CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

05 de mayo 2017

No entiendo cómo es que no se ha podido localizar a la persona que entregó la carta o quien la envió. Tengo sospechas —en este punto todos son sospechosos— sabía que algo como esto podía ocurrir, pero no creí que fuese a suceder tan rápido.

Que el niño le entregara al paquete a Elena en ese lugar significa que llevan siguiendo a mi mujer todo este tiempo así que no puedo bajar la guardia en este momento. Estoy seguro que el accidente que tuvo hace unos días y la entrega del paquete están conectados.

—Las cosas han estado tranquilas estos últimos días —menciona Alexey mientras revisa su teléfono.

—No puedo decir eso —menciono—. El hombre que intentó asesinarme sigue desaparecido y seguimos sin saber quién es la persona que está detrás de la amenaza a mi mujer.

—Sabemos que Pavel está escondido en Israel, es el único país donde se puede esconder. Sobre tu mujer, ahora mismo está más que protegida.

Siento que Alexey a veces es un completo idiota. Un puñado de hombres no son suficientes para proteger a Elena y siento que las cosas están a punto de empeorar, si eso pasa Elena no va a aguantar y terminara alejándose de mí y eso me mataría.

—No creas que no te estoy ayudando, solo que te estas comportando como un grandísimo idiota.

—Muy buena tu ayuda, pero déjame decirte que no está sirviendo para nada, así que si decides marcharte en este momento, puedes irte.

Le envió un mensaje a Néstor para asegurarme que Elena está bien —aunque sé dónde se encuentra en este momento porque el anillo tiene un GPS— aun así quiero saber si él está junto a ella como se lo pedí.

—Estas siendo una perra —Alexey se pone de pie y antes de salir de la oficina escupe—. La mujer me agrada y también estoy preocupado, pero la manera en que estas manejando esto, es lo que no te está ayudando.

Azota la puerta al salir. Me quedo solo en mi oficina y los pensamientos me invaden. No puedo evitar sentirme así, prometí que la protegería, pero está pasando todo lo contrario y aunque ella se ve fuerte, sé que tiene miedo.

Le he prometido a un puñado de personas que los protegeré y no he cumplido esa promesa. Cuando era un niño mi padre me regaló un perro y le prometí que lo cuidaría, pero meses después murió. Cuando le hicieron la emboscada al antiguo boss y nos atacaron en la mansión, le prometí a mis hermanos y mi madre que entre papá y yo los protegeríamos y no lo logré.

—Es la cabeza de mamá. Es la puta cabeza de nuestra madre —escucho a Alexey.

Corro hacia la puerta donde mi hermano está de pie frente a una caja forrada en plástico negro, tiene sus manos en la cabeza mientras que sus ojos están clavados a la caja.

—Esa no es nuestra madre —murmuro.

Caigo de rodillas y me siento muerto cuando veo el rostro de mi madre. Sus hermosos ojos verdes sin nada de luz, sus labios rojos como una fresa ahora están blancos, a pesar de la falta de sangre se nota que su rostro fue golpeado.

—Nos destruyeron, nos volvieron nada —susurra Alexey cayendo junto a mí.

Lloro, lo hago como lo haría cualquier persona que acaba de perder a su familia, pero en este caso mi llanto es desgarrador, siento como mi vida se va poco a poco. No nos queda mucho por lo que luchar, solo somos nosotros.

—Destruyeron nuestra familia, nos mataron ese día y aunque creí que no se podía morir dos veces, hoy acabo de morir por segunda vez —veo el rostro inexpresivo de mi hermano, sus lágrimas se secaron y el brillo en sus ojos se ha ido por completo—. Yo vengaré la muerte de nuestra madre, tú harás la de nuestro padre y entre los dos haremos pagar a cada uno de los hombres que le hizo eso a nuestra hermana.

Solo una muerte no se ha vengado y es porque el culpable de todo eso se ha refugiado en su maldito país y nosotros no habíamos tenido las conexiones para llegar hasta él. Ahora que he expandido el negocio a diferentes países estamos cogiendo fuerza y aún más cerca de que Alexey pueda cumplir su promesa.

