CAPÍTULO VEINTINUEVE

05 de marzo 2017

Cuando desperté la luz blanca de la habitación me irritó los ojos, pero eso no fue impedimento para observar todo el lugar y las personas que estaba junto a mí.

Vi a Alexey y a Néstor, hablé un poco con ellos, pero cuando las heridas en mi pecho empezaron a dolor más de lo que pude resistir, el doctor decidido sedarme nuevamente haciéndome dormir por casi dos días.

Pero estoy muy agradecido, porque despertar mientras Elena me confiesa sus sentimientos es lo mejor que me ha pasado.

Ahora mismo estoy observando a mi mujer mientras ella duerme sujetando una de mis manos con más fuerza de lo normal.

Es realmente la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida, y la amo como a nadie, el sentimiento es tan fuerte y grande que me da miedo que algo pueda pasarle por mi culpa o que alguno de los dos llegara a morir sin haber disfrutado todo lo que queremos.

Juro que esta vida no me alcanzará para disfrutar de mi mujer y hacerla completamente feliz.

Elena afloja un poco su agarre de mi mano y abre los ojos de inmediato como si algo malo hubiese pasado.

—¿Estás bien?

La preocupación nada en sus ojos y lo entiendo, me vio al borde de la muerte, pero ahora estoy bien, diría que mejor que nunca.

Cumplí mi venganza. Destruí el imperio de Vitali, lo destruí a él hasta el punto que no será recordado por haber sido bueno, sino porque el hijo de un trabajador se apoderó de todo lo que obtuvo de la peor manera.

Ahora necesito encontrar a Pavel y hacerle pagar lo que me hizo.

—Estoy bien, solo descansa.

Pestañea varias veces tratando de ahuyentar el sueño, pero le es imposible. Pasamos casi toda la noche hablando y no hace mucho se quedó dormida, además estoy seguro de que no ha descansado lo suficientemente bien los últimos días.

—Ella ha dormido en esa silla desde la primera noche que estuviste aquí.

Esas fueron las palabras de mi hermano cuando me contó que le pidió a mi mujer que me cuidara y ella aceptó de inmediato.

Le pedí que se recostara junto a mí, pero se negó muchas veces, así que está sentada en la misma silla con su cabeza en la camilla y una de sus manos sujetando la mía.

—Cuando salga de aquí no dejaré que duermas en otro lugar que no sea mi cama —digo—. Bueno, tal vez salgamos a algún lugar, pero siempre dormirás junto a mí.

—Como digas, mandón —bosteza cuando termina de hablar.

Me contengo a besarla. Los puntos en mi pecho no están del todo sanos y aún duelen, así que debo reposar para sanar bien y poder presentarme ante los hombres que me juraron lealtad y arreglar el desorden que pudo quedar después de la muerte de Vitali.

Me estoy terminando de inclinar junto a la camilla cuando entra Alexey a la habitación. En cuanto observa lo que estoy haciendo se apresura a acercarse e impedir que me termine de sentar.

—Apártate —veo la preocupación en sus ojos, pongo los ojos en blanco porque ya sé lo que sigue a continuación.

—Deja esa mierda, aún estás muy débil para que te sientes del todo.

—Estoy lo suficientemente bien para sentarme e incluso abandonar este hospital.

Bufa y retrocede sin apartar su mirada. Al parecer no le gusto que el doctor le haya dicho que puede darme el alta en dos días con la condición de que tenga una enfermera cuidándome.

Tampoco me gustó lo de la enfermera, ya que mi mujer se mudará conmigo y ella puede ayudarme a limpiar las heridas como lo hizo esta mañana antes de irse.

—Ninguna mierda, estás lo suficientemente mal —alega. La irritación con preocupación no se desvanece de sus ojos y voz, por el contrario, aumenta—. Tu corazón se detuvo dos malditas veces, perdiste un montón de sangre y apenas han pasado dos días desde que abriste tus ojos y te tuvieron que sedar hasta ayer, es suficiente para saber que no estás del todo bien.

