CAPÍTULO DOCE

08 de enero, 2017

Las cosas se han acumulado, lo que ha hecho que mis planes de ver bailar a Elena estas dos noches se cancelen. El primer día que bailo siendo yo su único espectador y se tocó de esa manera quise follarla. Tomar lo que quería sin importar que sucediera después, pero el mensaje que recibí donde decía que Pavel estaba cerca de descubrirme me hizo retroceder y apartar mi deseo y dejarlo para el día siguiente con la intención de no perderme más sus bailes.

Pero tampoco se pudo. Ayer tuve que dejar a Elena sola en esa habitación porque uno de mis almacenes había sido emboscado por hombres que envió Pavel así que tuve que salir y ocuparme de esto.

Hoy estoy terminando de arreglar toda la mierda que se está esparciendo. Tengo que normalizar las cosas porque el ataque hacia Vitali está cerca y no quiero que ese día se vea estropeado por pequeñeces.

—Alessandro viajará mañana junto a más de sus hombres —eso es algo bueno.

—¿Ronald? —le pedí a Alessandro, Ronald y Dritan que viajarán a Rusia.

Necesito que todos nos reunamos y que nuestra alianza quede sellada antes del ataque. Que la lealtad de ellos está hacia mí sin importar qué.

—También viajará, pero no estará una semana como Alessandro.

Lo entiendo, el alemán debe rendirle cuentas a la junta de los ancianos, así que no puede tener las riendas sueltas en ese país.

—Tenerlo aquí es una gran ventaja, ese hombre es un genio para los negocios y hacer caer a sus enemigos —digo.

Tal vez por eso ha sido el único en mantener de pie toda la ciudad de Berlín él solo.

—Dritan traerá más hombres, está dispuesto a darte todo lo que necesites.

Joder, los hombres no los considero mis amigos, pero la ayuda que me están brindando la valoraré demasiado.

Escogemos el lugar donde me encontraré con los hombres y otro para la estadía de quienes me ayudaran el próximo siete de febrero.

—La cabaña estará lista para mañana —confirma Alexey.

—Verifica que Pavel no siga metiendo su culo en mis negocios y que no se entere de la cabaña.

—Si lo llega a hacer lo mato, no hay necesidad de seguir retrasando la muerte de esa escoria.

—Aún no puede morir, si lo matamos, Vitali empezará a sospechar y posiblemente se escape.

—Tienes razón, pero quiero acabar lo más pronto con ellos, odio verlos a diario y peor aún, odio tener que mostrar sumisión antes ellos.

—Lo sé, comparto tu sentimiento, pero ya falta poco.

A veces se intercambia todo entre nosotros.

En algunas ocasiones soy yo quien quiere acabar lo más pronto posible con ellos y otras veces es Alexey, pero los dos compartimos el sentimiento de querer terminar con las vidas de Vitali y Pavel.

Respondo algunos correos y realizo algunas llamadas antes de abandonar el lugar.

—¿Nos veremos en el bar? —pregunta mi hermano antes de separarnos.

—No, me veré con Vitali y luego con Kira —la mujer insiste en que tiene algo importante por decirme y estoy jodidamente seguro que se trata de la boda.

—Suerte con Kira, la mujer está loca.

—También quiero terminar con ella lo más pronto posible.

—Suerte en eso, sabes que con su padre tenemos un trato —me recuerda.

—Pero ese trato no incluye una boda entre Kira y yo —le recuerdo.

Que deje vivo al padre de Kira y lo incluya en mis negocios no significa que me vaya a casar con su hija, él sabe perfectamente que este compromiso es una fachada y en cuanto termine con Vitali, terminaré esta farsa.

No me importa si le rompo el corazón a Kira o si la mujer se pone más loca de lo que está. No me casaré con ella.

Como siempre, Néstor me lleva hasta la mansión de Vitali donde observó a Kira en la puerta hablando con Pavel.

—El futuro esposo se digna a ver a su prometida —ignorando las palabras de Pavel me acerco y le doy un beso en la mejilla a Kira.

—¿Querías decirme algo? —le hablo con sutileza.

—Mi tío aceptó algo que le pedí —sus ojos se iluminan—. No vamos a tener que viajar a Estados Unidos cuando nos casemos.

Los ojos de Pavel se abren como plato —toma— ese es el poder que tiene Kira sobre Vitali.

