaginas.
Una vagina diferente cada noche; ninguna en su propia cama.
Seguimos disfrutando de nuestra tarde de películas hasta que Edward se marchó a su casa a prepararse para la salida de esa noche; yo decidí irme a mi habitación y dejé a los tórtolos en la sala metiéndose mano. Rebusqué en mi guardarropa lo que usaría esa noche y luego me di una larga y placentera ducha; relajada y limpia salí del cuarto de baño, sequé mi cuerpo y apliqué fragancia corporal por toda mi piel. Usaba un conjunto de ropa interior en encaje color negro y así como estaba semi vestida, me puse los zapatos de tacón —también negros— y arreglé mi cabello dejándolo suelto y con suaves ondas en las puntas; me maquillé con un tono suave en los ojos y decidí aplicarme un labial rojo pasión, al terminar me coloqué el corto vestido con escote de corazón al frente y sin mangas en color negro que había escogido antes.
Me encantaba ese color, era mi favorito y lo usaba casi siempre.
Dejé la cremallera abierta que estaba en la parte de mi espalda y susurré un pase luego de haber escuchado que alguien tocaba mi puerta; vi entrar a Jace y admiré lo guapo que lucía, llevaba una camisa a cuadros en color blanco y negro, con sus mangas remangadas hasta los codos, pantalón oscuro y botas casuales en color marrón, su cabello peinado a la perfección y al igual que yo, se quedó admirándome.
—Luces impresionante —halagó y le sonreí.
—¿Me ayudas? —pedí y con descaro me di la vuelta dejando a la vista mi vestido abierto y mi espalda desnuda.
Lo vi acercarse a mí y comenzó a subir la cremallera del vestido rozando los nudillos en mi espalda. Fue un toque sencillo, pero que provocó un delicioso cosquilleo en mi cuerpo.
—¿Iremos en un solo coche? —susurró cerca de mi cuello, su respiración lo acarició y cerré los ojos disfrutándolo.
—Preferiría que no —respondí con voz suave, di un paso hacia atrás y quedé muy cerca de él.
Mi trasero casi rozaba su pelvis.
—¿Sabes lo que haces? —cuestionó y no supe a lo que se refería— Estar cerca de mi puede ser peligroso —advirtió y sonreí. El pobre chico no tenía idea de a quién tenía frente a él.
—Acabas de hacer esto más interesante —señalé y colocó las manos en mis hombros cuando terminó de cerrar la cremallera—. Me encanta lo prohibido y sobre todo lo peligroso, Jace —Gruñó de forma casi imperceptible por mis palabras— sin embargo, te daré la oportunidad de que pienses mejor las cosas y decidas si es correcto engañar a tu prometida con una chica que solo desea jugar contigo —aclaré y di un casto beso en sus labios que no pudo corresponder porque no se lo permití—. Será tu decisión, no la mía —finalicé y quiso responder, mas no pudo.
La voz chillona de Andrea nos interrumpió y disfruté al ver el fastidio en él por lo inoportuna que era su novia. Jace se apartó de inmediato de mí y ella llegó en ese instante, estaba muy bonita en su vestido color turquesa y su cabello platinado agarrado en una coleta alta; me hizo un par de preguntas e intuí que se había molestado con Jace por estar en mi habitación. Al salir de ahí, él me sonrió con complicidad e imaginé que acababa de tomar su decisión y le devolví la sonrisa a la vez que también me reí de lo patética que estaba siendo Andrea al creer suyo a un hombre que a leguas se notaba que no la amaba.
Y yo me aprovecharía de eso, aunque antes le haría ver a ella lo que pasaba frente a sus narices.
____****____
Estábamos los cuatro en el majestuoso club Elite a casi una hora de casa, pero siendo el club más exclusivo del estado valía la pena manejar tanto para ir ahí, aunque lo que más me motivaba era que por fin volvería a ver a mi mayor apoyo en el pasado. Luego de una llamada a mi amigo nos dejaron entrar sin ningún problema; la recepcionista nos colocó unas bonitas pulseras en color verde fluorescente —que nos daban acceso a todo el club— y tras estar un rato en el bar decidimos ir a bailar a la planta subterránea.