Me levanto y salgo de la oficina, debo volver al apartamento y estar con mi mujer asegurarme de que ella está bien y mis nervios solo crecen porque aún no he logrado encontrar a los culpables de todo esto.

"—Acabamos de entrar al apartamento".

Sonrió al leer el mensaje. Mi primera sonrisa genuina en el día. Saber que ahora mismo está en la seguridad de nuestro apartamento me hace sentir tranquilo.

"—Estoy camino al apartamento".

"—Voy a preparar la cena, puedes invitar a Alexey, viera está aquí".

Le envió un mensaje a Alexey dirigiéndole la invitación de Elena y dejo el teléfono en el asiento del copiloto. Conduzco hacia el apartamento mientras escucho como Love Is Gone de Dylan Matthew se reproduce y repite hasta que me estaciono en el edificio.

No sé porqué tenía esa canción en mi reproductor, no suelo escuchar música y mucho menos en inglés, siempre he preferido mi idioma.

—Llegas temprano —menciona Elena cuando la sorprendo en la cocina.

—Te dije que ya venía —le recuerdo.

La rodeo con mis brazos y hundo mi cabeza en su cuello respirando su rico olor a rosas.

—Pero creí que ibas a demorar más.

—¿Dónde está Alexey? —Ignoro la pregunta de Viera, seguramente mi hermano ya se comunicó con ella.

La escucho murmurar algo que no logro entender y realmente no me importa. Siento sus pasos alejarse. Miro a mi mujer y ella me sonríe, sus hermosos ojos grises se ven más brillantes y eso me gusta.

—¿Dónde está el niño? —David siempre está en la cocina o donde sea que esté Elena, pero no lo vi cuando llegué.

—Está en casa de Daria.

Me aparto de ella.

—Sabes que debe permanecer en casa, no debemos dejarlo fuera de nuestra vista.

—Lo sé, pero ya lleva cinco días en casa, además tus chicos están allí.

Están con el niño, pero no me informaron y es algo que deben de avisarme para estar alerta.

—Apenas lo llevaron cuando llegué, no lleva mucho allí —asegura.

—¿Sabes si llevo el teléfono que le dimos?

—Desde que se lo diste no se separa de eso, así que seguramente se lo llevo —dice.

Le envió rápidamente un mensaje al niño y siento alivio cuando me responde.

—Voy a ducharme.

—Espera.

La veo limpiarse las manos en una toalla y luego se acerca a mí. Se inclina y roza sus labios con los míos haciendo que recuerde que cuando llegué lo único que hice fue esconder mi cara en su cuello.

—Estás demasiado tenso, las cosas están bien —asegura.

—No soy el único tenso aquí, puedo notar lo mucho que intentas disimular que todo esto no te está afectando —acoto, me acerco nuevamente a ella y la abrazo sintiendo que el abrazo de hace un momento no fue suficiente.

—Cuando acepté vivir contigo sabía que me iba a exponer a muchas cosas por lo peligroso que es tu trabajo y estoy sobrellevando todo.

—Lo estas manejando tan bien que me da miedo —confieso—. Temo que quieras alejarte de mí por esto.

—Bebé, te hice una promesa y hasta el momento la estoy cumpliendo.

—Espero nunca incumplas tu promesa.

Alexey entra a la cocina interrumpiendo el momento íntimo que estaba teniendo con mi mujer.

—Solo vine porque no quería rechazar la invitación de mi cuñada —expresa, camina hacia donde estoy con Elena y la saluda ignorando por completo mi presencia.

Elena mira entre mi hermano y yo negando ante nuestro comportamiento infantil. Somos adultos y en estos momentos estamos manejando una de las mafias más poderosas e importantes del mundo, pero nos enojamos porque yo quiero proteger a mi mujer mientras que mi hermano cree que estoy siendo un exagerado.

—Hice solyanka así que no quiero que sus problemas los traigan a mi mesa.

Nos señala a ambos y luego le indica a Alexey donde está Viera esperando por él. Subo a la habitación y me cambió el traje por algo mucho más cómodo.

Antes de ir al comedor reviso el mensaje que recibí desde Albania.

"­­­­—Tenemos código rojo con la señorita A".

"—Ya saben dónde buscarla, seguramente está con T".