—Dije que estoy lo suficientemente bien, más no dije que estoy del todo bien.

Decido cambiar el tema de conversación, si seguimos discutiendo por quién tiene la razón nunca acabaremos, aunque estoy completamente de acuerdo de que yo la tengo, ya que es mi cuerpo y yo soy quien está sintiendo el dolor.

—¿Le enviaste la mercancía a Alessandro?

Sé que Alexey se encarga de todo por el momento, pero debo estar al tanto de mis negocios y saber a quién le estoy debiendo algo.

—Sí, le envié las armas, al igual que le envié la pólvora al alemán —menciona, se sienta y apoya sus pies sobre la mesita que hay junto al sofá—. Dritan quería quedarse, pero no había nada más por hacer, así que se fue dos días después de haberte ingresado aquí.

—¿Cuántos hombres perdimos?

Hasta que Pavel me disparó solo teníamos algunos heridos, después de que perdí el conocimiento no supe nada más hasta hoy que puedo hablar mucho mejor con mi hermano.

—Tuvimos una perdida, pero ya suplimos el entierro y le dimos el dinero a la madre.

—¿Tenía hijos?

—No, el hombre vivió por mucho tiempo con su madre, así que ella fue quien obtuvo medio millón de dólares.

Ningún dinero traerá devuelta a un familiar y mucho menos llenará ese dolor que causa la pérdida, pero este suplirá las necesidades que tenga la mujer hasta que fallezca.

—También pagamos sus gastos médicos, la mujer tiene cáncer.

—Debemos estar pendiente.

—Ya estoy en esa.

—¿Entonces los hombres de Alessandro, Ronald y Dritan salieron ilesos?

—Algunos heridos, pero nada de gravedad, ya todos están en sus países.

—Eso es bueno.

Agradezco en silencio la ayuda de los hombres, creo que su ejército fue muy importante para que hoy yo sea el líder de todo esté imperio.

De la mafia que he estado sacando a flote en los últimos catorce años.

—Iba a incendiar la casa de Vitali, pero la madre de Kira se instaló en ella junto a su esposo.

—Fue una de las condiciones, ellos se quedarían con esa mansión.

Alexey resopla, sé cuánto odia a la madre de Kira. La perra se pintaba como una buena amiga de mi madre, pero cuando el hijo de puta de su hermano se posicionó como el líder, se olvidó de todos las muertes que hubo para que él pudiera llegar a ese poder.

—Ya le llegará su hora, pagara por todos sus pecados.

Al igual que nosotros. Son muchas muertes las que tenemos en nuestras manos y aunque todo haya sido por el bien de muchos, no dejan de ser asesinatos, así que tenemos el infierno ganado, pero tendrán que esperar para vernos allí.

—Sé la regla que tenemos, pero deseo tanto acabar con esa perra con mis propias manos.

—No la podemos tocar, no hasta que podamos encontrar a Pavel.

Yo cumplí con mi trato. Los dejaba a ellos vivos y les daba la mansión de Vitali, ellos debían ser leales, pero ya eso se terminó.

La lealtad de los Petrov tiene un precio y yo lo pagué por un corto tiempo así que pronto llegará alguien que ofrezca el doble, así que debo adelantarme y terminar con ellos antes de que se vuelvan un grano en el culo.

—Kira vino cuando recién te ingresaron, le negué la entrada porque no la quería ver aquí, además tenía en mente llamar a Elena y no quería que se cruzaran nuevamente.

—Hiciste bien, pero dile que venga mañana, quiero que me vea con mi mujer, que le quede claro quién es la reina, mi reina, quiero que se arrodille ante Elena y le pida perdón.

Yo también le pediré perdón a mi mujer, fui un cobarde cuando no la defendí, pero estoy dispuesto a matar por ella, herir a quien intente tocarla, humillar a aquel que se crea superior a ella e iniciaré con Lev, el maldito Morozov sigue respirando más de la cuenta.

