51: Roles
Malya
Me oculto tras las gradas y escucho toda la conversación sin que me vean. ¿Acabo de oír bien? ¿El padre de William es el entrenador de mi demonio? El que le hizo sufrir esa pesadilla, es ese mismo. Todo encaja, había una razón para que S fuera en contra de Hermes todo el tiempo. No era un simple capricho, generado por la nada. Ciertamente, ese Entrenador, le enseñó a mi marido todo lo que sabe. No logro imaginarme cuáles son todas las emociones que siente William contra él.
Concéntrate, no es momento de distracciones.
Debo esperar la señal de Eiden para cuando lleguen los refuerzos de Neill y poder avisarle a Hermes.
―¿Problemas en el paraíso? ―Oigo a un costado y esa voz no me gusta para nada.
Me giro y ambas nos apuntamos con nuestras armas.
―Julia.
Se ríe.
―¿Me recuerdas? Yo te recuerdo muy bien, casi me rompes la mano.
Maldita sea, no puedo estar distraída por mucho tiempo. Si llega el mensaje de Eiden y no le puedo dar la señal a Hermes, el plan habrá fallado. Justo tenía que verme esta tipa, ¿no podía ser alguien que no me reconociera?
Mínimo, un poco de buena suerte.
Merche
Registro el perímetro, aunque lo hicimos muchas veces, es mejor no caer en ninguna trampa. Además, vengo a cumplir otro rol.
Cargo el cartucho y vuelvo a disparar a otro poste de luz que tiene cámaras ocultas. Volvieron a instalarlas, aunque las destruimos con anterioridad, era obvio que debía asegurarme. Más con que tenemos que fingir la muerte de Eiden, no podemos simplemente dejar cabos sueltos.
Mi celular suena y atiendo estando alerta de que ningún seguidor aparezca mientras contesto la llamada.
―¿Qué pasa, Eiden? ―pregunto, pareciéndome rara su comunicación en estos mismos momentos.
―No sé ni qué clases de noticias son, pero...
―Habla ―exijo.
―Demetrio Galván está muerto ―exclama directo.
―¡¿Qué?! ―Me sorprendo―. ¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?!
―Ni idea, me acaba de decir Edgard que lo vio en las noticias. ¿Y ahora qué? Necesitamos un policía, y sabes que no puedes ser tú, sería muy sospechoso.
―No hay tiempo. ―Le disparo a otra cámara―. Tenemos a Hermes metido jugando el juego de S, hay que actuar rápido, y arrestarlo, lo haré yo misma.
―Nadie va a creerte que estoy muerto, ni aunque seas tan buena actriz ―exclama disconforme.
Sonrío.
―Gracias por el halago, no te preocupes, lo solucionaré. ―Le cuelgo y miro una de las cámaras―. Esta puede servir ―exclamo pensativa y me acerco al poste, haciéndole una marca con una de las piedritas que levanto del suelo del decorado de la plaza.
―¿Te diviertes? ―Percibo una patada y la esquivo―. ¡Vamos a jugar! ―Visualizo a la pelirroja, sonriendo.
―Hanna.
Parece que S quiere repetir el evento anterior, pero con su consentimiento, es obvio que la envió apropósito.
Eiden
Mi rol de esperar a Neill me está hartando, encima con lo de Demetrio las cosas se complican. Confío en Merche, sin embargo, la incertidumbre me está matando. Me mantengo sentado en el asiento de mi auto, cuando al fin visualizo al castaño.
―Te tardaste demasiado ―le digo sin pavor al jefe de la droga.
―Mi pago, ¿dónde está? ―Se ríe y le paso el cheque por abajo. Lo guarda, entonces marca un número―. Chicos, ya pueden actuar. ―Cuelga, luego me mira―. Ha sido un placer hacer negocios contigo. ―Se baja del vehículo y veo a los coches estacionando, visualizando a los hombres llegar.
Yo también salgo del coche y doy las indicaciones. Explico por dónde hay que entrar y que deben esperar a mi señal. Marco el número de Malya, pero no me contesta.
¿Y ahora qué?
Continúo intentando comunicarme, no obstante, ya que no hay forma. Le envío un mensaje, no me asegura nada, pero es lo único que puedo hacer. Pasa un rato, sin respuesta, vuelvo a intentar llamar, sin embargo, nadie contesta.
De repente llaman, aun así, frunzo el ceño al ver que no es y encima, un número desconocido. Atiendo.
―Eiden...
Mis ojos se abren en grande por la sorpresa.
―¡¿Luke?! ¡¿Dónde estás?! ―grito con preocupación, primero porque no sabía qué ocurría con él y segundo porque su tono no se oye bien―. ¿Qué pasó? ―insisto al no responderme―. ¿Hola? ¿Estás ahí? ―digo nervioso.
―Creo que no han tenido el placer de presentarnos. ―Oigo otra voz.
―¡¿Quién eres?! ―Frunzo el ceño―. ¡¿Y qué hiciste con Luke?!
―Soy la misma persona que mató a Jonathan, ya sabes, cuando tu hermano Demián contrató a alguien para matarte. ―Se ríe―. ¡Uf! Ya hace tiempo.
Frunzo el ceño.
―¿Y por qué un sicario volvería a repetir la misma historia?
Esto es ilógico y tiene que ser una maldita broma. ¡No me puede estar pasando esto otra vez! ¡¿Quién es este sujeto?!
―Porque no soy un sicario y no soy una simple persona. ―Vuelve a reír, dándome a entender quién es.
―Un seguidor de S.
―Cerca, no me considero seguidor, aunque tenga que "seguir" sus órdenes, pero sí, pongámoslo así.
―¿Por qué lo hiciste? ―exclamo nervioso.
―¿Lo de Jonathan? Ah, porque debía investigar a la Sociedad de las Letras y de alguna forma me tenía que introducir, y lo de Luke, porque a mi hermanito le pareció gracioso que sea yo, quien te detenga en tu parte del plan ―se burla.
Saben el plan desde siempre, no lo vimos venir.
―¿Hermanito? O sea, tú...
―Oh, mil disculpas. ―Vuelvo a oír su risa―. Siempre olvido presentarme, soy Bastián Stefanoski, hermano mayor de S. ¿Qué tal? ¿No suena divertido?
¡¿Mi mejor amigo está en manos del hermano psicópata de Will?! ¿Acaso esto puede empeorar? Va de mal en peor, y aún no pude comunicarme con Malya. Estamos perdiendo este juego de roles, espero que a Hermes le vaya mejor.
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