27: El final del camino
Clow
No es de extrañar que todo el mundo sepa que algún día me iré al infierno, cuando hablo de ello, me refiero a mi propia muerte, a suicidarme. Una vez que acabe mi venganza y asesiné a Guillermo, pondré fin a todo esto. La aparición de Kei ha dado justo donde quería, al parecer fue golpeado por los hombres de Gallagher, ya que encontró su escondite principal. Aunque esta vez, el enemigo no sabe nada, ya que el Chino Teñido se deshizo de los testigos. No es tan inútil al parecer, sin embargo me sigue cayendo mal.
―¿Por qué mierda sigue aquí? ―me quejo ante Yuri en frente del cuarto donde se encuentra descansando Kei.
―Es mi amigo y sé que no dijo cosas buenas sobre ti, pero nos está ayudando ―Intenta calmar mi enojo.
Ruedo los ojos.
―No me interesa, ya contó lo que debía, ahora que se vaya.
―¡Está malherido!
―Chinita ―La agarro de los brazos y me acerco a su rostro ―, estamos mejor sin él ―susurro a centímetros de su boca.
Me empuja.
―No intentes seducirme ―expresa sonrojada y me río.
―Vale, ya me voy ―Me giro.
―¿A dónde? ―expresa sorprendida.
―A matar a Guillermo.
―¡Pero espera, hay que pensarlo bien!
―Tú cuida al chinito, yo hago mi venganza.
―¡Pero Clow...! ―es lo último que escucho porque cierro la puerta para irme de su departamento y ya estoy hasta cruzando el pasillo hacia el ascensor ―¡Clow! ―Me sigue y me detengo. Se frena a respirar agitada ―Es peligroso, no aprendiste de la última vez ―me aclara.
―En esta ocasión ―Alzo mi revolver que estaba en mi porta armas y sonrío ―, no sabe que voy por él, así que este es el final del camino.
Suspira.
―Dijiste que querías que yo lo hiciera ―me recuerda.
―Sí, lo dije, pero luego de lo que ocurrió... ―refiriéndome a lo que tuvo que pasar con Guillermo para liberarme ―cambié de opinión.
Bufa.
―Se ve que no puedo convencerte, tampoco acompañarte, tengo que ver cómo evoluciona la salud de Kei ―declara.
Ruedo los ojos, pero luego sonrío.
―Lo sé, no te preocupes, yo vengaré por ti a tu difunto prometido.
―Ojalá lo hagas, así terminaría todo este calvario ―Se toca el cabello ―¿Sabes? Estoy cansada de seguir a Gallagher, espero acabar pronto.
Doy dos pasos hacia ella y la tomo de la barbilla, acercándome a su rostro, casi a sus labios.
―Hoy se termina, lo prometo ―Le doy un leve beso apoyando despacio mi boca en la suya y a la misma velocidad retrocedo en un suspiro ―. Adiós ―susurro por las dudas de que sea la última vez que la vea.
Quizás no se acuerda lo que le confesé el otro día, será lo mejor.
Me dirijo al ascensor y me quedo viendo a Yuri hasta que las puertas se cierran. Suspiro entonces me preparo para ir hacia mi venganza. Salgo del edificio, yendo directo a mi auto. Conduzco rápido a donde Kei indicó con antelación el día de ayer.
Redención, no hay redención para mí.
Llego al lugar y estaciono mi vehículo, voy con sigilo a encontrarme con mi mayor enemigo. Golpeo al guardia de la puerta, descubro que Guillermo no está en su oficina, así que interrogo a alguien que se encontraba en el pasillo y para que no hable de más, lo noqueo de un golpe. Me dirijo a la azotea donde al fin estoy frente a frente, delante de mi agresor de la infancia.
Este será el final del camino.
―Te estaba esperando ―Me sonríe y alza las manos ―, te vi entrar por culpa de las cámaras de seguridad, tuviste suerte, estoy desarmado.
―Se acabó ―Alzo el arma hacia él.
No tengo que pensarlo mucho. Si estoy demasiado tiempo observándolo, tendré ganas de vomitar, fallaré el tiro, huirá y nunca tendré una oportunidad como esta. Ni tengo que dejarlo hablar.
Mi mano tiembla y apoyo el dedo en el gatillo. Él no deja de sonreír, se burla de la situación, no le importa que vaya a morirse. Hay una diferencia entre ambos, Guillermo Gallagher no se arrepiente de nada.
―Vamos, mi pequeño, dispara, se un hombre.
―¿Crees que no puedo hacerlo? ―Presiono los dientes.
Mierda, lo dejé hablar. Estar paralizado, arruinara todo.
―Claro que puedes ―expresa relajado ―. Quiero disculparme contigo, la última vez que hablamos, manifesté mi atracción por Yuri, lo lamento.
―¿Qué? ―digo atónito.
No puedo creer lo que está diciendo. Está loco.
―Clow, te amo.
Asco.
Me recuerda a mí y mis palabras contra la Gatita.
"Tigresa, te amo".
―Adiós ―Tiro del gatillo antes de oír más.
Le doy justo donde quiero, porque veo como salpica toda la sangre y este cae de espaldas hacia el suelo, boca arriba. Le di directo al corazón, ya que veo todo el líquido carmesí esparcido por el piso, es un enorme charco, noto que muere en segundos nada más.
Lo maté, al fin.
"Si me amaras no hubieras hecho todo lo que hiciste".
Más palabras de la Gatita aparecen en mi mente. Despacio levanto mi arma y la apoyo en mi sien. Se acabó, yo también iré al infierno.
___
Anteúltimo capítulo 🙊💔
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