Cuando Alexey y yo decidimos esto para ella supimos que era lo mejor, aunque Albania era un país que no conocíamos y Vitali estaba tratando de llegar allí, apostamos que ella estaría bien.

Establecimos reglas y a todos les hicimos saber que ella también había muerto, inclusive tiene una tumba junto a nuestros padres.

—Es mejor que no esté aquí, no mientras Vitali esté en el poder —propone Alexey mientras observa el rostro pálido de nuestra hermana.

—No quiero que esté lejos de nosotros, quiero tenerla cerca para asegurarnos de que estará bien —me niego a enviarla a un lugar tan lejos donde no la pueda ver, donde no pueda asegurarme de que estará bien.

¿Cómo podemos hacerle eso a nuestra pequeña hermana? Acaba de perder a sus padres, su cuerpo fue utilizado como si no valiera nada y cuando intenta recuperarse sus hermanos la alejan.

—No lo estamos haciendo para olvidarnos de ella —asegura Alexey—. Con esta decisión la estaremos protegiendo.

—Nos odiara.

—Le hablaremos con la verdad.

Meses después de que ella despertara y fuimos sinceros y aunque creíamos que no iba a estar de acuerdo, lo único que nos pidió es que hiciéramos justicia y cuando ella se sintiera preparada en volver, lo haría.

Ahora solo nos da jodidos dolores de cabeza, el código rojo ahora se activa más que nunca. Alina volvió a escaparse y puedo apostar todo mi dinero que está en casa de Dritan junto Tanya.

—La cena va a enfriarse, te estamos esperando —veo a mi mujer asomar la cabeza por la puerta.

—Ya voy bajando.

Analiza mi cuerpo y niega cuando ve lo que llevo puesto —así como yo soy un jodido celoso, ella es peor aunque intente disimularlo— tengo un pantalón de chándal negro y una camiseta que deja a la vista todos mis tatuajes.

—Debemos agradecer que Viera es novia de tu hermano y no hay nadie aquí aparte de mí que esté interesado en ti.

Cuando llegamos al comedor, Alexey murmura el código para que solo yo pueda escucharlo.

Elena y viera terminan de traer los platos mientras que Alexey y yo tenemos una guerra con nuestras miradas.

—Están muy tensos, puedo jurar que Alexey dijo algo que no le gusto a su hermano, ¿no es verdad? —dice Viera con total seguridad.

La mujer en ocasiones es imprudente y me cae mal porque siempre tiene la verdad.

—Pueden parar, no quiero que mi cena me cause indigestión por las malas vibras de ustedes dos —Menciona mi mujer mientras llena su plato.

Alexey le da un par de halagos a Elena por la comida. Me ignoró completamente, hizo como si yo no existiera y eso me cabrío aún más.

Cuando desperté, Elena ya no estaba junto a mí, me dirigí hacia la cocina y cuando la encontré mi corazón se había partido. Estoy seguro que nunca antes la había visto tan devastada, era como si su corazón lo fueran herido a punta de alfiler. Llegué a creer que algo le había pasado al niño, pero cuando me contó la fatídica noticia entendí su estado.

El anciano, su antiguo vecino fue asesinado y aunque ella cree que es culpa de los hijos, yo estoy seguro que esto tiene que ver conmigo.

—David se pondrá muy mal —menciona mientras conduzco hacia el antiguo lugar donde vivía—. Ambos se llevaban muy bien, mi hermano lo veía como un abuelo, Dios, Leticia debe estar muriendo de tristeza.

Sus lágrimas corren como cascadas por sus mejillas y desearía haber protegido al señor. Debí enviarle protección a todas las personas que mi mujer aprecia.

—Xavier siempre fue tan atento con nosotros, no debió pasar por esto.

—Vamos a descubrir quién es el culpable detrás de todo esto y lo haremos pagar, te lo prometo.

Mis promesas no se están cumpliendo y temo que en algún momento se hagan tan vacías que ella quiera alejarse.

Cuando nos bajamos del auto, Elena corre hacia la anciana que me ayudó a escoger el lugar donde la llevaré. Ambas se abrazan y su llanto incrementa partiéndome el corazón nuevamente.

—¿Cómo fue? —le pregunto a uno de los policías.