—Tú te harás cargo de los negocios aquí en Moscú y Pavel viajará a Estados Unidos, así no estaré por mucho tiempo lejos de ti.

Le sonrió a ella y luego le dedico una mirada mordaz a Pavel quien aún está procesando lo que acaba de decir Kira.

—Mi tío no haría eso —dice con incredulidad.

—Lo hizo, puedes manejar los negocios allí mientras Jasha se queda aquí.

—Eso es bueno, así no viajaré mucho —le sigo el juego a Kira.

—Hablaré con mi tío, esto es realmente absurdo, se supone que yo iba a estar al frente de todo —eso no lo sabía.

—Ahora lo hará Jasha, sabes que él está mucho más capacitado para estar al frente de todo.

—Pero yo soy familia.

A la mierda la familia. Un inepto como Pavel no sería capaz de sostener un imperio como lo es la mafia roja, dejaría que las demás mafias consuman esto en menos de una semana.

—Entremos —propongo—. Quiero agradecerle al boss.

Una sonrisa tira de mi boca. Esto puede ser mejor de lo que pensaba. Si Vitali me da la confianza desde ahora estaré más cerca él y cuando lo ataque no lo verá venir tan fácilmente.

Las cosas empiezan a moverse a mi favor.

—Mi pareja favorita —dice Vitali cuando entramos a la mansión—. ¿Te puso al tanto Kira de las buenas noticias?

—Acabo de enterarme, para mí es un verdadero honor estar trabajando a su lado —qué fácil se ha vuelto para mí mentir.

—No solo trabajarás a mi lado, te harás cargo de todo, serás el segundo al mando —segundo, nunca lo seré.

Voy a ser la jodida cabeza de mi maldito imperio, voy a destruirlo a él y a su familia, voy a reducir su existencia a nada y quedarme con algo que me empezó a pertenecer desde que él acabó con su hermano, mi familia y la mitad de la organización.

—Agradezco la confianza que está poniendo en mí —le sonrió y luego le doy un sutil beso a Kira en señal de agradecimiento.

—¡Tío! —el grito de Pavel resuena por todo el lugar—. Es una jodida mierda lo que estás haciendo, teníamos otros planes.

Dos movimientos bastan para tener a Pavel de rodillas con su cara, retorciéndose de dolor por el fuerte agarre que tengo en su brazo.

—Me disculpo con usted, boss, pero no aceptaré este irrespeto, aunque sea su familia, debería conocer su lugar.

Mi maldita actuación es digna y merecedora de un puto premio. De esta manera puedo aumentar la confianza que Vitali tiene hacia mí.

—Saca tu trasero de aquí, no quiero hablar contigo en este momento —la mirada de Vitali está dirigida a Pavel.

—Tío.

—Basta de tus caprichos, te estás desviando y olvidando quién manda aquí.

Una sonrisa tira de mis labios, pero la oculto de inmediato. Dejo que Pavel se ponga de pie y luego de que Vitali nos haya dejado solos le susurro.

—No podrás contra mí, te voy a reducir y a acabar como la puta rata que eres.

Su mirada se enciende, pero no dice nada, lo que me hace sonreír.

—¿Vamos? —me pregunta Kira, mierda, había olvidado que la mujer aún estaba aquí.

—Nos seguiremos viendo —dice Pavel—. Aún no es hora de cantar victoria.

—Yo diría que sí.

Sosteniendo la mano de Kira abandonamos el lugar. Cuando estamos en mi auto empiezo a medir lo que acaba de pasar. Agredí a Pavel y Vitali no hizo nada para impedirlo, por el contrario, me dio toda la razón a mí.

—¿Estás feliz? —susurra Kira mientras acaricia mi muslo.

—Muy feliz —confirmo.

La mujer planta un sonoro beso en mi mentón.

—Vivo para hacerte feliz.

No puedo decirlo mismo, porque no vivo para hacerla feliz y me da lo mismo si no llega a ser feliz.

Anoche no estuve por mucho tiempo con Kira y aunque ella insistió en celebrar el logro que tuvo con su tío, no lo permití y con una excusa que solo ella creyó la deje en su casa.

Cambiamos el lugar de encuentro así que llegué desde temprano a la cabaña para poder recibir a los hombres que fueran llegando. Por el momento solo ha llegado Dritan junto a su ejército de hombres.

—Yo voy a quedarme hasta que te posiciones como el nuevo boss —revela Dritan.

