40: Reina para siempre
Keyla
Es el momento de hacerle notar a mi enterrador que volví, así utilizará la carta que tiene bajo la manga de la doble de Susan. Todo comenzó por ella y terminará por ella. Aunque este no es un juego con naipes, es mi juego de ajedrez, y hoy más que nunca seré la reina, la reina para siempre.
Tyner dijo que mi enterrador es el padre de Drew, por eso le pedí la lista del administrador, para cerciorarme de su nombre, pero no dice Marconi, otra vez utilizó un nombre falso, otra vez hizo pasar a otros por él, es el maestro del disfraz. Pero en esta ocasión se le acabarán sus artimañas, Vinicio conoce su rostro más que yo, así que le será imposible esconderse ahora, al fin ha cometido errores y hoy lo haremos cometer uno más.
Aprovechamos el asesinato de sus secuaces para ir al cementerio, a él no le importan, pero si sabe que lo estoy buscando, seguro hasta tiene cámaras aquí. Es increíble como tiró al muere a todo aquel que le ha ayudado, realmente es un ser perverso. Aunque yo seré más oscura que él, lo prometo, en esta oportunidad seré yo quien lo engañe.
Me mantengo parada frente a la tumba de uno de los hombres que mandé a matar cuando era administradora, pasan unas horas sin señales de nada, pero cuando suspiro y decido irme la veo venir.
Trix.
De nuevo viste como Susan.
Pobre chica, una vez que a mi enterrador no le interese más usarla, también terminará muerta, muerta como este hombre bajo la tierra de su tumba.
Podría ser hasta la tierra que una vez casi me ahoga.
―De nuevo aquí, cerca de los muertos ―susurra Trix.
―Sí ―contesto por lo bajo.
―Él se preguntaba si te habías rendido.
Sonrío.
―Ya ves que no.
―Se nota que mi apariencia ya no te afecta, eso es malo para mí ―opina.
―O sea que sabes que eres descartable para él ―acoto y asiente―. ¿Y por qué continúas ayudándolo?
―A veces hacemos cosas sin razón.
―Sí. ―Mantengo la mirada en la tumba.
―Me pregunto si tú también eres descartable.
Me río.
―¿Por qué? ¿Envidia?
―No sé, quizás ya no le sirves, eres su proyecto personal, pero que estés embarazada no tiene nada que ver con su plan perverso, otra vez lo has dejado decepcionado.
Giro mi rostro a mirarla de forma abrupta.
―¿Y crees que me importa? ―Sonrío―. Mejor, me encanta que nada de lo que planeó para mí funcione, amo destruirle el ideal que pensó que tenía conmigo, su obsesión lo llevará a la ruina.
―Si tú lo dices ―expresa tranquila.
―¿Y bien? ¿Vas a quedarte aquí parada? ¿Matarme? ¿Asustarme o qué? ―me burlo―. Me aburres, mejor hagamos esto, envíale un mensaje de mi parte, dile que han estafado a Drew ―informo lo acordado en el plan de Cassidy―, y que si le importa un poco su hijo, lo va a ayudar, para que vea que ya no soy la mala persona que a él le excita que sea, ¿de acuerdo?
Me mira extrañada, pero me responde.
―De acuerdo. ―Una vez que se gira para irse, se aleja un poco de las tumbas, me le acerco y le toco la espalda, poniendo el localizador―. ¿Qué? ―Se da la vuelta a observarme molesta.
―No lo olvides, nunca serás Susan, estás perdida ―me invento una excusa, aunque en realidad es bastante cierta, pero no quiero que sospeche―. Y tranquila, no iba a seguirte, no soy tan tonta. ―Sonrío.
―Claro ―exclama con sarcasmo, entonces la veo retirarse.
Sonrío con malicia.
Caíste, estúpida, ahora se nota quién es la tonta.
~~~
Ya de regreso en la camioneta en la que está oculta Cassidy, junto con Tyner y Vinicio, seguimos la señal. No esperamos que el padre se preocupe por el hijo, pero al menos alguno de los tres involucrados, incluyendo a Trix, terminará por reunirlos, entonces será el fin del reino perverso del enterrador.