—Tiro de gracias, lo encontró la mujer, estaba tendido en el pasillo del edificio, de entrada a su apartamento.

—¿Tienen videos o algún sospechoso?

—Lastimosamente el lugar no tiene cámaras, así que no podemos sospechar de nadie.

—En estos casos todos son sospechosos —aseguro.

Yo puse cámaras en el apartamento donde vivía Elena, también hay una en el pasillo, pero antes de decirle a la policía, voy a averiguar quién fue el que asesinó al señor.

—¿Por qué le da información de nuestro padre? —pregunta un hombre gordo y bajito.

—Porque estoy interesado en encontrar a quien le hizo esto a tu padre —menciono mirándolo a los ojos.

Su mirada está triste, sus ojos aguados y su entrecejo demuestra enojo. Es fácil para mí leer a las personas, fui entrenado para eso. Descarto al hijo, él no es el asesino.

—¿Aún está el cuerpo aquí?

—No, lo trasladamos hace veinte minutos a medicina legal.

"—Revisa las cámaras del antiguo apartamento de Elena, especialmente la del pasillo".

—Nosotros nos encargaremos de las exequias, tengo entendido que no visitabas a tu padre.

—Mi padre tiene su servicio fúnebre, además no haremos ceremonia, solo esperaremos que nos entreguen su cuerpo y luego lo cremamos.

—Voy a preguntarle a las mujeres que quieren hacer.

—Era mi padre, yo tomo las decisiones.

—¿Lo era? Puedes ser su hijo, pero las mujeres que están allí —señalo a mi mujer y la anciana—. Tomaran la mejor decisión para el cuerpo de tu padre.

Camino hacia donde están ellas, pero la anciana no se atreve a mirarme, prefiere alejarse de mí haciéndome sentir más tenso.

—El hijo lo quiere cremar —menciono—. Haremos lo que ustedes decidan.

—Está bien, Xavier también lo quería.

Sus hermosos ojos grises se ven aún más claros, pero llenos de tristeza.

—Leticia se quedará organizando. El viernes en cuanto nos entreguen su cuerpo y haya sido cremado, le haremos una misa.

—¿Quieres que pasemos por el niño?

—Sí, debo contarle lo que acaba de pasar.

Cuando llegamos por el niño, estaba feliz, pero toda su felicidad se dreno cuando Elena le dio la mala noticia. Sus mejillas se enrojecieron y lloró en silencio hasta que volvimos al apartamento y logró dormir.

Le pedí a Elena que descansara mientras yo hacía mis averiguaciones y como lo sospeche. Uno de los hombres que trabajaba para Vitali fue quien asesinó al señor Xavier eso quiere decir que están atacando los sentimientos de mi mujer, la dejan vulnerable para que ella me abandone y así yo puedan herirme a mí.

Luego de pasar todo el día en mi despacho subo a la habitación donde está Elena con su teléfono en la mano. La observo por un tiempo y luego me acerco a ella.

—Lo siento tanto —murmuro, no soy capaz de decirle en este momento.

—Son los hijos de Xavier quienes lo deben de sentir. Nunca estuvieron para él.

—Muñeca, me parte el corazón verte así.

—Era tan bueno, siempre me apoyó, durante mucho tiempo lo sentí como si fuera mi padre.

—Haremos justicia, vi un video —confieso—. Creo saber quién es el culpable.

—¿La persona que me amenazó? —pregunta, su mirada conecta con la mía.

—No estoy seguro de eso.

Sus manos se apartan de las mías y busca distancia alejándose de mí.

—Perdóname, no me dejes por favor.

—Quienes le arrebataron la vida a Xavier son los únicos culpables, me odio en estos momentos porque por mi culpa él está muerto, pero —sus manos sostienen mis mejillas mientras espero su respuesta a mi petición—. No voy a dejarte.

Suspiro con pesadez, la opresión en mi pecho crece como una madriguera, es como si esto que sucedió hoy, fue una pequeña parte del iceberg con el que chocaremos.

Después de diez años, regresé.  

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Espero este disfrutando la lectura. 

Para adelantos de este libro, los ya publicados y los próximos a ser publicados pueden seguirme en mis redes sociales donde aparezco como Leidygm18. 

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