—¿Crees que sea una buena idea?

—Sí, quiero que me vea con mi mujer —será satisfactorio ver su rostro cuando le recuerde que nunca fuimos nada—. Si pudiera follarme a Elena mientras ella ve, lo haría, así entendería por qué llevo meses sin meter mi pene en ella.

—Creo que esto último no lo necesitaba saber, acabas de destruir mi poca inocencia.

—Te vi follando a una puta, no sé de qué inocencia hablar.

Cuando él empezó a salir con las mujeres del bar me llevé varias veces la mala suerte de verlo cogiendo con las chicas de allí, así que lo que dije es nada para lo que he tenido que ver.

—Quiero que mañana mismo empiecen a llevar las cosas de Elena y su hermano a mi apartamento, quiero que ellos estén instalados cuando me den el alta.

—¿Acepto?

—Algo así, le quedó claro que es mía y debemos estar en el mismo lugar.

—Bueno, eso es tan tú, ¿le hablaste de todo?

Aún no lo hago, pero lo haré esta noche cuando venga, tengo temor de que no me acepte y termine marchándose.

—Viera lo tomó muy bien y las dos están en la misma sintonía, además ya le diste indicios, así que no te preocupes.

Bueno, Viera está tan loca como Alexey, así que para ella no fue una sorpresa, ya que mi hermano asesinó a un hombre que la estaba intimidando afuera del bar y luego la follo como si no hubiese acabado de matar a un hombre.

Si eso hubiese pasado con mi muñeca, estoy seguro de que la habría traumado de por vida y hubiese huido en el momento que se hubiera separado de mí.

—Mi mujer no está loca —menciono—. ¿Sabes la ubicación de Pavel?

Cambio rápidamente la conversación, tanto Alexey como yo estamos obsesionados y no me lo voy a aguantar mientras me alega e insiste que su mujer no está loca. Aunque yo sé que sí lo está.

—Tengo hombres buscándolo, pero al parecer salió de la ciudad —revisa su teléfono antes de seguir hablando—. Tengo gente buscándolo a los alrededores, no necesitamos que salga del país.

—Sabemos a dónde irá —viajará con los israelíes, ya que ellos están desquiciados y siempre les gusto como Vitali manejo los negocios, teniendo a Pavel de su lado creen que seguirá lo mismo—. Si viaja a Alemania, Italia o Albania, ellos lo encontrarán, también si viaja a alguno de los otros países donde tengo socios, no sobrevivirá por mucho tiempo.

Sé que lo encontraré, pero no debo retrasar esto, porque entre más pase el tiempo, peor se hará el encuentro, entonces él tomará fuerza y ayuda de otras personas.

Elena llegó hace un par de horas y ha estado pendiente de cada cosa que necesito. Movió mi almohada un par de veces porque según ella yo estaba incómodo, me dio un poco de sopa que ella misma se aseguró de preparar.

Ahora mismo está sentada en el sofá mientras observa su teléfono y me mira de vez en cuando.

—¿Crees que pueda llevar la pequeña mesa que tengo en mi casa?

Me mira mientras espera la respuesta, no sé qué tan importante sean sus cosas para ella, pero estoy seguro de que puedo conseguirle una mejor mesa.

—¿Tiene algún valor para ti?

—No es costosa, pero es de lo poco que tengo de mis padres.

Bueno, eso es otra cosa que debo investigar a fondo, la muerte de los padres de ella y porque después de tenerlo todo, se quedaron sin nada.

—Puedes llevarla, encontraremos un lugar para ponerla —aseguro, tal vez la ponga en mi oficina donde ella puede instalarse— si quiere conservar más cosas dilo, compraré un lugar para guardarlas y no las pierdas.

—Puedo darle una parte a Leticia, como el sofá y el comedor, creo que así podemos encontrar algo que no cueste mucho —dice—. Yo puedo pagar el alquiler, así que no hay necesidad de comprarlo.