Todo en ese lugar era magnífico y las letras G&E perfectamente entrelazadas llamaban mucho la atención desde que uno entraba. Decidimos buscar un privado vacío, pero a pesar de ser domingo el lugar estaba a reventar y antes de conseguirlo logré visualizar a uno de mis viejos amigos y, al pertenecer a la organización del dueño de ese club imaginé que no era raro encontrarlo por ahí.
Antes de saludarlo quise hacerle una broma que de buena manera me siguió.
—Hola, guapo ¿me invitas a un trago? —Se sobresaltó un poco, pero cuando me reconoció noté la diversión en él.
—Lo siento, pero tengo novia —respondió de inmediato y eso me causó mucha gracia.
—¿Y qué? ¿Te pega? —lo provoqué y vi cómo la chica castaña que estaba a su lado se tensó con mi descaro.
Solo esperaba que no fuese su novia y provocarle un problema a Connor, mi fiel amigo... Y no me refería a fiel en su amistad sino con sus relaciones sentimentales.
—No, es solo que ella se ha llevado mi billetera —Solté una carcajada que él siguió luego de su divertida respuesta y me sorprendió con un fuerte abrazo que me elevó del suelo e hizo que tomara de inmediato mi vestido para evitar que mi culo se viese.
Hablamos alegres y me presentó a Jane, su novia; una bonita chica que quedaba perfecta con él y fue un alivio que Connor solo fuera mi amigo y no me interesara nada más porque habría odiado que su novia sufriera por eso. Saludé a los demás chicos de la mesa, Dylan, Evan y Elsa —a quienes también conocí en el pasado— hasta llegar a saludar a Tess, la hermana de mi amigo.
—Hola Tess, —exclamé alegre.
—Tiempo sin verte, Laurel —respondió ella, y luego observé a la chica que antes creí que era la novia de Connor.
Era una castaña muy hermosa y si fuese hombre no hubiese dudado ni un segundo en llevármela a la cama; ella me sonrió un poco forzada, mas no respondí a esa sonrisa y me giré para ver a Tess.
—¡Oh! Perdón, Laurel, ella es Isabella mi mejor amiga —la presentó— Isa, ella es Laurel una vieja amiga, aunque más bien es la mejor amiga de Elijah —Me divirtió esa presentación ya que Elijah o LuzBel como ya le gustaba que le llamaran, había sido más que mi mejor amigo y creí que en ese momento Isabella lo dedujo pues se incomodó demasiado.
Sin duda esa pobre chica ya había caído en las redes de mi amigo.
Pobre de ella.
—Es un gusto conocerte, Laurel —dijo ella, pero no creía que fuera muy sincera.
—El gusto es mío, Isabella —Le sonreí y sí lo hice sincera demostrándole que no tenía por qué sentirse amenazada por mí.
Aunque si era honesta, eso ni yo me lo creía.
Los chicos se acercaron a mí y los presenté con mis viejos amigos, de inmediato nos acoplamos y entablamos una charla amigable. Noté que Elsa se comía con la mirada a Edward y odié no poder decirle que no se hiciera ilusiones con él al ver cómo Ed se divertía con las miradas coquetas que provocaba en las chicas; el cabrón disfrutaba rompiendo corazones, aunque de forma distinta a los demás. LuzBel al fin hizo su aparición y un suspiro se me escapó al confirmar que seguía igual de caliente y follable; tenía muchísimos más tatuajes de los que recordaba y su cuerpo estaba más lleno de músculos, una pelinegra muy guapa le acompañaba.
—Al fin vuelvo a ver a mi compañera de juegos —susurró con su voz melódica en mi oído cuando me saludó con un abrazo.
—Siempre es un gusto jugar contigo... con mi demonio favorito —respondí sacándole una hermosa sonrisa, esas que eran tan raras en él y que muy pocas teníamos la suerte de recibir.
Pero ya no me veía como antes, ya no había deseos en sus ojos grises al verme, solo fingía seguir siendo un completo cabrón y me entró mucha curiosidad por saber la razón de su cambio, que no me molestaba para nada, es más, me encantaba la idea de al fin verlo arrastrando el culo por alguien.
