CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

05 de mayo 2017

Mi mayor miedo es que algo que pueda suceder y no poder estar junto a mi hermano.

David es lo único que me mantuvo cuerda durante muchos años. Después del accidente de mis padres y que al final nuestro padre muriera al instante y mamá no resistiera la cirugía, tuve que sobrevivir a cualquier costo, no me importo las humillaciones a las que fui sometida cuando los servicios sociales nos dejaron en casa de nuestra tía.

Cuando tuve la oportunidad de huir junto a David no lo dude, aunque desde ese entonces ha sido difícil para nosotros, logré hacerlo llevadero hasta que Jasha apareció en nuestras vidas y cambió todo, nos dio más de lo que nos faltaba, me permitió amarlo como nunca antes creí que amaría a un hombre.

Nunca antes había sido amenazada tan evidentemente, no imaginaba que algo así fuera a suceder. Sabía a lo que me enfrentaba cuando acepte ser la novia de Jasha, aún más lo que podría pasarme si me mudaba con él, pero no creí que apenas pasados dos meses de estar viviendo aquí iba a recibir una amenaza.

Estábamos viendo el segundo inmueble cuando se me acercó un niño y me entregó un sobre que tenía mi nombre impreso. ¿De dónde salió el niño? No lo sé, solo sé que fue algo muy cruel, exponer a ese pequeño.

No tardé en abrir el sobre, pero mi grito resonó en todo el lugar haciendo que Néstor y los hombres que Jasha envió para mi seguridad sacaran sus armas y me rodearan. En el interior había una nota escrita con recortes de palabras junto a una bala con mi nombre y un cuchillo lleno de sangre.

«Lo dejas o mueres». Cuatro palabras que me hicieron temblar. Una bala y un cuchillo que me hicieron temer y querer correr y buscar un refugio donde nadie me hiciera daño.

Tuvimos que volver al apartamento donde ya Jasha estaba esperando, no sé cómo hizo Néstor para ponerlo al tanto tan rápido, pero cuando llegamos me estaba esperando.

—¡¿crees que me importa una mierda?! —desde que llegamos y se aseguró que estoy bien no ha parado de hablar por teléfono— necesito la maldita información esta misma noche. No voy a dormir o estar tranquilo hasta encontrar a la persona que hizo esto.

Lo observó mientras camina por todo el lugar, lleva el cabello desordenado y se ha quitado el saco del traje y la corbata.

—Necesito las huellas y toda la información que puedas recoger, también quiero los videos de seguridad del lugar donde fue entregado el sobre, seguramente aparezca la persona que le dio el sobre al niño —menciona con más calma—. También encuentra al niño.

Me paro cuando menciona al pequeño que me entregó el sobre.

—No le hagan nada —pido—. Solo debe tener diez años.

Más pequeño que David.

—Solo vamos a hablar con él, puede decirnos quien le dijo que te entregará el sobre.

—Seguramente le ofrecieron algo y aceptó.

—Tal vez, pero vio quien le entregó el sobre y si describe a la persona es un avance.

No discuto, tiene la razón, aunque es un niño, puede reconocer a quien me envió el sobre. Tengo mis sospechas de que pudo ser Kira, ya que ella es la más interesada en que deje a Jasha.

—Menos de dos semanas han pasado desde que presenté a mi mujer y ya está recibiendo amenazas.

—Sabíamos que esto pasaría, lo que queda es aumentar su seguridad de ella y la del niño —responde Alexey—. Haré que dos de nuestros chicos puedan ingresar a la escuela de manera encubierta.

—Podemos hacer que estudie desde casa —propongo.

—No vamos a huir muñeca, haré hasta lo imposible para mantenerlos a salvo, te lo prometí.

—Pero es una idea viable, puede tomar las clases en casa por dos semanas hasta que logremos descubrir de dónde viene la amenaza.

—El niño debe asistir a los entrenamientos y los juegos que tiene programados, en tres días competirá para representar a su escuela en el campeonato institucional.

—Lo llevaremos —asegura Alexey.

Jasha asiente y se dirige a su oficina cuando su teléfono suena nuevamente. Camino hacia la cocina donde está Viera junto a Laissa intentando preparar algo para que podamos comer, ya que nuestro almuerzo se canceló por lo sucedido.

—¿Cómo estás? —pregunta Viera cuando me acerco.

—Bien.

—No me parece que estés bien.

—Lo estoy, aunque tengo algo de miedo —confieso—. No dudo de que Jasha hará lo posible para que estemos bien y a salvo, pero no dejo de sentir un poco de miedo.

—Es normal sentir miedo, sabemos lo que ellos son —menciona—. Yo aún vivo con miedo y no solo por lo que me pueda pasar a mí sino lo que le pueda pasar a él, mi mundo se acabaría si algo le pasara a Alexey.

