Tyner

Meses después.

Ha pasado tiempo desde la vez que le disparé a Keyla, lo último que supe de ella es que sobrevivió, pero después de eso se le perdió el rastro, aunque yo no me dediqué a buscarla, los empleados de Marconi lo sugirieron.

He cambiado.

Mucho.

Estoy perdido en la oscuridad, ya nadie me podría reconocer, por ser la persona en la que me he convertido. Odio a las mujeres, por culpa de la traición de Keyla, mi antiguo amor, no quiero perdonar a ninguna, ni por el más mínimo detalle. Tengo el horrible sentimiento de hacerlas pagar, así que no me importa haberme convertido en el administrador.

Ser el líder de una organización mafiosa no me molesta para nada. Vender personas menos. Catalizo mi odio así. Es horrible lo que pienso, pero por ahora es en su totalidad de esta manera. Mi corazón se ha sumido por completo en la oscuridad.

Soy maldad.

Soy un rey despiadado.

Salgo de mis pensamientos cuando la puerta de mi oficina se abre. Alzo la vista y por un momento confundo esa cabellera rubia, pero no es. Es una mujer que jamás había visto.

―No se le permite la entrada a desconocidos ―le aclaro y agrego―: Menos a una mujer.

―Tengo entendido que la anterior administradora era mujer.

Auch, golpe bajo.

―Sí ¿Qué quieres? ―digo de forma hostil.

―Soy Cassidy Marconi ―se presenta.

―¿Familiar de Drew? ―Enarco una ceja.

―Su hermana.

―Nunca me ha hablado de tener alguna hermana.

―Ni de su padre ―me recuerda.

―Touché. ―Hago una pausa―. ¿Y qué quieres? ―insisto.

―Tú y yo vamos a hacer negocios juntos, Tyner Verol, ¿o prefieres que te llame administrador?, ¿o quizás rey? ―Me guiña.

―Tyner está bien.

Se acerca al escritorio y apoya una tarjeta en este.

―Veme en este club a la noche, te estaré esperando. ―Remoja sus labios tentadores, puede vérseles su distintivo color rojo pintado en estos.

―¿Y por qué no hablamos ahora?

―Es ultrasecreto. ―Revolotea las pestañas de manera coqueta.

―Entiendo.

La mujer se retira, pero el día pasa muy lento, me ha dejado con la intriga, como si una potente sensación se apoderara de mí. Algo que hace mucho no sentía. Supongo que es el poder de seducción que tienen algunas.

Al fin es de noche, llego al famoso club. Hay música, luces en rojo, prostitutas bailando. Por alguna extraña razón vine solo, pero si tendría que morir no me arrepentiría. Quizás así se apague este odio que me quema por dentro.

Digo mi nombre y una bailarina me hace esperar en un cuarto aparte. En las paredes hay unos cuadros de muy buena calidad, el que los hizo seguro es un artista de alto nivel. Su firma es una C y una M ¿Será...? Oigo la puerta y dejo de distraerme mirando el arte. Al girarme mis ojos se abren en grande, y mi pene se hincha.

Esa si es una forma de ser provocativa.

Cassidy Marconi está vestida con una ropa muy corta y pegada al cuerpo, podría llamarla una maya de látex rojo con bolados que casi parece un vestido muy provocador con ese escote en V.

Está vestida para matar de excitación a cualquier hombre, parece una de las bailarinas que estaban bailando en el caño ¿Será?

―¿Trabajas aquí? ―consulto no sé si por curiosidad o por saber si puedo contratar esos servicios.

Pero si es la hermana de Marconi, ¿por qué trabajar como prostituta?

―Tyner Verol, te he estado investigando. ―Revolotea las pestañas.

―¿Disculpa? ―Enarco una ceja.

―Mi apellido es Marconi, pero no tengo nada que ver con Drew Marconi, aproveché tener el mismo apellido para atraparlo.

―¿Y eso qué quiere decir? ¿Atraparlo por qué? ¿Es una venganza?

Otra mujer con delirios de venganza, no, por favor, no.

―Soy una agente de Escarlata.

―¿Escarlata?

Sonríe con malicia.

―Te sugiero que me escuches atentamente, Rey. 

___

Prepárense, porque en el siguiente capítulo va a narrar Cassidy. La verdad es que no sabía que habría un cuarto narrador, pero decidí incluir la idea de Escarlata en Reina. Escarlata iba a ser el libro de Tyner, del cual hablé en mis redes sociales, pero como la idea no creció, mejor la incluí aquí ❤

Atte: Vivi.