6: Caballero inapropiado

Yuri

Suelo trabajar sola, como mucho involucro a Kei en mis investigaciones, pero no suelo ir acompañada, él solo me da la información y nada más. Sin embargo no me queda otra que hacer la alianza con este tal Clow, él tiene los datos que quiero para encontrar a Guillermo y no va a dármelos a menos que hagamos equipo. De paso me usa como carnada, lo sé muy bien. No me molesta, ya que obviamente quiero encontrar rápido al asesino de mi difunto prometido.

Caminamos por el salón donde podría estar nuestro enemigo mortal, aunque solo veo un montón de empresarios, puede que quizás alguno sepa algo de Guillermo y otros no. Esto será difícil, ya que hay quienes serán corruptos y los demás no tendrán nada que ver. Siempre los mafiosos se ocultan en estas reuniones, como la oscuridad, nunca sabes si podrás encontrar una pista de tales fraudes.

―Los mafiosos son empresarios corruptos ―susurro opinando y Clow me observa, así que me sonríe.

―Ciertamente ―Me da la razón, luego dejamos de caminar cuando me ofrece su mano, alzo una ceja, entonces agrega ―¿Bailas?

―¿Para qué? ―expreso de manera arisca.

―Primero porque no veo nada sospechoso y si nos quedamos quietos nosotros vamos a ser lo que levantemos las sospechas ―Apoya la mano en su pecho ―. Segundo porque estoy caliente y necesito distraerme con algo ―Voy agarrar mi taser por las dudas pero me detengo cuando dice la tercera razón ―. Por último, si Guillermo está tan interesado en ti, y te ve bailar con otro hombre, seguro que querrá contactarse contigo.

Me ofrece su mano y acepto su gesto ante su tercer argumento, siento sus dedos en mi cintura cuando me acerca a su cuerpo, entonces nuestros rostros están a centímetros al comenzar a danzar con la música lenta. Giro mi vista hacia un costado para no mirarlo, mientras hago cada paso con la balada, y él se queda observándome.

―Chinita ―susurra cortando el silencio y yo ruedo los ojos ante ese apodo irritante, así que se ríe ―eres graciosa.

―Y tú un imbécil ―Alzo la vista y le aclaro ―quita tu mano de mi trasero ―le advierto ya que sus dedos descendieron allí.

―Es que me la pones muy dura ―Rápido, me empuja hasta su entrepierna y siento su notable erección a través de su pantalón, así que mis mejillas se ruborizan, por lo tanto me mira con sus ojos llenos de lujuria, para luego morderse el labio inferior ―me estás tentando, Chinita.

Lo empujo por la vergüenza, respiro agitada y lo miro de mala manera, mientras pongo mi mano donde oculto mi taser. Tengo que dejarlo pasar, primero porque estamos en público y no quiero formar un alboroto. Segundo, al menos tengo que esperar la llamada de Guillermo antes de irme de aquí.

―Nuestra alianza se acabó ―le aclaro y frunce el ceño, él da unos pasos hacia mí así que retrocedo, entonces se detiene cuando agrego ―. Te lo dije una vez, te advertí que te mantuvieras a una distancia prudente, lo deje pasar cuando quisiste besarme en tu coche, pero esto excede el límite.

Bufa buscando paciencia al parecer, aunque yo debería ser la indignada, no él, pero quiere insistir.

―Chinita...

―No soy china ―digo severa.

―Yuri ―se corrige para intentar arreglar el problema ―me necesitas y lo sabes.

―Claro que no, solo quiero la información que tienes, es lo único que nos une, así que deja de fantasear.

Se ríe.

―En eso no concuerdo, también está el odio que sentimos por Guillermo.

Hago una pausa al pensármelo mejor.

―¿Y? ―Alzo una ceja ―Ni idea porqué lo odias ―cuando aclaro aquello su sonrisa se borra y mira hacia un costado.

―Eso es complicado ―se limita a decir.

¿Tan malo es? De todas formas no voy a compadecerme, abuso de mi confianza y eso no tiene justificativo. Ni siquiera la razón de su odio por Guillermo va a hacerme cambiar de opinión. Una cosa no tiene que ver con la otra. Se propasó, y la lastima no hará que cambie lo que pienso.

Mi celular suena, abandonando el agonizante silencio que hay entre ambos, entonces contesto y el tan nombrado hace presencia de su voz.

―Hola, mi hermoso lirio.

―Guillermo ―digo con rencor y Clow escucha atentamente.

―Conocías que tu nombre significa eso, ¿verdad? ―habla como si nada a pesar de que mi tono de voz fue con puro odio.

―Me llamas porque sabes dónde estoy, ¿cierto?

―¿Por qué le quitas el romanticismo a esta conversación? Por cierto, ¿quién es el caballero que te acompaña? ¿Te está molestando? Vi que te trato de manera inapropiada, una asesina profesional como tú, merece más respeto.

Observo para todos lados mientras continua con su coqueteo.

―¿Dónde estás?

―No sé cómo conseguiste la dirección de ese lugar, pero no me encuentro allí, cariño. Saluda a la cámara ―Alzo la vista viendo los aparatos en las paredes que menciona mientras sigue intentando ligar conmigo ―. Me gusta el vestido, es bonito, aunque preferiría verte con un kimono ―nombra una prenda tradicional japonesa ―te debe lucir hermoso con tus rasgos tan definidos y elegantes, quisiera sacarte fotos vestida así.

―Deja de decir estupideces ―expreso indignada ―dime dónde estás para que pueda matarte por lo que hiciste.

Se ríe.

―¿Hablas de Manuel? Él no estaba a tu altura y lo sabes.

―¿Quién eres tú para opinar sobre eso? Lo mandaste a matar ―Mis ojos se humedecen ―debes pagar por lo que hiciste.

―Y lo dice una asesina ―se burla ―. Tranquila, ya lo olvidaras.

Presiono los dientes pero antes de responderle Clow me quita el teléfono de las manos, apoya su oído en mi celular, aunque no dice nada en absoluto. Parece que toma valor para hablar, pero termina cortándole la llamada.

―No tiene sentido seguir hablando con el tipo si no está aquí ―me aclara y me quedo un momento en silencio ―¿Qué? ―dice serio.

―Tienes razón pero...

De algún modo me trajo alivio que me sacara el móvil de las manos, pero también me causa intriga en saber que está pensando ¡¿Por qué no le contestó?! ¿Le tiene miedo? No, no creo ¿Por qué le temería de todas formas? Es solo un viejo decrepito.

―Bueno, ¿qué vas a hacer? ―pregunta ya que me quedo callada.

―¿Eh? ―reacciono.

―Sí, dijiste que nuestra alianza se acabó ―Sonríe ―¿Cambiaste de opinión?

Lo había olvidado por completo.

―Escucha ―Bufo ―no soporto tus maneras, baja tu testosterona y después hablamos ―Me giro diciéndole algo neutral.

Me agarra del brazo deteniéndome, así que lo miro.

―Nos veremos mañana a la misma hora, ven al hotel Rosmon, ahí me estoy hospedando, Guillermo tiene una dirección que frecuenta cerca de allí.

Me suelta y se retira. Esta es la segunda vez que me planteo esto y también será la segunda vez que me arrepienta. Estoy segura.

Maratón 1/3 7u7

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top