15: Una inocente invitación
Yuri
No debí nombrar lo que ocurrió ayer, y que vergüenza haber hablado de mis preferencias sexuales ¿Cómo caí tan bajo? Mejor dicho ¡¿Cómo es que sigo aquí debajo?! Me remuevo mientras Clow está sobre mí, aunque con sinceridad no quisiera que se quitara de encima.
―Chinita ¿Qué te dije anoche? ―insiste con el tema e ignora que mi cuerpo echa fuego, y eso que se lo aclaré ―¿Por qué no quieres contarme?
¿Por qué?
Creo que me tomé demasiado en serio lo que me expresó, él habló de que yo lo hacía sentir diferente, que no se sentía un monstruo. Sus palabras me hicieron pensar que yo era única y especial, lo que no tiene sentido, es algún tipo de manipulación y estoy siendo ingenua. No puedo creer en las palabras de un violador. Además no debería asumir algo así tan fácil ¿No se supone que esto era una calentura y nada más? Me he rebajado tanto este último tiempo, que ya ni me reconozco a mí misma, no puedo simplemente aceptarlo, no debería ni imaginar algo con este tipo.
―Chinita, dime ―vuelve a pedir ―. No me hagas enfadar.
―¿Qué? ¿Vas a golpearme?
Quizás si lo hiciera sus palabras no tendrían sentido, aunque él no lo sabe, ni siquiera conozco si quiero que anule lo que dijo con sus malas acciones.
Se levanta de sobre mí y me estremezco.
―Sí, soy un agresivo ―admite sentándose en el borde de la cama observando hacia la pared, luego sonríe y me mira de lado ―pero solo si me provocas.
Mi corazón se acelera.
Sinceramente no me entiendo a mí misma, pero que no arruine lo que me ha dicho anoche, me hace sentir bien, solo mi lado racional no está de acuerdo. Es que acaba de respetar mi decisión de no contarle, no le veo nada de malo, y si me respeta, sus palabras valen.
"Cuando estoy contigo no me siento un monstruo".
Clow
He vuelto a vivir con Yuri, prácticamente fui yo quien me fui, así que soy yo el que regresa, aunque no hubo objeciones por parte de ella.
Me gustaría saber lo que piensa.
Es un motivo aparte para quedarme en el departamento, después de todo solos no hemos hecho ningún avance sobre la búsqueda de Guillermo, quizás juntos sí, pero además me intriga mucho saber que es lo que le dije a ella esa noche en que llegué borracho a la casa.
―¿Y qué pasó con el Rubio Teñido? ―nombro a su informante mientras tomo una lata de cerveza fría, apoyando el codo en la mesada de la cocina, mientras ella lava unos platos, los cuales usamos para almorzar ―¿Te he dicho que te ves muy sexy con ese delantal? ―Sonrío de lado y me mira de refilón, me ignora ―Háblame, Chinita, no seas mala.
―¿Qué quieres Clow? ―dice de mala gana ―No bebas, que eres un desastre con eso.
Me río.
―Claro que no ¿Y no me vas a responder?
―Si te refieres a Kei, está trabajando ―expresa cortante.
―No, hablaba del delantal ―Hago puchero y luego sonrío ―, pero ya que salió el tema, tu informante no sirve para nada.
Deja el trapo mojado a un lado y se gira mirarme molesta.
―Tú tampoco.
―Tu amigo no me cae bien ―digo directo.
―No me importa.
―¿Estás enfadada? ―Me río.
―No soy tu sirvienta.
―No me vuelvas a decir eso que me excito.
―¿Crees que puedes volver a esta casa y actuar como si nada fuera? Te responderé, no, claro que no.
―Ya han pasado días, ¿y ahora me lo dices? ―Tomo el ultimo sorbo de mi lata y la tiro al pequeño tacho que tengo a un costado sobre la mesada ―Chinita, no termino de entenderte.
―Que casualidad, yo tampoco a ti.
Se hace un silencio y suspiro.
―Nunca vas a decirme qué te dije ese día, ¿verdad?
―No ―responde cortante.
―Chinita...
―¿Qué? Y no soy china.
Me río.
―Ya te estabas tardando en corregirme.
Rueda los ojos.
―¿No tienes algo más productivo que decir?
―Te invito a cenar ―expreso de repente y sonrío al obtener el resultado deseado, sus mejillas se tornan es un bello rubor.
―No... no digas estupideces ―Baja la vista nerviosa y se corre un mechón de su cabello negro detrás de su oreja ―, no tiene sentido tal invitación.
―¿Por qué no? ―Alzo una ceja ―Dices que te trato como una sirvienta, ya que uso tu casa y como tu comida. Bueno, esta vez pagaré yo la cena, tú serás la reina ¿Qué te parece?
Frunce el ceño.
―No estoy de acuerdo, es un error.
―¿Temes cometer un desliz? ―Me río ―¿Arruinarás tu larga racha de rechazarme?
Bufa.
―¿Qué desliz? Solo no me parece porque estás mezclando las cosas.
―Yo creo que tú eres la que lo está involucrando todo con una simple e inocente invitación, no va a pasar nada, cobarde.
Presiona los puños y su mandíbula se tensa, me deleito otra vez con ese rubor que crece y crece en sus mejillas.
No lo soy, es solo que...
―Cobarde ―repito en un tono cantarín.
Sigue mirándome de mala gana, pero al fin acepta. La tarde pasa silenciosa hasta que llega la noche, y con silenciosa me refiero a que no nos hablamos en todo el día. Creo la puso muy incómoda la situación, entiendo que no quiera involucrarse sentimentalmente, yo menos aún estoy buscando eso, pero tampoco para exagerar, ni que una cena signifique algo ¿O para las mujeres sí quiere decir alguna cosa? Quizás solo es el detalle de la invitación, sin embargo no lo hice con esa intención. Yo solo quería calmar su enfado hacia mí, y tanto que dice que la trato como sirvienta, entonces le devuelvo el favor.
Aunque no me molestaría verla con un trajecito de mucama, me encendería mucho y mi pene estaría contento. Imaginarla con unas medias largas y blancas que pueda arrancar, quizás usar el palo del plumero de limpieza en sus zonas para confundirla o incluso tironear de esa vincha blanquita que usan esas mujeres en su cabello. Solo imaginar sus gritos ya me la pone dura.
Concéntrate, no vas allí a follar, solo a cenar, aunque podría cenarme una chinita en el restaurante, solo debería encontrar el lugar indicado para que nadie interrumpa el momento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top