—Comparto el sentimiento, aunque yo tengo a dos hombres por los que daría mi vida.

—No des tu vida por mí, muñeca —menciona Jasha detrás de mí sorprendiéndome—. Si mueres, yo muero. No sobreviviría si no estás a mi lado, eres mi complemento, muñeca, ¿lo entiendes?

—Lo entiendo —asiento.

—Nunca vuelvas a decir que darás tu vida por mí, ya que nos estarías matando a los dos.

—El diablo tiene sentimientos, pero solo se los demuestra a su mujer —dice Viera pasando junto a nosotros.

Ella no lo conoce, así que no sabe cómo es realmente, soy de las pocas personas a quien le ha demostrado sus sentimientos y me siento feliz por ello.

—Néstor acaba de recoger al niño, no deben tardar en llegar.

—Entonces terminaré la cena.

—Es mejor que descanses —manifiesta Jasha acercándose hasta donde estoy de pie—. Laissa puede encargarse sola de la cocina.

—Es poco lo que nos falta, además si me acuesto en este momento te juro que no descansaré.

No he conocido a nadie que logre descansar después de haber tenido un día como el mío.

—Cenaremos y luego vamos a descansar.

—¿Vendrás a la cama conmigo?

Espero pacientemente su respuesta, pero no me habla, sino que sonríe haciendo que sus ojos se iluminen y que mi corazón palpite mucho más rápido.

—Mi amor —murmuro enterrando mi cara en su pecho.

—Muñeca, te dije que vamos a descansar, lo que significa que iré contigo, pero no vamos a follar.

Bueno, no estaba pensando en eso, pero ya que lo menciona podría ser una buena manera de desestresarnos y tal vez dormir toda la noche.

—No vayas allí.

—No estoy yendo a ninguna parte.

Las siguientes dos horas Jasha desapareció en su oficina junto a Alexy así que termino la cena junto con Laissa y Viera. Cuando mi hermano llegó a casa no pude evitar envolverlo en mis brazos. Luego de cenar, Alexey y Viera se marcharon y nosotros decidimos que era tiempo de descansar.

—¿Puedo decirte algo? —pregunto cuando Jasha sale del baño.

Ya lo había pensado y no he podido sacarlo de mi cabeza porque ella es la única que puede estar interesada en que yo deje a Jasha, además tiene gente poderosa a su lado.

—Muñeca, no hay necesidad de preguntar.

—Puede que suene raro, pero creo saber quién está detrás de esto —digo—. No quiero juzgarla ni nada, pero es la única persona que conozco que está interesada en que te deje.

—¿Cuándo hablas de ella te refieres a Kira?

—Sé que no tengo pruebas o algo así.

—No necesitamos pruebas para investigarla —menciona mientras se sube a la cama y rodea mi cuerpo con sus brazos—. También pensé en ella por eso es la primera persona a la que están investigando.

—Ella enloqueció cuando la dejaste.

—Puede morirse si así lo desea, pero ya hice mi elección —confiesa—. Te prometo que si es ella la que está detrás de todo esto la haré pagar, con sangre.

—Qué cruel.

—No, solo soy sincero. Kira nunca fue importante en mi vida —sus ojos se conectan con los míos—. La mujer fue un puente, alguien que necesite para lograr lo que quiera, nunca pensé en tener algo con ella y su familia lo sabía. Así que los crueles son ellos por permitirme utilizarla.

—Que poco amor le tienen sus padres.

—No, creo que Timur guardaba la esperanza de que yo recapacitara y me quedara con su preciada hija.

—Me alegro mucho de que no la hayas amado —confieso, suena egoísta, pero si Jasha se hubiese enamorado de Kira hoy no estaríamos juntos—. Gracias a que no la amaste puedo estar junto a ti.

Ambos nos quedamos en silencio por un largo tiempo, cada uno perdido en sus pensamientos. Yo en lo mucho que ha cambiado mi vida desde el momento en el que vi a Jasha, cuando se ofreció a comprarme ese vestido que no estaba viendo, desde ese entonces he pensado demasiado en él.

—¿Te gustaría aprender a disparar?

Su pregunta me sorprende demasiado, nunca había pensado en eso y jamás he tenido un arma en mis manos.

—Quiero enseñarte a disparar, así tendrás algo con que defenderte cuando yo no esté a tu lado.

—Nunca antes he tenido un arma en mi mano.

—Siempre hay una primera vez para todo y siendo mi mujer es muy necesario que sepas disparar —dice—. Sabes el peligro que nos acecha por mi trabajo.

—Entonces puedo hacerlo —confirmo—. No te prometo que pueda aprender rápido.

—No hay problema, muñeca, tengo demasiado tiempo para enseñarte.

—¿Lo harás tú?

—Claro, no hay nadie mejor que yo aquí en Rusia.

Sonrió ante su arrogancia.