Ahí es cuando estaré lista para tomar mi corona de una vez por todas.
Otro montón de horas vuelven a ocurrir, mientras el vehículo avanza por las calles, hasta que la señal da en un punto positivo y termina estacionando, entonces Cassidy hace un gesto de victoria, así que me mira.
―Te dije que con mis herramientas iba a funcionar ―expresa con confianza y sonrío asintiéndole en aprobación―. Ahora escuchemos con quién habla y si es de utilidad ―agrega y se pone los auriculares para escuchar―. Hay algo extraño aquí ―opina, haciendo un gesto en el que intenta entender.
―¿Qué? ―cuestiono.
―Mejor vamos a cerciorarnos. ―Prepara su arma.
―Tú te quedas ―me dice Vinicio y yo niego―. Dile algo ―le exige a Tyner.
―Nunca nos va a hacer caso ―aclara el moreno, entonces el castaño le da la razón, así que todos bajamos de la camioneta para dirigirnos al lugar.
En el galpón nos recibe Drew a solas.
―Vaya, ¿pero qué tenemos aquí? ―nos mira con confianza―. Tengo curiosidad, ¿quién me estafó? Pues yo no vi que me hayan sacado nada.
―Así que hablaste con Trix ―opino―. Y la conoces ―afirmo.
―Esperen ―interrumpe Cassidy antes de que Drew hable y decide probar algo, ya que es la única que escuchó la grabación en la camioneta―. Ya sabemos todo, deja de fingir, admítelo.
Él ni se inmuta y sigue sonriendo.
―Tienes razón ―declara tranquilo―. Yo soy el enterrador.
―No puede ser ―responde Cassidy.
―Lo es, Escarlata no conoce todo de mí.
―Es broma, ¿cierto? ―expresa Tyner―. Me dijiste que era tu padre.
―Mentí, obvio, mi padre está muerto, de hecho yo lo maté.
―Quiere decir que quien me visitó en mi casa para traerme las grabaciones ese día era un impostor. ―Queda pensativo Vinicio.
―Sí, me gusta usar señuelos. ―Se ríe y luego me mira―. Por eso en la fiesta del administrador seguiste al pelado que creías que viste, luego me encontraste en el cuarto con la chica, te estaba esperando. ―Se relame los labios.
―Cuando me llamaste por teléfono, usaste un aparato para modificar tu voz ―afirmo dándome cuenta.
Chasquea los dedos.
―Exacto, por eso eres mi favorita. ―Me guiña.
―Mierda ―se queja Cassidy y se pone en medio de nuestro camino―. El trato era que mataban al enterrador y yo atrapaba a Drew, pero viendo que ambos son el mismo, no puedo permitirlo, el trato se cancela. Prometo que recibirá su escarmiento, no más.
Frunzo el ceño.
―No, él debe morir ―digo indignada.
―Eso no lo decido yo, sino mis jefes.
―Señoritas ―exclama muy calmado Drew―, mientras ustedes siguen discutiendo, yo me voy. ―Saca de su bolsillo una especie de aparato pequeño y lo presiona, la instalación comienza a llenarse de humo.
―¡Mierda, se escapa! ―grito viendo su silueta huir, entonces lo sigo, aprovechando que nadie más lo vio.
Ahora esto es entre tú y yo enterrador.
Avanzo por el siguiente ambiente lleno de humo, por suerte esa neblina espesa no es rociada en mi dirección, así que no llego a toser, lo único malo es que no se puede ver nada. Preparo mi arma, sacándola de mi pantalón y avanzo con esta, sosteniéndola hacia abajo con ambas manos, preparada para levantarla y disparar en cualquier momento. Lo que sucede enseguida cuando oigo disparos, entonces mato a mi agresor, debe ser uno de los pocos secuaces que le quedan, porque por estúpido eliminó a todos. Además de que le llegamos de sorpresa.