Le presenté a Edward, Jace y Andrea, esta última casi se lo comió con la mirada, pero a Jace no le importaba y no reaccionaba de ninguna manera ante eso —algo muy diferente a cuando LuzBel me saludó a mí, en ese instante noté su incomodidad—. Edward era otro que casi se lo comía con la mirada, aunque su charla con Isabella lo distrajo de eso. Mi Ed invitó a bailar a la chica y ella aceptó, en ese momento me di cuenta de que para LuzBel la tipa no era solo una más y vi que casi los asesinó con la mirada, no obstante, logré disuadirlo de sus ganas de matar a mi amigo y lo hice que se concentrara en mí.
Elena —la pelinegra que le acompañaba— resultó ser una chica muy extrovertida por lo que logré observar en ella, también era una pervertida y creo que fue eso lo que nos hizo llevarnos muy bien. Hablamos un rato y por su acento imaginé que no era del país; por momentos también sentía que me insinuaba cosas y solo rogué para no romper una más de mis reglas esa noche.
Aunque con esta chica lo dudaba, era muy decidida y sabía cómo provocarme.
—Eres la primera amiga de LuzBel con la que logro llevarme bien —informó haciendo que él sonriera.
Nos habíamos alejado un poco de los demás y estábamos platicando solo los tres. LuzBel disfrutaba de ver cómo ella me coqueteaba y pensé que por su cabeza se estaban cruzando muchas perversidades.
—Será porque soy la única que no tiene interés sentimental por él —señalé.
—Sí, definitivamente es eso —coincidió él y no dejaba de observar a Edward bailar con Isabella.
—¡Hey! En serio no debes preocuparte por mi amigo —dije llamando su atención—. Te aseguro que Ed no se va a propasar con tu chica.
—Ella no es mi chica —bufó de inmediato haciendo que medio sonriera con su respuesta. Lo conocía más de lo que él mismo se conocía y sabía que a mí no podía engañarme.
—Entonces no tienes por qué estar cuidando qué hace Edward con ella. Se ve que en verdad le gusta y a ella no parece desagradarle —mentí solo para probarlo y reaccionó tal como lo imaginé.
—Creo que de aquí saldrás solo con el rubio y la chica —espetó intentando ir hacia ellos, pero lo detuve. Puse mis manos sobre su pecho y presioné mi vientre contra su pelvis.
—Tranquilo, LuzBel, hay cosas más divertidas para hacer —le insinué, di un beso en su cuello y lo sentí tenso.
Intenté provocarlo, sin embargo, lo sentí muy reticente y eso me desconcertó un poco. La cosa era peor de lo que había imaginado.
—¡LuzBel! ¿Recuerdas aquella fantasía que me mencionaste? —Elena nos sorprendió con su pregunta y se colocó tras de él acariciando su hombro.
—Sí —habló él lacónico, viéndome a los ojos y mostrando el peligro en ellos.
—Me apetece cumplírtela y Laurel es la chica perfecta para eso —Los ojos de él se abrieron un poco más e intuí que era porque Elena llegó hasta su entrepierna y como yo estaba muy cerca de él sentí su mano también rozar mi sexo.
Con la palma de su mano acariciaba el pene de él y con el dorso de esta rozaba mi sexo, intenté alejarme, pero LuzBel fue más rápido y me tomó de la cintura impidiendo que me separara.
¡Mierda!
—A mí también me apetece —susurró él cerca mi boca sin hacer ningún contacto. Su regla me impedía besarlo—. Mi perversa, Laurel, no te imaginas las ganas que tengo de volver a jugar contigo en mi oficina; las tengo desde que te vi con este precioso vestido —me incitó con su gloriosa voz, mas no era del todo sincero y creí que se estaba obligando a actuar así—. Solo que esta vez quiero incluir a Elena —Un suave jadeo escapó de mi boca cuando la caricia de Elena se hizo más intensa— ¿Aceptas? —cuestionó y no supe qué responderle.
Uno, porque no lo veía convencido a él mismo de lo que estaba pidiendo.
