10 meses después...

Camino por los pasillos del juzgado. Visto de una manera formal para resguardar apariencias. Hay muchas personas hoy aquí, incluso policías, debo ir con cautela. Solo voy a ver a mi marido, no tengo por qué preocuparme. Soy una delincuente, una mafiosa, pero no tengo por qué temer, si nadie se da cuenta. Levanto la frente en alto y sigo mi camino.

Llego hasta la puerta, a la cual me compete entrar, no obstante, oigo una conversación del otro lado y me detengo al tocar la manija.

―Trato.

Reconozco la voz, no puede ser. Abro la puerta.

―¿Qué sucede aquí? ―pregunto sorprendida.

Visualizo un apretón de manos entre Merche y Hermes.

¡¿Qué pasa aquí?! ¿Por qué dos personas que se odian y son enemigas están haciendo un trato? Esto no tiene lógica. ¿Qué ocurre aquí? ¿Ahora son los mejores amigos o que les pasa?

Me giro frustrada.

"Olvídala", recuerdo las palabras de Hermes sobre ella y me irrito.

"Es una mala persona", me acuerdo lo que dijo Merche sobre él y me enojo.

―¡Malya! ―Me sigue mi hermana, aunque el que debería seguirme es mi marido. Estoy furiosa e indignada, aumento la velocidad de mi paso.

Sin prestar atención, me choco con alguien.

―¡Ten más cuidado! ―grito molesta.

―Lo siento ―la persona pide disculpas, levanta las cosas que se le cayeron y reconozco la voz.

Entonces, cuando lo miro más detenidamente, al recoger todo lo que se le ha caído y ponerse derecho, es inconfundible.

No me lo creo, no puede ser.

¡¿Es S?!