Otro individuo más me dispara y me oculto, vuelvo a tirar, también dándole al que sigue. Cuando me acerco a la persona que está atrás de la columna, para cerciorarme de que está muerta, descubro que es Trix.
Se ahoga con su propia sangre.
―Qué triste, matando a tu amiga por segunda vez. ―Oigo la voz que utiliza con ese aparato para modificarla y me estremezco.
Me giro y disparo, pero no lo veo, ni le doy.
―¡Yo no maté a Susan, tú lo hiciste, desgraciado! ―grito indignada y frustrada―. ¡Te odio, maldito, deja de jugar con mi mente!
―Pero si me encanta. ―Lo escucho del otro lado y vuelvo a disparar―. ¡Ups! No me diste ―se burla.
―¡Sal, cobarde!
―Estoy tan decepcionado de ti, Keyla, recurrir a una organización antimafia para lograr atraparme, qué tristeza. Yo pensé que me encontrarías sin ayuda, sigues errando una y otra vez, ya no sé si quiero darte más oportunidades.
Intento oír de dónde viene el sonido mientras avanzo despacio.
―Tienes razón. ―Veo una silueta y formulo unas palabras para engañarlo―. Ambos nos equivocamos, pero voy a remediarlo.
―Estás perdida, no hay revancha en este juego.
Alzo el arma, entonces le logro disparar, así que cae al suelo.
―Y tú estás muerto ―le digo mientras lo apunto―. Y fallaste otra vez, un buen jugador sabe usar sus fichas, incluso si hay que hacer trampa. ―refiriéndome a que acepté el plan de Cassidy para encontrarlo―. Así que no necesito enterrarte para lograr mi venganza. ―Tiro del gatillo, entonces muere en ese segundo disparo―. Jaque mate.
Bajo el arma y me voy triunfante de ahí.
~~~
Una vez fuera visualizo a Vinicio venir corriendo hacia mí, me abraza y me observa por todos lados.
―¡¿Dónde te encontrabas?! ¡Pensé que habías salido! No estás herida, ¿cierto? ―expresa preocupado y me río.
―Se acabó.
Veo venir a Cassidy y Tyner, ella me mira de muy mala manera.
―¿Qué quieres decir con que "se acabó"? ―la rubia me recrimina.
―Que está muerto, le tendí una trampa, utilicé su obsesión por mí y lo maté, fue su debilidad. Lo siento, pero vas a tener que decirle a tus jefes que no podrás hacer tu entrega ―me burlo.
Bufa.
―Mierda, bueno, cómo sea, ¿quién quiere pizza? Mandaré a alguien a limpiar este desastre, mientras podemos comer ―ofrece.
Wow, no está enfadada, creí que se enojaría. Bueno, mejor, hay que celebrar que al fin terminó el calvario. Se siente raro, pero sí. Ya puedo afirmar que seré una reina para siempre, porque ahora tengo la corona, la corona de la sangre de mi enterrador.
~~~
Luego de comer pizza y brindar, como gente normal, como si estuviéramos festejando aprobar materias o algo así, salimos del restaurante. Vinicio frena un taxi y antes de subir, nos paramos para despedirnos.
Entonces Tyner se acerca hasta mí.
―Hay que hablar de muchas cosas y habrá tiempo. ―Toma mis manos y luego mira a mi pareja―. Sean felices.
Vinicio asiente a su aclaración.
―Claro, tú también ―le responde.
Tyner se agacha, entonces apoya su oreja en mi vientre.
―Tú también, pequeño, nos veremos pronto. ―Se levanta, poniéndose a mi altura―. Ya no más peligro, ¿de acuerdo? ―ofrece su mano.
―Ya no más. ―Acepto su gesto y nos damos un apretón.
Nos separamos y nos vamos al auto, terminamos de despedirnos, saludando con un movimiento de mano a Tyner y Cassidy. Ahora sí, nos dirigimos a una nueva vida, a una lejos de todo el odio que generó la oscuridad. Puede que a veces la aceptemos, pero siempre es preferible la luz.
El fin.
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