Dos, porque sabía que aceptar su proposición era ayudarle a herir a aquella castaña que ni el mismo quería herir y solo fingía porque no podía dejar de ser un idiota.
Y tres, porque ya había estado con dos hombres, pero eso era lo mío, no obstante, nunca estuve con una mujer y no me sentía segura.
—Siempre he querido estar con una mujer y tú eres hermosa y perfecta para eso —la voz de Elena fue seductora y admitía que si yo hubiera sido hombre, ella también hubiese sido el tipo de chica con la que yo estaría.
—Elena, convéncela mientras yo voy a solucionar algo —la voz de LuzBel había vuelto a ser fría y sin esperar respuesta se zafó de nuestro agarre.
Las dos observamos cómo llegó hasta la pista e hizo que Edward dejara de bailar con Isabella; mi amigo llegó hacia nosotras y sentí cómo Elena me comía con la mirada. Edward solo sonrió cómplice y decidió irse hacia la mesa con los chicos. La propuesta de LuzBel me intrigaba y que me lo pidiera incluso como un escape de algo para él, logró despertar cierto interés en mí.
—Nuestro pequeño diablo necesita relajarse —señaló Elena al ver que LuzBel discutía con Isabella y luego se marcharon a un lugar más privado— y quien mejor que nosotras para relajarlo —Dio un trago a su bebida e hice lo mismo con la mía—. Las dos sabemos que él no es de nadie —Después de lo que había visto en sus ojos esa noche lo dudaba un poco—, tú y yo somos unas hijas de putas que buscan diversión y las únicas capaces de compartir a ese diablo sin matarnos antes —afirmó y caminó detrás de mí; logró ponerme nerviosa—. Te aseguro que los tres pasaremos una noche increíble —susurró cerca de mi oído haciendo que su aliento acariciara mi cuello.
Deseaba negarme, pero luego vi a LuzBel furioso y con miedo, discutía con la chica castaña y sabía que algo grave le había pasado; eso me animó a romper una más de mis reglas. Iba a ayudarle a aquel idiota a descubrir si deseaba seguir siendo un hijo de puta.
—Disfrutemos de esta noche, Elena —respondí y la sentí sonreír.
Había encontrado la excusa perfecta para cambiarme de bando esa noche.
Elena me tomó de la mano y antes de caminar con ella volteé a ver a los chicos. Jace presenció lo que Elena hizo y me miró tenso y excitado, Edward sonrió divertido al imaginarse lo que iba a hacer y Andrea necesitaba que alguien le ayudara a cerrar la boca. Les guiñé un ojo y sonreí con picardía para luego comenzar a caminar.
Noches antes estuve con dos hombres a la vez. Un trío más y con otra mujer creía que no me haría ni más ni menos puta.
Llegamos cerca de donde se encontraba LuzBel e Isabella, él estaba aún más tenso, furioso y temeroso, ella lucía indignada y dolida y por lo que logré deducir, a mi amigo eso lo desconcertaba y confundía, pero a Elena no le importó y habló para comunicar su logro.
—¡Oye, LuzBel! Ya convencí a tu amiga para divertirnos los tres en tu oficina —Elena se mostró muy animada y decidí seguir el juego acercándome más a ella y poniéndonos melosas.
—Esta noche tu fantasía será cumplida, cariño —avisé convencida de disfrutar de esa nueva experiencia.
Temía que LuzBel se negara, pero luego de un rato susurró algo a la chica y comenzó a caminar hacia nosotras, por segundos lo vi dudar de lo que estaba a punto de hacer, sin embargo, conocía que su orgullo de macho era más fuerte y eso lo incitó a seguir adelante y fuese lo que fuese que habló con Isabella, vi la necesidad de él de demostrarle a ella la clase de hijo de puta que era y lo malo que podía ser para cualquier mujer enamorarse de un demonio como él. Su aura era oscura y su manera de caminar me recordó a la de un depredador a punto de cazar a su presa.
O a la de un demonio a punto de robar nuestras almas.
Luego recordé que yo quizás ya no tenía y sonreí con descaro.
________________________________________
Propiedad de Jassy.
Obra registrada bajo derechos de autor.
Instagram: wattpad_jm
Twitter:@JassyBook
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top