—Entonces me convertiré en una experta, ya que eres el mejor.

—Muñeca, no dudes de mí.

—No lo hago —confieso.

Nuestra conversación empieza a disminuir cuando el sueño se apodera de mí y el cansancio del día se hace evidente.

Hace cinco días que me lleve un susto de muerte. Cinco días desde que recibí por primera vez una amenaza tan directa.

Jasha y sus hombres han seguido pistas, pero ninguna muestra quién está detrás de todo esto —aunque yo sigo insistiendo en Kira, es la única con un motivo personal—, el niño que me entregó el sobre vive a los alrededores del lugar del inmueble que estaba viendo ese día.

Jasha le insistió a Alexey para que permitiera que Viera interrogara al niño y muy a nuestro pesar, no se logró mucho, ya que el niño acepto el favor porque un hombre alto, delgado y vestido completamente de negro —explicación que dio el pequeño— le ofreció mil rublos.

La búsqueda es aún más dura porque el lugar no cuenta con cámaras y las pocas que tenían no captaron ninguna imagen.

Viera ha venido al apartamento todos los días para hacerme compañía durante el tiempo que Jasha sale y hoy no es la excepción, aunque no quiero seguir aquí y saturar mi cabeza de pensamientos sobre lo sucedido.

—Quiero pasar por la cafetería y luego por la biblioteca —le menciono a Viera.

Camino hacia la cocina donde dejo las copas y los platos donde estaba la frutilla que nos dio Laissa antes de marcharse.

—¿Estás segura? No has salido en los últimos días.

—Más que segura, además debo despejar la mente —revelo—. Me volveré loca estando aquí.

—Vamos de compras, no hay nada mejor que despejar la mente gastando dinero.

—Empiezo a creer que eres una compradora compulsiva.

—Creí que ya lo sabías —sonríe— ¿Llevaremos a David?

—No, es mejor que se quede aquí.

—Tampoco es que quiera salir con ustedes —menciona desde donde está sentado—. Aunque puedes traerme galletas de miel.

—Ni lo creas, ¿recuerdas que no puedes comer eso?

—Lo recuerdo, pero no he tenido recaídas y me he medicado muy bien, así que nada altera mi enfermedad en este momento.

Tiene razón, pero no quiero arriesgarme y terminar más estresada de lo que ya estoy.

—Yo te las traeré —promete viera—. ¿Quieres algo más?

—Una malteada de fresa con mucha crema.

—Aja, ¿no quieres un pastel de chocolate con chocolate derretido? —ironizo.

—Solo las galletas y la malteada.

—No te pases, solo traeremos las galletas —aseguro, agarro mi bolso y luego de despedirme salimos del apartamento.

Cuando salimos del edificio tres de los hombres de Jasha se atraviesan en nuestro camino y cuando intento continuar mi camino me detienen.

—Tenemos órdenes de acompañarla a donde usted desee ir.

—¿Van en el mismo auto que nosotras?

—No, pero las seguiremos en dos autos.

—Ok, haremos tres paradas.

—Todos los autos comparten ubicación, así que sabremos a dónde irán —menciona el hombre—. Estaremos a menos de un metro de ustedes.

No reniego porque sé lo importante que son ellos y porque están haciendo esto, en este momento es necesario estar alerta después de ser amenazada.

—¿Dónde quieres ir primero? —pregunta Viera cuando subimos al auto.

—A la biblioteca, la señora Ángela regresó de su viaje y quiero visitarla, fue realmente condescendiente conmigo.

—¿Por qué te pagaba el triple de lo que deberías ganar? —pregunta—. Aún no sabes que fue Jasha quien le exigió que te dejara trabajar mientras él pagaba tu sueldo.

Mierda, no sabía eso, nunca llegué a pensar que Jasha estuviera detrás. Los pagos eran exorbitantes para una simple bibliotecaria que solo trabajaba medio tiempo y muchas veces no asistió a su trabajo.

—No sé si enojarme o sentirme alagada —digo.

—Feliz, porque después de mucho tiempo de sufrimiento la vida te deja ser feliz —menciona mirándome.

Cuando llegamos a la biblioteca no demoramos mucho porque Ángela tenía recados por hacer, así que quedé en volver en otra ocasión. Las compras fueron rápidas por primera vez, yo me conseguí un par de vaqueros y un puñado de ropa interior demasiado sexy mientras que Viera insistió en algunos vestidos y tacones para agregar a su colección.

Nuestra última parada antes de volver al apartamento fue la cafetería, allí nos quedamos más tiempo del necesario porque una de mis ex compañeras se nos unió a la charla.

Lo que tenia que decir del capítulo se los pude en el grupo :'( 

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Espero este disfrutando la lectura. 

Para adelantos de este libro, los ya publicados y los próximos a ser publicados pueden seguirme en mis redes sociales donde aparezco como Leidygm18. 

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