No permitiré que gaste un rublo más, junto a mí no necesitará trabajar y nunca más tendrá que hacer esfuerzos para conseguir lo que necesita ella o su hermano.

—Muñeca —estiro mi mando para que se acerque.

Desde ayer le estoy diciendo diferentes apelativos y todos me gustan, joder, todos le quedan perfecto.

—No puedes decirme que no. Viviré en tu casa, así que me ahorraré el alquiler del apartamento.

—¿Qué vas a hacer con el apartamento que obtuviste?

—Que me compraste.

—Te compré tres.

Jadea al escucharme. Compré los tres apartamentos y todos los puse a su nombre, aunque solo le daría el primero hasta que se acostumbrara. Es bueno tener algunas propiedades a tu nombre.

—Estás loco, no había necesidad de hacer eso, es mucho dinero.

—No se vio afectada mi cuenta, además mi mujer merece mucho más.

Niega así que antes de que pueda hablar la interrumpo. Debo ser sincero con ella y contarle la verdad sobre mí, lo que hago y como me gano la vida.

—Siéntate aquí.

Le señalo el borde la camilla y ella se sienta.

—¿Qué más vas a decirme?

—Voy a hablarte sobre mí.

Bueno, desde el principio de todo.

—¿Alexey te contó que nuestros padres están muertos?

—Sí, creí que tu madre estaba viva, pero nunca la vi aquí.

—Mis padres fueron asesinados —ella jadea y se lleva las manos a la boca— bueno, yo tenía dieciséis cuando todo eso sucedió. Mi padre era la mano derecha del boss de los negocios ilegales, un día el hermano del boss se llenó de codicia y se unió a una banda de tráfico de humanos israelíes y acabaron con más de la mitad de la organización.

Mi mujer me mira y no emite ningún ruido.

—Mi padre iba llegando de una reunión cuando lo interceptaron en la mansión donde vivíamos y mataron a todos sus hombres, yo luche junto a él e hicimos que mi madre huyera junto a Alexey y a Alina, pero nada sirvió, asesinaron a papá y nos atraparon al resto.

—¿Qué más sucedió?

—Mi madre fue secuestrada y semanas después recibimos parte de su cuerpo y su cabeza en la puerta de nuestra casa.

—Dios, ángel.

Retiro una de sus manos de su boca y la sujeto fuertemente.

—El día en que nos atraparon y se llevaron a mi madre —hago silencio un momento, recordar la escena cuando no pude ayudar a mi hermana aún me destruye y me hace querer revivir a Vitali y hacerlo pagar todo el sufrimiento de mi pequeña hermana—. Mi hermana fue violada y nos hicieron ver todo eso, luego la hirieron tanto hasta dejarla completamente rota y al borde de la muerte.

—¿Qué pasó con ella?

Nadie sabe y nos juramos no decirlo, para todos ella está muerta al igual que para nosotros. Su identidad, su aspecto, todo de ella fue destruido y enterrado junto a nuestros padres. Mi querida Alina ya no existe.

—Murió.

—Ángel.

No le importa si me lastima, se lanza a mis brazos y me envuelve en un fuerte abrazo, un temblor recorre mi cuerpo al sentir su compasión, pero aún tengo muchas cosas por decirle.

—Desde ese día nos juramos vengar la muerte de nuestros padres, de mi hermana y de todas las personas que murieron por la codicia de un hombre que nunca mereció estar en el poder.

—¿Los vengaste?

—Lo hice, pero me llevo dieciséis años hacerlo, me tuve que arrodillar y jurarle lealtad al culpable de la muerte de mi familia, tuve que fingir un compromiso con una mujer que no amaba, dejé que esa misma mujer humillara a la única mujer que ha generado un gran sentimiento en mí.

—¿Valió la pena todo eso?

—Casi muero, pero valió la pena, asesiné a los culpables del sufrimiento de mi familia y tengo a mi mujer a mi lado.

