Epílogo (Encuéntrame)

Merche

Días antes...

Estoy en el juzgado, pronto será el juicio de Eiden. Me pone muy nerviosa toda esta situación. He venido a averiguar unos cuantos datos, luego me iré para estar lista para el día esperado. Parece haber mucho movimiento hoy. Miro para un lado y otro. Me acerco a una oficina, entonces entro, levanto una ceja.

—Hermes. ¿Y tú qué haces aquí? —Hago una pausa—. Ah, no, espera, ya sé, ser corrupto.

—Hola, cuñada. ¿Cómo estás? —Ignora mi provocación y se mantiene tranquilo, sin expresión. Básicamente, cómo siempre. Deja el papel en la mesa, después se me acerca—. Te estaba esperando.

—¿Para matarme? Mejor, con tanto policía ahí afuera, ni siquiera tú te salvas. —Continúo de mala manera, no lo soporto.

—No faltará oportunidad para eso, pero primero hablemos de negocios.

Entrecierro los ojos.

—Yo no tengo nada que hablar contigo, falso fiscal.

—Yo estoy seguro de que sí y a partir de ahora, vas a verme la cara mucho más de lo que crees —aclara.

—No si mi paciencia se agota.

—Por eso estoy aquí —exclama cortante—. Todos los seres humanos tenemos un límite y pienso que pronto llegarás al tuyo.

—¿Disculpa? —Lo miro, desconcertada.

—Quiero que me devuelvas la hebilla —especifica de repente.

Entonces me doy cuenta, él quiere la evidencia que puedo usar en contra de Malya.

—¿Dónde está el cuerpo de R? —contraataco.

—Eso pregúntaselo al Señor T.

Ruedo los ojos.

—Más Señores Letra, me tienen podrida, los encarcelaré a uno por uno.

—Te ayudaré en el juicio de Eiden, si me das el único objeto que puede perjudicar a Malya —vuelve a insistir, no obstante, esta vez nombra a mi ángel—. ¿Trato? —Levanta la mano.

Presiono el puño y bufo.

—Trato. —Estrechamos nuestras manos.

Oigo la puerta, me giro a ver, sorpresivamente, es mi hermana quien ha entrado y creo que está mirando, malentendiendo la situación.

—¿Qué sucede aquí? —se limita a decir, pero se da vuelta para escaparse de allí.

En aquel instante la sigo. ¿Realmente tengo un límite? No debería tener la necesidad de explicarle, sin embargo, es más difícil estar en su contra. Entonces, ¿cuándo es qué mi paciencia se agotará? No queda mucho, muy pronto, voy a tener que enfrentarla. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top