—Tú y Alessandro son los únicos que estarán, pero el alemán me dejara alguno de sus hombres de confianza, eso nos deja en una gran ventaja.

La puerta se abre y por ella entra Ronald. El hombre tiene un aura que grita peligro y a pesar de que es el más joven de todos, puedo jurar que es de los más peligrosos.

—ruso —saluda, respondo su saludo con un asentimiento antes de presentarle a Dritan.

—Dritan es uno de los líderes albaneses y aunque los negocios con ellos estaban en la cuerda floja, no hay que desaprovechar la ayuda —digo señalando al hombre sentado frente a mí.

Ronald lo mira y luego hace un asentimiento de cabeza en señal de saludo.

—Asesino —murmura Dritan hacia Ronald.

—Eso dicen —un hombre un poco más joven que Ronald lo sigue y se sienta a su lado.

La cabaña se empieza a abarrotar de hombres y mientras esperamos a Alessandro entablo una conversación con los presentes y empiezo a describir lo que se llevará a cabo en las próximas semanas.

—Sabes que no me quedaré —me recuerda el alemán—, pero dejaré a Oliver y quince hombres que están dispuestos a servirte.

—Estaré agradecido.

A cada uno de estos hombres les deberé un favor, el cual no me puedo negar a dar cuando lo soliciten.

La puerta se abre dejándonos ver al mismísimo Alessandro Lucchese, el don de la Cosa Nostra, el más temido entre las cuatro mafias italianas.

—Señores —la voz del hombre es más fría que de costumbre.

Doce horas tardamos en completar los arreglos. Darle posición y misiones a cada uno de los hombres. Repasamos varias veces lo que vamos a hacer y a la final terminamos entrenando a las afuera de la cabaña.

—Yo no estaré —menciona Alessandro de inmediato—. Tengo problemas en mis terrenos que debo solucionar, pero dejaré los hombres necesarios y enviaré un cargamento de armas que podrás utilizar.

—¿Cuántos hombres dejarás?

—Veinte hombres. Es más que suficiente —dice—. Mis hombres están bien capacitados, si alguno muere debes hacerte cargo de su familia.

No es un problema para mí ocuparme de las familias de los hombres que morirán por ayudarme.

—Puedes tener mi palabra —aseguró. Miro a los tres hombres con la promesa plasmada en mi rostro.

No solo me haré responsable de las familias de los hombres de Alessandro, sino que me haré responsable de las familias de todos los hombres que lleguen a morir en este proceso.

—Esta cabaña está adecuada para todos ustedes —menciono— Dritan al ser el único que me acompañará vendrá conmigo.

La cabaña es bastante amplia. Está adecuada para que más de cincuenta personas estén en ella.

—¿Mañana nuevamente aquí? —pregunta Ronald mientras alisa su traje.

—Temprano, entrenaremos esta semana antes de que ustedes dos se marchen.

—Recuerda que solo estaré tres días aquí —me recuerda el alemán.

—Lo sé.

Mirando mi reloj me doy cuenta de que es pasada la medianoche lo que me hace perder nuevamente el baile de mi rojita, con esta ya son dos noches consecutivas que no voy al bar y eso me hace sentir impaciente.

—¿Estuviste ayer en el bar? —le pregunto a mi hermano quién asiente— ¿La viste?

Evitando mi mirada, responde.

—Se fue temprano —revela.

—¿ayer bailó para todos? —aunque lo prohibí y dudo que Yura no siga mis órdenes, quiero saber si lo hizo.

—Estuvo un rato junto a Viera, pero no bailo —habla aun sin mirarme y es algo que se me hace extraño—. No demoró mucho.

—¿Pasó algo?

—No —su respuesta llega rápidamente y es algo que me alerta—. La mujer se fue temprano.

Algo pasó en el bar y Alexey me lo está ocultando.

—Sabes que no hay mentiras entre nosotros —le recuerdo algo que parece estar olvidando.

—No te estoy diciendo mentiras —dice.

—Pero me ocultas información que es lo mismo —acuso.

Ignorándome se sube a su auto y se marcha de inmediato, lo que me confirma que algo pasó en el bar y seguramente eso involucre a Elena.

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Espero este disfrutando la lectura.

Para adelantos de este libro, los ya publicados y los próximos a ser publicados pueden seguirme en mis redes sociales donde aparezco como Leidygm18.

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