Los ojos de Elena se mueven varias veces y espero su respuesta, si decide irse no la dejaré ir, soy muy egoísta para quedarme sin ella.

—Ya también quise vengar a mis padres, pero nunca supe quién fue el causante del accidente, sé que fue un hombre que iba conduciendo ebrio, pero no conocí su identidad.

—Aún puedes, yo te ayudaré.

—Han pasado muchos años.

—A mí me llevó dieciséis años culminar mi venganza, así que no hay tiempo de caducidad para hacerle pagar a quienes nos lastimaron.

—Ángel.

—Siempre seré tu ángel y tu diablo, recuérdalo.

El silencio nos invade por un momento hasta que mi mujer lo rompe.

—¿Ella ya no es tu prometida?

Sonrió ante su pregunta.

—Nunca lo fue.

La comisura de su labio se eleva y no me resisto un minuto más a besarla.

—Debo decirte algo más.

—¿Tienes hijos? —pregunta rápidamente.

—No, solo tú llevarás mis hijos —aseguro, no quiero a ninguna otra mujer para que sea la madre de mis hijos—. Mis negocios no son legales, bueno, los que mayores ganancias me dejan.

—¿Eres narcotraficante?

Al parecer ha leído mucho o visto demasiadas películas.

—Soy el nuevo líder de la organización criminal más grande de Rusia, aún tengo enemigos, pero pondré mi vida para protegerte a ti y a tu hermano, me aseguraré de que nada les falte.

—Mafioso —susurra.

—Algo así.

Algo así no, soy un mafioso y no cualquiera, soy el líder de la mafia roja. Tengo negocios con líderes de mafias de otros países y enemigos en cada esquina.

—¿Me temes? —ella niega y un alivio me invade— ¿me abandonarás?

—Nunca.

—Espero puedas cumplir tu promesa.

Asiente, me reconforta saber que las cosas salieron mejor de lo que pensaba, mi mujer me acepto tal como soy.

—Vamos a estar por poco tiempo en el ático, debemos encontrar algo más grande y ventilado donde el niño pueda tener más espacio.

—Tu apartamento es lo suficientemente grande como para nosotros tres.

—Otra cosa, no seguirás trabajando.

Su entrecejo se hunde.

—He trabajado por más de diez años, me acostumbré a estar ocupada, así que no puedo quedarme en tu apartamento sentada mirando para el techo.

—Es nuestro apartamento y puedes estar ocupada en mi cama junto a mí.

Llevo mi mano libre a su muslo y lo aprieto levemente.

—Necesito trabajar —pone los ojos en blanco cuando deslizo mi mano por su muslo hasta llevarlo a su entrepierna.

Aparto la tela de sus bragas y ella no hace nada para retirar mi mano.

—No necesitas trabajar, tengo mucho dinero el cual te pertenece, así que no necesitas nada.

—¿No tienes miedo de que huya con tu dinero?

Sus piernas se separan dándome mejor acceso a sus bragas.

—Me prometiste que nunca te irías.

Un gemido sale de sus labios cuando aparto por completo sus bragas y acaricio sus pliegues ya húmedos con uno de mis dedos.

—Joder, muñeca, podría follarte ahora mismo si me lo permitieras.

No insisto, sé que se negaría, además alguien podría entrar y ver a mi mujer desnuda y tendría que asesinarlo porque la imagen de Elena desnuda no puede vivir en la mente de otro hombre que no sea yo.

—Cuando lleguemos a nuestro apartamento voy a follarte toda la puta noche y si es posible por los siguientes días hasta que me ordeñen toda la polla.

Un gemido sale de lo profundo de su garganta y al parecer le gustaron mis sucias palabras.

—Espero eso.

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Espero este disfrutando la lectura. 

Para adelantos de este libro, los ya publicados y los próximos a ser publicados pueden seguirme en mis redes sociales donde aparezco como Leidygm18. 

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